EL ESPIRITISMO EXAMINADO POR ARTHUR POWELL


El estudioso de esoterismo Arthur Powell en su libro "El Cuerpo Astral" escribió lo siguiente acerca del espiritismo, y añadí subtítulos en azul, y mis comentarios en morado:


El término "espiritismo" se emplea en la actualidad para denotar comunicaciones de muy diversas clases con el mundo astral, con intervención de un médium.

El mecanismo etérico que hace posible los fenómenos espiritistas está ampliamente descrito en la obra "El Doble Etérico", cuyo estudio recomendamos al lector.

(No es con el doble etérico sino con el doble astral que se logran la mayoría de los fenómenos espiritistas cuando estos son genuinos.)

Nos toca ahora considerar el valor, si tiene alguno, de este medio de comunicación con el mundo invisible, y la naturaleza de las fuentes de donde proceden tales comunicaciones.

En los primeros días de la Sociedad Teosófica, H. P. Blavatsky escribió con gran vehemencia sobre el tema del espiritismo, e hizo mucho hincapié en la inseguridad de todo el procedimiento, y sobre la preponderancia de las usurpaciones de personalidad sobre las apariciones reales.

Sin duda alguna tal punto de vista ha coloreado y determinado en gran parte la desfavorable actitud de muchos miembros de la Sociedad Teosófica en lo que respecta al espiritismo en general.


El Obispo Leadbeater, por otra parte, afirma que su propia experiencia personal ha sido más favorable. Ha dedicado varios años a experimentar en el campo del espiritismo y cree haber presenciado repetidas veces casi todos los fenómenos, mencionados en la literatura sobre el tema. Según su experiencia, una buena mayoría de las apariciones son genuinas.

(Por el contrario, la mayoría de los fenómenos espiritistas son fraudulentos.)

Los mensajes que dan carecen muchas veces de interés; las enseñanzas religiosas las clasifica usualmente como "cristianismo aguado"; no obstante es una enseñanza liberal y mucho más avanzada que la actitud fanática ortodoxa.

El Obispo Leadbeater declara que los espiritistas y los teósofos tienen un campo muy importante en común; por ejemplo:

1. La vida después de la muerte es una certeza real, vívida y siempre presente.

2. El progreso eterno y la felicidad final para todos, buenos y malos, es también una certeza.

Estos dos puntos son de importancia tan grande y transcendental, y representan un progreso tan manifiesto sobre la posición ortodoxa ordinaria, que es de lamentar que espiritistas y teósofos no se den la mano sobre estas amplias cuestiones y se pongan de acuerdo en dejar otras cuestiones de menor importancia en que difieren, para resolverlas, por lo menos, hasta cuando el mundo en general haya aceptado tales verdades. En esa obra hay ancho campo para los dos grupos de buscadores de la verdad.

Quienes deseen presenciar fenómenos y quienes no puedan creer nada sin demostración ocular, gravitarán naturalmente hacia el espiritismo. En cambio, los que deseen más filosofía de lo que el espiritismo pueda darles, se volverán naturalmente hacia la teosofía. Ambos movimientos pueden satisfacer a los de mente abierta y tolerante, aunque de tipo muy diferente.

Mientras tanto, es de desear que haya armonía y comprensión entre ambos movimientos, en vista de los altos fines que se persiguen.

(Los maestros transhimaláyicos explicaron que el espiritismo es muy nocivo por lo que no puede haber compatibilidad.)





Lo bueno del espiritismo

Se ha de dar crédito al espiritismo por haber alcanzado sus propósitos, al punto de haber convertido a un inmenso número de personas, que no creían en nada en particular, a una convicción firme, dándoles fe en una vida futura.

Esto, como hemos dicho, es indudablemente un magnífico triunfo, aunque haya quienes crean que se ha alcanzado a un costo demasiado elevado; pero esto es cuestión de opiniones.

Es indudable que el espiritismo ofrece ciertos peligros para los caracteres emotivos, nerviosos, y fácilmente influenciables; éstos no debieran llevar sus investigaciones demasiado lejos, por razones que no escaparán al estudioso.

Pero no hay medio más rápido para quebrar la incredulidad, con respecto a lo que está fuera del plano físico, como practicar unos cuantos experimentos; quizás valga la pena correr algún riesgo, para conseguirlo.

(En la actualidad los fenómenos espiritistas genuinos casi han desaparecido.)


El Obispo Leadbeater afirma sin vacilación que no obstante los fraudes y engaños que en algunos casos se han cometido, hay detrás del espiritismo grandes verdades que puede descubrir quienquiera esté dispuesto a dedicar el tiempo y la paciencia necesarios a la investigación.

Por otra parte se dispone de una extensa bibliografía sobre el tema.

Además se ha hecho mucha obra buena, como la de los auxiliares invisibles utilizando como agentes a los médiums, o a alguien presente en la sesión.

Por consiguiente, aunque el espiritismo ha detenido frecuentemente a almas que de otra manera hubieran alcanzado pronta liberación, también ha suministrado medios de escape a otros, para quienes ha abierto el camino hacia el progreso.

(Leadbeater escribió un montón de falsedades basándose en las sesiones espiritistas a las que él asistió.)


Es un error mirar únicamente al aspecto oscuro del espiritismo; no se ha de olvidar que el espiritismo ha hecho muchísimo bien en su trabajo especial, dando a las personas fallecidas la oportunidad de arreglar sus asuntos después de una muerte inesperada y repentina.

Ha habido casos en que la persona fallecida ha podido aparecer, sin ayuda del médium, a sus parientes y amigos y explicarles sus deseos; pero tales casos son raros y la mayoría de las almas que permanecen pegadas a la tierra, pueden disipar su ansiedad únicamente gracias a los servicios de un médium, o de un auxiliar invisible consciente.

(Los maestros explicaron que la inmensa mayoría de los ´familiares fallecidos' que se comunican en las sesiones espiritistas en realidad son entidades astrales embaucadoras que se hacen pasar por esos familiares; cuando no es el propio médium quien inventa esas comunicaciones.)





Los espiritistas y la reencarnación

Los estudiantes de estas páginas no debieran sorprenderse que entre los espiritistas haya algunos fanáticos y de criterio estrecho, que nada saben por ejemplo de la reencarnación.

En efecto, es probable que la mayoría de los espiritistas no se hayan preocupado de tal hecho, aunque algunas de sus escuelas la enseñan.

Hemos visto que una persona al morir ordinariamente busca la compañía de aquéllos a quienes ha conocido en la Tierra; se asocia con la misma clase de gente con la cual se asociaba en la vida.

De consiguiente no es probable que sepa sobre la reencarnación, después de muerto, más de lo que sabía antes de morir.

La mayoría en el otro mundo están envueltos en una masa de prejuicios que no les permite aceptar nuevas ideas; llevan tales prejuicios al plano astral y no son allí más abiertos a razones y al sentido común que en el mundo físico.

Es claro que una persona de mente abierta puede aprender mucho en el plano astral; puede allí conocer toda la enseñanza teosófica, como hacen muchos. Y de ahí que porciones de esta enseñanza se encuentren entre las comunicaciones espiritistas.

(Los maestros explicaron que la mayoría de los humanos después de morir caen en un profundo sueño, mientras que los espiritistas y Leadbeater afirman que permanecen despiertos.)





El espiritismo superior

Se ha de tener también en cuenta que existe un espiritismo superior, del cual el público nada sabe y que nunca da cuenta de los resultados que obtiene.

Los círculos más avanzados y mejorados son los estrictamente privados, limitados a un reducido número de participantes. En tales círculos se reúnen siempre las mismas personas, y no se admiten extraños para no alterar el magnetismo.

Las condiciones establecidas son singularmente perfectas y los resultados que se obtienen son con frecuencia de carácter sorprendente.

Muchas veces, los llamados muertos son parte de la familia tanto como los vivos. El lado oculto de tales círculos es magnífico, las formas de pensamiento que los rodean son excelentes y calculadas para elevar el nivel mental y espiritual del distrito donde trabajan.

(Los maestros explicaron que para que pueda existir un espiritismo superior se requiere que sus integrantes lleven una vida muy espiritual, pura, santa y disciplinada, lo cual es muy difícil.)

Mientras que en las sesiones espiritistas públicas aparecen por lo general fallecidos de clase inferior, debido al magnetismo muy mezclado y confuso.

(No lo que aparece sobre todo son entidades astrales embusteras que se hacen pasar por familiares fallecidos, personajes históricos, guías espirituales, etc.)





Objeciones hacia el espiritismo

Una de las objeciones más graves a la práctica general del espiritismo es que en el hombre normal, la conciencia después de la muerte se eleva constantemente de la parte inferior de la naturaleza a la superior.

El Ego se retira y se aleja de los mundos inferiores; de consiguiente no le ayuda en su evolución que se saque a su naturaleza inferior de la inconsciencia natural y conveniente en que se encuentre, y se la vuelva a poner en contacto con la Tierra para comunicarse por conducto de un médium.

De consiguiente, es una bondad cruel atraer a la esfera de la Tierra a uno cuya mente inferior anhela todavía gratificar deseos, porque ello demora el progreso de su evolución e interrumpe lo que debiera ser una progresión ordenada.

Hacer eso prolonga la estadía en el Kama-Loka, nutre al cuerpo astral, retiene al Ego y se retrasa la libertad del mismo.

Especialmente en casos de suicidio o muerte repentina, no conviene en manera alguna, despertar a Trishna, o sea, el deseo de existencia sensible.

El peligro peculiar a este respecto se comprenderá si se tiene en cuenta que como el Ego se recoge en sí mismo, es cada vez menos capaz de influir en la porción inferior de su conciencia; la cual, no obstante, tiene el poder, mientras la separación no sea completa, de generar karma; y bajo tales circunstancias, es mucho más probable que agregue a la cuenta más karma malo que bueno.

Además, gentes que hayan llevado mala vida y tienen grandes ansias de placeres inferiores o bestiales, que no pueden gustar directamente, tienden a juntarse alrededor de los médiums o de los sensitivos y tratan de utilizarlos para satisfacer sus ansias.

Estas se encuentran entre las fuerzas más peligrosas que temerariamente confrontan en su ignorancia los curiosos y los irreflexivos.

Una entidad astral puede en su desesperación adherirse a un concurrente sensitivo y obsesarlo; hasta puede seguirle hasta su casa y adherirse a la esposa o la hija del mismo. Han ocurrido muchos de estos casos; usualmente es muy difícil deshacerse de una entidad obsesante de esta clase.

Los suicidas y otras víctimas de muerte repentina, los criminales ajusticiados incluidos, por haber muerto en pleno vigor de vida física, son probablemente los más atraídos hacia el médium, en la esperanza de satisfacer su sed de vida física.

De consiguiente, el médium ayuda a que se desarrolle en ellos una nueva serie de Skandhas, un nuevo cuerpo con tendencia y pasiones mucho peores que las que perdieron. Esto es fuente de grandes males para el Ego, y hará que renazca en una existencia mucho peor que la de antes.

(Estos son algunos de los motivos por los que los maestros desaprueban el espiritismo, pero también porque el espiritismo incrementa la mala influencia del bajo astral sobre el mundo físico, se atrofian los sentidos superiores, las entidades astrales vampirizan energéticamente a los vivos, entre otros agravios.)


De la cuidadosa consideración del conocimiento que poseemos en favor y en contra del espiritismo, parece deducirse que el espiritismo está justificado para destruir el materialismo, siempre que se utilice con cuidado y discreción.

(Hay tanto charlatanismo en el espiritismo que éste no sirve para sacar a la gente del materialismo.)

Pero una vez alcanzado ese objetivo, parece ofrecer muchos peligros, tanto para los vivos como para los muertos; por lo que en líneas generales no es recomendable, aunque en casos excepcionales puede practicarse sin riesgo y con gran beneficio.

(Capítulo 22)









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