N. D. Miller fue una genuina médium estadounidense que vivió en el siglo XIX, y ella estuvo entre los médiums más notables de su país, pero a pesar de ello no he encontrado en internet información acerca de ella, y los únicos datos que he hallado son los que mencionó el esoterista Franz Hartmann que a continuación se los transcribo:
Hubiera sido bueno para mí si hubiera permanecido en Nueva Orleans, pero el deseo de cambio y las aventuras junto con los exaltantes relatos que me llegaban de Colorado, me motivaron a ir a esa región. Y además estaba cansado de la vida urbana y anhelaba ver el "Salvaje Oeste".
Allí conocí a la Sra. N.D. Miller de Denver quien fue uno de los médiums materializadores más notables que haya existido alguna vez, y como a veces ella se quedaba en mi casa, tuve la oportunidad de presenciar los fenómenos más interesantes.
La Sra. N.D. Miller solía visitarme ocasionalmente en 1879 en Georgetown, con el propósito de pasar unos días de los calurosos meses de verano en algún lugar fresco de las Montañas Rocosas. Y en tales ocasiones realicé sesiones espiritistas con ella en mi salón. A veces estábamos solos y en otras ocasiones algunos de mis amigos se unieron a nosotros por invitación.
Pues bien, en varias ocasiones se produjeron las manifestaciones más destacadas, y entre otros fenómenos como la aparición de flores y objetos, o que aparecieran algas frescas que goteaban agua de mar aunque nos encontrábamos a 2’000 millas del océano, y también solían aparecer muchas formas de seres humanos: hombres, mujeres y niños completamente materializados. Los hubo altos, pequeños, blancos, negros, indios, etc.
Ellos eran visibles y tangibles para todos los presentes como si fueran personas del mundo físico, y sin embargo las paredes, los techos y los pisos no parecían ser ningún un obstáculo para ellos ya que ellos atravesaban cosas tan sólidas como si estas no existieran.
Recuerdo especialmente a un gran hindú con un turbante que entró y salió por la puerta abierta de la habitación contigua. Él era mucho más alto que la puerta pero no se agachó, su cuerpo atravesó la abertura y su cabeza con la misma facilidad a través de la pared sólida sobre ella.
Algunas de esas formas aparentemente materiales se hundirían en el piso hasta que solo la cabeza fuera visible, y la cabeza hablaba hasta que también desaparecía, solo para que toda la figura apareciera detrás de la cortina, donde la Sra. Miller estaba sentada en un profundo trance.
Sin embargo él, como las otras apariciones, parecía perfectamente sólido al tacto; uno podía hablar con ellos, darles la mano, etc., como cualquier persona viva.
Y mientras ocurrían estos fenómenos, el cuerpo de la señora Miller parecía estar sin vida. No se sentían pulso ni latidos en su corazón. La habitación no era del todo oscura, pero lo suficientemente luminosa como para permitirle distinguir todos los muebles.
Entre las formas que aparecieron, una que recuerdo mucho fue el de una dama vestida de blanco que se parecía mucho a una amiga mía (la Sra. Katie Wentworth) cuyo funeral se llevó a cabo en Galveston el 13 de noviembre de 1877.
Le ofrecí mi brazo a la dama-fantasma y la conduje a la habitación de al lado cerrando la puerta detrás de nosotros. Entonces nos sentamos en el sofá y hablamos de los tiempos antiguos. Katie habló en un susurro y respondió a mis preguntas, pero no pudo decirme nada que yo no supiera ya.
Y a pesar que era un fantasma sentí su pulso y el latido de su corazón. Ambos eran como los de una persona viva. Puse mi brazo alrededor de su cintura y le pedí que me besara y ella cumplió mi petición, y luego sostuve su brazo y la conduje de regreso a la sala detrás de la cortina.
Y allí pude ver la forma aparentemente sin vida de la señora Miller sentada en su silla, y junto a ella estaba la forma materializada de mi amiga que comenzó a disolverse como una neblina y entró en el cuerpo de la señora Miller. Y luego la señora Miller se despertó de su trance.
Y de las muchas materializaciones de formas astrales que he visto en el curso de mi experiencia, esta fue la más interesante y estoy convencido que esta materialización estuvo hecha del cuerpo astral o "doble" de la Sra. Miller, o tal vez de "materia astral" tomada a partir de ella para crear la manifestación de Katie Wentworth, de quien por cierto la Sra. Miller nunca había conocido pero cuya imagen existía en mi mente.
(Occult Review de mayo de 1907, p.283-284)
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