Muchos
investigadores y antiguos miembros hemos denunciado al movimiento gnóstico
samaeliano, a sus patriarcas, a sus institutos, y a su fundador Samael Aun Weor.
Y
los principales que lo hemos hecho somos:
Y
los defensores de Samael usualmente nos acusan de ser unos tóxicos resentidos
que queremos engañar a la gente diciéndoles calumnias sobre su gurú y su
organización.
Pero
la realidad es todo lo contrario y si hacemos esto es para tratar de prevenir a
las personas sobre lo terriblemente nefasto que es ese conjunto de sectas que son
el movimiento gnóstico samaeliano y que solo buscan explotar y embaucar a la
gente.
Lo
que queremos es justamente salvar a las personas de las garras de esos embusteros
que son los gnósticos samaelianos, y si para eso tenemos que hacernos enemigos
de todos esos individuos, con gusto lo hacemos porque nuestra prioridad es alertar
a la gente. No callar para que esos individuos puedan seguir manipulando.
Y
en mi caso les he demostrado que he estudiado muy ampliamente el esoterismo en
numerosas de sus disciplinas y durante muchos años, y les puedo asegurar que la
gnosis samaeliana es entre las peores enseñanzas que he encontrado.
Así
es que si a ustedes les interesa el ocultismo, no pierdan vuestro valioso
tiempo con Samael y su doctrina que solo les va a llenar la cabeza con un
montón de errores, mentiras y delirios.
LA CUARTA CÁMARA
Y
para complementar mi declaración a continuación les pongo el video que publicó La Cuarta Cámara
donde explica sus motivos para denunciar a Samael y a su organización:
Concuerdo
con lo que dijo La Cuarta Cámara pero en el caso de la gnosis samaeliana el
asunto es mucho peor debido a que son pocos los que salen ilesos, mientras que
la gran mayoría acaban muy mal.
Realmente
si quieren ahorrarse mucho dolor, eviten involucrarse con el gnosticismo
samaeliano. Se los digo con todo mi corazón, he visto a muchas personas salir
muy lastimadas de esa agrupación y no quiero ver más sufrimiento por culpa de las sectas samaelianas.
Ya
son más de setenta años que dura esa malignidad, y ya es hora de ponerle un
alto a sus dañinos efectos.
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