LAS CIUDADES QUE SON INVADIDAS POR LA CIENCIOLOGÍA

 

 
 
 
La principal ciudad que los cienciólogos están invadiendo es Clearwater ubicada en Florida, en los Estados Unidos.
 
Pero también en Francia están invadiendo la ciudad de Saint Denis.
 
Y en Inglaterra están invadiendo la localidad de East Grinstead. Pueden leer un artículo sobre la invasión de la cienciología en East Grinstead en este link.
 
 
 
Y el siguiente video en español detalla sobre estas invasiones que la cienciología ha estado haciendo:
 
 
 
 
 
 
 
 
 



El siguiente video en inglés muestra "el retiro espiritual mundial" llamado Flag  que la cienciología construyó en Clearwater, y que también es la iglesia de la cienciología más grande del mundo:


 
 
 
 
 
 
 


Y los siguientes videos en inglés muestran el testimonio de varios estadounidenses sobre la invasión de los cienciólogos en Clearwater:
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 








ALGUNOS GURÚS ESTADOUNIDENSES DEL SIGLO XXI




En el siguiente video pueden ver el documental elaborado por Flora Desponts y Gary Grabli que se estrenó en el 2020, y en donde se muestran a varios gurús, chamanes, guías espirituales y coatch motivacionales que prosperan en los Estados Unidos:




  
 
 
 
 
 
 
 




LA MIRADA ENIGMÁTICA DE OSHO







SU MIRADA HIPNÓTICA 

Algo que sorprende a muchas personas es la mirada fascinante que tenía Osho.

Algunos piensan que esa mirada hipnótica es una prueba de que Osho era un ser iluminado, pero por los horrores que hizo Osho, yo estoy convencido de que para nada él estuvo espiritualmente iluminado.

Otros piensan que su mirada magnética es una expresión de su inmenso conocimiento y gran sabiduría. Y aunque eso es cierto en algunos instructores (como por ejemplo en el caso de Blavatsky) los conocimientos y la sabiduría que tenia Osho son bastante menguados por lo que tampoco considero que esa explicación sea válida.

Y en realidad yo sospecho que Osho se estuvo ejercitando para desarrollar una mirada hipnótica. Existen técnicas para lograr eso. Simplemente pongan en Google: "¿Como desarrollar una mirada magnética?", y les aparecerán muchos ejercicios para lograrlo.

Y si observan a Osho cuando era más joven, constatarán que en ese entonces él no tenía esa mirada hipnótica:











LOCURA

Y su mirada también delata que cuando Osho ya estaba envejeciendo, tristemente él estaba perdiendo la razón, porque aunque Osho se esforzaba por dar la apariencia de ser un gran Gurú lleno de amor, sabiduría y paz:







Por momentos él mostraba una mirada de desquiciado que revelaba que en realidad en su interior se estaba volviendo loco:
































Y los eventos que ocurrieron demuestran que esta sospecha resultó ser cierta.

Y esa mirada de desequilibrado es uno de los motivos por el que yo considero que Osho si se había vuelto adicto al Valium y al óxido nitroso como lo aseveraron varios de sus allegados.

Y ese consumo masivo de esas substancias provocó que Osho fuera perdiendo cada vez más sus facultades cognitivas.













LAS EXPERIENCIAS QUE TUVO ARNOLD KRUMM-HELLER CON EL ESPIRITISMO




Arnold Krumm-Heller fue el fundador de la Fraternidad Rosacruz Antigua, y las experiencias que él tuvo con el espiritismo las narró en su Autobiografía:


Un año después de haber abandonado Alemania recibí la súbita noticia de la muerte de mi santa madre. Aquel golpe me anonadó; ¿cómo, después de haberla visto hacer tantos sacrificios por mí y en los momentos en que podía recompensar en algo sus afanes se me arrebataba a aquel ser?

Entonces se despertó en mi alma una idea completamente nueva, que me vino a poner en conocimiento que los hijos jamás sabemos apreciar los sacrificios de los padres para labrarnos un porvenir que solamente a nosotros nos interesa; y que ni durante una vida pagamos debidamente sus afanes, no cumplimos en lo absoluto ni con los deberes de familia ni con los de humanidad siquiera, porque una noche de desvelo y zozobra infinita, cuando nos velaba al lado de la cuna; una noche de insomnio y de congojas que pasa durante los peligros de la niñez, esa personificación del verdadero y único amor abnegado, no se paga con toda una existencia de cuidados, de amor y de respeto hacia los que nos dieron el ser.

Yo renegaba, maldecía mi suerte...me costó una enfermedad física la idea de que al regresar a mi patria encontraría únicamente un pedacito de tierra, que cubría aquel cuerpo santo.

Al pasar por una librería vi una obra de Allan Kardec. Entré a comprarla y me encerré para leerla; en ese momento era la tabla de salvación que encontré en el océano de mis sufrimientos para aferrarme a ella. Aquella filosofía no me era nueva; la había leído de estudiante, pero hasta entonces llegaba a sentirla. Me convertí en un espiritista sincero; más aún, fanático en cuanto a la belleza de sus doctrinas.

Me consolaba, me levantó el ánimo aquella filosofía, pero desde el primer momento me chocó la práctica; jamás llegué a evocar a aquel ser a quien tanto había amado, pues la intuición y la razón me decían que aquella santa debía estar localizada en regiones superiores, más puras, y que no hacía bien en atraerla a esta mísera tierra y comunicarla, obligándola a hacer manifestaciones inferiores como mover las patas de una mesa en los círculos espiritistas.

La lógica de la doctrina espirita me convirtió en un espiritista convencido y, como la muerte de mí madre me había insinuado en estas ideas, a ella la había inmortalizado en mí: cuando evocaba sus recuerdos, sus consejos, la sentía vibrar en mí mismo; esa es la verdadera comunicación espiritual.

Animado a propagar la filosofía que me había consolado, fundé con varios amigos y redacté una revista que llamamos “El Reflejo Astral”.


El espiritismo había sido en mí, como en casi todos sus adeptos, cuestión de impresionalismo. Vi que tiene una filosofía hermosa, argumentos sólidos, aspectos científicos cuyo estudio, he visto más tarde, es más fácil bajo la luz del ocultismo.

Pero la práctica de la mediumnidad además de ser ridícula es profundamente inmoral.

Aquí en México, funge como espíritu familiar, en la mayoría de los centros, el Benemérito de la Patria Lic. Don Benito Juárez, y da pena ver que esa gran lumbrera, que dirigió tan sabiamente los destinos de este país, se vea encargado de buscar objetos perdidos.

Por fortuna que el espíritu de Juárez sólo existe en la imaginación de las personas ignorantes, que faltos de conocimientos de las leyes que rigen los fenómenos psíquicos, pueden en la mayor parte de las ocasiones poner en relieve su irreflexión, pero no evocar como se debe.

Yo, y conmigo millares de iniciados en el ocultismo, no negamos la realidad y posibilidad de todos los fenómenos que pregona el espiritismo, y en mi primera conferencia veréis mis opiniones a este respecto; la diferencia que existe entre los espiritas y los ocultistas, es que los primeros se valen de medios o instrumentos para ponerse en contacto con el plano astral (de los espíritus) y nosotros somos todos médiums pero no pasivos, inconscientes ni manejados por guías, sino activos, conscientes, que en vez de tratar de atraer los seres (salvo casos especiales) nos trasladamos conscientemente donde están ellos.



(Nota de Cid: estos aspectos negativos del espiritismo hicieron que Krumm-Heller se alejara del espiritismo, y posteriormente él conoció a un señor que decía ser martinista pero cuyas actividades eran espiritistas.)


Como galantemente me había ofrecido su casa, a las pocas noches fui a verle. En su salón encontré reunidos a varios conocidos que nunca me habían hablado de él.

La conversación versaba sobre los Mahatmas, unos grandes maestros que vivían en la cima del Himalaya, pero que desprendiéndose de su cuerpo material se aparecían en forma vaporosa al llamado del adepto iniciado.

Después que unos habían negado el hecho, otros lo habían ridiculizado, y el reto dado para probar la existencia de estos seres, el maestro pues así llamaremos al Sr. C. desde ahora, tomó una espada, trazó en el centro de la pieza el Pentaclo de Salmón (de que hace uso Goethe en el Fausto), pronunció una fórmula para nosotros incomprensible, y nos rogó formar una cadena tomándonos de las manos.

Apenas lo habíamos hecho cuando sentimos una detonación en la pieza vecina, como una especie de explosión de aire; la puerta gira sola sobre sus goznes como empujada por manos invisibles...en el centro de la sala vemos de frente a un fantasma; un ser vaporoso, pero compacto, avanza hasta tocarnos. Los pelos se me erizaron de punta y si no es por el temor de aparecer como miedoso me hubiera desmayado.

Pero a pesar del miedo inusitado, me sentía feliz al palpar por primera vez una materialización perfecta de un maestro de lo invisible. En mi corazón se levantaba un grito de júbilo. Yo había pertenecido a los débiles que creen sin saber; y ahora ya era fuerte, pues creía sabiendo.

(Observación de Cid: no pienso que esa aparición y las siguientes que presenció Krumm-Heller hayan sido de verdaderos Maestros y me inclino más a considerar que fueron apariciones similares a las que experimentan los espiritistas.)

No tengo la autorización del maestro para escribir todo lo que vimos esa noche y las innumerables noches de los muchos años siguientes. Pero por ese medio traía objetos desde gran distancia, que caían en la pieza sin saber de donde. Y las apariciones que pudiesen ser objeto de nuestra ilusión o efecto de hipnotismo o sugestión colectiva, fueron innumerable número de veces fotografiadas sugestionándose la placa fotográfica, lector incrédulo.

Una de tantas noches, se trataba entre los asistentes a la reunión si acaso todos los hombres tienen cuerpo doble o astral o si aquello era sólo predominio de unos cuantos himalayénses.

El maestro coge la espada, y sin más ceremonias de las que estábamos acostumbrados, evoca y nos trae a la pieza a un señor que la mayoría conocíamos. Le dio algunas órdenes, que cumplió al día siguiente como autómata, y estos seguro que si le hubiese ordenado un asesinato lo habría hecho, estando a muchas leguas de distancia de nosotros.

Muchos años tuve la dicha de contemplar las maravillas de ese maestro.
Siguiendo la idea predominante en los espiritas que la difunden sin saber lo que hacen, tenía yo una idea preconcebida en cuanto a las sociedades secretas; pero yo quería la luz para todo el mundo, nada de monopolio, nada de privilegios.


(Esto está en el prologo de su libro “Conferencias Esotéricas”)














KATIE WENTWORTH





Katie Wentworth fue una genuina médium estadounidense que vivió en el siglo XIX, y ella estuvo entre los médiums más notables de su país, pero a pesar de ello no he encontrado en internet información acerca de ella (la imagen de arriba es solo representativa) y los únicos datos que he hallado son los que mencionó el esoterista Franz Hartmann que a continuación se los transcribo:



Yo tenía una paciente llamada Katie Wentworth. Ella era una dama casada bien establecida, con sangre inglesa e india que corría en sus venas.

Ella no creía en el espiritismo y no estaba dispuesta a dar crédito a los relatos que le habían comentado personas que habían presenciado los fenómenos espiritistas, pero con el propósito de ver "si había algo en esa actividad", ella consintió en sentarse conmigo, y después de que se recuperó de su enfermedad tuvimos frecuentes sesiones de espiritismo juntos.

Al principio los fenómenos eran insignificantes y las comunicaciones recibidas a través de ella eran pequeñas, pero después de un tiempo atrajimos a otras influencias y obtuvimos los resultados más asombrosos.

Mi amiga Katie Wentworth se convirtió en una de los médiums más notables para todo tipo de manifestaciones, incluyendo trance, materialización, levitación, escritura automática, etc.

Y tal vez debido a su presencia, yo mismo llegué a desarrollar en cierta medida la clarividente y la clariaudiencia, y disfruté mucho de las conversaciones que tuve con los "difuntos".

En esa época mis principales entretenimientos eran las sesiones espiritistas con mi amiga y con otros médiums que posteriormente conocí.

Los logros de Katie Wentworth como médium pronto se conocieron entre los espiritistas y ella recibió invitaciones para celebrar sesiones en todos lados y aceptó muchas de ellas, pero la consecuencia fue que ella estuvo continuamente vampirizada por esos fantasmas, perdió su vitalidad, terminó paralizada y murió precozmente.

Y que esos "espíritus" no eran lo que ellos pretendían ser, se me demostró claramente por el hecho de que incluso media hora antes de que mi amiga falleciera, fingidos espíritus de algunos de los médicos más famosos que han existido en la Tierra vinieron e hicieron prescripciones para ella, e insistieron en que no había peligro.

Su funeral se llevó a cabo en Galveston el 13 de noviembre de 1877.


(Occult Review de enero de 1908, p.12-17)















N. D. MILLER





N. D. Miller fue una genuina médium estadounidense que vivió en el siglo XIX, y ella estuvo entre los médiums más notables de su país, pero a pesar de ello no he encontrado en internet información acerca de ella, y los únicos datos que he hallado son los que mencionó el esoterista Franz Hartmann que a continuación se los transcribo:


Hubiera sido bueno para mí si hubiera permanecido en Nueva Orleans, pero el deseo de cambio y las aventuras junto con los exaltantes relatos que me llegaban de Colorado, me motivaron a ir a esa región. Y además estaba cansado de la vida urbana y anhelaba ver el "Salvaje Oeste".

Allí conocí a la Sra. N.D. Miller de Denver quien fue uno de los médiums materializadores más notables que haya existido alguna vez, y como a veces ella se quedaba en mi casa, tuve la oportunidad de presenciar los fenómenos más interesantes.

La Sra. N.D. Miller solía visitarme ocasionalmente en 1879 en Georgetown, con el propósito de pasar unos días de los calurosos meses de verano en algún lugar fresco de las Montañas Rocosas. Y en tales ocasiones realicé sesiones espiritistas con ella en mi salón. A veces estábamos solos y en otras ocasiones algunos de mis amigos se unieron a nosotros por invitación.
 
Pues bien, en varias ocasiones se produjeron las manifestaciones más destacadas, y entre otros fenómenos como la aparición de flores y objetos, o que aparecieran algas frescas que goteaban agua de mar aunque nos encontrábamos a 2’000 millas del océano, y también solían aparecer muchas formas de seres humanos: hombres, mujeres y niños completamente materializados. Los hubo altos, pequeños, blancos, negros, indios, etc.
 
Ellos eran visibles y tangibles para todos los presentes como si fueran personas del mundo físico, y sin embargo las paredes, los techos y los pisos no parecían ser ningún un obstáculo para ellos ya que ellos atravesaban cosas tan sólidas como si estas no existieran.
 
Recuerdo especialmente a un gran hindú con un turbante que entró y salió por la puerta abierta de la habitación contigua. Él era mucho más alto que la puerta pero no se agachó, su cuerpo atravesó la abertura y su cabeza con la misma facilidad a través de la pared sólida sobre ella.
 
Algunas de esas formas aparentemente materiales se hundirían en el piso hasta que solo la cabeza fuera visible, y la cabeza hablaba hasta que también desaparecía, solo para que toda la figura apareciera detrás de la cortina, donde la Sra. Miller estaba sentada en un profundo trance.
 
Sin embargo él, como las otras apariciones, parecía perfectamente sólido al tacto; uno podía hablar con ellos, darles la mano, etc., como cualquier persona viva.
 
Y mientras ocurrían estos fenómenos, el cuerpo de la señora Miller parecía estar sin vida. No se sentían pulso ni latidos en su corazón. La habitación no era del todo oscura, pero lo suficientemente luminosa como para permitirle distinguir todos los muebles.
 
 
Entre las formas que aparecieron, una que recuerdo mucho fue el de una dama vestida de blanco que se parecía mucho a una amiga mía (la Sra. Katie Wentworth) cuyo funeral se llevó a cabo en Galveston el 13 de noviembre de 1877.
 
Le ofrecí mi brazo a la dama-fantasma y la conduje a la habitación de al lado cerrando la puerta detrás de nosotros. Entonces nos sentamos en el sofá y hablamos de los tiempos antiguos. Katie habló en un susurro y respondió a mis preguntas, pero no pudo decirme nada que yo no supiera ya.
 
Y a pesar que era un fantasma sentí su pulso y el latido de su corazón. Ambos eran como los de una persona viva. Puse mi brazo alrededor de su cintura y le pedí que me besara y ella cumplió mi petición, y luego sostuve su brazo y la conduje de regreso a la sala detrás de la cortina.
 
Y allí pude ver la forma aparentemente sin vida de la señora Miller sentada en su silla, y junto a ella estaba la forma materializada de mi amiga que comenzó a disolverse como una neblina y entró en el cuerpo de la señora Miller. Y luego la señora Miller se despertó de su trance.
 
Y de las muchas materializaciones de formas astrales que he visto en el curso de mi experiencia, esta fue la más interesante y estoy convencido que esta materialización estuvo hecha del cuerpo astral o "doble" de la Sra. Miller, o tal vez de "materia astral" tomada a partir de ella para crear la manifestación de Katie Wentworth, de quien por cierto la Sra. Miller nunca había conocido pero cuya imagen existía en mi mente.


(Occult Review de mayo de 1907, p.283-284)













LA VITRINA CON OBJETOS QUE BLAVATSKY MATERIALIZÓ







En el museo de la Sociedad Teosófica de Adyar hay un antiguo mueble que es un gabinete vitrina donde se encuentran varios de los objetos que Blavatsky materializó, y entre los objetos que percibo están:



El retrato de Staiton Mosses





Este retrato fue materializado por Blavatsky para el coronel Olcott en la Lamasería de Nueva York en 1876, y el relato de cómo ella lo produjo se los detallo en este otro capítulo:











El retrato del Yogui Tiravalla





Este retrato fue materializado por Blavatsky para William Judge en la Lamasería de Nueva York en 1877, y el relato de cómo ella lo produjo se los detallo en este otro capítulo:











Una tetera china





Esta tetera fue materializada por Blavatsky para la señora Mary Hollis-Billing cuando Blavatsky se hospedó en su casa de Londres en 1879 por unos pocos días, y el relato de cómo ella la produjo se los detallo en este otro capítulo:











La taza y su platillo





Esta taza y su platillo fueron materializados por Blavatsky para el señor y la señora Sinnett en la ciudad de Simla, India, en 1880; y el relato de cómo ella los produjo se los detallo en estos otros capítulos: