(Este artículo fue escrito por Alsibar quien ha estudiado mucho a los guías espirituales, y el texto original en portugués lo pueden leer en este link.)
Un buscador es una persona que desea encontrar a Dios, la Verdad, la Liberación y el Despertar. Pero desafortunadamente seguido se desvía por caminos erróneos y se adentra en concepciones erróneas, lo que puede acarrear graves problemas en su vida.
El propósito de este artículo no es enseñar, sino reflexionar sobre los principales errores que cometen quienes buscan la verdadera paz espiritual.
Casi todos hemos pasado por nuestra fase de "buscador". La "búsqueda" es natural para todo ser humano y forma parte de nuestras vidas, ya sea en busqueda de felicidad, respuestas, paz o de Dios. Por eso muchos recorren libros, filosofías, religiones y movimientos. Esperan encontrar algo que apacigua su angustia, dolor e inquietud. Pocos se detienen a analizar y profundizar en el significado y la importancia del acto mismo de buscar.
Obviamente hay etapas del desarrollo en las que la búsqueda no solo es saludable, sino también necesaria. Pero ¿es correcto pasar toda la vida buscando? ¿Y por qué buscamos? ¿Y qué buscamos?
A continuación reflexionaremos sobre los principales errores que cometen los buscadores. Repetimos: no somos dueños de la verdad, pero sentimos el deber de ayudar a todos aquellos que buscan, han buscado o comenzarán su búsqueda de la Felicidad, Dios, la Verdad, el Amor, el Cielo, el Nirvana, etc.
1. La búsqueda puede ser un error
En general, la gente no ve nada malo en buscar. Buscar es tan común que nunca cuestionamos esta actitud universalmente aceptada como algo saludable. Y si es benéfica, pero hasta cierto punto.
Pero ¿no llegará un momento en que cese toda búsqueda?
Y si no cesa, ¿cómo puede haber paz o felicidad?
Por lo tanto, la búsqueda no se detiene con el descubrimiento del objetivo buscado, sino con la comprensión misma de su inutilidad.
Puede que el "encuentro" nunca ocurra, y además, ¿qué buscamos?
Si es Dios, nos preguntaremos: ¿está en algún lugar lejano del Universo?
Si buscas, es porque crees que no está aquí, y esa es una suposición que puede ser falsa. Entonces, ¿cómo lo descubriremos?
Ciertamente manteniéndonos abiertos. Sin afirmaciones ni suposiciones previas. Por consiguiente el mismo acto de "buscar" puede ser un error, así que deja de buscar como si Dios, la Verdad, estuviera lejos o fuera de ti. Reflexiona sobre esta actitud y comprende que solo te aleja de tu objetivo.
2. La creencia en la existencia de un yo separado y permanente
Este es otro problema importante, más sutil y difícil de comprender. El "yo separado y permanente" es otra expresión de la palabra EGO.
El EGO es uno de los mayores obstáculos en el camino del buscador. Primero, porque se les ha enseñado que el EGO está relacionado con nuestros defectos, como la envidia, la ambición, el materialismo, el egoísmo, la concupiscencia, la lujuria, etc. En oposición al "YO SUPERIOR", cuyos atributos son la bondad, la ecuanimidad, la tolerancia, la paciencia, la compasión, el desapego, la espiritualidad, etc. Pero ¿es correcta esta división?
Nunca nos detenemos a cuestionarla por qué nos la enseñan desde que nacemos la sociedad, la familia, la educación y la religión. Así nace la dualidad del "bien y el mal", el maniqueísmo que torturará nuestros espíritus por el resto de nuestras vidas. Pero esta concepción también debe cuestionarse, ya que nada la confirma como cierta.
Tanto el EGO como el YO pueden ser creaciones de nuestras mentes, y esta división, que tortura a tantos espiritualistas, puede ser una mera ilusión diabólica.
Sí es maligno porque alimenta el conflicto, el dolor, el miedo, la depresión, la baja autoestima, la debilidad interior y la falta de confianza en uno mismo.
La dualidad puede ser una gran falacia sostenida durante siglos por religiones y falsos gurús como forma de manipular y dominar a las masas, generalmente ingenuas, manipulables e ignorantes.
Krishnamurti relató una vez la visita de un "sannyasin" —un renunciante— que se cortó los genitales porque ya no soportaba luchar contra sus deseos sexuales. No necesito contarles el infierno que vivió ese hombre desde entonces. El deseo no está en los genitales, está en la mente.
El conflicto está en la mente, al igual que la dualidad. Mantener la existencia del ego y del Ser Superior puede ser un camino tortuoso e irreversible. Puede que el Ser Superior exista, pero no está al alcance de nuestro pensamiento. No podemos concebirlo como una entidad. No sabemos qué es, porque está más allá de nuestra comprensión.
La única opción que le queda al buscador es encontrar en su interior el silencio, el reino infinito del no-pensamiento. Solo entonces existirá aquello que trasciende toda dualidad, deseos y concepciones. Pero solo en la paz interior y en la unidad de la meditación, este "otro" puede manifestarse.
3. El valor de las creencias
Las creencias son solo creencias y nada más que eso. No te llevarán a ninguna parte, excepto a donde crees que vas. El poder creador de la mente se conoce desde tiempos inmemoriales.
Hermes Trimegisto ya dijo que el universo es mental, lo que significa que la mente moldea y crea su propia realidad. Pero el hombre no puede moldear su vida mediante creencias. Estas nos impiden ver la VERDAD, lo que es verdad. Por lo tanto, el sabio debe tener una comprensión clara de qué es la creencia: algo que puede o no ser cierto.
Ciertamente algunas creencias pueden ser ciertas. Pero ¿qué importa eso? Lo más importante es que percibamos la Verdad, y esta existe independientemente de cualquier tipo de creencia.
Es importante meditar para conocernos a nosotros mismos. De lo contrario, no nos liberaremos de las ilusiones y el sufrimiento psicológico. Las creencias solo separan. Son fuente de guerras, divisiones y luchas.
El hombre puede y debe buscar la Verdad más allá de las concepciones y creencias. Y sólo así podréis encontrar dentro de vosotros la paz y el amor que une y fraterniza a los hombres.
4. La importancia de la disciplina y el esfuerzo
Otro error muy común entre los buscadores es creer que el esfuerzo y la disciplina son condiciones necesarias para experimentar la espiritualidad. ¿Es eso realmente cierto?
Eso nos lo afirman. libros, gurús, religiones... ¿Pero es cierta esa suposición? ¿Por qué no la analizamos? ¿Por qué no reflexionamos sobre ella?
Es muy simple, el esfuerzo y la disciplina se derivan de varias suposiciones que pueden ser falsas. ¿Acaso el esfuerzo que hacemos para encontrar a Dios o la Verdad, ya sea en la lucha contra los deseos, las imperfecciones, los defectos, etc., nos traerá realmente la liberación de estos "defectos"? ¿O solo los fortalecerá?
Sabemos que el conflicto y la represión son callejones sin salida. Cuanto más luchamos, más perdidos y débiles nos volvemos. Además, ¿qué significa la disciplina (entendida aquí como disciplina espiritual como sacrificios, prácticas rituales, reglas, imposiciones, etc.)?
Como si Dios o la Verdad pudieran comprarse, o emergieran como el resultado final de nuestros esfuerzos y búsquedas. Pero ¿es realmente así?
Quizás Dios no sea el resultado final de una larga y ardua disciplina. Como un premio ganado por un atleta que entrenó duro y ganó la carrera. ¿No será que estamos trasladando nuestras prácticas humanas a la dimensión espiritual?
Es bueno reflexionar seriamente sobre esta pregunta. Quizás Dios no sea algo distante en el espacio y el tiempo. Quizás ya esté aquí y ahora. Para descubrirlo, debemos investigar, y para ello debemos abandonar todas nuestras creencias, conceptos y prejuicios. La meditación puede revelar la respuesta.
5. Creencia en prácticas, técnicas y métodos
Otro punto muy sutil, pero al ser tan simple, se vuelve difícil para nuestras mentes complejas. Algunas personas iluminadas argumentan que creer en técnicas es erróneo. ¿Cómo conocer la verdad?
Investigando, viviendo, experimentando, reflexionando. ¿Cuál es el objetivo de las prácticas, métodos o técnicas?
La idea es esta: creemos que necesitamos "hacer" algo, practicar alguna técnica, seguir algún método para alcanzar el objetivo o los objetivos.
Ahora bien, si tu objetivo es "expandir la conciencia", alcanzar el "éxtasis", sentirte más "calmado y sereno", tener visiones y experiencias extrasensoriales, desarrollar poderes de curación y clarividencia, tener viajes astrales, leer el pensamiento, etc., entonces sigue practicando y tal vez lo lograrás.
Pero no te dejes engañar pensando que has encontrado a Dios, la Verdad, porque solo has logrado lo que tu deseo determinó en tu mente, y eso no es la Verdad, que está más allá de la mente.
Muchos espiritualistas y buscadores no entienden por qué, incluso alcanzando éxtasis y poderes supranormales, siguen sintiéndose atrapados en la ilusión. Sus mentes aún se elevan entre los vendavales del deseo, el miedo, la tristeza y el dolor.
Esto se debe a que eso que deseas, lo lograste, pero lo que tu mente logra a través del deseo NO ES LA REALIDAD. No es la VERDAD LIBERADORA. Lo que logramos mediante técnicas aún está confinado a la dimensión de la mente, el tiempo, la dualidad y el EGO.
Solo cuando ya no buscamos nada, ya no practicamos nada, ni deseamos nada, algo desconocido para nuestros pensamientos se hace evidente. Y esto no se practica, porque ¿quién lo practicará?
Es el EGO el que practica, el que busca mediante una técnica y un método lo que cree que es DIOS o la VERDAD. Y este es el camino seguro hacia la frustración, la depresión y el sufrimiento.
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Ciertamente los errores cometidos por los investigadores no se agotan aquí. Sin embargo, reconozco que los descritos anteriormente son los más comunes y graves, pues no solo impiden el progreso del investigador, sino que también causan daños irreparables como la locura, el suicidio, enfermedades graves, amputaciones, etc.
Las reflexiones anteriores tienen el único propósito de ofrecer a los investigadores sinceros otra línea de reflexión y razonamiento.
Que quienes lamentan el dolor del conflicto y la dualidad encuentren en este artículo la valentía para desprenderse de sus condicionamientos y creencias arraigadas, pues solo así podrán encontrar la paz de la liberación.
El conflicto, la dualidad, la guerra interior, son los verdaderos males de la humanidad —no nuestros defectos e imperfecciones, inherentes a nuestra etapa evolutiva atrasada—, pero la liberación de ellos solo llega cuando nos enfrentamos a lo que somos, cuando vemos cómo y qué somos realmente.
El hombre sabio vive en paz consigo mismo y con el mundo. Sin paz no somos nada, no tenemos fuerza ni conservamos la energía necesaria para una buena vida, para el verdadero discernimiento, para el despertar espiritual, para la liberación de la Matrix.
Que cada uno pueda llegar a la Verdad por sí mismo. La meditación es la puerta.
OBSERVACIÓN
Aquí Alsibar se está refiriendo a los buscadores espirituales, tema que conozco poco y por lo tanto no puedo opinar; en cuanto a los estudiantes de esoterismo yo les diría que la búsqueda es importantísima, pero hay que saber buscar adecuadamente porque de lo contrario la búsqueda se vuelve nociva.
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