Como
suele suceder frecuentemente con estos conceptos
SÍ existe una lucha
entre el bien y el mal, pero NO es como la gente se lo imagina. No es que dos Fuerzas
trascendentales se estuvieran peleando entre ellas para ver cuál ganará, y así la
que gane controlará el Universo.
No, se los aseguro.
Porque
si bien, es cierto que el mal existe, este no es generado por un arcángel caído y
rencoroso, o algún otro ente cósmico malévolo, sino que el mal es generado por
los propios humanos. Y esto no lo digo yo, sino lo afirman grandes Maestros:
«
Tienen que comprender una vez por todas de que no existe el “Mal Cósmico” como
ustedes lo entienden, pero que en cambio sí existe el mal creado por los
hombres. El mal es por lo tanto un problema engendrado por los humanos, no por lo
divino.
¡Así que dejen de
estarle exigiendo al Cielo de resolver ese asunto!
¿Cómo
quieren que los ángeles resuelvan problemas que ustedes ocasionan en el plano
físico, cuando ellos no pueden descender más allá del plano ethérico?
¡No es su mundo!
Justamente
por eso el reino humano descendió hasta la materia. Porque los humanos son el enlace
entre el mundo sutil y el mundo físico. Por lo tanto, tienen que dejar de
actuar como niños berrinchudos y asumir vuestra responsabilidad, ya que son ustedes
mismos los que tienen el contacto directo con la materia y con su planeta.
En
cambio, lo que puede hacer la Jerarquía divina y que de hecho, lo hace
continuamente, es de proponerles (pero no imponerles, debido a que debe de
respetar vuestro libre albedrío) ya sea en forma de vibraciones, ya sea en
forma de enseñanza: todos los medios posibles para que se vuelvan seres
conscientes, despiertos y por lo tanto alertas. Y en ese momento, ustedes
pueden identificar el mal y desvanecerlo. »
(Maestro
Pastor, conversación del 27-09-92)
«
Tu extraordinaria hipótesis de que el mal, con su séquito concomitante de
pecado y sufrimiento, no es el resultado de la materia, sino que podría ser un
esquema ideado por el Gobernante del Universo. Si bien para ti (que fuiste educado
en la tradición cristiana) te podrá parecer concebible, para mí que he
adquirido una visión más profunda de la creación, me es completamente
inadmisible. Y la razón es porque el mal no tiene existencia por sí mismo, y no
es más que la ausencia de bien y existe sólo para aquel que es su víctima.
La
Naturaleza está desprovista de bondad o de malicia. Ella sólo sigue leyes
inmutables, cuando otorga vida y alegría, o cuando envía sufrimiento y muerte. El
verdadero mal en realidad procede de la inteligencia humana y su origen reside
completamente del hombre que se disocia de la Naturaleza. Por lo tanto, es en la
humanidad en donde se encuentra el verdadero origen del mal. Y el mal no es
otra cosa que la progenie del egoísmo y la codicia humana.
Piensa
profundamente y encontraras que con excepción de la muerte (que no es un mal,
sino una condición necesaria) y de los accidentes que siempre pasan porque es
algo que no se puede evitar (pero que quien los sufre encontrará su recompensa
en una vida futura), el origen de todo mal, ya sea grande o pequeño, se
encuentra en la acción humana. En el hombre cuya inteligencia lo hace el único
agente libre de la Naturaleza.
Y
déjame decirte, por si todavía tienes dudas, que los mejores Adeptos han
escudriñado el Universo durante milenios y no han encontrado en ninguna parte
el más mínimo rastro de un intrigante tan maquiavélico como es el “mal” que tú
imaginas, sino la misma Ley inmutable e inexorable por todos lados. Por lo
tanto, debes de perdonarme si yo me rehúso categóricamente a perder mi tiempo
con semejantes elucubraciones. »
(Maestro
Kuthumi, Cartas Mahatma N° 10 y 22)
«
El Universo es el cuerpo de Dios. ¿El
mal puede existir en ÉL?
En
vano huyen del mal. ¡Pero no hay mal!
¡Eterna
pregunta que se hace el hombre! Y nadie
lo sabe.
Compréndalo:
TODO ES BUENO EN EL
PLAN IDEADO POR DIOS
Yo
os lo declaro: el mal es la energía que no está en su lugar y es por eso que
hace daño. Pero si pones esa energía en el lugar que le corresponde, entonces
tienes en tus manos la Felicidad eterna, porque el mal ya no existirá.
Asegúrate sólo de hacer eso y todas las enfermedades, todas las desdichas y
todas las desgracias cesarán. »
(Libro
La Respuesta del ángel, dialogo 29 con Gitta)
Como
pueden ver, grandes seres como son los Maestros o los Ángeles, son muy
categóricos al respecto:
EL MAL ES CREADO POR
LOS HOMBRES Y POR NADIE MÁS
Ahora,
seguramente se van a preguntar:
¿Por qué Dios permite
entonces a los humanos poder generar ese mal?
Y
la razón es porque a partir de esa dualidad, a partir de esa lucha entre el
bien y el mal, se va a generar un proceso evolutivo que de otra manera no se
produciría.
«
Los planetas donde se encuentra una humanidad naciente que está programada para
desarrollarse, esos planetas forman parte de los mundos antagónicos,
precisamente porque es a través de ese conflicto que una dinámica puede
desencadenarse para hacerlos elevar en la vibración y en la consciencia. Y es que
los humanos en general funcionan así. Si no los presionas, ellos no hacen el
esfuerzo por evolucionar. » (Pastor, 19-10-84)
Y
es por eso que se permite que así como existe una Hermandad de Maestros
luminosos que buscan guiar a la humanidad hacia la divinidad. También se
permite que exista un grupo de magos negros que laboran para tratar de jalar a
la humanidad hacia la oscuridad.
Y es por eso que sobre los magos negros, los Maestros dicen:
«
Los Hermanos de la Sombra son nuestros más grandes, más crueles y porque no
confesarlo, nuestros más poderosos enemigos. Siempre están maniobrando para mal
influenciar y hundir a los humanos en las tinieblas. Y nosotros tratamos de
paliar sus malos resultados, pero en cuya labor negativa no tenemos el derecho a
entrometernos, en tanto que ellos no crucen nuestro sendero.
Sin
embargo, a pesar de esa tremenda adversidad, nosotros proseguiremos con nuestro
trabajo y no permitiremos que se nos frustren nuestros intentos filantrópicos,
hasta aquel día en que los cimientos de un pensamiento luminoso estén tan
firmemente construidos en los humanos, que ninguna fuerza de oposición y de
ignorante malicia, guiada por los Hermanos de las Sombras, pueda prevalecer. »
(CM pg. 9, 51 y 463)
Debo
de confesarles que esta parte de la enseñanza, si bien, me parece muy lógica,
la comprendo y hasta adhiero con ella en teoría. En la práctica me cuesta mucho
trabajo aceptarla. Y es que si ya de por sí es dura la evolución en la Tierra, todavía
tener que confrontarse a la maldad que generan los humanos me parece un chiste de
muy mal gusto.
Sin
embargo, también comprendo que es una necesidad imperiosa de hacer evolucionar
a los humanos y que la Tierra es la escuela que va permitir transformarlos de
los seres bestiales y egoístas que son inicialmente, en los seres altamente
espiritualizados y luminosos que se volverán al final. Y esa transformación se
efectúa confrontándolos con su maldad.
«
La función del mal es poner a prueba al hombre. Y es porque una fuerza inusual
demanda de una resistencia inusual, ya que lo que está sin vida no resiste. En
cambio lo que es viviente, ante esa resistencia se transforma ahí donde se
requiere. ¡Exactamente ahí!
La
prueba continúa y quien persevera se salva. Y así, el mal se convierte en bien.
Y así, la muerte se convierte en vida. Pero mientras que para el fuerte, el
pecado es aprendizaje, para el débil es damnación. Y la pesadilla se vuelve
cada vez más espesa, si creen en ella. » (Ángel, dialogo 34 con Lili)
Y
es que como vimos, el reino humano tiene una función muy importante a empeñar que
es de conectar el mundo creado con el mundo creador, ya que esos dos mundos se
encuentran actualmente separados por un gran abismo.
«
Arriba de ese abismo terrible, se va erigir un puente y ese puente son ustedes.
[Y aunque no lo crean] Se toma gran cuidado del puente, porque se tiene gran
necesidad de él, ya que millones de años no serían suficientes para llenarlo, tan
grande es el abismo que ustedes van a superar. » (Ángel, extractos)
Y
es por eso que a los humanos se les va otorgar un gran poder y que van a reinar sobre
los demás reinos de la creación. (ver: El poder de Dios en el ser humano)
Pero
comprenderán que antes de llegar a eso, es primero necesario hacer evolucionar
a los humanos (de lo contrario destrozarían todo). Y es que al comienzo el hombre estando
más cerca de su animalidad que de su divinidad, le es más fácil hacer el mal
que hacer el bien (y es por eso que actualmente parece que el mal domina sobre
el bien). Pero a medida que el ser humano se va elevando tanto vibratoriamente,
como espiritualmente, cada vez va a ser menos capaz de hacer cosas nefastas
porque ya no serán parte de su naturaleza. Hasta que llega el día en que vence
definitivamente al demonio que lleva dentro y en ese momento recibe el poder
de Dios, se vuelve un rey de la creación
y comienzan una existencia que el ángel califica de ¡extraordinaria!
«
La verdadera Vida todavía no la conoces, porque estas en proceso de nacer.
Sueñas todavía de la Vida. Una Vida vendrá en comparación de la cual, la vida
actual parece muerte. Todavía no podrías soportarla, pero ¡Vete preparando! Algunas
veces ya la sientes. »
(Ángel, dialogo 30 con Lili)
Ahora
seguramente se preguntarán:
¿Qué es lo que rige entonces
en el resto del Universo?
Y lo que rige en el
resto del Universo es lo que podríamos llamar
LA ARMONÍA CÓSMICA
«
Sólo reconocemos una Ley suprema en el Universo (de las cual surgen las demás
leyes) y es la ley del equilibrio perfecto, o sea la Ley de la Armonía. » (Maestro
Kuthumi, CM 22, p.141)
«
El Universo y todo en él, ya sea moral, mental, físico, psíquico o espiritual, está construido sobre una ley perfecta de equilibrio y armonía. Por consiguiente, todo dolor y sufrimiento son el resultado de la falta de ese equilibrio (y la única causa del disturbio de la armonía es el egoísmo de una u otra forma). El mal es por lo tanto una infracción a la Ley de Armonía que gobierna el Universo y somos nosotros mismos los que nos premiamos o nos castigamos, según
hayamos trabajado con la Naturaleza, a través y junto con ella, sujetándonos a
las leyes de las que depende esa armonía, o quebrantándolas. »
(Blavatsky,
Clave de la Teosofía, pg. 189, 207, 208 y 210)
«
Todo existe gracias a un balanceo de equilibrio entre las distintas fuerzas y es
por eso que la palabra clave en el Universo es: ARMONÍA. Y justamente uno de
los propósitos de vuestra evolución es que redescubran la armonía que rige la
creación. » (Pastor,
24-06-87)
Como lo pueden constatar, el pilar del Universo es la Armonía. Y cuando lo reflexionan, tiene mucho sentido, ya que un Universo que no estuviera regido por la armonía, no podría perdurar por mucho tiempo, porque rápidamente se auto-destruiría, debido justamente a la inestabilidad que produciría esa falta de equilibrio entre las diferentes fuerzas que lo componen.
¿ENTONCES EN EL RESTO
DEL UNIVERSO YA NO EXISTE EL MAL?
Ya
no existe en la forma como lo generan los humanos, o sea una acción malévola
sobre los demás. Pero sigue existiendo algo que podríamos llamar un “mal
armonioso”.
Sé
que para ustedes esa expresión los desconcierta bastante porque están
acostumbrados a definir el mal como algo perturbador, algo justamente no armonioso, pero déjenme
darles dos ejemplos para que me comprendan:
PRIMER EJEMPLO
Los
seres que conforman la Creación se reagrupan en diferentes reinos, los cuales
los pueden visualizar como los diferentes anillos de una cadena:
Estos
reinos están agrupados en dos categorías:
- Aquellos seres que están evolucionando dirigiéndose hacia Dios, y
- Aquellos seres que están involucionando dirigiéndose hacia la materia.
Cuando
se mira hacia arriba (en el arco ascendente) uno queda pasmado por la
luminosidad que existe, con seres cada vez más sublimes: ángeles, arcángeles,
querubines, serafines… Hasta llegar a la inconmensurable presencia de Dios.
Pero
cuando se mira hacia abajo (en el arco descendente) se produce el efecto
contrario, con seres que cada vez van disminuyendo más, tanto en su conciencia
como en su luminosidad.
Se
ha enseñado poco sobre el arco descendente, pero les puedo decir que los seres que se desenvuelven en el arco descendente son seres
diferentes de los que se desenvuelven en el arco ascendente, y corresponden:
- en la parte de arriba, a proyecciones cada vez más densificadas del Espíritu Supremo, y
- en la parte de abajo, a los diferentes reinos sutiles (los elementales) que de manera imperceptible para nuestros ojos, ayudan al mantenimiento del Universo y conforman la parte invisible del mundo creado.
- los cuatro primeros reinos (mineral, vegetal, animal y humano) conforman el mundo creado visible, y
- los reinos superiores (los Dhyani-Chohanes) conforman el mundo creador.
Así
por ejemplo, a medio camino del arco descendente se encuentra el reino de los
elementales solares, que se ocupan de mantener el funcionamiento del sol y de
llevar las energías solares (calor, luz, prana, etc.) a los diferentes
planetas.
En
un nivel más bajo encontramos los espíritus de la naturaleza que como su nombre
lo indica, se ocupan de mantener el funcionamiento de la naturaleza, y ahí
podemos incluso ver como los elementales se van densificando cada vez más a
medida que pasan por elementos cada vez más densos (fuego, aire, agua y tierra).
Y
si descendemos al último reino de elementales que antecede al reino mineral,
nos encontramos con la sorpresa de que es…
…el infierno
¿Sorprendidos,
verdad?
Pero
aunque les parezca increíble, las criaturas del infierno, los seres del
inframundo, las entidades del averno (llámenlos como quieran, aunque como pueden ver: no son ángeles caídos, sino el reino más bajo de los elementales.)
TAMBIÉN SON SERES
CREADOS POR DIOS
Y su reino también pertenece
a la Creación
Y
ahí los que tuvieron una educación religiosa, inmediatamente me van a exclamar:
¿Pero no que esas
entidades son parte del mal?
Y
ahí les recuerdo lo que dijo en ángel:
NADA ES MALO CUANDO
SE ENCUENTRA EN SU LUGAR
Y
es que cada reino tiene su razón de ser y una función que desempeñar para que la creación
funcione y exista. Para ilústraselos, imaginen los diferentes reinos de la creación
como los diferentes sistemas biológicos del cuerpo (el sistema respiratorio, el
sistema sanguíneo, el sistema digestivo, etc.). Y les recuerdo que el Universo
es el cuerpo de Dios…
¿Y cuál es la función
del inframundo?
(Seguramente se
preguntarán)
Bueno,
pues resulta que la labor del inframundo es de concebir y mantener la materia, y
es por eso que ese reino se encuentra localizado bajo la tierra (sólo que a
nivel astral, acuérdense que los elementales no tienen cuerpos físicos) porque
a través de esa vibración densa que generan, ellos hacen que la lava no se
vuelva a transformar en energía y forme así la costra terrestre que permite la
vida física que conocemos.
Sin
ellos, los reinos del mundo creado no podrían desarrollarse en el plano físico. Desafortunadamente,
el precio a pagar para cumplir ese trabajo es el oscurecimiento de su
conciencia, de su luz, de su divinidad. Y es por eso que ese reino de
individuos está hundido en las tinieblas. Porque no se puede densificar la
materia del planeta de otra manera.
Entonces
se preguntarán:
¿Por qué hacen tanto
daño a los humanos?
Bueno,
la razón (una vez más) es porque están fuera de su lugar. Retomando el ejemplo
del cuerpo: si los ácidos gástricos permanecen en el estomago, son benéficos
porque transforman la comida que ingerimos en nutrientes para nuestras células.
Pero si salen fuera de su lugar, entonces se vuelven dañinos, porque comienzan a
destruir las paredes orgánicas.
Pues
bien, lo mismo sucede con las criaturas del inframundo. Propiamente esos seres
no son las entidades maléficas de la creencia popular, pero ustedes deben de
comprender que al haber caído en un estado vibratorio tan bajo, el
entendimiento de esos seres es muy limitado y oscuro, por ser justamente demasiado
denso.
Ustedes
perciben muy bien la diferencia que hay cuando se comunican con alguien muy
materialista y de muy poco entendimiento, y cuando lo hacen con alguien muy
espiritual y con una gran conciencia. Pues bien, esas criaturas son más
materialistas que el más materialista de los humanos. Así que ya se imaginarán lo denso que se encuentran vibratoriamente esos seres. Pero aun así, si se les dejara
en paz en su mundo, esas criaturas estarían tranquilas cumpliendo su función en
el bajo astral.
El
problema es que los humanos a través de sus emociones, actos y pensamientos
negativos se sintonizan con ellas (y peor todavía, con tanta magia negra y
rituales oscuros que hacen muchos humanos, para invocar sus servicios). Y todo
eso termina por atraer a esas entidades hacia nuestro mundo.
¿Y qué es lo que
sucede cuando se dejan sueltos a depredadores en la ciudad?
Comienzan
a devorar a la gente. Así que no les extrañe que esos demonios comiencen a
vampirizar energéticamente y mal influenciar a los humanos.
Pero
la culpa no es de ellos, sino de los humanos que los atraen. Y el día que la
humanidad deje de hacer el mal, estas entidades dejarán de molestar. Entonces simplemente
harán su trabajo tranquilas en el interior de la Tierra. Y en el siguiente
ciclo cósmico, pasarán al reino mineral para comenzar esta vez su desarrollo en
el arco ascendente.
(Y
como seguramente se van a preguntar: ¿por qué tienen que hacer ese recorrido a
través del arco descendente para luego pasar al arco ascendente? La explicación la daré en el capítulo: ¿Por
qué Dios hizo la Creación?)
SEGUNDO EJEMPLO
Nada
en el Universo es eterno, debido a que toda existencia genera un desgaste que
termina por hacer perder su capacidad de regenerarse, y es por eso que la forma
manifestada algún día termina por extinguirse.
Esto
lo vemos claramente en el mundo creado, en donde los seres nacen, se
desarrollan y mueren (para posteriormente volver a reencarnar en una forma más
avanzada).
Y
lo mismo pasa a nivel cósmico. En donde es más difícil constatarlo por las
proporciones gigantescas en las que se desenvuelve, pero actualmente la
astronomía lo tiene bien percibido con las estrellas, las cuales ya se sabe que también nacen,
brillan y se extinguen (para después, el Espíritu solar que las habita [el Logos
Solar] vuelva a surgir en una manifestación cósmica más avanzada).
Existe
por lo tanto en el Universo una fuerza creadora, una fuerza vivificante y una
fuerza destructiva. Y esto lo expresa muy bien el hinduismo en donde la
divinidad suprema está compuesta por tres dioses (la trimurti):
-
Brahma
que representa la fuerza creadora del Universo,
-
Visnú
que representa la fuerza preservadora del Universo,
-
Shivá
que representa la fuerza destructora del Universo.
Ahora
bien, deben de saber que toda fuerza divina está compuesta de toda una jerarquía
de seres que tienen por labor de manifestar justamente esa fuerza.
En
la parte de arriba está el Espíritu divino, pero ese Espíritu al ser pura
consciencia, es un principio pasivo. Por lo tanto, ese Espíritu dirige a seres
activos para manifestar su voluntad. Y así como hay toda una jerarquía de seres
divinos que se ocupan del aspecto constructivo y preservador de la Creación,
también hay una jerarquía de seres que se ocupan de su aspecto destructivo. Y
es así que el Maestro Morya señala que:
«
Mientras que los Dhyan-Chohans (las inteligencias divinas encargadas de la elaboración
y mantenimiento de la Creación) presiden durante los Manvantaras (los periodos de
manifestación y actividad). Los Ma-Mo Chohans (o sea los “Señores de la Obscuridad”) presiden durante los
Pralayas (los periodos de destrucción e inexistencia). »
(Carta
Mahatma 134, p.462)
Entonces
como lo pueden constatar, también las fuerzas destructivas son parte del Universo,
pero incluso la destrucción puede ser positiva si se ejerce con armonía.
Y
para darles una analogía más terrestre:
No es lo mismo que
terroristas destruyan de manera malévola un edificio, acarreando con ello:
muerte, desolación y sufrimiento.
A que expertos en el
asunto, destruyan de manera sabia un edifico que ya llegó al final de su ciclo:
evacuando previamente a sus inquilinos y haciéndolo de tal manera que no cause
daño a su alrededor.
Entonces la
destrucción ya no es un acto de aniquilación, sino un acto de demolición para
poder llevar a cabo el proceso de renovación.
CONCLUSIÓN
«
En el Universo TODO es contraste (calor-frio, día-noche, espíritu-materia,
etc.) » (Carta
Mahatma 134, p463)
«
Y es porque las fuerzas centrípetas no podrían manifestarse (en las
revoluciones armónicas de las esferas y de todas las formas) sin el surgimiento
de las fuerzas centrifugas, dado que su progreso es el producto de esta fuerza
dual en la naturaleza.
Así
por ejemplo, el alma (buddhi) es la energía centrifuga y el mental (manas) es
la energía centrípeta. Y para producir un resultado constructivo, tienen que
estar en perfecta unión y armonía:
- rompe el movimiento centrípeto de la personalidad que jala hacia la materia, o
- entorpece su progreso con una carga más pesada de materia de la que sea capaz de soportar dicha personalidad.
Y
se destruirá la armonía de todo el ser, ya que la evolución sólo puede
continuar, si es sostenida por esa fuerza doble; es decir, por la intima unión
de buddhi y manas. »
(La
Clave de la Teosofía, p.189-190)
Blavatsky suele dar ejemplos algo complicados para quienes no están familiarizados con la Teosofía. Es por ello que les
doy otro ejemplo más palpable para ilustrar el asunto:
Si
en la Tierra todo el tiempo fuera de noche, las plantas no se desarrollarían
porque no recibirían la luz solar. Pero si también todo el tiempo fuera de día,
terminarían por secarse debido a que recibirían demasiado calor del sol. Y es
en el equilibrio entre esos dos contrastes (día-noche) que el reino vegetal
puede armoniosamente desarrollarse.
Y
así es en todos los aspectos de la Creación. Y es por eso que a las humanidades que
están desarrollándose, se les permite temporalmente que actúen mal, ya que a través
de esa confrontación con la desarmonía que generan, aprenden a apreciar el bien
(que no es otra cosa que la armonía en las relaciones entre los seres).
Y
así aprenden a ejercer su libertad en concordancia con la Armonía cósmica.
Y
así aprenden también el manejo armonioso de los contrastes para su labor de futuros
dirigentes de la Creación, ya que del desequilibrio asimilan el valor del
equilibrio y de la desarmonía desarrollan el sentido de la armonía.
Para
profundizar más el tema, les recomiendo leer también: