EL PELIGRO QUE HAY EN LA ALQUIMIA




El estudio de la alquimia en su forma básica no es peligroso, pero el esoterista Franz Hartmann explicó que para poder adentrarse verdaderamente dentro de la alquimia y así tener avances profundos como lo hacen los grandes ocultistas, y de esta manera poder explorar los secretos que contiene la alquimia, se requiere desarrollar los poderes y eso no está excento de riesgos.

Y para ilustrar su advertencia, Franz Hartmann relató lo que le ocurrió a un colega suyo por haberse adentrado demasiado profundamente en la alquimia cuando él todavía no estaba lo suficientemente preparado para ello:



« El 7 de junio de 1905 murió en la ciudad de V [¿Viena?] el Dr. K quien fue una de las mayores autoridades en la ciencia electroquímica y un inventor de renombre mundial. Él no solamente era una gran persona de eminente inteligencia y logros científicos, sino también era poseedor de un carácter extraordinariamente amable, ejerciendo una influencia encantadora sobre todas las personas que tuvieron la suerte de conocerlo.

Los diarios contienen artículos largos sobre su fallecimiento y dicen que era una persona fascinante, combinando la honestidad perfecta con la bondad extrema. Y su amor altruista por todos los seres se demostró prácticamente por su benevolencia y por estar siempre dispuesto a ayudar a los afligidos y aliviar el sufrimiento.

Era un hombre que se había hecho por sí mismo, rico, fuerte en cuerpo y mente, y casi adorado por sus familiares y amigos.

Sin embargo el Dr. K no estaba satisfecho con sumergirse profundamente en los misterios de la ciencia oficial, por lo que él también quería conquistar el reino de lo invisible. Y es así que fue un místico por vocación y un genio por intuición quien se ocupó de los estudios de la ciencia oculta toda su vida, y su gran “pasatiempo” (si se le puede llamar así) era la práctica de la alquimia.

Pero sabiendo que no se pueden obtener resultados prácticos en esta disciplina sin la posesión de ciertos poderes ocultos, él buscó en todas partes a “maestros” para que lo instruyeran, y probó todos los diferentes sistemas de conocimiento esotérico, desde los místicos medievales hasta las tradiciones del Oriente, así como las prescritas por los faquires ambulantes y los sabios hindúes, algunos de los cuales fueron invitados durante semanas o meses en su casa.

Durante mucho tiempo sus esfuerzos no tuvieron el resultado deseado, pero finalmente él llegó en las manos de un cierto gurú hindú quien le enseñó ejercicios de respiración y otras cosas.

El Dr. K estaba encantado y como lo expresó él mismo:

-       "Ahora por fin e inesperadamente he obtenido aquello por lo que había estado buscando toda mi vida."

Y continuó con sus experimentos alquímicos con un vigor renovado, y de la correspondencia que tuve con él se desprende que sus experimentos para hacer el Elixir de la Vida, durante las primeras etapas del proceso tuvieron éxito, ya que el material empleado pasó por los cambios descritos en los libros antiguos sobre alquimia y en los símbolos secretos de los rosacruces del siglo XVI y XVII.

Lo cual demuestra que estas prescripciones y símbolos no deben de tomarse simplemente como alegorías que representan procesos espirituales en el plano mental, sino que en realidad también existe una correspondencia entre la correlación de los poderes espirituales y los procesos químicos en el plano físico.


Pero desafortunadamente pronto comenzaron a ocurrir acontecimientos muy desconcertantes en el laboratorio del Dr. K, como por ejemplo: se escucharon ruidos sobrenaturales, las botellas y los muebles comenzaron a moverse de una manera extraña, y surgían apariciones que desaparecían al momento siguiente.

Y esta extraña situación alcanzó su zenit cuando el asistente del Dr. K, un joven de salud robusta, cayó muerto. Y a pesar que su cuerpo fue sometido por los médicos a un examen post mortem, ellos no pudieron encontrar nada que explicara su muerte repentina.

Sin embargo un par de extractos de cartas privadas que el Dr. K me escribió en ese periodo pueden ayudar para comprender lo que sucedía:

Así bien, él me escribió lo siguiente el 26 de abril de 1904:

« Estoy progresando favorablemente con mis experimentos, pero al mismo tiempo tengo que luchar continuamente contra una multitud muy espantosa de xx para la preparación del elixir. Sin embargo, comienzo a acostumbrarme a esta continua pelea, ya que un adiestrador de animales salvajes se familiariza con las bestias feroces con las que tiene que lidiar. Pero al principio parecía como si la sangre se congelara en mis venas. »


Y en respuesta a mis objeciones, él me escribió lo siguiente:

« Estoy de acuerdo con usted en que estas artes como tales son quizás objetables, pero ellas abren al menos un nuevo campo de conocimiento, y en alguna medida ellas pueden ser de alguna utilidad. Sin embargo los moradores en el umbral deben de ser temidos; hay huestes de ellos vigilando la puerta. »


Poco después de la muerte de su asistente, el Dr. K, quien hasta ahora siempre había gozado de un perfecto estado de salud, comenzó a sufrir ciertos problemas nerviosos que nadie podía explicar, y pronto cayó en un estado totalmente indefenso parecido a la parálisis.

Las mayores autoridades médicas lo atendieron durante meses, pero como ya se podrán imaginar, no comprendían lo que le sucedía, ni había dos de ellos que estuvieran de acuerdo sobre la causa de su enfermedad.

Finalmente el Dr. K fue transportado a Egipto donde permaneció durante el invierno en donde mejoró considerablemente su salud, por lo que cuando llegó la primavera decidió regresar a la ciudad de V, pero después de visitar su laboratorio, murió repentinamente en la noche siguiente.


~ * ~

He estado íntimamente familiarizado con el Dr. K durante veinte años, y al seguir de cerca las diferentes fases a través de las cuales él se esforzó por obtener el dominio del ocultismo, me parece muy claro que él fue víctima de las entidades elementales que él invocó y cuyas influencias pueden haber estado aún adheridas a su laboratorio incluso meses después de su regreso, porque yo estoy bastante convencido de que ciertas creaturas sutiles se adhieren a ciertas localidades, y pruebas de ello se pueden encontrar en la abundancia en la literatura actual.

El Dr. K tenía una mentalidad religiosa y sus experimentos no los hizo para ningún propósito vulgar y egoísta, sino en interés de la ciencia y con vistas a beneficiar a la humanidad. Sin embargo se dice que nunca debemos intentar hacer que los poderes divinos estén sujetos a ningún propósito material, por muy noble que sea ese propósito, y que siempre que brille una chispa de interés personal (ya sea la ambición o el deseo de conocimiento intelectual), entonces los poderes de la oscuridad serán atraídos y destruirán la obra.

Por lo tanto, no es sin una buena razón que los secretos de la magia y la alquimia solamente se revelaban en tiempos antiguos a aquellos que habían pasado por todo un proceso de purificación y habían superado las ilusiones de la vida, y se habían liberado de los lazos terrenales y habían obtenido suficiente control para dominar sus pasiones.

Y es por eso que se dice que cuando el investigador imprudente traspasa el terreno prohibido, entonces el peligro lo acosará a cada paso debido a que:

« Él evocará poderes que no puede controlar y las corrientes de fuerza ciega se infestarán de innumerables creaturas de energía e instinto bajo formas múltiples y aéreas. »

Ahora bien, si incluso es extremadamente peligroso despertar los poderes mágicos para la gratificación de la curiosidad científica.

¿Qué se puede decir de aquellos aspirantes a magos que buscan prostituir los poderes divinos con el propósito de robar a la gente u obtener una ganancia lucrativa?


Esos individuos no saben en lo que se meten y su propia salvación descansa en su ignorancia y no posesión del verdadero poder, ya que ellos no son magos sino simples marionetas que se esclavizan sin darse cuenta.

Y el caso anterior de mi amigo, el Dr. K, que les he mencionado aquí, es solo uno entre muchos otros ejemplos que he conocido en mi vida, y en el que algunos de mis conocidos en su deseo de poder alcanzar el conocimiento prohibido antes de que fueran lo suficientemente elevados para poder recibirlo, les ha resultado en enfermedad, locura, muerte y suicidio. »
(The Occult Review, marzo de 1906, p.133-135)










OBSERVACIONES


Pienso que Franz Hartmann se está refiriendo al Doctor Carl Kellner quien fue un químico, inventor e industrial austriaco, y quien murió en Viena el 7 de junio 1905 a la edad de 53 años.

El Doctor Kellner se interesó mucho por el ocultismo y fue un gran amigo y colega de Franz Hartmann, juntos desarrollaron una terapia para curar la tuberculosis por medio de la inhalación del ligno y del sulfito.



Y no tengo todavía claro por qué el riesgo se incrementa cuando uno comienza a efectuar la alquimia en niveles más avanzados, pero el maestro Pastor mencionó algo que tal vez pueda esclarecerlo. Él comentó que cuando uno practica la magia de una manera más avanzada, el aura se abre y eso vuelve mucho más vulnerable a la persona que practica esos rituales.

El maestro explicó lo siguiente:

« Cuando un humano quiere realmente crear o realizar un ritual mágico, él tiene que practicar como lo hace un sacerdote, porque la magia y el sacerdocio funcionan de manera similar. Con la única diferencia que el sacerdote recibe la energía para dársela a los humanos, y el mago usualmente la toma para su propósito.

Entonces, un ser que realmente quiere manejar el poder por medio de rituales y de la magia, si quiere hacerlo sin peligro, debe prepararse exactamente como lo hace un sacerdote.

O sea que tiene que efectuar un periodo de abstinencia en donde se la va a pasar orando para así eliminar la negatividad que lleva en su interior y al mismo tiempo ir aumentando su nivel vibratorio. Y también tiene que ayunar para limpiar incluso las partes más pequeñas de su cuerpo (me refiero a sus células).

Y luego, después de un tiempo determinado de preparación, él debe posicionarse con el eje del planeta que corresponde con su ritual, y solo entonces puede efectuar su ritual sin riesgo. Pero después del ritual, es muy importante y muy necesario que prolongue durante la misma cantidad de días que requirió para su preparación, la abstinencia para que así se mantenga su protección.

Y ese es un error que mucha gente comete, porque incluso si el ritual se pasó bien, este puede volverse catastrófico porque cuando realizas un ritual, efectúas una ceremonia en donde te conectas con una entidad, pero también eso significa que al mismo tiempo te abres a esa entidad, y esta apertura no se cierra de inmediato cuando termina el ritual.

Y por consiguiente, ustedes permanecen abiertos en los otros planos de existencia (astral, mental, etc, todo depende del ritual). Y es a causa de esta abertura que ustedes necesitan durante un tiempo igual, continuar con la abstinencia y las elevadas vibraciones después del ritual, para que estas los protejan mientras que esa abertura se va progresivamente cerrando.

Y es por eso que hay muchas personas en todo el mundo que han realizado rituales sin problemas, pero que con el tiempo comienzan a deteriorarse, a ser poseídos, o incluso a ser destruidos.

Y eso se debe porque ustedes deben de saber que en todo procedimiento mágico de invocación se genera una abertura, y cuando hay abertura ustedes deben de  proteger esa abertura porque si no arriesgan que algo negativo los invada y se aloje dentro de ustedes.

Y a medida que efectúen más seguido ese ritual, esa abertura se volverá más permanente, pero también la protección se volverá más permanente (siempre y cuando mantengan elevadas vuestras vibraciones). »

(Conferencia del 7.11.87)



Y si bien, en la alquimia no se está efectuando rituales de invocación, si se requiere también de energía para poder llevar a cabo los procesos alquímicos, y por lo tanto yo sospecho que también esa energía se va a recibir de entidades sutiles, y por consiguiente también el aura del alquimista se va a abrir.

Y aunque Franz Hartmann aseguró que su amigo era un hombre impecable, tal vez el Dr. K todavía tenía alguna oscuridad escondida dentro de él, y eso fue suficiente para que las entidades negativas del astral lograran terminar por vencerlo.



Y es por eso que el maestro Pastor también explicó que los humanos antes de poder adentrarse realmente dentro del ocultismo avanzado, o sea en las prácticas esotéricas donde ya se maneja verdaderamente el poder, primero ellos deben de vencer al morador del umbral.

Y lo que el maestro explicó al respecto fue lo siguiente:

« Pues bien, como les dije, el guardián del umbral es todo el aspecto oscuro, tenebroso y siniestro que ustedes han ido creado e ido acumulado a lo largo de vuestras reencarnaciones, y el cual incluso puede tomar la forma de una entidad que demora en el plano astral.

Y el esoterismo lo llama así porque precisamente esta entidad se presenta ante el individuo cuando éste quiere alcanzar una cierta iniciación que le permitirá adquirir un nivel de poder mayor.

Es decir que cada vez que un humano quiere aumentar su nivel vibratorio pero de una manera radical (y con esto me refiero a que no solo quiere incrementarlo, sino que estoy hablando de acceder a un tipo vibratorio mucho mayor). Entonces, toda la suma de lo que ha vivido, conocido, hecho o no hecho. Toda la suma de lo que está en su mente consciente o inconscientemente. Todo su astral exacerbado en las tres dimensiones del plano astral, vienen hacia él.

Y esto lo hacen, no para evitar que el humano vaya más lejos como algunos podrían creerlo, sino simplemente porque esa vibración más elevada que ese individuo busca incorporar en él, solo puede ser incorporada si todas esas escorias que él tiene acumuladas han sido primero eliminadas.

Y si todas esas escorias no han sido previamente eliminadas, entonces el individuo antes de que pueda ir más allá, primero debe de encontrarse y enfrentar a sus propias profundidades infernales o a su propia sombra que yace en el astral (todo depende de cada individuo).

Y en ese momento, el individuo toma conciencia de toda la oscuridad que hay en él (y no me refiero de solo esta reencarnación sino de todas las reencarnaciones que ha efectuado), y esta comprensión hace que se aterrorice, porque cuando te has encontrado con toda la oscuridad que has acumulado, no puedes olvidar esa visión.

Sin embargo, ese encuentro corresponde más para aquellos que practican la magia o el ocultismo, porque conocer al guardián del umbral es más bien un evento que concierne a los magos, mientras que el humano que evoluciona normalmente (o sea gentilmente y a un ritmo tranquilo), ese humano nunca se encontrará con el guardián del umbral, debido a que a medida que va evolucionando, automáticamente y gradualmente va quemando todas esas escorias, ya que gradualmente se va deshaciendo de todos sus espejismos, se va limpiando de todas sus fantasías, y se va liberando de todo su karma negativo.

Lo que va a provocar que el día en que acceda a esa vibración superior, todo lo que había de oscuridad en él, ya habrá sido eliminado, y por consiguiente ese humano se va a encontrar solamente con sí mismo, debido a que el guardián del umbral ya se habrá extinguido, y en esos casos no hay problema con ascender a ese nivel superior de existencia.

En cambio, con aquellos que si se adentran mucho en el ocultismo, para esos individuos, sí puede volverse una realidad el encuentro con el guardián del umbral, es decir, con su sombra negativa. »

(Conferencia del 7.11.87)








CONCLUSIÓN

Así que si ustedes quieren volverse grandes alquimistas, no solamente tienen que adquirir conocimientos y poderes, sino que sobre todo deben de purificar vuestro ser y trabajar en acelerar vuestra evolución.














LA ALQUIMIA QUE PRACTICABA EL CONDE DE SAINT-GERMAIN





Sabemos poco sobre este asunto y mucho se ha inventado al respecto, por ejemplo existen anécdotas que dicen que el conde de Saint-Germain podía fusionar pequeños diamantes para crear grandes diamantes, y que también sabía hacer oro a partir de otros metales.

Y para ilustrarles lo que se mencionó sobre este tema, a continuación les transcribo los testimonios que he encontrado:




TESTIMONIOS QUE MUY PROBABLEMENTE
SON INVENTOS


Giacomo Casanova

El famoso aventurero en sus Memorias cuenta que cuando él se encontró con el conde de Saint-Germain, éste transformó una moneda ordinaria en una moneda de oro frente a sus ojos:

« Entonces el conde me preguntó:

    -   ¿Tiene algún dinero en vuestro bolsillo?

Yo vacié mi bolsillo en su mano y él tomó solo una moneda que colocó sobre un carbón ardiente y la cubrió con un polvo negro, mientras avivaba el fuego soplando a través de un tubo de vidrio, hasta que la moneda enrojeció y se inflamó.

Y luego, cuando la moneda se enfrío, me dijo riendo:

    -   “Aquí está su moneda, tómela: ¿reconoce en lo que la he convertido?

Y yo me exclamé.

    -   ¡Eso es oro!

    -   “Y del más puro”, él me respondió»

(Memorias VI, p.76-79)

Y también Casanova relató que el conde de Saint-Germain derritió diamantes pequeños para transformarlos en diamantes más grandes. Y aunque hay datos históricos que confirman que efectivamente Casanova conoció al conde de Saint-Germain, estos relatos en sus Memorias son poco fiables debido a lo embustero que fue ese individuo, a los errores históricos que Casanova cometió, y también debido a que esas historias suenan inventadas.






El Conde de Lamberg

Y esa idea de que Saint-Germain derritió diamantes pequeños para hacer diamantes más grandes también la relató el conde Maximillian von Lamberg. Pero dado que Lamberg y Casanova se conocieron en 1761, lo más seguro es que Casanova fue quien le contó esas historias a Lamberg, así como otras que posteriormente el conde de Lamberg plasmó en sus Recuerdos, en donde él escribió:

« Rico en exceso, despreciando profundamente los tesoros, Saint-Germain fue visto prodigando fantásticos regalos a sus amigos e incluso a los príncipes: su fortuna era inagotable debido a que él transmutaba los metales transformándolos en oro, y dijo que lo había aprendido de un viejo brahmán hindú, y quien también le había enseñado la forma de "vivificar" el carbono puro para transformarlo en diamante.

En 1780, durante su visita a la Embajada de Francia en La Haya (sic), él rompió con un martillo un magnífico diamante que él había producido por medios alquímicos; y justo acababa de vender uno de tamaño igual, y también hecho por él, a un joyero por el precio de 5’500 Louis d'or»
(Mémorial d’un Mondain, 1775, p.83)






La Condesa d‘Adhémar

En un libro titulado Recuerdos sobre María Antonieta” supuestamente escrito por la condesa d‘Adhémar, está escrito lo siguiente:

« El marqués de Valbelle (quien fue el primer esposo de la condesa) fue a visitar al conde de Saint-Germain y lo encontró ocupado soplando en un tubo de vidrio; y éste le pidió que le confiara un ecu de seis libras.

El marqués sacó uno de su bolsillo y se lo dio a Saint-Germain, quien lo colocó en un recipiente y lo cubrió con materia oscura; y luego con ese dispositivo, el conde lo expuso a la luz de la calle, y el marqués vio que cambiaba de color, se volvía rojo, y después de unos minutos el conde retiró la moneda del brasero, la dejó enfriar y se la regresó al marqués.

Pero ya no era una moneda de plata sino de oro y del más puro. La transmutación había sido completa, y yo (la condesa d‘Adhémar) guardé esa moneda hasta 1786, cuando se la robaron a mi secretario junto con varias otras monedas francesas y extranjeras antiguas que tenía»
(Tomo 1, p.297)


Se sospecha fuertemente que ese libro en realidad fue escrito por el barón Étienne Léon de la Mothe Langon, quien fue un prolífico escritor de memorias “históricas” en donde él mezclaba verdad con ficción para mantener al lector más cautivado.

Y la prueba más fehaciente es que el conde de Saint-Germain estuvo en París solo en los años 1758 y 1759, por lo que él no pudo haber conocido a la condesa d’Adhémar debido a que ella nació en 1760.

Y deducimos que Langon se basó en lo que relató Casanova, debido a lo similar que son esas dos historias, y también porque la primera traducción al francés de las Memorias de Casanova apareció en París de 1826 a 1829, mientras que el libro de Langon se publicó en 1836.

Y el título completo es: “Recuerdos sobre María Antonieta, archiduquesa de Austria, reina de Francia y de la corte de Versalles, por la señora Condesa d´Adhémar, señora del palacio”.






El Doctor Biester

Y esas anécdotas fantasiosas se extendieron entre el público haciendo que muchas personas se las creyeran, como lo relató el Doctor Biester, quien en un artículo escribió:

« Se dice que el conde de Saint-Germain tenía el poder de mejorar el cuero y la lana, pero que también sabía cómo quitar las manchas de los diamantes defectuosos y lograba fundir varios diamantes en uno. Y también que sabía cómo crear el oro. Y se dice que también había encontrado el secreto para rejuvenecer e incluso para no morir. He escuchado todo eso. »
(Periodico Berlinische Monatsschrift, enero de 1785)






Madeimoselle Lenormand

O también la Señorita Lenormand, quien fue una famosa adivina durante el Primer Imperio y que en sus Recuerdos relató lo siguiente:

« Algunos cabalistas afirman que el famoso conde de Saint-Germain todavía está vivo; y los seguidores de esa ciencia hermética aseguran con la mejor fe del mundo y con el sentimiento de convicción, que este gran alquimista está ocupado diariamente haciendo oro, y así se pasa su tiempo muy agradablemente, y que a veces viaja a un país y a veces a otro, y que no tiene una morada fija, sino que el mundo es ahora su tierra natal»
(Les souvenirs prophétiques d’une sibylle. Paris, 1814, p.383-386)



Pero como lo vimos, esos relatos son poco fiables, pero afortunadamente también existen otros testimonios que son mucho más factibles.








LOS TESTIMONIOS QUE MUY PROBABLEMENTE
SI SON GENUINOS


El Duque de Choiseul

Fue un oficial militar, diplomático y estadista, y el duque ordenó a sus policías que efectuaran una investigación para conocer el origen de los fondos que disponía el conde de Saint-Germain, y lo que descubrieron es que el conde poseía una gran cantidad de piedras preciosas, y que cuando él requería dinero, mandaba a una persona calificada para venderlas en los mercados internacionales de Londres o de Ámsterdam.
(Chacornac, p.111)






Madame de Pompadour

Ella fue la cortesana favorita del rey de Francia, y cuando el conde de Saint-Germain fue presentado a Madame de Pompadour, su aire aristocrático y su riqueza la sorprendieron, al grado que ella comentó:

« El conde parecía tener cincuenta años; se veía delgado, ingenioso, vestido muy simple, pero con buen gusto. Y llevaba diamantes muy bonitos en sus dedos, así como en sus accesorios y en su reloj.

Un día apareció con diamantes tan finos que dije que no creía que el rey tuviera unos tan hermosos, y él se los quitó para poderlos ver de más cerca y compararlos con las piedras de los otros invitados. Monsieur de Gontaut que estaba allí, dijo que esos diamantes debían valer al menos doscientos mil francos. Y también tenía unos rubís que brillaban increíblemente»
(Hausset, p.145)






El Rey Luis XV

Madame de Hausset, quien fue la mucama de madame de Pompadour, relató la siguiente historia en sus Memorias:

« Habiendo escuchado que el conde de Saint-Germain podía perfeccionar los diamantes, el rey quiso comprobarlo y pidió que le trajeran un diamante que él poseía pero que tenía una mancha. El diamante se pesó y el rey le dijo al conde:

-      "Actualmente vale seis mil libras, pero podría valer diez mil sin la mancha. ¿Me ayudaría a ganar cuatro mil libras?"

El conde después de examinar cuidadosamente el diamante le respondió:

-      "Si es posible, y si su majestad me lo confía, dentro de un mes se lo regresaré ya impecable."

Y después de un mes, el conde cumplió su palabra y le regresó el diamante al rey, pero ya sin la mancha, y el rey ordenó que volvieran a pesar el diamante y éste tenía prácticamente el mismo peso. Entonces el rey lo envió a su joyero pero sin decirle nada, y el joyero le entregó nueve mil seiscientas libras; y el rey todo sorprendido solicitó al joyero que le regresara de nuevo el diamante para mantenerlo como curiosidad, ya que quedó muy impresionado por los conocimientos que poseía el conde de Saint-Germain.

El conde no quiso revelar su secreto, pero aseguró que él sabía también incrementar el tamaño de las perlas y darles un brillo muy hermoso»
(Hausset, p.143)






El Barón de Gleichen

El Barón Karl Heinrich von Gleichen fue un prominente masón que conoció a Saint-Germain en 1759 en Paris, y él contó que Saint Germain poseía una gran cantidad de piedras preciosas de sorprendente tamaño y belleza, y también poseía secretos químicos para la fabricación de colores, tintes y el similor que es un metal parecido al oro.

« El conde me hizo admirar una cantidad de piedras preciosas de un sorprendente tamaño y perfección. Había, entre otras piezas, un ópalo de un tamaño gigantesco y un zafiro blanco del tamaño de un huevo, y el cual opacaba con su brillo a todas las piedras que yo ponía a su lado.

Me atrevo a presumir que soy un conocedor en joyería, y puedo asegurarles que quedé maravillado por aquella colección, parecía que estaba viendo los tesoros de la lámpara maravillosa.

Y el conde también poseía varios secretos químicos, especialmente en la fabricación de colores, tintes y una especie de similor de rara belleza»
(Gleichen, p.122)






El Conde de Cobenzl

El conde Karl Cobenzl mencionó que Saint-Germain eliminó un defecto de un diamante que era de su propiedad, aumentando así considerablemente su valor, y que también Saint-Germain podía transformar los metales:

« En otra ocasión le mostré una gran piedra preciosa que tenía manchas, y Saint-Germain me dijo que en unos días él podría quitarle esas imperfecciones. Y así fue, unos días después trajo la misma piedra, pero esta vez estaba impecable.

Él lo sabe todo, y es de una rectitud y bondad digna de admiración. Entre otras pruebas de conocimiento, realizó varios experimentos ante mis ojos; En breve enviaré muestras de su excelencia. Lo más esencial es la transformación del hierro en un metal tan hermoso como el oro, y por decir lo menos igual de bueno para cualquier tipo de trabajo de orfebrería»
(Fuller, p.170; Chacornac, p.173)






El Barón de Hardenbroek

En marzo de 1762, un holandés, el barón van Hardenbroek, escribió en su diario que Saint-Germain poseía piedras raras y preciosas como: rubíes, zafiros, esmeraldas y diamantes. Y se dice que también él posee el arte de hacer a los diamantes más brillantes y de darles un mejor color a las piedras preciosas; y que él es testigo que es un hombre muy generoso.

(Gedenkschriften van Gijsbert Jan van Hardenbroek, Amsterdam: Müller, F.J.L. Krämer (ed.), 1901-1918, vol. 1, p.220-1; Fuller, p.163)






El Ministro Guttenberg

Karl Friedrich Reinhard von Gemmingen-Guttenberg fue un militar y estadista alemán. Y él también aseguró que Saint-Germain poseía el arte de eliminar los defectos de los diamantes y también sabía embellecer los metales.

Y también mencionó que Saint-Germain le mostró una gran navaja de bolsillo, de la cual la mitad era de plomo y la otra mitad era de hierro duro, mostrándole así que el hierro podía ser tan flexible y dúctil como el plomo, sin perder sus propias cualidades.

(‘Guerra Wer "Graf Saint-Germain": eine historisch-kritische Bestandsaufnahme‘, Jahrbuch der Heimatgemeinschaft Eckernförde e.V., n. 5, 2004, p.33.)






El Príncipe Carl

El principal testimonio lo encontramos con el príncipe Carl Hesse-Cassel, quien fue el único discípulo conocido que tuvo Saint-Germain, y quien en sus Memorias relató lo siguiente:

« Antes de involucrarme con el conde de Saint-Germain, me puse a investigar sobre ese hombre extraordinario, y por ejemplo en el ejército prusiano le pregunté especialmente acerca de él a mi amigo el coronel Frankenberg, quien lo conocía, y éste me respondió:

   Poco se sabe sobre el conde de Saint-Germain, pero usted puede estar seguro que no es un embustero y que si tiene efectivamente un alto conocimiento. Hace un tiempo atrás yo estuve en la ciudad de Dresden con mi esposa y ahí nos encontramos al conde quien nos mostró su amistad, ya que mi esposa quería vender un par de pendientes, pero el joyero le respondió que sus aretes tenían muy poco valor. Entonces ella se lo comentó al conde, quien le dijo:

     -   "¿Me los puede enseñar?"

Lo que ella hizo, y entonces el conde le preguntó:

     -   "¿Me los confiaría por un par de días?"

Ella aceptó y dos días después el conde se los devolvió habiéndoselos embellecidos, y el joyero a quien luego ella se les mostró, le comentó:

-      "Estas si son piedras hermosas y de mucha mejor calidad que las anteriores que usted me mostró."

¡Y le pagó más del doble de lo que iba a pagarle dos días antes!


Saint-Germain llegó poco después a Slesvic, y él me habló de las grandes cosas que quería hacer por el bien de la humanidad, y aunque al inicio yo no estaba muy entusiasmado, al final consideré que sería un gran error rechazar un conocimiento tan importante en todos los aspectos, y ya sea por una idea falsa de sabiduría o por avaricia me convertí en su discípulo.

El conde de Saint-Germain habló mucho sobre técnicas que no costaban casi nada para embellecer los colores de las prendas, y también de la mejora de los metales, pero especificando que no era necesario crear oro, incluso si uno sabía cómo hacerlo, y se mantuvo absolutamente fiel a ese principio.

Y también dijo que las piedras preciosas no se pueden crear de la nada y por consiguiente primero hay que comprarlas, pero cuando se mejora su calidad, aumentan enormemente su valor.

Y de hecho, no había casi nada en la naturaleza que él no supiera utilizar o mejorar, y me confió casi todo el conocimiento que él tenía sobre la naturaleza, pero solo dándome las explicaciones introductorias, y luego haciéndome investigar por mí mismo a través de pruebas, y se mostraba extremadamente feliz cuando yo tenía existo.

Este método se relacionó con los metales y las piedras preciosas, pero en lo que concierne a los colores, él me dio la información directamente, así como también varios otros conocimientos importantes»
(Mémoires de mon temps, JH Scrultz's Printers, 1861. p.132-136)



El conde de Saint-Germain pasó sus últimos cuatro años de vida bajo la protección del príncipe Carl, y abajo les muestro una vieja torre que se encontraba en los territorios del príncipe, pero que actualmente ya no existe, y en donde se dice que el príncipe Carl y el conde de Saint-Germain tenían su laboratorio de alquimia.






Y como lo pueden constatar, en los testimonios hay anécdotas muy fantasiosas que se mezclan con anécdotas más factibles. Pero a partir de todo lo que se relató, podemos considerar que el conde de Saint-Germain no podía crear diamantes, pero en cambio si podía mejorar el brillo y el color de las piedras preciosas, haciendo que su valor aumentara sustancialmente.

Lo cual puede impresionar mucho a algunos lectores, pero ustedes deben de sabe que hoy ya se ha descubierto que el color y el brillo de las piedras preciosas se pueden mejorar irradiándolas con electrones o neutrones, y los diamantes defectuosos se pueden mejorar hirviéndolos dentro de ácidos fuertes, si los defectos son accesibles a través de alguna grieta capilar.

Y aunque no tenemos detalles sobre las técnicas que utilizaba el conde de Saint-Germain, es muy probable que él haya utilizado ácidos, ya que él era un experto en el teñido y los ácidos se utilizan mucho en esa actividad.


En cuanto al oro, su discípulo el príncipe Carl dejó entender que tal vez el conde de Saint-Germain si sabía como crear oro, pero que él se rehusaba a efectuar ese procedimiento. En cambio lo que si hacía era embellecer los metales, y en particular dorar los metales, lo que llevó mucha gente a creer que el conde de Saint-Germain transformaba los metales en oro.

Y el conde estuvo perfeccionando esa técnica durante décadas, y la información proporcionada por Cobenzl indica que él tomaba hierro crudo y lo sumergía en agua (seguramente con aditivos) lo que provocaba que el hierro cambiara de oscuro a dorado. Y luego utilizaba esa agua para hacer pinturas.

Y según un experto moderno en el campo de la tintura, él considera que la permutación dorada del hierro podría ser cloruro férrico, o más probablemente, ferrocianuro.

Sin embargo Guttenberg dice que no siempre funcionaba y menciona casos en donde el hierro de color dorado perdió rápidamente su brillo, pero esto podría deberse porque los trabajadores involucrados utilizaron métodos defectuosos o los ingredientes requeridos tenían impurezas en esas ocasiones. Dado que también hay muchos testimonios que afirman que los resultados fueron a menudo exitosos y duraderos.

Guttenberg dice que una fábrica creada para el metal dorado pronto falló. Pero más tarde, el príncipe Carl estableció una fábrica para ese metal en Ludwigsburg, que fue muy rentable.

El inventario de la herencia del príncipe Carl incluye una gran cantidad de productos químicos encontrados en su laboratorio, donde se dice que “hizo oro”, primero con Saint-Germain y luego con varios orfebres. Y también se encontraron varias piezas de ese metal dorado y varias joyas hechas por él mismo.

Y en 1996 se realizó una exposición sobre Carl de Hesse-Cassel en los archivos de Schleswig-Holstein en donde se incluyó varias muestras de ese metal dorado.

Así que lo que muchos pensaron que era oro y que varios testigos mencionaron desde cuando Saint-Germain estuvo en Francia a fines de la década de 1750, en realidad no era el resultado de la transmutación alquímica del plomo en oro, sino un proceso químico que doraba el hierro.








CONCLUSIÓN

Entonces vemos que el conde de Saint-Germain fue sobre todo un gran químico muy avanzado para su época, lo cual hacía que la gente pensara que los métodos que él utilizaba eran “magia” y “alquimia” cuando en realidad eran simplemente ciencia.

Y la pregunta que surge entonces es.

¿Pero fue el conde de Saint-Germain también un alquimista?

Y la respuesta es que muy posible también lo fue, ya que el conde de Saint-Germain también fue un gran ocultista, pero dado que la alquimia es una disciplina muy secreta, es lógico que sobre ese aspecto no tengamos información debido a que los alquimistas se mantienen muy herméticos sobre las investigaciones que ellos efectúan. Sin embargo su discípulo el príncipe Carl dejó entrever que si la practicaban.

Y otro acontecimiento que me lleva a pensar que efectivamente también el conde de Saint-Germain fue un alquimista, es que el maestro Kuthumi en una carta precisó que:

« Saint-Germain registró las doctrinas ocultas en cifras, y su único manuscrito cifrado permaneció en poder de su fiel amigo y protector, el benevolente príncipe germano (Cassel)»
(CM 49, p.280)


Y Blavatsky mencionó que los escritos de Saint-Germain fueron posteriormente retirados:

« No serán de ninguna utilidad para nadie más en Europa, porque los preciosos documentos se quedaron con un oriental (un hindú) que recibió el encargo de transmitirlos a una determinada persona que vendría de Amritsar, “la Ciudad de la Inmortalidad”, para reclamarlos. »
(CW XI, p.184)


Y yo no creo que los adeptos hubieran hecho todo ese esfuerzo para resguardar esos documentos que escribió Saint-Germain, si solo contuvieran formulas químicas para perfeccionar las piedras preciosas y dorar los metales.