Sobre
esta practica ocultista, William Atkinson en su libro “La vida después de la muerte”, comentó lo siguiente:
« Para la mente del
ocultista avanzado, hay pocas cosas más deplorables que la confusión, las
verdades a medias mezcladas con mentiras, las falsas doctrinas, las
conclusiones erróneas, etc.
Algunos
se han interesado por el tema de la "comunicación con los espíritus" y
a pesar que hay grandes equivocaciones en esa disciplina, esta confusión por
deplorable que sea, ha servido no obstante para atraer la atención de las
personas pensantes hacia este tema y llevarlas hacia una investigación más
profunda del asunto.
Incluso
las prácticas fraudulentas que han sido un escándalo en la historia del espiritismo
en el mundo occidental, tan repugnantes y nocivas como lo han sido para la
mente de las personas reflexivas, han servido para poner de relieve la verdad
real que hay detrás de los fenómenos generales del espiritismo.
Dejando
completamente fuera de consideración los fenómenos fraudulentos y
semi-fraudulentos que se disfrazan de "comunicación espiritual", el
tema de la comunicación entre personas del mundo físico y las almas desencarnadas
puede dividirse en dos grandes categorías: la superior y la inferior.
La
comunicación de clase inferior comprende dos tipos:
1. Cuando se efectúa con
un alma desencarnada ubicada en los sub-planos inferiores que todavía está aferrada
a la Tierra (y esto lo detallo en el capítulo 16).
2. Cuando se efectúa con
un cascarón astral que ha sido revitalizado por el médium (y esto lo detallo en
el capítulo 17).
Mientras
que la comunicación de clase superior consiste en los casos en donde las almas que
se encuentran en los planos superiores del Astral manifiestan su presencia a
personas que se encuentran en el mundo físico.
El
alma en los planos astrales superiores habita en la condición idealista, no
preocupándose por los asuntos del mundo que ha dejado atrás. Por supuesto,
mantiene una conexión de simpatía con sus seres queridos y cercanos por lazos
de amor o amistad que se han quedado atrás en el plano material, pero esa
conexión de simpatía es enteramente de naturaleza psíquica o espiritual, y no
tiene conexiones de cercanía en el espacio o proximidad física.
Los
lazos entre el alma incorpórea y el alma que todavía se encuentra en el mundo
físico pueden considerarse como filamentos espirituales, algo así como una
forma trascendente de relación telepática. Y cuando el alma incorpórea piensa
en el amado en la tierra, este último experimenta frecuentemente un sentimiento
similar hacia el alma incorpórea, pero esto simplemente surge de la sensación
de la relación mental y espiritual de la que acabamos de hablar.
Y
de la misma manera, el alma incorpórea experimenta un sentido de “llamada” o
mensaje de la persona encarnada cuando esta última piensa intensamente en la
primera.
En
lo que respecta a esta continuación de los sentimientos de amor y afecto entre
las almas separadas, no se puede decir nada más que bien, porque el alma que se
encuentra en el mundo físico es consolada y fortalecida por el sentimiento de
afinidad y cercanía del alma incorpórea que se encuentra en el plano astral; y
el alma incorpórea que se encuentra en el plano astral experimenta placer y
gozo tal como lo haría en la vida terrenal por la cercanía física del amado.
Esta
relación es peculiarmente sagrada y la disfrutan muchas personas en la carne,
aunque es posible que tengan poco que decir al respecto para otras personas que
no la entenderían.
Aquellos
que han tenido esta experiencia reconocerán lo que significan estas palabras
cuando las lean. Mientras que otros que no han tenido estas experiencias,
pueden entenderlas sólo por referencia al mayor sentimiento de cercanía del
alma que jamás hayan experimentado en la vida terrenal.
Es
en efecto, una comunión de alma con alma, casi acercándose a la perfección de
la comunión del alma en el plano astral en algunos de sus aspectos, aunque
siempre dejando algo faltante en la propia naturaleza del caso.
Y
deseamos que se nos entienda claramente que no tenemos más que cosas buenas que
decir con respecto a esta forma de "comunicación espiritual" entre
personas unidas por lazos de amor y amistad, una fuera de la carne y la otra
aún en la vida terrenal.
En
cambio lo que ahora procederemos a condenar es algo de naturaleza completamente
diferente.
Los
ocultistas avanzados están prácticamente de acuerdo unánimemente en que la práctica
de llamar la atención de los espíritus incorpóreos por mero entretenimiento,
curiosidad o propósitos generales de “exhibición” es sumamente deplorable. Y es
por eso que las mayores autoridades en el esoterismo condenan esta práctica en
los términos más enérgicos.
En
primer lugar, el resultado es siempre insatisfactorio, por muy buenas y
suficientes razones que las personas tengan. Y en segundo lugar, el efecto de
tal invocación puede ser perjudicial para el alma incorpórea, en razón de
retirar su atención de las cosas de los planos superiores y voltearlas hacia
las cosas del plano material, retrasando así su desarrollo espiritual y también
confundiendo su mente.
Es
similar a dirigir la mente del niño en crecimiento hacia las cosas de su
condición prenatal; si tal cosa fuera posible. Y para el alma que no comprende
la naturaleza y el carácter de su vida astral (y nadie más que las almas más
avanzadas la entienden adecuadamente) el hecho de que mezcle de las cosas y
fenómenos del mundo físico con los del mundo astral es de lo más desconcertante,
confuso y distractor.
Por
lo tanto se debe dejar que el alma se desarrolle naturalmente en su nuevo plano
de existencia, y no se debe llamar el alma de nuevo hacia la Tierra para
satisfacer la curiosidad o proporcionar entretenimiento. Porque el resultado
que surge de esta invocación es similar al resultado que surgiría si uno
persistiera en arrancar una planta cada día para ver si sus raíces brotan y
crecen.
Y
otra forma de recordar al alma incorpórea que consiste en llamarla en las
sesiones espiritistas para consolar e informar a los amigos y parientes
cariñosos, tampoco es deseable ya que el alma incorpórea, atraída hacia la
Tierra por el tirón de sus lazos de conexión, regresa como una persona que
camina en sueños, porque tal es casi precisamente su condición.
El
sonambulismo no es algo deseable de inducir en personas que se encuentran en la
Tierra, y no es mejor cuando se induce en un alma incorpórea. El alma viene de
sus experiencias astrales en una condición aturdida, y da poca satisfacción a
quienes la recuerdan, y realmente sufre una experiencia confusa y
desconcertante en sí misma.
Aquellos
que han tenido experiencias con el recuerdo de almas incorpóreas (y donde el
fenómeno es genuino) recordarán fácilmente las respuestas aturdidas y
generalmente confusas que dieron esas almas, y los resultados obtenidos usualmente
son insatisfactorios incluso en las mejores condiciones.
(Solo
algunos pocos de esos casos son reales y suceden cuando el alma se despertó en
el plano astral. Mientras que en la gran mayoría de los otros casos se tratan
de cascarones astrales que se hacen pasar por amigos y familiares.)
La
práctica de llamar a las almas del plano astral es una clara perversión de los
procesos de la Naturaleza y el resultado nunca es satisfactorio. Esta práctica
nunca está justificada y las mejores autoridades la condenan severamente. El
atisbo de la naturaleza y condición de la vida del plano astral, y que hemos detallado
en este libro, debería ser suficiente para que ustedes vean claramente la razón
de esta opinión y la causa de la condena.
Es
cierto que las almas en el plano astral, a veces bajo el estrés de fuertes
recuerdos o preocupaciones con respecto a aquellos que han dejado atrás, han
regresado voluntariamente al plano físico y se han dado a conocer a las
personas que habitan en la Tierra.
Pero
estos casos son inusuales, aunque lo suficientemente frecuentes como para
señalarlos en este capítulo. Y en tales casos, la fuerza del deseo del alma
incorpórea ha hecho que tome forma objetiva para los sentidos de aquellos a
quienes se les aparece, así como una impresión telepática muy fuerte tomará
forma objetiva.
Sin
embargo, incluso en tales casos, la pobre alma preocupada pasará gradualmente
más allá de la atracción de la vida terrenal y dejará de regresar a sus
escenarios anteriores, y comenzará a vivir su vida astral normal de acuerdo con
las leyes y planes de la Naturaleza.
_ _ _
Sabemos
que al pronunciar estas verdades estamos trayendo desilusión y posiblemente
resentimiento en las mentes de algunos a quienes les agrada la idea de que
están en comunicación frecuente con las almas de sus amigos y seres queridos
fallecidos. Pero la verdad es la verdad y estamos seguros de que una
comprensión adecuada del tema revelará a esas personas que el mayor amor por
los que ya se han ido consiste en hacer lo mejor para esos seres queridos.
El
verdadero amor consiste en dar más que en recibir y esto también es cierto en
lo que respecta a la comunicación con los seres queridos que se encuentran del
"otro lado".
¿No
es algo más elevado y noble enviarles pensamientos amorosos y de simpatía, y
animarlos en su desenvolvimiento en los planos superiores, que esforzarse por
arrastrarlos de regreso hacia el plano inferior de materialidad con el fin de
escucharlos decir que ellos son felices y que todo está bien del otro lado, y
tal vez murmurar algunos tópicos semi-coherentes a la manera de un sonámbulo?
¿Y
no es más digno de nosotros que vivimos en los lazos de la carne, elevar el
plano de nuestra comunión con aquellos que están del otro lado, hacia su propio
plano superior en el que se encuentran, y comulgar con ellos a lo largo de las
líneas espirituales, comprensión y compenetración en el mundo celestial donde el
alma puede hablar con el alma sin palabras y sin la necesidad de presencia
física?
Piensen
en estas cosas y dejen que su alma le diga la verdad desde lo más íntimo de su
corazón, y tenga la seguridad de que la respuesta será una con las verdades de
las más altas autoridades. »
(Capítulo
15)
OBSERVACIÓN
A grandes rasgos
William Atkinson repite la opinión desaprobatoria que dieron los instructores
teosóficos sobre el espiritismo, pero las explicaciones que proporciona se
quedan cortas y él comete varios errores.
Que ironía y contradicciones una después de la otra. Él las encuentra en cierta forma reprochables, pero al mismo tiempo alienta a dichas prácticas. Habla del plano astral superiores como si fuera la morada final del ser humano cuando abandona el plano físico. Al mismo tiempo encuentra como unión sagrada la relación del cascarón y el hombre en su cuerpo físico, cuando los Mahatmas advierten en más de una ocasión que dicha relación es peligrosa para ambas partes, por una parte un suicida que se regocija en las experiencias de la carne por medio de un vehulico vivo incrementando así su dolor y karma negativo para su futura encarnación y el hombre vivo en el plano físico fascilitando dicho relación y siendo vampirizado al mismo tiempo. Increíble.
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