LA MADRE DE JESÚS DESCRITA POR RUDOLF STEINER





Rudolf Steiner aseguró que en realidad no hubo solamente una madre de Jesús, sino que en realidad hubieron DOS madres de Jesús: una biológica y otra adoptiva.

Y a continuación les detallo la explicación que él dio:

Según Rudolf Steiner, en la antigua Palestina no hubo solo una pareja que se llamaban María y José, sino que en realidad hubieron dos parejas, y las dos parejas tuvieron casi al mismo tiempo a un niño a quien en los dos casos lo llamaron Jesús.

O sea que en resumen: hubo dos Marías, dos Josés y dos Jesús.

Y es por eso que en su libro “El Evangelio según Mateo”, Rudolf Steiner escribió lo siguiente:

« Existieron pues, dos parejas, los padres de ambos niños Jesús, con los nombres de "José" y "María" en ambos casos. Y esto se debe porque en aquel entonces, José y María eran nombres muy comunes. Y el Evangelio de Mateo habla de la genealogía de la línea salomónica de la casa de David; mientras que el otro niño, el Jesús del Evangelio de Lucas, habla de la genealogía de la línea natánica; son pues hijos de distintos padres.

Y ambos niños vivieron en la misma aldea y se desarrollaron uno al lado del otro, hasta los doce años. Los Evangelios dicen la verdad, solo hace falta comprenderlos»
(Capítulo 6)



Pero posteriormente el José de una de las parejas murió y la María de la otra pareja también falleció. Y el José y la María que quedaron vivos se juntaron para formar una nueva pareja, viviendo así los dos niños Jesús juntos.

Y es por eso que en su libro “El Quinto Evangelio”, Rudolf Steiner escribió lo siguiente:

« Y sabemos además que por la muerte de la madre, por un lado, y la muerte del padre por el otro lado, se unieron las dos familias en una sola, en la cual siguió viviendo el niño Jesús fecundado por el yo de Zoroastro. »
(Capítulo 4)


Y seguramente ustedes se preguntarán:

¿Qué pasó con el otro niño Jesús?

Pues resulta que Rudolf Steiner aseveró que el espíritu de Zoroastro se encontraba primero viviendo en el otro niño Jesús (el de la línea salomónica), pero cuando Jesús cumplió los doce años, el espíritu de Zoroastro se fue a vivir dentro del cuerpo del otro niño Jesús (el de la línea natánica).

Y como el cuerpo del niño Jesús de la línea salomónica ya no tenía un espíritu que lo habitara, al poco tiempo murió.



Y aquí seguramente ustedes de nuevo se preguntarán:

¿mo le hizo el niño Jesús de la línea natánica para haber sobrevivido hasta los doce años si no tenía un espíritu que lo habitara?

Y Rudolf Steiner respondió que eso se pudo porque:

- “Ese niño si tenía un espíritu, pero este Ego había sido resguardado en los centros de iniciación bajo el nombre de El Árbol de la Vida, desde el período lemuriano, antes de que Lucifer comenzara a mal influir sobre la humanidad."

Lo cual es una respuesta tremendamente delirante, pero como nos estamos saliendo del tema, les detallaré lo absurdo de esa respuesta en otro artículo, y aquí mejor prosigamos con la historia de la madre de Jesús.



La madre biológica del niño Jesús de la linea natánica, es la que había fallecido y es por eso que fue la otra María quien lo adoptó y lo crió.

Y es por ese motivo que en su libro “El Quinto Evangelio”, Rudolf Steiner escribió:

« Para poder sentir lo que entonces vivió Jesús de Nazaret, voy a relatar un suceso que tuvo lugar hacia fines del tercer decenio de su vida. Se trata de un diálogo que él sostuvo con su madre, es decir con la que desde que se habían unido en una sola las dos familias, había llegado a ser su madre.

Con ella siempre se había entendido perfecta e íntimamente, mucho mejor que con todos los demás miembros de la familia; o más bien dicho, él se entendía con todos, mas ellos no se entendían lo mismo con él. »
(Capítulo 5)


Y después de que Jesús tuvo esa conversación con su madre adoptiva, el espíritu de Zoroastro se retiró del cuerpo de Jesús, y Jesús volvió a ser durante los siguientes meses otra vez una especie de "zombi inmaculado" (así como lo había sido durante sus primeros doce años). Hasta que Jesús fue bautizado por Juan el Bautista, y entonces esta vez fue el espíritu de Cristo quien entró en el cuerpo de Jesús y lo habitó.

Y junto con ese acontecimiento sucedió que el espíritu de la María que había fallecido también descendió y se unió con el espíritu de la María que todavía seguía viva.

Y es por eso que Rudolf Steiner al final de ese mismo libro también escribió:

« Después del diálogo con la madre, el yo de Zoroastro se había retirado y con ello hubo nuevamente lo que había existido anteriormente hasta la edad de los doce años, solo que esta vez más acrecentado y más grandioso.

Pero con el bautismo en el Jordán se sumergió en este cuerpo (el cuerpo de Jesús) el Cristo; y en el mismo instante en que ocurrió el bautismo, la madre sintió algo como el fin de aquella transformación.

Ella tenía entonces cuarenta y cinco a cuarenta y seis años, y ella se sintió a sí misma como compenetrada del alma de la madre que había muerto, la del niño Jesús que a los doce años había recibido el yo de Zoroastro.

El espíritu de la otra madre descendió y se unió con la madre con la cual Jesús había sostenido aquel diálogo; y ésta se sintió como aquella joven madre, la del niño Jesús del Evangelio de Lucas. »
(Capítulo 5)


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Y este es un ejemplo más de lo disparatadas que pueden llegar a ser las explicaciones que dio Rudolf Steiner.






RUDOLF STEINER AFIRMA QUE MARÍA Y JOSÉ MURIERON CUANDO JESÚS ERA UN NIÑO





Rudolf Steiner para explicar las diferencias que existen en el Evangelio de Mateo y en el Evangelio de Lucas sobre el nacimiento de Jesús y de su línea genealogía, se le ocurrió la descabellada idea que en realidad se trataban de dos niños Jesús diferentes.

Y es así que Rudolf Steiner declaró que en la antigua Palestina en realidad no había existido una pareja, sino que en realidad habían existido dos parejas cuyos dos hombres se llamaban José y las dos mujeres se llamaban María, y además las dos parejas habían procreado al mismo tiempo y las dos parejas habían tenido a un niño a quien en los dos casos habían llamado Jesús.


Pero el problema para Rudolf Steiner es que en los Evangelios no se habla de dos parejas sino solo de una.

Y para resolver esta contradicción que Rudolf Steiner él mismo se había creado, se le ocurrió la idea todavía más distorcionada de asegurar que el José de una de las parejas murió, y la María de la otra pareja también falleció. Y el José y la María que quedaron se juntaron para formar una nueva pareja, viviendo así los dos niños Jesús juntos.

Y es por eso que en su libro “El Quinto Evangelio”, Rudolf Steiner escribió lo siguiente:

« Y sabemos además que por la muerte de la madre, por un lado, y la muerte del padre por el otro lado, se unieron las dos familias en una sola, en la cual siguió viviendo el niño Jesús fecundado por el yo de Zoroastro»
(Capítulo 4)


Solo que aquí una vez más hay un problema y es que en los Evangelios no se habla de dos Jesús sino solo de uno.

Y para resolver esta contradicción que Rudolf Steiner una vez más él mismo se creó, se le ocurrió la idea todavía más disparatada de afirmar que uno de los niños Jesús tenía dentro de él al espíritu de Zoroastro, pero que cuando cumplió los doce años “el yo de Zoroastro se fue a fecundar al otro niño Jesús”. Y es por eso que al dejar su primer cuerpo, este cuerpo al poco tiempo murió, quedando así solo un niño Jesús.


Solo que aquí una vez más surge otro problema, y es que uno se pregunta con total legitimidad:

¿Cómo es que el otro niño Jesús pudo sobrevivir todo ese tiempo si no tenía un espíritu que lo habitara?

Y Rudolf Steiner para resolver una vez más esa nueva contradicción, que una vez más el mismo se había generado tratando de resolver las anteriores, se le ocurrió la idea ya completamente delirante de declarar que:

“El segundo niño que no disponía de un Ego pudo sobrevivir así porque había sido resguardado en los centros de iniciación bajo el nombre de El Árbol de la Vida, desde el período lemuriano, antes de que Lucifer comenzara a mal influir sobre la humanidad."

Y también porque “su cuerpo etérico provenía de Moisés y su cuerpo astral provenía de Buda”.


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Y después de saber esto, yo no comprendo cómo todavía hay gente que considera que Rudolf Steiner era alguien que pensaba con cordura.







EL ENCUENTRO DE JESÚS CON LOS DEMONIOS (según Rudolf Steiner)





Sobre este asunto Rudolf Steiner en su libro “El Quinto Evangelio” relató lo siguiente (y en morado yo añadí mis observaciones):


« Desde hacía algún tiempo, Jesús había observado que cuando él llegaba a sitios donde había puertas de los esenios, las que no tenían pinturas, él no podía pasar por semejantes puertas sin sufrir amargas experiencias.

Veía esas puertas sin pinturas, pero para él había en ellas imágenes: a ambos lados siempre aparecía lo que en la ciencia espiritual conocemos con los nombres de Arimán y Lucifer.

Y con el tiempo se le había formado en el alma la firme impresión de que la aversión que tienen los esenios hacia las pinturas en las puertas tenía que ver con la atracción mágica de semejantes seres, y que para los esenios tales pinturas eran como trasuntos de Lucifer y Arimán. Esto Jesús lo había advertido varias veces.

(Esto que dice aquí Rudolf Steiner es falso porque cuando las pinturas no representan cosas tenebrosas, no tienen por qué atraer a entidades malignas. Y de hecho las pinturas con imágenes sagradas se utilizan como protecciones debido a que justamente las imágenes que representan se sintonizan con los seres de luz.)

El alma que las experimenta no se inclina a reflexionar mucho sobre estas cosas, porque son demasiado conmovedoras, y pronto llega a sentir que el pensamiento humano no basta para ahondar en ellas, no es capaz de compenetrarlas.

Pero las impresiones no sólo se impregnan en lo profundo del alma, sino que se convierten en una parte de la vida anímica misma. Uno se siente vinculado a la parte del alma en que se acumulan esas experiencias e incluso a las experiencias mismas que nos acompañan por el resto de la vida.

Jesús de Nazaret así pues siguió llevando en el alma esas dos imágenes, la de Lucifer y la de Arimán que él había visto en las puertas de los esenios. Al principio, esto no le había causado otro efecto sino el de darse cuenta de algún vínculo misterioso entre estos seres demoniacos y los esenios.

(Y esto que dice Rudolf Steiner también es falso debido a que los esenios eran una agrupación de personas que llevaban una vida muy santa, por lo que es incoherente que ellos estuvieran asociados con esos demonios.)

Y después de lo experimentado en el alma de Jesús, también resultó difícil entenderse mutuamente, puesto que en su alma vivía algo que él no pudo mencionar al hablar con los esenios, ya que cada vez lo experimentado en las puertas de los esenios, le impedía proseguir.

Pero después de una conversación sumamente importante, en que se había hablado de lo sublime espiritual, al salir por la puerta del edificio principal de los esenios, Jesús dio con las figuras de las cuales él sabía que eran Lucifer y Arimán.

Entonces él vio que los dos huían de la puerta del convento de los esenios; y en su alma surgió una pregunta. No que él mismo la preguntara, sino que con inmensa fuerza elemental surgió en su alma la pregunta:

¿A dónde huyen ellos, a dónde huyen Lucifer y Arimán?

Él sabía que lo sagrado del convento de los esenios los había ahuyentado, pero en su alma quedó impregnada la pregunta:

¿A dónde huyen?

Y esta pregunta no la pudo arrancar de su alma, esta pregunta encendió su alma y con ella vivió de hora en hora, de minuto en minuto, durante las semanas siguientes. Después del diálogo espiritual, al haber pasado por la puerta del edificio principal de los esenios, ardía en su alma la pregunta:

¿A dónde huyen Lucifer y Arimán?


(Y aquí otra vez lo que dice Rudolf Steiner no tiene sentido porque primero afirma que esas entidades malignas se aparecían en las puertas de los esenios debido a que ellos estaban relacionadas con ellas, y ahora dice lo contrario.)

Y posteriormente Rudolf Steiner narró lo siguiente:



Y después Jesús le contó a su madre esto que él había experimentado, y Jesús le nmencionó lo siguiente:

- “Cuando un día salí, después de un íntimo e importante diálogo con los esenios, percibí en la puerta que Lucifer y Arimán huían; y desde entonces sé, mi querida madre, que por su vida y su doctrina oculta, los esenios se protegen a sí mismos de tal manera que de sus puertas deben huir Lucifer y Arimán. Pero con esto los esenios envían a Lucifer y Arimán a los demás, para hacerse afortunados a sí mismos.”

(Y esto tampoco tiene sentido porque los esenios predicaban la bondad, y por consiguiente es incoherente que ellos, para protegerse, aventaran los demonios hacia las otras poblaciones, porque eso iría en contra de sus principios de rectitud.)

Y sobre este relato Rudolf Steiner terminó narrando:



Y la Crónica del Akasha y el Quinto Evangelio nos indican que el Cristo posteriormente entró dentro del cuerpo de Jesús, y esto se debió ante todo porque el Cristo fue atraído por lo que, debido a las impresiones conservadas en la memoria, firmemente se había grabado en el cuerpo astral.

En cierto modo, el Cristo se decía a sí mismo:

- “Este es el cuerpo que había visto del que Arimán y Lucifer huyeron, y que había sentido que los esenios, en su aspirar, empujan hacia los demás a Arimán y Lucifer.”

Y hacia estos dos, el Cristo se sintió atraído, pues son ellos con quienes los hombres deben luchar. A la soledad, para luchar con Arimán y Lucifer, fue atraído el Cristo, que por primera vez vivió en un cuerpo humano»
(Capítulos 4 y 5)




OBSERVACIONES

Anteriormente Rudolf Steiner aseveró que Lucifer y Arimán habían huido porque no soportaban lo sagrado del convento de los esenios. Pero luego Rudolf Steiner dice que Lucifer y Arimán huyeron porque en realidad no soportaron estar cerca de Jesús, y es por eso que el Cristo eligió a Jesús para entrar en su cuerpo, porque los demonios le tenían miedo a Jesús.

Pero al inicio de su narración, Rudolf Steiner precisó que cada vez que Jesús pasaba por una puerta de los esenios, Lucifer y Arimán se le aparecían a Jesús y lo agobiaban terriblemente.

Y dos veces Rudolf Steiner vuelve a contradecirse todavía más, porque él afirma que en realidad Lucifer y Arimán no huyeron por todo lo que él antes aseveró, sino porque los esenios aventaron esos demonios hacia las otras personas.


~ * ~


Y este es un ejemplo de las incoherencias que seguido encuentro en las enseñanzas de Rudolf Steiner y que me hacen considerar muy seriamente que su “clarividencia” en realidad consist en puros inventos de su imaginación, la cual era muy febril pero muy poco discerniente.






LA REENCARNACIÓN EXPLICADA POR EL MAESTRO KUTHUMI





En este capítulo voy a transcribir lo que el maestro Kuthumi escribió acerca de la reencarnación en el libro Las Cartas Mahatmas.



VIDAS PASADAS

Cuando el señor Alfred Sinnett le preguntó:

« 1) Usted hizo una alusión muy interesante en su última carta ya que al hablar del señor Hume, usted se refirió a ciertas características que él trajo consigo de su última encarnación.

2) ¿Tiene usted el poder de ver hacia atrás las vidas anteriores de las personas actualmente vivas y poder identificar esas anteriores reencarnaciones?

3) ¿Y en tal caso, sería una curiosidad personal impropia el preguntar algunos detalles de las mías? »


A lo que el maestro Kuthumi le respondió:

« 1) Todos nosotros traemos algunas características de nuestras encarnaciones anteriores. Eso es inevitable.

2) Desafortunadamente algunos de nosotros poseemos esa capacidad. En cuanto a mi no me gusta ejercerla.

3) “Hombre conócete a ti mismo” estaba escrito en el oráculo de Delfos. Y ciertamente no hay nada impropio en tal curiosidad. Sólo que, ¿no sería aún más adecuado estudiar nuestra propia personalidad presente antes de intentar aprender de las anteriores?

Bien, la próxima vez te complaceré tu deseo, ya que ahorita no tengo tiempo, solamente que no te prometo detalles sino solo un simple esbozo y una o dos pistas para probar tus facultades de intuición. »
(CM 23A, p.145)


Y en la siguiente carta Kuthumi le informó a Sinnett cuál fue su vida pasada:

« Fuiste Nonius Asprenas, Cónsul del Emperador Domiciano junto con Arrecinus Clemens y también fuiste amigo del Flamen Dialis de aquella época (o sea del sumo sacerdote consagrado al dios Júpiter) lo que explica ese gran interés que has desarrollado en esta vida por el misticismo. »
(CM 23B, p.175)


El nombre completo de ese político romano fue Lucius Nonius Calpurnius Torquatus Asprenas; él perteneció a una familia aristocrática. Fue primero Senador, luego Cónsul en el año 94 D.C., posteriormente Procónsul de Asia entre 107 y 108 D.C., y finalmente de nuevo Cónsul en el año 128 D.C.

Su hija Torquata se casó con Lucius Pomponius Bassus y su familia y ancestros ocuparon puestos importantes durante el Imperio Romano.


Y esta información me indica dos cosas:

1) La primera es que Sinnett tardó aproximadamente 1700 años antes de volver a reencarnar.

2) Y la segunda es que averiguar tus vidas pasadas solo sirve como curiosidad, pero no te ayuda a conocerte mejor debido a que casi no hay información sobre esos personajes del pasado. Así que si realmente quieres conocerte, es mejor que investigues quién eres tú en la actualidad, a causa que tú eres la síntesis de todo lo que has vivido antes. Y esa información ningún libro de historia te la podrá detallar.






DATOS OCULTOS SOBRE
LA REENCARNACIÓN

Sobre este asunto el maestro Kuthumi escribió:

« El Gran Ciclo es el prototipo de los ciclos menores, y como tal, cada mundo estelar tiene a su turno su propio ciclo de evolución, el cual empieza con una naturaleza muy pura, y desciende hasta alcanzar la forma más material, para luego volver a ascender.

Y a medida que desciende, cada esfera donde se desarrollan los seres se presenta naturalmente más y más densa, terminando por convertirse en materia absoluta al llegar a las “antípodas” (o sea el plano físico).

Impelido por el irresistible impulso cíclico, los seres tienen que descender antes de poder volver a re-ascender. Y en su camino tienen que pasar a través de la escala completa de evolución, sin omitir ningún peldaño, deteniéndose en cada mundo estelar como lo haría en una estación.

Y además del ciclo inevitable en ese mundo estelar particular y en cada mundo estelar respectivo, también debe de realizar su propio “ciclo de vida”, es decir: volver a reencarnar y reencarnar tantas veces como sea necesario para completar su ronda de vida en ese mundo, cuando muere en él antes de haber alcanzado la edad de la madurez divina, como se afirma correctamente en el libro “Isis Desvelada”. »
(CM 9, p.46)


Los humanos al inicio de su existencia cósmica son como semillas con todo el potencial en ellos, pero todavía nada construido aún.



Y al final de su evolución ya se convierten en seres divinos plenamente desarrollados.



Y para lograr alcanzar ese objetivo, los humanos necesitan evolucionar en los globos cada vez más densos y luego cada vez más espiritualizados de una cadena planetaria. Pero dado que ese recorrido es larguísimo, es por eso que se requiere de numerosas reencarnaciones, debido a que una sola vida en el planeta no es suficiente para lograrlo.


(Y esto lo detallo en: el desarrollo cósmico del hombre)




Y en otra carta el maestro Kuthumi dio más detalles al respecto de ese recorrido:

« Sin embargo, y corrigiendo lo que hasta aquí has expresado, diré que — una vida en cada una de las siete razas-raíz; y una vida en cada una de las 49 sub-razas, o 7 x 7 x 7 = 343, y agrega 7 más. Y luego una serie de vidas en razas ramales y ramificaciones; todo eso haciendo un total de 777 encarnaciones del hombre en cada estación o globo de la cadena planetaria.

Más el hecho que el principio de aceleración y retardación se aplica de tal manera, que elimina a todas las estirpes inferiores dejando solamente una superior para efectuar el último anillo (Raza-Raíz).

Y entonces comprenderás que eso no es mucho para distribuirlo en unos cuantos millones de años que el ser humano pasa en el planeta.

Tomemos tan solo un millón de años (periodo sospechado y ahora aceptado por tu ciencia) para representar el término completo de existencia del hombre sobre la Tierra en esta cuarta Ronda.

Y asignando un promedio de un siglo para cada reencarnación, entonces encontramos que mientras la suma de todas sus vidas en nuestro planeta (en esta Ronda) arroja la cifra de 777 x 100, o sea 77’700 años.

En cambio en las esferas subjetivas el humano ha estado 1’000’000 - 77’700, o sea 922’300 años !!!

¡Lo cual es muy poco estimulo para los extremados reencarnacionistas modernos que pretenden recordar sus varias vidas anteriores!

Y en caso de que quieras hacer algunos cálculos, no olvides que más arriba solamente hemos computado un promedio de vidas completas efectuadas por el alma con consciencia y responsabilidad.

Nada se te ha dicho en cuantos a los fracasos que resultan a consecuencia de los abortos, de los idiotas congénitos, de la muerte de niños en sus primeros ciclos septenarios, etc. Ni tampoco se te ha mencionado de las excepciones de las que por el momento no te puedo hablar.

Y no debes de olvidar que el promedio de una vida humana varía muchísimo de acuerdo a las Rondas.

Y aunque yo esté obligado a rehusarte información sobre muchos aspectos. Si tú llegas a desentrañar algunos de los problemas por ti mismo, será mi deber decírtelo. Trata de resolver el problema de las 777 encarnaciones. »
(CM 14, p.83)



Y en otra carta el maestro Kuthumi añadió:

« Toda Individualidad Espiritual tiene que realizar un gigantesco viaje evolutivo, y llevar a cabo un tremendo progreso giratorio. Primero, al comienzo mismo de la gran rotación Mahamanvantárica, y desde el primero hasta el último de los globos de la cadena terrestre, ya que en cada uno de ellos tiene que pasar a través de siete razas-raíces sucesivas.

Y cada una de estas siete razas-raíces emite siete ramificaciones procedentes de la Rama Matriz, y a través de cada una de ellas, el humano tiene que evolucionar antes de pasar a la etapa siguiente, y esto lo tiene que repetir siete veces.

Y puedes por la sorpresa abrir mucho tus ojos, mi buen amigo que has sido instruido en la doctrina cristiana, y sentirte perplejo por lo que te estoy diciendo, pero esto es así. Las ramificaciones tipifican variantes especímenes de humanidad (tanto física como espiritualmente) y ninguno de nosotros puede pasar por alto un solo peldaño de esa escala evolutiva.

Pero con todo esto, la reencarnación no es de la manera como la enseña la vidente de Londres — la Sra. Ana Kingsford, ya que los intervalos entre los renacimientos son demasiado inmensurablemente largos para permitir las ideas fantásticas que ella cuenta al respecto. »
(CM 18, p.119)





Tengan en cuenta que esto que escribió el maestro Kuthumi no debe de tomarse de forma literal porque para interpretarlo se requeriría de claves que el maestro no reveló. Y es que como lo precisó Blavatsky:

« Los datos exactos todavía no serán dados debido a que estos pertenecen a los misterios de las iniciaciones y a los secretos de la influencia oculta de los números. »
(CW XIII, p.306)


Pero a pesar de ello hay cuatro informaciones relevantes que podemos resaltar:

1) Contrario a la creencia que se encuentra actualmente muy extendida en las religiones orientales y también en muchas personas, de que los humanos vuelven rápidamente a reencarnar (por lo general se considera de unos minutos a unas décadas).

En realidad los humanos tardan muchísimo más para volver a reencarnar, y aquí el maestro Kuthumi señaló un promedio de 1200 años.


2) La segunda información relevante es que por regla general los humanos tenemos que pasar por las diferentes razas ramales que se van formando a medida que va procediendo el desarrollo de la humanidad.

Y esto me recuerda que en otra carta el maestro Kuthumi también mencionó que las mónadas animales reencarnan en especies cada vez más evolucionadas. O sea que con los animales (y también los vegetales y los minerales) sucede un proceso parecido, nada más que cada mónada con su reino respectivo.

El objetivo de las mónadas animales al final de su ciclo de reencarnaciones es volverse humanas, y el objetivo de las mónadas humanas al final de su ciclo de reencarnaciones es volverse seres divinos.


3) La tercera información relevante es que la duración de la reencarnación varía mucho a lo largo de la evolución. Y así por ejemplo el maestro Pastor especificó que durante la civilización atlante los humanos vivían por mucho más tiempo debido a diversos factores.

Y yo sospecho que las largas vidas que aparecen en el Antiguo Testamento y que progresivamente se fueron acortando simbolizan ese reducimiento en la duración de sus reencarnaciones que los humanos han estado experimentando a lo largo de estos últimos milenios.


4) Y la cuarta información relevante es que el número 777 si parece ser una cifra importante ya que Blavatsky en otra carta le escribió al señor Sinnett:

« Había inconsistencias aparentes precisamente porque todavía no se te había dado la clave de las *777* y es porque en ese entonces no se te la podía dar. »
(CM135, p.464)






¿SE PUEDE DEJAR DE REENCARNAR?

El maestro Kuthumi dice que no se puede:

« Nadie puede librarse de la reencarnación. »
(CM 17, p.117)

Pero en cambio lo que si se puede hacer es acelerar tu evolución para que así salgas más rápidamente del ciclo de las reencarnaciones:

« Esta cansada sucesión de reencarnaciones, por lo siglos de los siglos debe de recorrerse de un extremo al otro, hasta que el ser humano alcance el final de la séptima ronda, o logre en el ínterin el nivel de desarrollo de un Arhat, luego el de un Buddha, y quede así liberado por una ronda o dos. »
(CM 25, p.196)

Pero esto solo te permitirá dejar de reencarnar durante la actual cuarta ronda, y cuando comience el inicio de la quinta ronda, tendrás que regresar a la Tierra para proseguir con tu evolución (al igual que toda la humanidad) y tendrás que reinciciar con un nuevo ciclo de reencarnaciones, solo que de un nivel más elevado.

Para darles una analogía, es como si un niño se adelantara mucho en sus estudios al punto de pasar los exámenes finales a mitad del año, y por consiguiente el resto del año escolar él ya se la pasaría de vacaciones, mientras que sus demás compañeros seguirían estudiando hasta el final del año.

Pero luego al inicio del siguiente año escolar, ese niño tendría que regresar a la escuela para continuar con sus estudios al igual que sus demás compañeros. La diferencia es que él tuvo mucho más vacaciones que el resto.


Y Kuthumi precisó que el único que ha logrado adelantarse, pero no solamente una sino dos rondas, ha sido el Señor Buda:

« Él logró el nivel de desarrollo que alcanzarán los humano en la sexta ronda. Y al haber recorrido con tan buen éxito la carrera en sus encarnaciones anteriores, sobrepasó incluso a sus predecesores. Sin embargo un hombre como éste únicamente se encuentra en un billón de creaturas humanas.

Él difería de los otros hombres tanto en su apariencia física como en su espiritualidad y conocimiento.

Sin embargo, incluso él, solamente pudo interrumpir temporalmente su ciclo de encarnaciones en el planeta, y cuando los hombres entren en el Nirvana después de haber alcanzado el nivel de desarrollo de la sexta ronda, y luego regresen para comenzar el ciclo de desarrollo de la séptima ronda. El gran Maestro Buddha tendrá que reunirse con ellos.

Solamente que, y puesto que para ayudar a la salvación de los humanos, él renunció a la bienaventuranza y el descanso que procuran el Nirvana. Él renacerá en un grado mucho más elevado. »
(CM 17, p.117)






¿EN CUÁNTO TIEMPO SE VUELVE A REENCARNAR?

Los instructores teosóficos especificaron que los humanos tardan usualmente de 1200 a 1500 años para volver a reencarnar, pero esto es solo un promedio que engloba grandes diferencias.

Y el maestro Kuthumi explicó que la duración en el mundo divino depende de varios factores:

« La estancia en el Devachan es proporcional a los impulsos psíquicos no agotados originados durante la vida en la Tierra, y aquellas personas cuyas atracciones hayan sido predominantemente materialistas, serán atraídas más pronto de vuelta hacia el renacimiento por la fuerza de Tanha (que es el deseo de tener experiencias terrenales). »
(CM 25, p.200)

Esto significa que mientras más enriquecedora haya sido tu vida en la Tierra en conocimientos, experiencias, desarrollo y espiritualidad, más tiempo vas a permanecer en el mundo divino antes de volver a reencarnar.

Pero el maestro Kuthumi también especificó que otro factor muy importante es el karma:

« Lo que serán las vidas en el Devachan y en la Tierra es en cada caso determinado respectivamente por el karma. »
(CM 25, p.196)

« El periodo en el Devachan dura en proporción al buen karma, después del cual la mónada reencarnará de nuevo.

¿Y por cuánto tiempo dura ese estado de beatitud?

Por años, décadas, siglos y milenios, y frecuentemente multiplicados por algo más. Todo depende de la duración del karma [y de los impulsos psíquicos que trajo consigo la persona].

Llena por ejemplo de aceite la tacita de un niño y los depósitos acuíferos de toda una ciudad, y luego enciende una mecha en ambos y ve cual de las dos mechas arderá por más tiempo. Indudablemente el segundo caso tardará mucho más.

Pues bien, lo mismo sucede aquí. El humano es la mecha y el karma y los impulsos son el aceite. Y la gran diferencia que hay entre los dos ejemplos que te acabo de mencionar (la pequeña taza y el gran deposito) es para sugerirte la gran diferencia que existe de “carburante” entre las diferentes personas y por consiguiente las grandes diferencias de duración que van a tener en el Devachan.

Ya que todo efecto debe de ser proporcional a su causa, y como los términos de existencia encarnada del hombre representan solamente una pequeña proporción respecto a sus periodos de existencia ínternatal en el ciclo manvantárico (o sea el periodo que permanece es el mundo divino).

Eso implica que los buenos pensamientos, palabras y acciones de cada una de esas reencarnaciones sobre el globo, son causativos de efectos en las esferas de reposo, y cuyo agotamiento requiere de mucho más tiempo del que ocupó generarlos.

Por lo tanto cuando leas en los Jats y otras historias “fabulosas” de las Escrituras budistas, que aquella o la otra buena acción fue recompensada por Kalpas de varios dígitos de bienaventuranza, no sonrías ante lo que para los Occidentales les parecerá una absurda exageración, sino que ten en mente lo que te acabo de decir. »
(CM 16, p.106)






CASOS PARTICULARES

La regla general estriba que después de fallecer, los humanos deben ascender al Cielo antes de poder volver a reencarnar. Pero también los maestros especificaron que toda regla tiene sus excepciones:

« Salvo unos casos excepcionales como por ejemplo los Iniciados tales como nuestros Teshu-Lamas, y los Bodhisatvas, y también unos cuantos otros casos particulares. Ninguna mónada humana reencarna antes de su ciclo establecido. »
(CM 23B, p.176)

Y en esos casos especiales el alma vuelve muy rápidamente a reencarnar sin ascender al mundo divino y esperar los 1200 a 1500 años en promedio en donde usualmente permanece en el Devachan.






LA ENCARNACIÓN DE LOS GRANDES ADEPTOS

Como vimos, todos los humanos tienen que seguir encarnando (incluyendo los grandes adeptos) pero la diferencia entre estos y los humanos comunes, es que mientras que la inmensa mayoría de los humanos pierden la conciencia cuando mueren y solo la vuelven a recuperar cuando renacen.

En cambio los grandes adeptos permanecen conscientes después de fallecer, y ellos han adquirido un control tan inmenso en el proceso de reencarnar que eso les permite lograr proezas increibles.

« Nuestros “Byang-chubs” y “Tchang-chubs” son los Hermanos que pasan del cuerpo de un gran Lama al de otro, como Lhas o Espíritus incorpóreos.

El Tchang-chub es un adepto que por el poder de su conocimiento y de la iluminación de su alma, ha llegado a estar exento de la tragedia de la transmigración inconsciente.

Y es por eso que en vez de reencarnarse solamente después de la muerte corporal, él puede hacerlo, según su voluntad y deseo, repetidamente durante su vida si así lo prefiere.

Él tiene el poder de elegir para sí mismo nuevos cuerpos, ya sea en este o en cualquier otro mundo, y esto lo puede hacer al mismo tiempo que él sigue en posesión de su vieja forma que generalmente él preserva para sus propios propósitos.

Lee el libro de Khiu-ti y en sus páginas encontraras estas leyes. »
(CM 49, p.285)

O sea que los grandes adeptos pueden incluso ocupar varios cuerpos a la vez !!!






¿PUEDEN LOS HUMANOS ENCARNAR EN ANIMALES?

El maestro Kuthumi asegura que no:

« La idea de la señora Kingsford de que el Ego humano reencarna en varios y sucesivos cuerpos humanos, es la verdadera. Pero en cuanto a su aseveración de que los Egos humanos puedan renacer en formas animales después de la encarnación humana, esto es incorrecto y resulta de su modo descuidado de expresar las ideas. »
(CM 9, p.46)

Y lo que yo he leído es que esto no se puede hacer porque el cuerpo de un animal no tiene la capacidad para recibir una mónada humana, debido a que la monada humana es mucho más elaborada que una mónada animal.

Para darles una analogía, es como si ustedes quisieran instalar un sistema operativo muy moderno en una vieja computadora. Pues bien, aunque la vieja computadora y una nueva computadora en apariencia parezcan similares, esto no se puede porque en su estructura interna si hay grandes diferencias. Y lo mismo sucede entre los animales y los humanos.

Y es por eso que los animales requieren de todo un ciclo cósmico evolutivo para poder alcanzar el nivel que tienen los humanos.






DIFERENCIA ENTRE LA TEOSOFÍA Y EL ESPIRITISMO
SOBRE LA REENCARNACIÓN

Los espiritistas pertenecientes a la Escuela francesa fundada por Allan Kardec también creen en la reencarnación, pero el maestro Kuthumi precisó que hay una gran diferencia con la explicación que dan estos espiritistas y la explicación que dan los maestros transhimaláyicos debido a que:

« El verdadero Ego es inherente a los principios superiores y es por eso que es el verdadero Ego el que reencarna periódicamente cada mil, dos mil, tres mil años o más. Pero el Ego Inmortal, o sea la Mónada Individual no es la entidad a la que se refieren los reencarnacionistas Occidentales, y especialmente a los franceses quienes enseñan que lo que vuelve a reencarnar es el “moi fluidique”, o sea la mónada personal o astral. »
(CM 24B, p.183)

En otras palabras, mientras que los espiritistas de la línea de Kardec piensan que la personalidad que existió en la vida anterior vuelve a reencarnar, los teósofos aseguran que el humano es un ser mucho más complejo y que en realidad es su “Yo inmortal” el que vuelve a reencarnar.

Para darles una analogía, el “Yo inmortal” es el actor (o sea ustedes), y la personalidad es el personaje que el actor interpreta cada vez que desciende a la Tierra (Juan, María, Ana, etc).

O sea que no es Cleopatra la que luego vuelve a reencarnar, sino que eres tú quien en una vida nace como una reina egipcia, y en otra vida nace con otra personalidad, etc.






EVOLUCIÓN Y NÚMERO DE REENCARNACIONES

Y para terminar, cuando el señor Sinnett le preguntó al maestro Kuthumi:

¿Qué tiene que ver el número de encarnaciones con la sagacidad, el talento, o la estupidez de un individuo?

El maestro le respondió:

« No tiene que ver necesariamente, ya que un fuerte anhelo por la vida física puede conducir a un humano a pasar por una gran cantidad de encarnaciones, y sin embargo puede que estas encarnaciones no desarrollen sus capacidades superiores. »
(CM 86, p.404)

Para darles una analogía, imaginen un alumno que le gusta mucho estar en la escuela porque ahí se divierte con sus amigos, pero ese alumno no hace ningún esfuerzo por estudiar. Pues bien, ese estudiante aunque haya asistido muchos días a clase, no habrá avanzado mucho.

En cambio imaginen otro alumno que solo ha ido pocos días a clase pero que ha estudiado mucho, y el resultado será que este segundo estudiante si se encontrará mucho más avanzado que el estudiante haragán.

Y lo mismo sucede con las reencarnaciones.