-
porque Dios se aburría,
-
porque le gusta experimentar,
-
porque su naturaleza es creadora,
-
porque quería jugar y no tenía con quien,
-
porque la creación es un acto que hizo por
amor,
-
para impresionar a los ángeles,
-
para su gloria,
-
para compartir con otros el sentimiento de
existencia,
-
para su deleite,
-
para tener un cortejo de seres que lo alaben,
-
para que los humanos reinen en el mundo,
-
para que otros seres a parte de los ángeles
gocen también de su plan maravilloso,
-
para reírse viendo a sus creaciones
preguntarse: ¿para qué las creó?
-
para que lo disfrutemos todos los seres que
tengamos el privilegio de vivir en el universo.
-
para ir ensayando y la próxima vez promete
que lo hará mejor. :)
-
etc.
Y
si bien hay algo de cierto en algunas de esas respuestas, es sin embargo en el
esoterismo donde encontré la respuesta más profunda y también la más insólita:
« Dios creó el
universo por necesidad. »
(Les dije que la
respuesta los iba a sorprender pero a continuación se las voy a esclarecer.)
Pero
para ello primero necesito explicarles que Dios es doble en su naturaleza más
primordial:
Por
un lado está lo que los hindúes llaman Parabrahma que es Dios en su aspecto más
profundo, más enigmático y más misterioso. Al grado que no hay un término
equivalente en los idiomas occidentales para traducir ese nombre y es por eso
que se lo define con adjetivos como: lo incognoscible, lo indescriptible, lo
inconcebible, lo inmutable, etc. O sea que Parabrahma está más allá de lo que
concebimos como existencia y también está más allá de nuestra capacidad de comprensión.
Sin
embargo, Parabrahma emana cíclicamente un reflejo de él mismo, el cual SÍ va a
tener una existencia y es lo que usualmente los hombres llaman: el Dios creador.
(Aunque
cada pueblo lo denomina de diferente manera y así por ejemplo: los antiguos
egipcios lo llamaban Ra, los antiguos sumerios lo llamaban Enki, los antiguos
gnósticos lo llamaban el Demiurgo, los masones lo llaman Gadu, los hindúes lo
llaman Brahma, etc.)
Esta
doble naturaleza primordial de Dios también la explica el esoterismo:
«
En la metafísica oculta, hay propiamente hablando dos “UNOS”:
El
UNO en el plano inalcanzable de lo Absoluto e Infinito, del cual NO es posible
indagar, y el segundo UNO sobre el plano de las emanaciones. El primero NO
puede ni emanar, ni ser dividido, ya que es eterno, absoluto e inmutable. Mientras
que el segundo UNO, siendo por así decirlo, el reflejo del primer UNO puede
hacer todo esto. [Y por consiguiente este segundo UNO es quien crea el Universo.] »
(La
Doctrina Secreta I, pg 130, extractos)
(Para
más detalles lean: ¿Quién creó el Universo?)
Entonces
para que se hagan una idea de cómo era Dios al principio cuando surgió a la manifestación (y aquí me refiero al segundo UNO, o
sea al Dios creador), visualicen
el vacio más total que se puedan imaginar. Un vacio donde no hay nada, pero absolutamente
NADA, ni siquiera tiempo o espacio, o sea lo que se dice completamente NADA.
Y entonces al inicio aparece
Dios como PURA CONCIENCIA surgiendo en el plano de existencia más elevado que se
puedan imaginar.
Para hacer más
comprensible mi explicación, imaginen a Dios en su primera etapa de existencia
como una inmensa Flama divina que irradia pura CONCIENCIA.
¿Pero qué le sucede a
una flama?
Pues bien, le sucede
que rápidamente se consume si no tiene un combustible que la esté alimentando.
Ahora
bien, el problema para Dios es que al inicio sólo existe él como una conciencia
irradiando.
Y no hay NADA más que
Él.
No
hay ni una sola partícula, ni una sola energía, ni una sola forma de existencia
que no sea Él. No hay absolutamente nada más que Él como CONCIENCIA PURA y
DIVINA.
Entonces
comprenderán que Dios se encuentra en ese momento en una situación muy delicada,
porque si no elabora una solución para resolver ese problema, pronto dejará de
existir.
Pero
Dios es muy inteligente (no por nada lo llaman el Todopoderoso ^_^) y logró lo
que parecía imposible. Encontró la manera de poderse regenerar él mismo con sí
mismo…!!!
¿Y CÓMO LO HACE?
Pues
bien, dado que al inicio no existe otra cosa más que él. Dios va a densificar una
gran parte de la irradiación que es su Conciencia, y con ella va a ir formando
los diferentes planos de existencia.
Para
concebirlo, imaginen que una gran parte de las chispas que componen a esa Flama
divina se van a ir densificando y a medida que ellas se van densificando, ellas se van
volviendo cada vez más materiales.
Para
dar una analogía, es algo parecido a lo que sucede con el ciclo del agua, en
donde el vapor del agua, cuando está en el cielo, es todo ligero, todo sutil,
casi impalpable. Pero a medida que se condensa, se va densificando hasta que se
materializa en forma de gotas liquidas. Y posteriormente con el calor se vuelve
a evaporar para volver a ascender y formar de nuevo nubes en el cielo.
Pues
bien, aquí sucede algo parecido, nada más que en vez de ser moléculas de agua,
son “chispas divinas”.
Y
este proceso va a tener un efecto increíble porque va a hacer que las chispas
divinas, al condensarse se transformen en materia, lo que las va a revitalizar, y así cuando vuelvan a ascender, ellas volverán a brillar en toda su intensidad.
Retomando la analogía del ciclo del agua, imaginen que las chispas divinas que componen a la enorme FLAMA DIVINA, cuando la intensidad de esas chispas comienza a apagarse, antes de extinguirse, ellas entaman este proceso de densificación, el cual va a provocar el efecto impresionante de transformarlas en “gotas de combustible”, lo que les va a permitir al momento de volver a ascender que puedan de nuevo encenderse y de esta manera van a mantener prendida
la gran Flama divina que es Dios en su aspecto más elevado (lo que en el
ocultismo se le suele llamar: “el Espíritu Supremo”).
Pero
desafortunadamente el asunto no es tan fácil como parece, porque mientras más
se condensan las chispas divinas, más su conciencia se va oscureciendo. Al
grado que cuando llegan a la materia, la chispa divina que en el plano más
elevado es Dios en su aspecto más sublime, la misma chispa divina en el plano más denso se vuelve una
partícula de energía comprimida con la conciencia completamente dormida.
Y
todo el trabajo que conocemos como evolución, consiste en ir despertando de
nuevo a esa chispa divina para que paulatinamente vuelva a encenderse tanto en
su energía como en su conciencia y vuelva a ser Dios de nuevo en su máxima
expresión.
A
este movimiento circular y cíclico que hacen las chispas divinas se le llama en
el esoterismo:
EL CÍRCULO DE LA
NECESIDAD
(El cual es simbolizado por el Ouroboros que es la serpiente que se muerde su cola y que representa el continuo movimiento cíclico de la creación.)
Y
hay dos formas de concebir este recorrido:
1. La primera forma
de concebirlo es a través de los reinos
Para
ello visualicen a las chispas divinas, primero involucionando y por lo tanto
tomando formas de vidas cada vez más densas y por lo tanto, menos luminosas y
menos conscientes.
En
las primeras etapas, las chispas divinas son proyecciones cada vez más densificadas del Espíritu
Supremo, y cuando las chispas divinas logran plasmarse ya de manera individual,
ellas van a laborar en los siguientes reinos que ellas atraviesan como los diferentes espíritus elementales
de la creación.
En
los niveles más altos, ellas van a ser los “elementales solares” que como su nombre
lo indica, son los espíritus que se ocupan de mantener funcionando los elementos a nivel solar
y por lo tanto, son también los espíritus que se van a ocupar de transmitir las
energías del sol hacia los planetas como son el calor, la luz, el prana, etc.
Luego,
a medida de que esas chispas divinas siguen involucionando, ellas van a llegar a
reinos más bajos, y así se van a transformarse en los “elementales de la naturaleza” que
son los espíritus que se ocupan de mantener los elementos funcionando a nivel planetario. Y
que en la tradición antigua se les conoce como:
- Salamandras para los elementales del fuego,
- Sílfides para los elementales del aire,
- Ondinas para los elementales del agua,
- Gnomos para los elementales de la tierra.
Vemos
como las chispas divinas van tomando formas cada vez más densificadas hasta
llegar al penúltimo escalón involutivo que son los elementales del inframundo,
los cuales son los seres que a través de su vibración (la cual es tremendamente
densa) hacen que la materia se mantenga compactada.
Sin
ellos, la materia se transformaría de nuevo en energía y el plano físico no
podría existir. Desafortunadamente, el precio a pagar para cumplir ese trabajo
es el oscurecimiento temporal de su conciencia, de su luz, de su divinidad. Y
es por eso que ese reino de individuos está hundido en las tinieblas. Porque no
se puede hacer de otra manera para que la energía se mantenga como materia: se necesita de una fuerza vibratoria que la tire hacia abajo.
Y
por fin las chispas divinas llegan al reino más bajo y más denso que es el
reino mineral, en donde han logrado completamente comprimir su esencia hasta
volverla completamente materia, pero el precio a pagar es que su conciencia se
encuentra completamente dormida en ese nivel.
Y
aquí comienza el trayecto inverso que es un largo proceso de evolución para que
las chispas divinas regresen a su fuente de origen que es el Espíritu Supremo.
Los
siguientes reinos ya los conocen: son el reino vegetal y el reino animal, en
donde las chispas divinas toman formas de vida cada vez más despiertas y más
conscientes.
Pero
cuando llegan al reino humano, se hace una gran selección, en donde las chispas
divinas que logren despertar su divinidad proseguirán en los siguientes niveles
evolutivos y aquellas que no lo logren serán utilizadas para servir en otros
aspectos de la creación y en el siguiente ciclo cósmico podrán volver a
intentarlo.
Entonces
las chispas divinas que logran despertar su divinidad, van a comenzar a
desarrollarse (durante los siguientes ciclos cósmicos) en niveles cada vez más
superiores de la creación.
Volviéndose
las inteligencias cósmicas que se van a ocupar de construir, mantener y dirigir
secciones cada vez más grandes del Universo.
Estos
grandes seres son conocidos en el cristianismo como las jerarquías angelicales:
ángeles, arcángeles, tronos, querubines, serafines, etc.
Hasta que finalmente las
chispas divinas se vuelven a unir con el Espíritu Supremo.
Ahora
bien, esta es la versión simplificada del círculo de la necesidad, la cual es
la que usualmente se enseña en las escuelas esotéricas. Pero existe otra forma
más completa de concebir este recorrido, la cual es muy poco conocida y la cual
se puede describir como:
2. Ir de lo
inmensamente grande hacia lo inmensamente pequeño para luego regresar de nuevo
a lo inmensamente grande.
Para
facilitarles la comprensión, visualicen esta vez al Espíritu Supremo como si
fuera una inconmensurable nube de CONCIENCIA, pero inmensísima, incluso muchísimo
más grande que todo el universo.
Esta
inmensísima nube de conciencia está compuesta por pequeñas nubes de conciencia
(así como el océano está compuesto por pequeñas gotas de agua).
Entonces
al momento de la densificación, estas nubes de conciencia se van a compactar, a
compactar, a compactar, hasta que logren el máximo grado de compactación que
puedan lograr y en donde se van a transformar en átomos.
(Yo
sospecho que la compactación va incluso más lejos y llega a los niveles más
profundos del mundo sub-atómico, pero para simplificar el asunto, consideremos aquí
que sólo llega hasta el nivel atómico.)
Vemos
que en esta versión más completa del círculo de la necesidad, las chispas
divinas son:
- en su nivel más elevado “nubes de conciencia” que componen al Espíritu Supremo,
- mientras que en su nivel más bajo, se transforman en átomos de energía que componen al plano físico.
Pues
bien, esas chispas divinas van a hacer un primer recorrido del círculo de la
necesidad a esa escala atómica. Conformando así la substancia de base que va a
constituir a los diferentes planos de existencia.
Y
luego en su siguiente recorrido del círculo de la necesidad, las chispas
divinas se van a juntar en grupos para formar estructuras de vida más grandes. Y
así por ejemplo, esta vez van a evolucionar a nivel microbiológico siendo
células, microbios, etc.
Y
cuando trasciendan su etapa material siendo microorganismos en el plano físico,
van a seguir evolucionando, pero esta vez siendo microorganismos del plano
astral, luego del plano mental y así hasta llegar al plano más elevado.
Y
así por ejemplo, los microorganismos más elevados serán las “células de luz”
que componen a los cuerpos de luz de los ángeles.
(Porque
deben de saber que todos los seres están conformados por innumerables seres más
pequeños. Esto la ciencia ya lo ha descubierto a nivel físico, puesto que la
biología por medio de los microscopios ha percibido que los cuerpos están
constituidos por células. Pero el esoterismo explica que esto también se aplica
a los cuerpos sutiles y a los seres de los reinos invisibles.
Y
así por ejemplo:
-
tu cuerpo energético está conformado por
innumerables nadis que son como “células energéticas”.
-
tu cuerpo mental está constituido por
innumerables partículas mentales que son como “células mentales”.
-
los elementales de la naturaleza están
constituidos por “células etéricas”.
-
etc.
Todo
en el universo está conformado por entidades más pequeñas, y todo a su vez se
agrupa para formar entidades más grandes.)
Y
en su siguiente recorrido del círculo de la necesidad, estas formas de vida
microbiológicas se van a juntar para formar estructuras de vida aún más grandes
y complejas. Y esta vez el conjunto va a evolucionar en forma de plantas,
animales, humanos, etc. O sea el recorrido que les mencioné anteriormente más
arriba.
Y
en su siguiente recorrido del círculo de la necesidad, estas entidades conformadas
por una infinidad de chispas divinas, se van a reagrupar, para evolucionar esta
vez como Logos planetarios, o sea como dioses creadores, pero a nivel local, o
sea a nivel de un planeta.
Y
en su siguiente recorrido del círculo de la necesidad, estos Logos planetarios
se van a agrupar para esta vez evolucionar como Logos solares, o sea como
dioses creadores, pero esta vez a nivel estelar.
Y
en su siguiente recorrido del círculo de la necesidad, estos Logos solares se
van a agrupar para esta vez evolucionar como Logos galácticos, o sea como
dioses creadores, pero esta vez a nivel de galaxias.
Y así hasta volver a
evolucionar como el LOGOS UNIVERSAL.
Y
mientras que unas chispas divinas se dirigen hacia una conciencia macrocósmica,
otras chispas divinas se dirigen hacia una conciencia microcósmica, para
mantener el sistema funcionando.
_ _ _
Es
difícil para mí darles detalles de este asunto porque ya estamos llegando a la
frontera de la enseñanza que todavía es mantenida secreta y por lo tanto solamente
son pizcas de información las que he encontrado al respecto.
Lo
cual por cierto, me hace estar un poco preocupado al publicar este capítulo
porque no estoy seguro que ya sea permitido dar esta información de manera tan
pública y explicita como yo lo estoy haciendo, ya que hasta donde yo sé, esta
parte de la enseñanza esotérica no había sido todavía comunicada de manera tan
abierta.
Y
de hecho yo tardé muchos años para descubrir lo que les estoy contando aquí, y
Pastor fue quien más explicó este asunto. (Y esta es una de las razones por la
cuales pienso que Pastor es efectivamente un verdadero Maestro de Sabiduría.)
Ahora
bien, no crean que él lo dijo así de manera tan clara y detallada como yo se
los estoy poniendo. Lo insinuó en una conferencia, lo medio comentó en otra,
añadió unos detalles más en otra. Y uniendo esas diferentes piezas es como
terminé por llegar a esta conclusión.
Pero
aunque estoy algo nervioso de poner de manera tan pública esta parte de la
enseñanza, aún así decidí hacerlo porque considero que es una información muy
importante para poder comprender a Dios y al Universo. Y es que cuando yo
descubrí esto, fue como si un velo se hubiera disipado y entonces varios
aspectos de la enseñanza que me intrigaban, se me esclarecieron.
Principalmente:
¿Por qué los humanos
para evolucionar tienen que descender a la Tierra?
Ya
que seguramente muchos de ustedes se han de preguntar:
¿Para qué complicarse
tanto en descender hasta el plano físico?
Si
el esoterismo explica que la existencia cósmica de los humanos va a efectuarse
en los planos divinos (como lo detallo en el capítulo: ¿se puede vencer a la muerte?)
¿Entonces, para qué
complicar tanto el asunto en estar haciendo reencarnar y reencarnar a los
humanos en el planeta?
¿Por qué no
simplemente evolucionar ya de una vez en los planos superiores de existencia?
Y
la respuesta es porque al igual que le sucede a Dios, las almas
humanas para poderse regenerar tienen también que ir a tomar la energía que se encuentra en la materia, para
así poderse volver como soles radiantes y poderosos en el mundo divino.
Y
para lograr esa meta, se requiere hacer todo este laborioso proceso llamado “involución
y evolución”.
Ahora
bien, cuando he llegado a explicar esto, lo que usualmente me reclaman mis
auditores, es la idea de tener que volver a involucionar.
Generalmente
me dicen:
O sea que una vez que
llegue a la etapa final y me junte con el Espíritu Supremo, luego voy a tener
que volver a tener que hacer todo ese recorrido, pero ahora a la inversa para
volver a descender a la materia…???
!(0_0)!
¡Hay no, yo ya no
quiero hacer eso, yo quiero quedarme arriba!
Pero
lo que no comprenden es que si el círculo de necesidad se llama así es porque justamente
es una NECESIDAD.
Ya
que sin este proceso todo el sistema colapsaría…!!!
Y
ustedes pueden darse cuenta de ello a nivel humano, y así por ejemplo, si las
células de vuestro cuerpo no se regeneraran, entonces ustedes no podrían vivir
más que unas pocas semanas. O sea que no podrían ni siquiera salir del vientre
de su madre, que ya estarían muertos. Pero gracias a que sus células se
regeneran, ustedes pueden tener una existencia y llevar a cabo una vida:
crecer, estudiar, viajar, enamorarse, tener experiencias, tener hijos, tener
nietos, etc.
Pues
bien lo mismo sucede con Dios, y gracias a esa regeneración que efectuamos
todas las chispas divinas que lo componemos, Dios puede tener una existencia,
una vida y una historia que es simplemente la historia del universo.
(Sin
embargo, y al igual que como sucede con el hombre, esa regeneración conlleva un
desgaste energético que va hacer que llegue un momento en que la regeneración ya
no se pueda efectuar más de manera optima y entonces Brahma será reabsorbido por Parabrahma, pero esa es
otra historia que en otra ocasión les detallaré lo poco que he descubierto al
respecto.)
Ahora
bien, Dios es muy generoso y recompensa con creces el esfuerzo que hacen sus
chispas divinas.
Y
así por ejemplo, el esfuerzo que hacen las almas humanas por reencarnar en el
plano físico, es recompensado por una estancia en el “Paraíso” que en promedio es
de veinte veces mayor a lo que duró su vida en la Tierra.
Otro
ejemplo: como les mostré en la imagen de arriba, los humanos tienen que hacer
todo un esfuerzo de involución y evolución para convertirse en seres divinos
plenamente desarrollados.
Y
este proceso se efectúa en siete rondas, pero cada nueva ronda es más larga que
la anterior. Lo que hace que el tiempo de esfuerzo que hicieron las almas humanas para desarrollarse será recompensado por una existencia como seres
divinos cuatro veces mayor.
Y
es que contrario a lo que suelen pensar las personas (y a lo que suelen declarar las religiones por lo general). No se
puede alcanzar cierto grado de divinidad nada más porque sí. Nada más porque
Dios lo decretó.
Al
contrario, hay que trabajar para alcanzar ese nivel. Pero el esfuerzo es recompensado
por una existencia en ese plano mucho mayor. Y esto
es válido en todas las escalas de la Creación.
NOTA
Este
capítulo me permite también mostrarles por qué todas esas corrientes (que sean religiosas
o dizque esotéricas) que consideran que la materia es algo malo, algo
pecaminoso, algo corrompido, etc. Todas esas corrientes de pensamiento están
equivocadas porque la materia es al contrario justamente el tesoro más valioso
que tiene Dios, ya que es la materia quien le permite a Dios regenerarse.
¡Dios especialmente creó la materia para su salvación!
Entonces,
no hay que repudiarla como si fuera la parte malvada de la creación, como si el
cuerpo fuera el objeto de todos los pecados. Sino al contrario, hay que tratar
a la materia con el respecto y el aprecio que se merece. Y comprender que
nuestro deber no es satanizarla sino sublimarla.
Y
es por eso que el ángel en el libro “La
Respuesta del Ángel” dice:
« No hay materia
despreciable, ya que el Universo es SU cuerpo. »
(Conversación
36 con Gitta)
OBSERVACIÓN
Y también este capítulo me permite ilustrarles por qué si tuviera que dar una
imagen de Dios, sería algo parecido a esto:
Porque:
¿QUIÉN ES DIOS?
Dios
es una infinidad de seres, a la vez todos distintos y a la vez todos siendo UNO
solo, ya que todos ellos siendo formados por la misma esencia divina.
¿Y QUÉ ES LA VIDA?
Pues
bien, la vida es el incesante recorrido que hacen todos esos seres a través de
los diferentes reinos que forman el circulo de la necesidad para que justamente el TODO
(o sea Dios) pueda tener una existencia y llevar a cabo su vida cósmica.
ANEXO
Aquí
les voy a ir poniendo a medida que los vaya encontrando, los textos que después
de reflexionarlos, me llegaron a hacer concluir lo que les expuse arriba, para
que ustedes puedan también checarlos y hagan su propio análisis al respecto.
El UNO está en todo
Cuando
el escritor Alfred Sinnett le preguntó al Mahatma Kuthumi:
«
¿Es que toda forma mineral, vegetal, animal, siempre contiene dentro de ella,
esa chispa divina que implica la potencialidad de desarrollarse en esas
inteligencias superiores que dirigen los planetas y que son los Espíritus
planetarios? »
El Maestro le respondió:
«
Invariablemente, sólo que preferiblemente llama a esas formas el germen de una
futura inteligencia cósmica. Y es así como debes de ver retrospectivamente a
las entidades minerales, vegetales y animales.
Debes
de considerar a cada entidad, en su punto de partida en el proceso de la
creación, como un átomo cósmico primordial ya diferenciado por el primer
estremecimiento del aliento de la vida de Brahma. Porque la potencialidad que
finalmente se desarrolla en un Espíritu planetario perfeccionado, se esconde en
(y de hecho es) ese átomo cósmico primordial. El cual atraído por su “afinidad
química” con otros átomos semejantes, hacen que la suma del agregado de tales
átomos unidos con el tiempo llegue a ser un planeta generador de hombres.
Ahora
bien, la gran dificultad de captar este proceso reside en el riesgo de formar
conceptos mentales más o menos incompletos de las operaciones del elemento
UNO, también de su inevitable presencia en todo átomo imponderable, y por último en su incesante y casi ilimitada multiplicación en nuevos centros de
actividad, sin que esto afecte en lo más mínimo su propia cantidad original.
Y
es que en efecto, en realidad no existe más que un solo elemento, y es
imposible comprender nuestra enseñanza sin antes haber fijado firmemente este
concepto en la mente. Por consiguiente, debes de perdonarme si me detengo en
este tema por más tiempo.
Este
elemento es pues (hablando metafísicamente) el único substrato o causa
permanente de todas las manifestaciones
de este universo fenoménico. Al grado que hasta en todo mineral está dicho
Espíritu. Y yo diría incluso que cada grano de arena, cada canto rodado y cada
risco de granito es este Espíritu divino cristalizado o petrificado. »
(Carta Mahatma 15, p 88-93, extractos)
El poder de Dios se encuentra
en la materia
«
Muchos hombres miran al Cielo, implorando: “¡Dios envíame tu Poder!” Porque son discípulos que no conocen la
estructura de la Creación. Y es que la gente piensa erróneamente que el poder
de Dios se encuentra en el “Cielo”, cuando en el Cielo lo que se encuentra es
el Espíritu de Dios. Pero si lo que quieren, es encontrar su Poder, entonces
tienen que descender a la materia.
¿Por qué?
Porque
la materia es el lugar donde van a encontrar la mayor parte de su energía. Y
justamente el ser humano reencarna para ir a buscar la energía que hay en la
contracción de las partículas del Espíritu de Dios que componen a la materia.
Poirque la materia es la zona donde el Espíritu divino se
encuentra en su estado más densificado y más compactado. La materia es por
consiguiente el lugar donde el Espíritu divino se encuentra más concentrado ya
que es la zona de la creación donde se encuentra la mayor cantidad de
partículas de conciencia divina por centímetro cubico (sólo que estas se
encuentran dormidas). Y es por lo tanto, el lugar donde va existir la mayor
cantidad de energía, ya que cada partícula de conciencia divina, comporta
también una cantidad de energía. »
(Conferencia
del 04-06-89)
La opinión de los
ángeles es similar
En
el libro “La Respuesta del Ángel”, los ángeles dan una visión que corresponde
con lo que dicen los Maestros:
«
Materia y Espíritu, muerte y vida, no hacen más que UNO. La energía es materia
y la materia es energía. La irradiación se vuelve materia y la materia se
vuelve irradiación. Y el Creador reposa desde la profundidad de todo lo creado.
En
la creación, todo está hecho de energía y materia. Pero está AQUEL que las dirige
que no es ni fuerza ni materia. Y la energía creadora eleva la materia. Pero
eso depende de ti.
La
materia que has asumido, es el peso que te llevará hacia la liberación. El
peso te indica el camino, pero hacia la otra dirección.
Si
pudieras sentir la atracción de amor que tiene la materia hacia el Espíritu y
si pudieras percibir la atracción de amor que tiene el Espíritu hacia la
materia. ¡Entonces te sumergirías en el ÉXTASIS DIVINO! »
(Conversaciones
15, 34, 35 y 54 con Gitta)