Aquí les voy a poner la información interesante que vaya encontrando sobre los motivos por los que la flor de loto es tan usada en la espiritualidad oriental para representar la iluminación espiritual.
EXPLICACIÓN DE ALSIBAR
(Alsibar es un investigador que ha estudiado mucho a los guías espirituales.)
El loto es una planta acuática originaria de la India, perteneciente a la familia de los nenúfares (Nymphaea lotus), y cultivada en lagos. Posee flores blancas de hasta 25 cm de diámetro, con numerosos estambres y pétalos, y sus semillas son comestibles.
Dado que brota del fondo de aguas oscuras y fangosas y se alza majestuosamente sobre ellas, se considera uno de los mayores símbolos espirituales de la India. Citado en famosos sermones de Buda y también en el Bhagavad-Gita, el loto simboliza el florecimiento de la Iluminación.
En este texto, analizaremos algunos conceptos erróneos sobre este proceso y por qué el loto simboliza tan perfectamente este estado de perfecta liberación.
Todos los verdaderos maestros afirman unánimemente la necesidad de trascender el nivel intelectual o del pensamiento como condición sine qua non para la Iluminación. Una mente parlanchina no puede llegar muy lejos. Siempre estará dando vueltas, incapaz de comprender o percibir la Verdad.
Es cierto que sin silencio interior no hay liberación del ego, pues el ruido es el ego. Los maestros solo difieren en la forma de alcanzar este silencio: qué camino tomar, qué hacer, cómo practicar, etc.
Algunos dicen que no hay método, otros usan el método para llegar al no-método. Otros predican el autocuestionamiento, la introspección, etc. Cada uno habla desde su propia percepción y experiencia particular.
Pero estos desacuerdos solo existen en cuanto a los preliminares, a lo que precede al "camino". Pero lo cierto es que el camino o el medio de transporte no importan: a pie, a caballo, en coche, autobús, avión o teletransportación; todos los buscadores sinceros llegarán al mismo punto.
Probablemente algunos llegarán más rápido que otros, y quizás algunos nunca lleguen. Pero ¿qué pasaría si percibiéramos, desde el principio, lo que muchos solo percibirán al final?
Es decir, que no hay camino, ni objetivo, ni lugar adonde ir. Entonces abandonaríamos muchas cosas desde el principio.
¿De qué sirven los preparativos, los esfuerzos, las disciplinas, los libros sagrados, la obediencia a las supuestas autoridades espirituales? ¿No es una ilusión querer alcanzar lo que ya se tiene o querer llegar a donde ya se está?
Quizás no haya caminos, ni objetivos, nada que lograr. Y cuanto antes se comprenda esto, antes se liberará de la ilusión del devenir, que fortalece y perpetúa el ego.
Muchos dicen: "La libertad es el resultado de grandes esfuerzos y aolo se puede alcanzar tras años y años de sacrificios".
¿Es eso realmente cierto? ¿Hemos reflexionado seriamente sobre estas afirmaciones? ¿No hay en juego un proceso de ilusión, y quizás de explotación?
El problema puede residir en la idealización de la iluminación como algo lejano, casi inalcanzable. Algo así como el «fin» de todo. Pero puede que no sea un fin. Ni una experiencia lejana y extraordinaria. Puede que no llegue mediante el esfuerzo, el deseo ni la búsqueda a través del tiempo. ¿No es eso lo que nos enseñan los verdaderos maestros e iluminados?
¿Qué es la iluminación sino la percepción de las cosas tal como son? Es decir, comprender la naturaleza del ego, el problema del deseo, la futilidad de la búsqueda y la ilusión del devenir, ¿no trae esto gran claridad, libertad y felicidad? ¿Y no es esto comprender la Verdad?
La Verdad es la visión de lo verdadero en contraposición a lo falso e ilusorio. Sin embargo, los seres humanos se aferran a estas ilusiones por conveniencia, seguridad psicológica, comodidad y bienestar.
La PERCEPCIÓN es el terreno donde florece la Iluminación. El autoconocimiento y la meditación son sus mejores fertilizantes y nutrientes. Percibir es lo mismo que comprender o ver con claridad. Pero este florecimiento no lo produce uno, ni puede producirlo nadie.
¿Es algún ser humano responsable de la germinación y el florecimiento de una planta?
No. Nadie puede decir: "Soy yo quien la hace germinar". Preparas el terreno y siembras las semillas, eso es todo. Participas indirectamente en este proceso. Creas las condiciones ideales para el florecimiento. Eso es todo. Pero la Naturaleza es lo que hace que todo florezca, crezca y brote.
Pues bien, de igual manera el discurso de "no hacer absolutamente nada" es un error. Ya que por supuesto, todos pueden y deben hacer algo. La percepción debe provenir del individuo. Es su iniciativa. Es su parte en el trabajo. Pero solo pueden actuar hasta cierto punto.
Hay límites para "hacer", como en el caso de las plantas. Y conocer estos límites constituye una profunda sabiduría. Al percibir, comprender y afrontar la Verdad sobre uno mismo, estarás "haciendo algo".
Cuando te sientas a meditar o simplemente te abres a ella, cuando se manifiesta, eso es "hacer algo". Pero no se puede hacer nada más. Y a partir de entonces, comienza el movimiento de lo Sagrado. Esa Energía misteriosa y sagrada que crea, mueve, sostiene y destruye el Universo se encarga del resto del trabajo.
Lo mismo ocurre con el Loto de la Iluminación. Solo podemos "preparar el terreno", regándolo mediante la meditación, la comprensión y el autoconocimiento. Entonces aprendemos a detenernos y a estar "quietos". Y en esa quietud, se manifiesta la acción misteriosa de lo Desconocido, lo Atemporal, lo Innombrable.
(Fuente: https://alsibar.blogspot.com/2011/07/o-florescimento-do-lotus-da-iluminacao.html)