EVENTOS DEL ANTIGUO TESTAMENTO EXAMINADOS ARQUEOLÓGICAMENTE POR TITO VIVAS




El arqueólogo español Tito Vivas en los siguientes videos habló acerca de varios acontecimientos que se mencionan en el Antiguo Testamento, pero examinándolos desde un punto de vista arqueológico:




El Arca de Noe








Moisés








El Éxodo








El Arca de la Alianza













EL CUERPO FÍSICO EXAMINADO POR WILLIAM JUDGE



(Esta es la primera parte del capítulo 5 del libro "El Océano de la Teosofía" de William Judge, y añadí subtítulos para facilitar la lectura.)



El cuerpo, como masa de carne, huesos, músculos, nervios, materia cerebral, bilis, mucosa, sangre y piel, es objeto de atención exclusiva para demasiadas personas, que lo convierten en su dios porque se han identificado con él, sintiéndolo solo cuando dicen "yo".

Pero el cuerpo físico abandonado a sí mismo carece de sentido y actúa en tal caso únicamente por reflejo y acción automática. Esto lo vemos durante el sueño, pues entonces el cuerpo adopta actitudes y realiza movimientos que el hombre despierto no permite.

Es como la madre tierra, pues está compuesta de un número de "vidas" infinitesimales. Cada una de estas vidas es un punto sensible. No solo hay microbios, bacilos y bacterias, sino que estos se componen de otros, y estos de vidas aún más diminutas.

Estas vidas no son las células del cuerpo, sino que las conforman manteniéndose siempre dentro de los límites asignados por la evolución a la célula. Giran y se mueven constantemente juntas por todo el cuerpo, encontrándose en ciertos espacios aparentemente vacíos, así como donde se ven carne, membranas, huesos y sangre. También se extienden más allá de los límites externos reales del cuerpo hasta una distancia medible.

Uno de los misterios de la vida física se esconde entre estas "vidas". Su acción, impulsada por la energía vital (llamada en sánscrito Prana o Jiva) explica la existencia activa y la muerte física. Se dividen en dos clases: una, los destructores, la otra, los preservadores, y estos dos se combaten entre sí desde el nacimiento hasta que los destructores ganan.




El motivo teosófico de la muerte

En esta lucha, la propia Energía Vital termina la contienda porque es la vida la que mata. Esto puede parecer heterodoxo, pero en la filosofía teosófica se considera así, pues se dice que el niño vive porque la combinación de órganos sanos es capaz de absorber la vida que lo rodea en el espacio, y se duerme cada día por la fuerza abrumadora de la corriente de vida, ya que los preservadores entre las células del cuerpo juvenil aún no han sido dominados por la otra clase.

Estos procesos de dormirse y despertarse son simple y exclusivamente la restauración del equilibrio en el sueño y la acción producida al perturbarlo al despertar.

Puede compararse con la luz de arco eléctrico, donde el arco brillante de luz en el punto de resistencia es el símbolo del hombre despierto y activo. Así, al dormir, volvemos a absorber, y no a resistir, la Energía Vital; y al despertar, la expulsamos.

Pero como nos rodea como un océano en el que nadamos, nuestra capacidad para expulsarla es necesariamente limitada.

Justo al despertar estamos en equilibrio en cuanto a nuestros órganos y nuestra vida; al dormirnos, estamos aún más llenos de vida que por la mañana; nos ha agotado; y finalmente mata el cuerpo.

Semejante contienda no podría librarse eternamente, ya que el peso de la vida de todo el sistema solar se opone a la capacidad de resistencia concentrada en un pequeño cuerpo humano.

(Nota de Cid: así como la corriente eléctrica ilumina pero también desgasta a un foco hasta terminar por fundirlo, de la misma manera los teósofos dicen que el prana da vida pero también va desgastando hasta terminar por matar a los humanos y a los demás seres.)




El cambio continuo del cuerpo

Los Maestros de Sabiduría consideran que el cuerpo es el más transitorio, impermanente e ilusorio de toda la serie de componentes del hombre. No es el mismo ni por un instante. Siempre cambiante, en movimiento en cada parte, de hecho nunca está completo ni terminado, aunque sea tangible.

Los antiguos lo percibieron claramente, pues elaboraron una doctrina llamada Nitya Pralaya, o el cambio continuo de las cosas materiales, la destrucción continua. Esto es conocido ahora por la ciencia en la doctrina de que el cuerpo experimenta una completa alteración y renovación cada siete años.

Al final de los primeros siete años ya no es el mismo cuerpo que era al principio. Al final de nuestros días ha cambiado siete veces, quizás más. Y sin embargo presenta la misma apariencia general desde la madurez hasta la muerte; y es una forma humana desde el nacimiento hasta la madurez.

Este es un misterio que la ciencia no explica; es una cuestión relativa a la célula y a los medios por los cuales se conserva la forma humana general.

La "célula" es una ilusión. Es simplemente una palabra. Carece de existencia material, pues toda célula está compuesta de otras células. ¿Qué es entonces una célula?

Es la forma ideal dentro de la cual se organizan los átomos físicos reales —compuestos por las "vidas". Y dado que se admite que las moléculas físicas se alejan constantemente del cuerpo, deben abandonar las células a cada instante. Por lo tanto no existe una célula física, sino los límites privativos de una sola, las paredes ideales y la forma general.

Las moléculas se posicionan dentro de la forma ideal según las leyes de la naturaleza y la abandonan casi de inmediato para dar paso a otros átomos.

Y así como ocurre con el cuerpo, ocurre con la Tierra y con el sistema solar. Y así también, aunque a un ritmo más lento, con todos los objetos materiales. Todos están en constante movimiento y cambio.

Esta es la sabiduría moderna y también antigua. Esta es la explicación física de la clarividencia, la clariaudiencia, la telepatía y la lectura de la mente.

Esto nos ayuda a ver cuán engañoso e insatisfactorio es nuestro cuerpo.










LA ENERGÍA DE VITALIDAD EXPLICADA POR WILLIAM JUDGE


(Aquí les voy a recopilar lo que William Judge dijo acerca de la energía que da vida a los seres, y les añado mis explicaciones a lo que él dijo.)



La energía de vitalidad

« La La energía de vida (llamada en sánscrito Prana o Jiva) es lo que mantiene a los seres vivos.

La vida no es el resultado del funcionamiento de los órganos, ni desaparece cuando el cuerpo se disuelve. Es un principio universalmente omnipresente. Es el océano en el que flota la Tierra; impregna el globo y a cada ser y objeto que lo habita.

Actúa incesantemente sobre nosotros y a nuestro alrededor, pulsando contra nosotros y a través de nosotros eternamente. Y cuando ocupamos un cuerpo, simplemente utilizamos un instrumento más especializado que cualquier otro para interactuar tanto con Prana como con Jiva.

Estrictamente hablando, Prana es aliento; y como el aliento es necesario para la continuidad de la vida en la máquina humana, esa es la palabra más adecuada.

Jiva significa "vida" y también se aplica al alma viviente, pues la vida en general deriva de la Vida Suprema misma. Jiva, por lo tanto, es susceptible de aplicación general, mientras que Prana es más particular. No se puede decir que uno posea una cantidad definida de esta Energía Vital que regresará a su fuente si el cuerpo se quema, sino que actúa con cualquier masa de materia que contenga.

Nosotros, por así decirlo, la segregamos o la utilizamos mientras vivimos. Porque, ya sea que estemos vivos o muertos, la energía vital sigue ahí; en la vida, entre nuestros órganos que los sustentan, en la muerte, entre las innumerables criaturas que surgen de nuestra destrucción.

No podemos eliminar esta vida, como tampoco podemos borrar el aire en el que flota el pájaro, y como el aire, llena todos los espacios del planeta, de modo que en ningún lugar podemos perder su beneficio ni escapar de su poder aplastante final. Pero al actuar sobre el cuerpo físico, esta vida —Prana— necesita un vehículo, un medio o una guía, y este vehículo es el cuerpo astral. »
(El Océano de la Teosofía, cap.5)





Prana nutre el segundo principio que compone al hombre

« El principio designado como Jīva es una diferenciación especial para la energización del ser humano a partir del gran océano prāņico del principio vital, que es una de las vibraciones distintivas ya mencionadas, y una fase de la manifestación del espíritu.

No cesa cuando la entidad colectiva llamada hombre muere, sino que simplemente continúa sus vibraciones en la miríada de vidas que componen las células del cuerpo, sin animarlas en una acción agregada armoniosa. »
(Ecos del Oriente III, p.235)


« Un análisis del cuerpo revela más que la mera estructura molecular, pues muestra una fuerza o poder que lo mantiene vivo y activo durante su período natural.

El Sr. Sinnett, en su libro "Buddhismo Esotérico", intentando transmitir a sus compatriotas el conocimiento del sistema oriental, lo llamó Prāņa o Jīva; otros sin embargo lo llaman solo Prāņa, lo cual parece más apropiado, ya que el aspecto humano de la fuerza vital depende de Prāņa, o aliento.

A continuación les pongo la clasificación del Sr. Sinnett con los siete principios que constituyen al ser humano:

El cuerpo físico o Rūpa
Vitalidad o Prāņa-Jiva
El cuerpo astral o Liṅga Śarīra
El alma astral o Kāma Rūpa [que Judge denomina las pasiones y los deseos]
El alma humana o Manas
El alma espiritual o Buddhi
El espíritu o Atma. »
(Ecos del Oriente III, p.44)


A los instructores teosóficos iniciales no les gusta llamar al principio pránico 'cuerpo' porque contrario al cuerpo físico y al cuerpo astral, no tiene una forma definida.

Y por el mismo motivo tampoco les gusta llamar 'cuerpos' a los otros principios. Ellos prefieren llamarlos envolturas sutiles.





El motivo teosófico de la muerte física

« La propia energía vital también es la que mata. Esto puede parecer heterodoxo pero en la filosofía teosófica se considera así, pues se dice que el niño vive porque la combinación de órganos sanos es capaz de absorber la vida que lo rodea en el espacio, y se duerme cada día por la fuerza abrumadora de la corriente de vida, ya que los preservadores entre las células del cuerpo juvenil aún no han sido dominados por la otra clase.

Estos procesos de dormirse y despertarse son simple y exclusivamente la restauración del equilibrio en el sueño y la acción producida al perturbarlo al despertar.

Puede compararse con la luz de arco eléctrico, donde el arco brillante de luz en el punto de resistencia es el símbolo del hombre despierto y activo. Así, al dormir, volvemos a absorber, y no a resistir, la Energía Vital; y al despertar, la expulsamos.

Pero como nos rodea como un océano en el que nadamos, nuestra capacidad para expulsarla es necesariamente limitada.

Justo al despertar estamos en equilibrio en cuanto a nuestros órganos y nuestra vida; al dormirnos, estamos aún más llenos de vida que por la mañana; nos ha agotado; y finalmente mata el cuerpo.

Semejante contienda no podría librarse eternamente, ya que el peso de la vida de todo el sistema solar se opone a la capacidad de resistencia concentrada en un pequeño cuerpo humano. »
(El Océano de la Teosofía, cap.5)


Así como la corriente eléctrica ilumina pero también desgasta a un foco hasta terminar por fundirlo, de la misma manera los instructores teosóficos dicen que el prana da vida pero también va desgastando hasta terminar por matar a los humanos y a los demás seres.





La envoltura pránica después de la muerte física

« Al morir el cuerpo físico, Prāņa regresa a la reserva de fuerza. »
(Ecos del Oriente III, p.44)


« Al morir o poco después, el cuerpo físico se disuelve en sus elementos y el Prāṇa manifestado en él se convierte nuevamente en Jīva. »
(Ecos del Oriente III, p.368)


Sería más exacto decir que así como las partículas de materia que constituyen al cuerpo físico, después de que el cuerpo físico muere, estas partículas regresan a la materia.

De la misma manera cuando el 'cuerpo de vitalidad' fallece, las partículas que lo componen regresan a formar parte de la substancia pránica en general.

Y en una enseñanza más profunda se explica que aunque el cuerpo físico fallezca, 'el cuerpo de vitalidad' se mantiene activo hasta que termine el periodo para el que fue construido, y va a mantener existiendo durante ese tiempo al alma fallecida en el plano astral.

Cuando el cuerpo pránico fallece, rápidamente el cuerpo astral también fallece y el humano asciende al plano kámico donde va a estar un tiempo existiendo.

Ahí la parte buena de su naturaleza va a ascender al plano mental, mientras que su parte mala va a quedar con su Kāma Rūpa y van a ir paulatinamente desintegrándose.

Y al volver a reencarnar la parte buena (manas inferior) desciende a la Tierra, y la parte mala regresa a la nueva personalidad a través de las skandas.





En la nueva encarnación

« Los principios inferiores cambian en el nuevo nacimiento, pues hay un nuevo Liṅga-Śarīra, nuevas corrientes de Prāṇa, pero Manas, en su doble división, es el mismo. Y es Manas el que sufre en cada nueva vida, mientras que también toda su eflorescencia superior entra en el Devachan ['el Cielo' ubicado en el plano mental]. »
(Ecos del Oriente III, p.397)





Prana mantiene vivo al cuaternario inferior

« Prāṇa incluye el cuerpo físico y parte de kāma-rūpa; el cuerpo astral es el modelo y el medio necesario, y manas (inferior) incluye, causa o atrae parte de kāma. »
(Ecos del Oriente III, p.320)





La interacción de los diversos principios

« En cierto sentido se puede decir que los principios se superponen, ... manas inferior se superpone a kāma, kāma se superpone a prāṇa, y prāṇa se superpone a liṅga-śarīra. »
(Ecos del Oriente III, p.326)





El cuerpo astral es el "vehículo" de prana

« Aunque el Liṅga-Śarīra, el vehículo de Prāņa, es negativo a Prāņa; así como Manas es negativo a Buddhi, y Kāma a Manas Inferior. »
(Ecos del Oriente III, p.416)


En las clasificaciones de los instructores teosóficos iniciales, se pone a prana arriba del cuerpo astral porque el cuerpo astral es el "vehículo" de prana, o sea que es el que permite que prana tenga un apoyo en la estructura oculta del hombre; pero también el cuerpo astral jala hacia abajo al principio pránico.

Y lo mismo sucede con Kāma y Manas Inferior, o sea la naturaleza bestial y humana del hombre.

Y con Manas y Buddhi, o sea su naturaleza mental y espiritual del hombre.





La incineración

« La cremación no tiene efecto directo sobre ninguna de las envolturas o vehículos, pero debe tener el efecto indirecto de liberar la forma astral de la influencia del cuerpo material, y así darle al astral la oportunidad de disiparse más rápidamente. Tiene mucho menos efecto sobre kāma y los demás superiores, y ninguno sobre prāṇa, pues este último está siempre presente y en caso de muerte, simplemente actúa en otro lugar. »
(Ecos del Oriente II, p.358)





Diferencia entre prana y jiva

« Prāṇa es la vida de la existencia material y es el aspecto transitorio de Jīva, que es la Vida Única. »
(Ecos del Oriente III, p.367)


« Pregunta: ¿Por qué se considera a Prāṇa un principio? Siendo el Jīva difundido por todo y habiendo estado presente en todas las cosas desde el principio, tanto en las más bajas como en las más altas, está tanto en el animal como en el hombre, y de él parecen generarse todos los demás principios.


Respuesta de William Judge: El Prāṇa, considerado un «principio» en la clasificación humana, es solo un aspecto del Jīva, no el Jīva propiamente dicho. Es simplemente ese aspecto que tiene relación directa con el hombre físico, y hasta cierto punto podría considerarse como el que traza la línea entre la materia orgánica y la inorgánica, en la cual siempre se manifiesta como un principio.

Pero existen muchos tipos de los llamados Prāṇa. Es un agente fundamental en la constitución del hombre, y como tal no podemos evitar considerarlo un principio, aunque desde un punto de vista más completo es idéntico a Kāma. Sin embargo, la presente clasificación debe ser suficiente. »
(Ecos del Oriente III, p.386)


Prana y Jiva es la misma fuerza de vida pero a medida que desciende en los diferentes planos de existencia, su intensidad se reduce y se vuelve más densa.

Se le denomina Jiva cuando esta fuerza de vida se encuentra en los planos superiores de existencia; y se le llama Prana cuando se manifiesta en el mundo físico y en los planos cercanos.





Prana proviene del Sol

« La segunda división de la naturaleza humana es llamada en la filosofía sánscrita, Prāṇa, que significa aliento, porque se dice que el hombre vive por medio del aliento. Proviene del sol, que es el centro de la vida o del ser de este globo. »
(Ecos del Oriente III, p.189)





Las partículas que constituyen a prana

« Bajo los términos "átomo" y "mónada" del índice, encontramos más información sobre este tema. Todas estas vidas atómicas (y monádicas) se encuentran entre las jīvas, y este plano parece corresponderse con Prāṇa en el hombre. Se dice que Prāṇa vitaliza el cuerpo físico y regresa a la corriente vital universal como jīva tras la muerte del cuerpo. «Prāṇa es un nivel más sutil que la materia densa de la tierra» [The Theosophist, mayo de 1888, p.478]. »
(Ecos del Oriente III, p.335)











EL CUERPO ASTRAL EXPLICADO POR WILLIAM JUDGE


(Esta es la segunda parte del capítulo 5 del libro "El Océano de la Teosofía" de William Judge, y añadí subtítulos para facilitar su lectura.)



Su estrecho vínculo con el principio pránico

Aunque, estrictamente hablando, el segundo constituyente del hombre es el Cuerpo Astral —llamado en sánscrito Linga Sarira—, consideraremos la Energía Vital —o Prana y Jiva en sánscrito— juntos, porque para nuestra observación el fenómeno de la vida se exhibe más claramente en conexión con el cuerpo.

La vida no es el resultado del funcionamiento de los órganos, ni desaparece cuando el cuerpo se disuelve. Es un principio universalmente omnipresente. Es el océano en el que flota la Tierra; impregna el globo y a cada ser y objeto que lo habita.

Actúa incesantemente sobre nosotros y a nuestro alrededor, pulsando contra nosotros y a través de nosotros eternamente. Y cuando ocupamos un cuerpo, simplemente utilizamos un instrumento más especializado que cualquier otro para interactuar tanto con Prana como con Jiva.

Estrictamente hablando, Prana es aliento; y como el aliento es necesario para la continuidad de la vida en la máquina humana, esa es la palabra más adecuada.

Jiva significa "vida" y también se aplica al alma viviente, pues la vida en general deriva de la Vida Suprema misma. Jiva, por lo tanto, es susceptible de aplicación general, mientras que Prana es más particular. No se puede decir que uno posea una cantidad definida de esta Energía Vital que regresará a su fuente si el cuerpo se quema, sino que actúa con cualquier masa de materia que contenga.

Nosotros, por así decirlo, la segregamos o la utilizamos mientras vivimos. Porque, ya sea que estemos vivos o muertos, la energía vital sigue ahí; en la vida, entre nuestros órganos que los sustentan, en la muerte, entre las innumerables criaturas que surgen de nuestra destrucción.

No podemos eliminar esta vida, como tampoco podemos borrar el aire en el que flota el pájaro, y como el aire, llena todos los espacios del planeta, de modo que en ningún lugar podemos perder su beneficio ni escapar de su poder aplastante final. Pero al actuar sobre el cuerpo físico, esta vida —Prana— necesita un vehículo, un medio o una guía, y este vehículo es el cuerpo astral.




Diversas denominaciones para el cuerpo astral

Existen muchos nombres para el Cuerpo Astral. Algunos de ellos son: Linga Sarira (sánscrito que significa 'cuerpo de diseño' y es el nombre más apropiado), doble etéreo, fantasma, espectro, aparición, doppelgänger, hombre personal, periespíritu, alma irracional, alma animal, bhuta, elemental, espectro, diablo, demonio.

Algunos de estos se aplican solo al cuerpo astral cuando está desprovisto del cuerpo después de la muerte. Bhuta, diablo y elemental son casi sinónimos; el primero en sánscrito, el otro en inglés. Para los hindúes, Bhuta es el Cuerpo Astral cuando, por la muerte, se libera del cuerpo y la mente; y al estar así separado de la conciencia, es un diablo en su opinión.

No se equivocan mucho si abolimos la vieja noción de que un diablo es un ángel caído del cielo, pues este diablo corporal es algo que se eleva desde la tierra.

Se podría objetar que el término Cuerpo Astral no es el adecuado para este propósito. Esta objeción surge de la naturaleza y génesis del idioma inglés, pues, al haber surgido en conflicto con la naturaleza y entre un pueblo comerciante, aún no se han acuñado los términos necesarios para designar la gran variedad de facultades y órganos del hombre invisible.

Y como sus filósofos no han admitido la existencia de estos órganos internos, no existen los términos adecuados en el idioma. Así pues, al buscar palabras para describir el cuerpo interno, las únicas que se encontraron en inglés fueron «cuerpo astral».

Este término se acerca a la realidad, ya que la sustancia de esta forma deriva de la materia cósmica o materia estelar, en términos generales. Pero la antigua palabra sánscrita lo describe con exactitud —Linga Sarira, el cuerpo de diseño— porque es el diseño o modelo del cuerpo físico.

Esto es mejor que «cuerpo etéreo», ya que este último podría decirse que es posterior al físico, mientras que, de hecho, el cuerpo astral precede al material.




Características del cuerpo astral

El cuerpo astral está hecho de materia de textura muy fina en comparación con el cuerpo visible, y posee una gran resistencia a la tensión, de modo que cambia muy poco durante la vida, mientras que el físico se altera a cada instante.

Y no solo posee esta inmensa fuerza, sino que al mismo tiempo posee una elasticidad que le permite extenderse a una distancia considerable. Es flexible, plástico, extensible y fuerte.

La materia que lo compone es eléctrica y magnética en su esencia, y es justo la que componía el mundo entero en un pasado remoto, cuando los procesos de evolución aún no habían llegado al punto de producir el cuerpo material para el hombre.

Pero no es materia bruta ni tosca. Tras haber atravesado un vasto período de evolución y sometido a incontables procesos de purificación, su naturaleza se ha refinado a un grado muy superior al de los elementos físicos burdos que vemos y percibimos con el ojo y la mano.




El cuerpo astral moldea el cuerpo físico

El cuerpo astral es el modelo que guía al físico, y todos los demás reinos tienen el mismo modelo astral.

Los vegetales, minerales y animales tienen el doble etéreo, y esta teoría es la única que responderá a la pregunta de cómo la semilla produce su propia especie y todos los seres sintientes producen su equivalente.

Los biólogos solo pueden decir que los hechos son tal como los conocemos, pero no pueden dar ninguna razón por la que de la bellota nunca crecerá nada más que en un roble, salvo que ningún hombre jamás supo que fuera de otra manera. Pero en las antiguas escuelas del pasado se conocía la verdadera doctrina, y ha sido divulgada nuevamente en Occidente gracias a los esfuerzos de H.P. Blavatsky y de quienes se han inspirado en sus obras.




Inicialmente los humanos eran astrales

Esta doctrina sostiene que en los primeros tiempos de la evolución de este globo, los diversos reinos de la naturaleza se delinean primero en un plan o forma ideal, y luego la materia astral comienza a trabajar en este plan con la ayuda del principio de la Vida, hasta que tras largas eras, la forma astral humana evoluciona y se perfecciona.

Esta es, pues, la primera forma que tuvo la raza humana y se corresponde en cierto modo con la alegoría del estado del hombre en el jardín del Edén.

Tras otro largo período, durante el cual avanza el ciclo de descenso hacia la materia, la forma astral finalmente se reviste con una "capa de piel", y la forma física actual aparece en escena. Esta es la explicación del versículo del libro del Génesis que describe la entrega de las capas de piel a Adán y Eva.

Es la caída final en la materia, pues a partir de ese momento, el hombre interior se esfuerza por elevar toda la masa de sustancia física a un nivel superior e impregnarla con una mayor medida de influencia espiritual, para que esté lista para avanzar aún más durante el siguiente gran período de evolución, una vez finalizado el actual.




El cuerpo astral en la etapa embrionaria

Así pues, actualmente, el modelo para el niño en crecimiento en el útero es el cuerpo astral, ya en su forma perfecta antes de nacer. Sobre él se organizan las moléculas hasta que el niño está completo, y la presencia del cuerpo de diseño etéreo explicará cómo la forma adquiere su forma, cómo los ojos emergen desde el interior hacia la superficie del rostro, y muchos otros misterios de la embriología que los médicos pasan por alto con una descripción, pero sin explicación.

Esto también explicará, como ninguna otra cosa, los casos de marcación del niño en el útero, a veces negados por los médicos, pero bien conocidos por quienes se preocupan por observar, como un hecho frecuente.

La forma física en crecimiento está sujeta al modelo astral; está conectada con la imaginación de la madre mediante órganos físicos y psíquicos; la madre crea una imagen intensa por horror, miedo u otras causas, y el modelo astral se ve afectado de forma similar.

En el caso de la marcación por haber nacido sin piernas, las ideas y la intensa imaginación de la madre actúan de tal manera que cortan o arrugan la pierna astral, y el resultado es que las moléculas, al no tener un modelo de pierna sobre el cual trabajar, no crean ninguna pierna física; y lo mismo ocurre en todos los casos similares.

Pero cuando encontramos a un hombre que aún siente la pierna que el cirujano le cortó, o percibe los dedos que le fueron amputados, entonces el miembro astral no ha sido tocado, y por lo tanto, el hombre siente como si aún lo tuviera. Pues ni el bisturí ni el ácido dañan el modelo astral, pero en las primeras etapas de su desarrollo, las ideas y la imaginación tienen el poder del ácido y el acero afilado.




El desdoblamiento astral

En el hombre común, sin formación en ocultismo práctico o sin la facultad innata, el cuerpo astral no puede alejarse más que unos pocos pies del físico. Forma parte de este, lo sustenta y está integrado en él, como las fibras del mango lo están en toda su extensión.

Pero hay quienes, debido a prácticas realizadas en vidas anteriores en la tierra, poseen el poder innato de enviar inconscientemente el cuerpo astral. Estos son los médiums, algunos videntes y muchas personas histéricas, catalépticas y escrofulosas.

Quienes se han entrenado mediante un largo curso de disciplina excesivamente rigurosa, que alcanza la naturaleza moral y mental y supera con creces el poder del hombre común de hoy en día, pueden usar la forma astral a voluntad, pues han superado por completo la ilusión de que el cuerpo físico es una parte permanente de ellos, y además han aprendido las leyes químicas y eléctricas que rigen esta materia.

En su caso, actúan con conocimiento y de forma consciente. en los demás casos el acto se realiza sin poder para impedirlo, o para llevarlo a cabo a voluntad, o para evitar los riesgos que conlleva tal uso de potencias de la naturaleza de carácter elevado.




Los sentidos sensoriales

El cuerpo astral alberga los verdaderos órganos sensoriales externos. En él se encuentran la vista, el oído, el olfato y el tacto. Posee un sistema completo de nervios y arterias [astrales] para transportar el fluido astral, que es para ese cuerpo como nuestra sangre para el físico. Es el verdadero ser humano.

Allí se encuentran la percepción subconsciente y la memoria latente, con las que los hipnotizadores actuales lidian y se ven desconcertados.




Después de la muerte física

Así, cuando el cuerpo muere, el ser humano astral se libera, y como al morir el ser inmortal —la Tríada— se aleja a otro estado, el ser humano astral se convierte en una cáscara del ser humano y requiere tiempo para disiparse.

Conserva todos los recuerdos de la vida vivida por el ser humano, y así, de forma refleja y automática, puede repetir lo que el difunto supo, dijo, pensó y vio.

Permanece cerca del cuerpo físico abandonado casi todo el tiempo hasta que este se disipa por completo, pues debe pasar por su propio proceso de muerte. Puede hacerse visible bajo ciertas condiciones.




En las sesiones espiritistas

Es el espectro de las sesiones espiritistas, y allí se le hace pasar por el espíritu real de tal o cual individuo. Atraído por los pensamientos del médium y los asistentes, revolotea vagamente donde ellos se encuentran, y luego es impulsado a una vida artificial por una multitud de fuerzas elementales y por el cuerpo astral activo del médium que realiza la sesión o de cualquier otro médium del público.

Desde él (como desde una fotografía) se reflejan entonces en el cerebro del médium todas las evidencias que los espiritistas afirman que sirven para probar la identidad del amigo o familiar fallecido. Estas evidencias se aceptan como prueba de la presencia del espíritu del difunto, porque ni los médiums ni los asistentes conocen las leyes que rigen su propia naturaleza, ni la constitución, el poder y la función de la materia astral y del hombre astral.

La filosofía teosófica no niega los hechos comprobados en las sesiones espiritistas, pero ofrece una explicación totalmente opuesta a la de los espiritistas. Y sin duda, la absoluta ausencia de una explicación científica lógica por parte de estos supuestos espíritus de los fenómenos que supuestamente producen respalda la afirmación de que carecen de conocimiento que impartir.

Simplemente pueden causar ciertos fenómenos; su análisis y las deducciones derivadas solo pueden ser realizadas adecuadamente por un cerebro entrenado, guiado por una trinidad viviente de espíritu, alma y mente. Y aquí, otra clase de fenómeno espiritista requiere una breve mención: la aparición de lo que se denomina un "espíritu materializado".

Se ofrecen tres explicaciones:

Primero, que el cuerpo astral del médium viviente se desprende de su cuerpo y asume la apariencia del llamado espíritu; pues una de las propiedades de la materia astral es la capacidad de reflejar una imagen invisible en el éter.

Segundo, que la envoltura astral real del difunto —completamente desprovista de su espíritu y conciencia— se hace visible y tangible cuando la condición del aire y el éter altera la vibración de las moléculas de la envoltura astral hasta el punto de hacerse visible. Los fenómenos de densidad y peso aparente se explican mediante otras leyes.

Tercero, que se acumula una masa invisible de materia eléctrica y magnética, y sobre ella se refleja, desde la luz astral, la imagen de cualquier persona deseada, ya sea viva o muerta. Esto se considera el "espíritu" de dichas personas, pero no lo es, y H.P. Blavatsky lo ha calificado con razón de "fraude psicológico", porque finge ser lo que no es. Y, por extraño que parezca, esta misma explicación de las materializaciones ha sido dada por un "espíritu" en una sesión espiritista regular, pero nunca ha sido aceptada por los espiritistas simplemente porque trastorna su noción del regreso de los espíritus de las personas fallecidas.




Los fenómenos psíquicos

Finalmente, el cuerpo astral explica casi todos los fenómenos psíquicos extraños que ocurren en la vida cotidiana y en el trato con médiums auténticos.

1. Muestra qué puede ser una aparición y la posibilidad de que se vea, y así evita que el escéptico científico viole el buen sentido al afirmar que no vio lo que sabe que ha visto; elimina la superstición al mostrar la verdadera naturaleza de estos fenómenos y destruye el miedo irracional a lo desconocido que hace que una persona tema ver un "fantasma".


2. Mediante el cuerpo astral también podemos explicar la distribución de objetos sin contacto físico, ya que la mano astral puede extenderse y sujetar un objeto, atrayéndolo hacia el cuerpo.

Cuando se demuestre que esto es posible, no se reirán los viajeros que cuentan haber visto al yogui hindú hacer volar tazas de café por los aires y objetos distantes acercarse aparentemente por sí solos, sin ser tocados por él ni por nadie más.


3. Todos los casos de clarividencia y clariaudiencia también se explican mediante el cuerpo astral y la luz astral. Los órganos astrales —que son los verdaderos— son los que permiten la vista y la audición, y como todos los objetos materiales se mueven constantemente entre sus propios átomos, la vista y la audición astrales no se ven obstaculizadas, sino que actúan a una distancia tan grande como la extensión de la luz astral o la materia que rodea la Tierra.

Así fue como el gran vidente Swedenborg vio casas en llamas en Estocolmo cuando se encontraba en otra ciudad a muchos kilómetros de distancia, y por el mismo medio cualquier clarividente de la actualidad ve y oye a distancia











NO TE SUICIDES Y MEJOR EGOCIDATE


(Este artículo fue escrito por Alsibar quien ha estudiado mucho a los guías espirituales, y el texto original en portugués lo pueden leer en este link.)



¿Quién no ha pensado en el suicidio? ¿En arrancar por fin ese dolor insoportable del pecho mediante un acto impensable  que acabaría con todo sufrimiento?

Pero ¿y si la muerte no es el fin? ¿Y si, como dicen los espiritualistas, el dolor continúa con mayor intensidad en el otro lado? ¿Y si además del cuerpo, la mente sigue atormentada por todos sus recuerdos y angustias? ¿Vale la pena arriesgarse a perder el preciado don de la vida sin ninguna garantía de alcanzar el objetivo de simplemente borrar, desvanecer, desaparecer?

¿Hay otra salida al sufrimiento?


Sí, la hay, y es el egocidio. Si tienes el coraje de matar el cuerpo, incluso con todo el dolor y el miedo que eso conlleva, te daré un consejo: en lugar de matar el cuerpo, mata el ego.

Con la muerte del primero no tienes certeza de nada, pero con la muerte del segundo te aseguro que podrás reducir o incluso exterminar por completo tu dolor interior.

Pero, increíblemente, destruir el ego puede ser incluso más difícil que matar el cuerpo. ¿Y sabes por qué?

Porque el ego eres tú. Cuando alguien piensa en morir, generalmente es solo un intento desesperado de escapar del sufrimiento o de algo que no puede soportar. Esa es precisamente la actitud extrema de un ego poderoso, tan fuerte que se niega a sufrir y quiere que las cosas sucedan exactamente como él quiere.

Sin embargo para quienes buscan escapar del dolor de la manera equivocada, les advierto que estoy 99.9% seguro de que la vida continúa. Pero peor aún, vuestra mente moldeará su próximo cuerpo según vuestro estado mental y sus actitudes.

No soy espiritualista, ni creo en la visión espiritualista del más allá. Simplemente lo veo como una cuestión de lógica: existen leyes en todo el universo. Los seres humanos, como todo lo demás, estamos sujetos a ellas. Matar o suicidarse constituye  un grave error con consecuencias muy graves debido a la gravedad de la ofensa.

Así que en lugar de embarcarte en una empresa tan arriesgada con resultados tan impredecibles, ¿por qué no mejor buscas la muerte de la raíz de todos los problemas, que es el ego?

Pero es importante destacar que el ego no es una entidad que pueda eliminarse por completo. Tampoco es necesario, ya que el ego no es más que un ser necesario para la supervivencia. Sin embargo puedes eliminar aquello que te causa sufrimiento en el ego, que es precisamente su   fuerza y ​​centralidad.

El dolor no proviene del ego en sí, sino de su deseo de dominar todo tu ser. Cuando no hay sabiduría ni luz interior, el ego usurpa el trono y comienza a controlar todo el reino interior. Entonces, dominado por la ignorancia, la arrogancia y  la presunción egoica, te ves llevado a buscar el placer, la fama o el poder, a toda costa, sin aceptar la derrota, las limitaciones ni los reveses de la vida.

¿Y el resultado de todo esto?

Mucho sufrimiento que puede llevar a la desesperación.

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Así que mejor comete egocidio. Mata la vitalidad del ego. Déjalo sin poderte contralar más y así tu vida será ligera como una pluma, llevada tranquilamente por la brisa divina. Solo entonces terminarán tus días de angustia, dolor y sufrimiento interior. Y entonces mirarás al ego y estará ahí, listo para servirte, y ya no para atormentarte.

Y solo entonces habrá libertad y felicidad, tanto dentro como fuera de ti. ¿No lo crees? Inténtalo, porque a diferencia del suicidio, puedes cometer egocidio tantas veces como quieras a lo largo de tu vida. Y lo mejor es que permanecerás vivo para experimentar sus resultados y disfrutar de la paz inconmensurable del verdadero cielo interior.

Haz esto y verás los resultados por ti mismo.