Hasta
ahora el más convencido conocedor del concepto materialista del mundo todavía no
nos ha podido dar una respuesta satisfactoria a la pregunta:
¿Qué es la materia?
Pues
con una mera descripción de los atributos de aquello que se le denomina
“materia” no se dice todavía nada acerca de la esencia misma que la compone, y
hay ciertos hechos incontrovertibles que son idóneos para contradecir las
opiniones que los científicos tienen con respecto a los atributos de la materia.
Por
ejemplo no lejos de mi residencia en el sur del Tirol se halla una pequeña
aldea llamada Radein. Esta se encuentra situada a 4’686 metros sobre el nivel
del mar y es muy fatigoso el camino para llegar hasta allá. El lugar se compone
de algunas casas de campesinos, y resulta que en una de ellas vivía hace
algunos años una joven tirolesa huérfana llamada Angélica Darocca con sus tres
hermanos. Ella habitaba el único cuarto mientras que sus hermanos dormían en el
salón.
Ella
era muy piadosa y generalmente se le conocía con el nombre de “la joven
maravillosa de Radein”. Y lo maravilloso en ella consistía en que no sólo no
bebió ni comió durante siete años, y a pesar de ello estaba en buena salud,
sino que también varias veces y repentinamente desapareció corporalmente de su
lecho como por encanto, y de un modo tan inexplicable volvía tiempo después.
Y
ella también tenía los “estigmas” (las heridas de Cristo) en las manos, en los
pies y en el costado, siendo considerada como una santa por toda la gente de la
comarca, por lo que aun desde muy lejos peregrinaban centenares de mujeres con
sus niños para que ella los bendijera.
Ella
abrazaba a los niños y los besaba, y precisamente por esto se explica que ella
pudiera vivir sin comida ni agua alguna visible, pues sin que ella lo supiera o
quisiera, ella vampirizaba a los niños y extraía la fuerza vital de ellos.
Y
de este modo fue creciendo la multitud, y el caso fue lo que se denomina
"una incógnita para la ciencia" pues esta no podía explicarlo; mientras
que los periodistas hicieron, como de costumbre en semejantes casos, sus necios
comentarios, y finalmente el clero prohibió las visitas para poner fin al
desorden que causaba tanta gente.
Además
Angélica deseaba descansar y como comprendía que era una carga para sus
hermanos, ella quiso ir a un convento, y a su petición el obispo de Trieste le
consiguió un lugar en el monasterio de mujeres de Merán.
El
27 de noviembre en la noche, vinieron dos monjas que hablaron con ella y
prometieron llevársela a la mañana siguiente, pero cuando volvieron, Angélica
había desaparecido y no se sabía a donde había ido. Hicieron pesquisas en la
casa y las monjas quedaron desconcertadas de no hallarla por ningún lado, pero
los hermanos de Angélica las tranquilizaron diciendo que no era la primera vez
que su hermana desaparecía de manera tan misteriosa y que seguramente ella
volvería pronto.
Transcurrieron
siete días, y como los hermanos con algunos vecinos oraban a la hora de
costumbre en el cuarto de Angélica, ella estuvo repentinamente de nuevo en su
cama, sin embargo ella no pudo decir donde había estado durante los siete días
de su desaparición.
Pero
unos dos días después, una señora de Bozen recibió una carta de una amiga suya que
vive en Roma en la cual esta le comunicaba que una joven y bonita tirolesa
llamada Angélica Darocca originaria de Radein, había llegado a su casa y había
residido allí algunos días, pero que no había comido ni bebido nada. Sólo había
ido con ella a la iglesia de San Pedro y a otras iglesias y le había enseñado
las muchas maravillas que había en ellas. Y luego, a los siete días desapareció
de repente.
La
señora de Roma desconcertada por tal evento le solicitaba a la señora de Bozen que
le informara si efectivamente vivía en Radein una joven llamada Angélica
Darocca y preguntara qué se había hecho de ella.
La
ciencia puede llamar “histeria” a tales fenómenos, pero esto no explica como
objetos materiales y aun personas vivas pueden ser transportadas a través de
puertas cerradas y en pocos minutos, como en este caso a 600 kilómetros (que es
la distancia de Radein a Roma).
Y
se sabe generalmente hoy en día que ocurren con relativa frecuencia
“teletransportes” en las sesiones espiritistas. Yo mismo he recibido de esta
manera, en Colorado, y a través de puertas cerradas, algas marinas y almejas
frescas del mar aunque nos encontrábamos a tres mil millas del golfo de
California.
En
cambio la teletransportación de personas vivas es algo más raro, pero existen
testimonios muy antiguos, como por ejemplo la referencia a tal fenómeno que existe
en la Biblia en el libro Hechos de los Apóstoles (versículo 5:19), y también en
las leyendas de los santos como es el caso en la "Vida de Apolonio de
Tiana" y en muchos otros escritos.
Por
ejemplo se menciona que San Francisco de Xavier fue, durante una tempestad,
transportado de un buque a una barca en la cual se hallaban unos náufragos y
pudo traerles ayuda.
Y
también está el caso de Apolonio quien se encontraba encadenado ante el
emperador Domiciano, y este quería hacerle matar, pero misteriosamente cayeron
las cadenas y Apolonio desapareció hallándose luego después muy lejos con sus
amigos en Preteoli.
Y
se cuenta que Santa Catalina de Kaufbeuren fue transportada por espíritus malignos en medio del invierno
fuera de su celda, sobre el techo del convento y otra vez a un riachuelo
helado.
Y
también se ha sabido de casos más contemporáneos, como por ejemplo hace pocos
años el mundo periodístico quedó impactado a causa de unos acontecimientos
inexplicables que le sucedieron a una familia de pescadores de Bari, Italia, de
apellido Paoli, y cuyos niños repetidas veces y a cabo de algunos minutos
fueron teletransportados a treinta y cuarenta kilómetros de distancia, e
incluso en una ocasión aparecieron en un barco de pesca que se encontraba en
alta mar.
Todo
el mundo científico se quedó mudo porque no se podían negar los hechos, pero los
científicos no pudieron explicar esos acontecimientos.
Y
otro caso es el de la señora Guppy quien es una médium americana y la cual
desapareció repentinamente del cuarto de sesiones espiritistas en Chicago en
donde se encontraba y se la halló en un campo fuera de la ciudad, y una vez más
ni los teólogos ni los doctores pudieron explicar ese suceso.
Y
de los diversos eventos de este tipo que me son conocidos, voy a relatar uno que
pertenece a mi estrecho círculo de conocidos.
Durante
mi permanencia de seis años en Florencia estuve conviviendo con una familia de
ocultistas que me recibieron con amistad, y en la cual se efectuaban los más
asombrosos fenómenos, y entre otros, el de transportaciones de personas vivas
al través de paredes y puertas cerradas.
Así
por ejemplo, mi amigo el Dr. Z. fue transportado repetidas veces de su cuarto
que se encontraba en el piso de abajo hacia el piso de arriba, y una vez en
menos de 15 minutos fue llevado de Livorno a Florencia que es una distancia de
100 kilómetros !!!
Y
lo siguiente es lo que él me contó, a petición mía, sobre ese extraño suceso:
« Yo
tenía que partir en pocos días para Livorno, pero antes de salir de Florencia
visité todavía a nuestros amigos, con los cuales estoy a menudo en comunicación
espiritual.
Y
ya hacía dos días que estaba en Livorno cuando me sucedió algo extraño. Serían
las nueve de la noche y acababa de cenar, cuando distintamente sentí llegar un
mensaje oculto que me enviaba nuestro amigo M. de Florencia, el cual me pedía
que fuera a verlo tan pronto como me pudiera, ya que mi presencia se necesitaba
urgentemente con ellos.
Entonces
tomé instintivamente mi capa y sin cambiar siquiera mi casaca, monté en mi
bicicleta para ir a la estación del ferrocarril para así tomar el próximo tren
que saldría hacia Florencia. Pero antes de llegar a la estación, de repente
sentí un irresistible impulso de tomar el camino que se divide a la derecha con
rumbo a Pisa, y al mismo tiempo mi bicicleta tomó tal velocidad, que tuve el
vértigo y mis piernas no pudieron ya seguir el movimiento rápido de los pedales
y tuve que abandonar estos a sí mismos.
Y
la velocidad siguió creciendo hasta el grado que me pareció como si volara sin
tocar el suelo. Sólo por un instante vi a Pisa y sus luces, y luego comenzó a
faltarme la respiración a consecuencia de la presión de aire producida por la
enorme velocidad y perdí los sentidos.
Cuando
volví a mí, me encontré en el cuarto de nuestros amigos en Florencia, quienes
expresaron su asombro de que yo llegara tan rápidamente, ya que a esa hora no
llegaba ningún tren de Livorno. Miré mi reloj y eran las 9:20 de la noche, por
lo que según esto, yo no podía haber empleado más de un cuarto de hora para
recorrer los 100 kilómetros de Livorno a Florencia, tomando en cuenta el tiempo
necesario para ponerme la capa y montar en mi bicicleta.
Pregunté
a mis amigos como me había sido posible entrar en la casa, ya que a esa hora la
puerta estaba siempre cerrada, y ellos me dijeron que "Fom" (cierto espíritu que se
manifestaba a menudo en esa casa y solía dar instrucciones) les había dicho que
se fueran al cuarto que ellos llamaba el "cuarto mágico" y que
hicieran ciertas señales y pronunciaran determinadas palabras.
Así
lo hicieron, e inmediatamente oyeron un estallido como si una bomba hubiera
explotado en la ventana que daba a la calle, y percibieron un golpe sordo como
si un cuerpo humano se dejara caer sobre el sillón.
Entonces
encendieron la luz y vieron que ese cuerpo humano era el mío y que yo parecía
dormir. Y en ese momento sonó violentamente la campana de la puerta. Era el conserje
que afirmó que había visto a alguien introducirse en la casa por la ventana.
Aparentemente
él me había visto, tomándome por un ladrón, pero nuestros amigos le contestaron
que todo estaba en orden, de lo cual el conserje, tras irse, no parecía del
todo satisfecho ni convencido.
Y
cuando nuestros amigos abrieron la puerta para hablar con el conserje, vieron
mi bicicleta en la antecámara. Así parecía que mi bicicleta fue lanzada por la
puerta y yo por la ventana, estando ambas perfectamente cerradas.
Esto
tuvo lugar en el mes de marzo del año de 1902, y yo estaba completamente
consciente cuando salí de Livorno hasta que pasé por Pisa, y volví a la
conciencia en Florencia en casa de nuestros amigos. Y al siguiente día volví
por el ferrocarril a Livorno, enviando mi bicicleta al mismo tiempo. »
Además
de esto se ha de observar que cuando el doctor Z. fue encontrado, parecía sin
fuerza y no podía hablar sino solo en voz baja. Él declaro que no estaba
todavía completamente materializado y suplicó que se le magnetizara, lo cual se
hizo y en pocos minutos volvió completamente en sí mismo.
Y
aunque esto parezca muy sorprendente,
¡Cuántas veces yo he
visto en sesiones espiritistas formas materializadas, hombres aparentemente
vivos desaparecer al través de la pared o sumirse en el piso!
Y
no eran alucinaciones pues cada uno podía hablar con ellos, tocarlos, etc.
Parecían ser exactamente tan corpóreos y materiales como nosotros, y sin
embargo una pared les ofrecía tan poca resistencia como si fuera aire. Me
acuerdo de un indio grande que pasó por una puerta baja después de que yo le
hablé y le di la mano al despedirme.
Él
era más grande que la puerta, pero su cuerpo salió por ésta y su cabeza pasó
con la misma facilidad por la parte de la pared arriba de la puerta.
Parece
ridículo llamar "fantasmas" a estas apariciones ya que ellos tienen
el mismo cuerpo que nosotros con todos sus órganos. Y no hay duda que es
posible el comercio sexual con tales "espíritus". Los súcubos y los
íncubos de la edad media no han muerto todavía y no es hoy en día, como lo
saben los ocultistas, un rareza lo que describe Federico Schiller en su novela "La
Novia de Corintos".
Entre
ciertos espiritistas no faltan los espíritus “novias” y “galanes”, y así estos
seres de ultratumba son considerados por sus víctimas como “ángeles del cielo”.
Y
aquellos que han llegado a conocer tales cosas, no de oídas sino por su propia
observación, se hacen naturalmente estas preguntas:
¿Qué es la esencia de
lo que llamamos materia?
¿Cómo es posible que
un organismo pueda pasar al través de otro sin perder la cohesión de sus partes
constituyentes?
Y
la respuesta a estas preguntas se hallará solamente si consideramos a la
materia y al movimiento tan solo como dos estados diferentes de una sola cosa
que designamos con el nombre de “substancia”, pero de la cual no podemos
formarnos todavía concepto alguno.
Porque
no podemos imaginar movimiento alguno sin una cosa que se mueve, ni cosa alguna
sin movimiento, pues cada cosa que existe, se ha originado, y el originarse se
efectúa por el movimiento.
Pero
no es imaginable movimiento alguno sin una fuerza que sea su causa y ninguna
fuerza que proceda de alguna voluntad estimulada por alguna especie de conciencia
o inteligencia. Y por consiguiente la llamada “materia” es en sí misma “nada”,
una mera forma de manifestación de una energía invisible, y un organismo es una
combinación de diversos movimientos que podemos considerar como vibraciones de
una substancia primordial invisible.
La
filosofía oriental tiene diversos nombres para designar a esta Substancia
Primordial, en cambio en Occidente no tenemos por desgracia otro nombre más que
el de “Dios” que resulta muy fácilmente equívoco. Pero en cambio no es falso
cuando los místicos cristianos enseñan que fundadamente "todo es Dios"
(o sea que todo lo que existe son manifestaciones de esa Substancia Primordial).
Y
también nuestros propios cuerpos son tan sólo fenómenos transitorios que
consisten en vibraciones de diversas especies, las cuales han producido un
cuerpo sutil, y cuyo producto exterior es el cuerpo denso visible: y cuando en
una sesión espiritista o bien en otra parte se manifiestan las llamadas
materializaciones, es de suponer que los cuerpos etéreos de formas presentes
invisibles se han condensado y vuelto visibles por la disminución de las
vibraciones que las componen, y que esto puedo efectuarse por medio de
elementos invisibles tomados del ambiente.
Y
de este modo se puede explicar la visibilidad de formas de pensamiento así como
la fotografía de las mismas.
Se
necesita por supuesto para tales “materializaciones” de la presencia de una
persona de constitución mediumnística, esto es, una persona de la cual puedan
extraerse los elementos necesarios para semejantes condensaciones. Por lo que
se podría comparar este proceso con la transfusión de la sangre, por medio de
la cual una parte de la fuerza vital del médium pasa al espíritu que se
materializa.
Y
allí es donde la ciencia moderna cae en el atolladero porque todavía no puede explicar
más allá del mundo físico.
Y
la religión nos da a veces la explicación pero envuelta con mucho simbolismo, y
así por ejemplo, la Biblia (en San Juan I) nos enseña que el mundo y toda la naturaleza
se han originado por la manifestación del Pensamiento de Dios, que es el Verbo;
y que sin él, nada de lo existente habría sido hecho, y que este Verbo en el
principio estaba con Dios y Dios mismo era el Verbo.
Así
también el pensamiento de un hombre es un movimiento del espíritu del hombre
que piensa y la expresión exterior del mismo es la palabra, el habla o la representación.
Por
consiguiente, nos aparece todo el Universo como una suma innumerable de
fenómenos que en sí mismos tan sólo son apariencias (Maya), y estos fenómenos tienen sus causas en diversas vibraciones
de la Substancia Primordial, la cual era denominada “la prima materia” por los
antiguos rosacruces y alquimistas, y “Akasha” por los antiguos sabios indios.
Nosotros
mismos somos “espíritus materializados”, y como todo lo que existe, tenemos
nuestro origen en Dios, pero con esto no se quiere decir que ya seamos dioses o
que hayamos llegado a la conciencia de una existencia divina.
Cada
fenómeno representa, por así decirlo, una palabra del Universo entero. Cada letra
significa un tono, cada palabra una suma de tonos y todo el mundo fenomenal una
composición musical de acordes, en lo cual sin embargo no faltan las
discordancias producidas por los hombres. Y por consiguiente el que quiera oír
la "música de las esferas" no tiene más remedio que ponerse
interiormente al unísono con la gran Naturaleza.
Considerado
desde esta perspectiva, el Universo parece compuesto de diversas octavas de
tonos; la más elevada octava es el mundo espiritual, la más baja y en la cual
predominan las más bajas vibraciones es el mundo material, mientras que el plano
etéreo, el plano astral y el plano mental abarcan las octavas intermedias.
Por
lo tanto, se explicaría esos fenómenos que suceden en la materia de una manera
sencilla y natural por el transportamiento de vibraciones inferiores a
superiores, o superiores a inferiores. En el primer caso tiene lugar una “sublimación”,
mientras que en el segundo caso tiene lugar una “condensación”.
Y
cada uno puede investigar por sí mismo si tales cambios son posibles:
Por
ejemplo cuanto más se abandona un hombre hacia lo material y sólo busca comer,
beber, tanto más tosco se vuelve. Y si vive tan sólo para la satisfacción de
sus pasiones y deseos sensuales, las vibraciones astrales prevalecen en él impidiéndole
percibir el mundo espiritual.
Ahora
bien y por supuesto, no nos es todavía posible en nuestro estado actual de
evolución poder volver etéreo a voluntad a nuestro cuerpo material y pasar al
través de las paredes, aunque parece que hay ciertas personas así dotadas (los
yoguis), si bien son muy raras.
Pero
lo que no es posible para nosotros, puede quizá sí lograrse con la ayuda de
seres pertenecientes a otro plano, y el cual por lo mismo maneja otras leyes
que las que rigen al plano físico.
Sin
embrago esta explicación los científicos materialistas no quieren absolutamente
saber nada al respecto, pues ellos buscan siempre causas allí donde no están, y
no las ven donde si están. Es excesivamente cómico ver como estos individuos
pretenden descubrir en las sesiones espiritistas las causas de fenómenos
metafísicos, por medio de mecánicos físicos.
Pero
cuando una persona pasa al través de una pared y no puede efectuar esto por su
propio poder absoluto, y cuando esto sucede aun contra su propia voluntad y
deseo, es evidente que se están aplicando leyes que no pertenecen al plano
físico
Personas
clarividentes declaran unánimemente que hay en el universo otros planos de
existencia a parte del mundo físico, los cuales a la verdad no están separados
los unos de los otros, pero que son sin embargo, diferentes, así como en los
hombres y en los animales el cuerpo y el alma forman un todo, y no obstante el
cuerpo no es el alma, ni el alma el cuerpo.
Y
también estos clarividentes dicen que cada uno de estos mundos tiene sus
habitantes, los cuales son diferentes conforme a la constitución del plano en
el que habitan.
En
nuestro mundo físico hallamos habitantes que tienen cuerpos físicos, animales
en la tierra, peces en el agua, aves en el aire. Pero en cambio los habitantes
del mundo etéreo tienen cuerpos etéreos, y en el mundo mental los pensamientos son
objetivamente perceptibles.
Por
lo tanto se concibe fácilmente que en un plano superior haya seres que, en
ciertas circunstancias tienen más poder que nosotros sobre la materia y sus
vibraciones. Sabemos sin embargo, que también en nuestro mundo lo más tenue
puede penetrar a lo más denso y comunicarle sus cualidades. Así por ejemplo el
éter (la luz) penetra al aire, el aire al agua, el agua a la tierra. Y si un
hombre es poseído por un ser que pertenece a otro plano, puede de cierto modo ser
influido por las leyes que rigen en ese oro plano.
¿Pero qué es lo que
da a algún ser dominio sobre el cuerpo?
La
propia observación enseña que es la voluntad guiada por la inteligencia. Si
todo nuestro cuerpo fuera penetrado de una voluntad por completo espiritual,
estaríamos en posesión de fuerzas mágicas y tendríamos completo dominio de
nuestra naturaleza material.
Pero
para esto, nuestra voluntad es todavía demasiado débil y nuestro cuerpo
demasiado groseramente material. Pero por esto mismo lo que parece ser para
nosotros una imposibilidad, puede ser algo fácil para seres de una especie más
etérea.
Conclusión
Cuando nos hayamos
vuelto más etéreos y el espíritu del auto-conocimiento haya alcanzado el
dominio en nosotros, entonces conoceremos también la diferencia entre Dios y la
naturaleza y sabremos lo que es la "materia" en su esencia.
(Este
artículo fue originalmente publicado en la revista “Neue Lotusblüten”
de marzo de 1910 con el titulo: “Was ist Materie?")
OBSERVACIONES
En
lo personal yo me mantengo cauto cuando escucho sobre este tipo de fenómenos de
gente que pasa años sin comer ni beber, o de personas que son teletransportadas.
No los acepto plenamente porque hay mucho charlatanismo, pero tampoco los
rechazo porque varios de ellos están muy bien sustentados, y además el
esoterismo indica que esos fenómenos son posibles por medio de procesos que la
ciencia todavía no conoce.
Por
ejemplo sabemos que en condiciones normales no se puede atravesar un muro, pero
la teosofía explica que existe un estado de la materia, el cual todavía es
desconocido por los científicos, que si lo permite.
Por
ejemplo imaginen el agua. En su estado sólido es como una roca, en su estado líquido
se vuelve fluida, y en su estado gaseoso se vuelve toda vaporosa.
Pues
bien existe todavía un estado más elevado que podríamos llamar “etéreo” que le
permitiría atravesar las cosas.
Y
sobre este asunto Blavatsky escribió lo siguiente:
« La característica de este quinto estado es la
permeabilidad y a medida que se vaya manifestando cada vez más en la Tierra (lo
cual se producirá muy lentamente a medida que la humanidad y el planeta se
vayan sublimando cada vez más). Entonces los humanos desarrollaran un sexto sentido que les
permitirá ver a través de la materia, y
los objetos serán capaces de pasar a
través de otros objetos (muros, cofres, etc.). Aunque esto es algo que
actualmente ya pueden hacer los elementales y que a veces lo hacen en las
sesiones espiritistas. »
(La Doctrina Secreta
I, p.258)
Otro
ejemplo lo menciona el Maestro Pastor, el cual explica que la resurrección de Jesús
no fue un mito sino que realmente sucedió, y esto los grandes Iniciados pueden lograrlo porque ellos han desarrollado la capacidad de transformar su cuerpo de
materia en un “cuerpo de luz”.
Y
sobre este asunto Pastor mencionó lo siguiente:
« Esto sucede sin que haya explosión ni implosión, todo
se efectúa de acuerdo con el orden establecido por el Verbo que vive en su
interior. Un Verbo que estructura cada átomo y cada célula de su organismo. Y
cuando llega el momento adecuado, cada átomo y cada molécula se liberan de la
estructura orgánica y se convierten en parte de la energía cósmica que la
rodea.
Y esto se produce por una súper
energización de todas las células lo que provoca que el cuerpo entre en un
estado de alta vibración que el ojo humano no puede percibir. Y esta vibración
se intensifica cada vez más hasta que las células terminan por separarse y las
leyes físicas de cohesión que previamente las agregaban se cancelan entre sí.
Y en ese momento preciso es cuando
los átomos y las moléculas comienzan a disociarse, y entonces todo el cuerpo
físico se vuelve impalpable e invisible y se transforma en un “cuerpo de luz”. »
~ *
~
Entonces como lo
pueden constatar, el esoterismo da explicaciones que la ciencia todavía no
conoce, pero que los testimonios de esos fenómenos indican que probablemente si
han de ser ciertas.