Sobre los punks, en la conferencia que Vicente Beltrán
Anglada dio en Barcelona el 12 de septiembre de 1987, él comentó lo siguiente:
« ¿Qué me dicen ustedes de los movimientos pank, o punk, o como se llamen?
¿No es superficial esto, no es algo espantosamente
grotesco ver a una persona peinándose a lo gallo, pintándose de colores y
dejando la dignidad humana a cero, en tanto va aumentando la presión de los
acontecimientos?
¿Es este el mundo que le presentaremos al Instructor del
Mundo?
Ustedes dirán: "Pero usted es muy duro".
Soy justamente justo, valga la redundancia, porque
ustedes se habrán dado cuenta de que no puede existir parte espiritual donde
existe esta forma incoherente, falta de lógica y falta de naturalidad que vemos
por doquier. »
OBSERVACIONES
Vicente Beltrán Anglada cuando dio esa conferencia ya era
un hombre mayor que se había criado de la manera tradicional, y por lo tanto es
comprensible que él repudie la actitud rebelde y provocadora que tienen los
punks.
Pero ese comportamiento de hostilidad que tiene Vicente
Beltrán Anglada hacia los punks es un detalle más que me hace considerar que él
no fue discípulo del maestro Morya (como Vicente Beltrán Anglada lo afirmó) ya
que para los maestros transhimaláyicos la apariencia no tiene ninguna
importancia.
Y es por eso que cuando el señor Alfred Sinnett se mostró
desdeñoso hacia la apariencia sucia que tenían los tibetanos, el maestro
Kuthumi le respondió lo siguiente:
« Nuestros mejores y más instruidos y más santos adeptos
pertenecen a las razas de los “grasientos tibetanos” (como ustedes los denominan);
pero tú sabes que el león es un animal proverbialmente sucio y maloliente, no
obstante su fuerza y valor.
Tú dices: “que felices seríamos si
quien nos guiara fuera usted”, refiriéndote a tu humilde corresponsal. Pero mi
buen Hermano, ¿estás seguro de que la agradable impresión que puedas tener
ahora de mi, a través de nuestra correspondencia, no quedaría destruida
instantáneamente al verme?
¿Y cuál de nuestros santos sabios
orientales ha tenido siquiera el beneficio de la poca educación universitaria y
alguna que otra noción de modales europeos que yo tuve la oportunidad de
adquirir?
Te daré un ejemplo: le pedí a la
señora Blavatsky que entre dos o tres Punjabis
aryos que estudian el Yoga Vidyâ y que son nuestros místicos naturales, que
eligiera a uno quien pudiera ser el intermediario entre tú y nosotros.
Pues bien, la señora Blavatsky
eligió a uno pero le pidió en términos muy diplomáticos que cambiara su
vestimenta y su turbante antes de acompañarla porque éstos estaban muy sucios y desaliñados.
Este sabio que ya había dado su
consentimiento, escribió después esta curiosa carta:
“Señora,
usted que predica las más altas normas de moralidad, de veracidad, etc., quiere
hacerme representar el papel de un impostor. Usted me pide que cambie mis vestimentas por el riesgo
de dar una idea falsa de mi personalidad, y por lo tanto de engañar al
caballero hacia el que me manda.”
Entonces, como lo puedes constatar,
el prejuicio de la raza es intenso, incluso en la libre Inglaterra donde se nos
considera como una “raza inferior”. Y este mismo tono vibra en tu propia
observación cuando te referiste a este sabio como “un hombre del pueblo, no
acostumbrado a modales refinados”.
Por consiguiente, repito una vez más
que para la mayoría de los occidentales — entre los cuales el término de
“hindú” o “asiático” está generalmente unido a la noción de alguien que usa sus
dedos para comer, y que renuncia al jabón — preferiría mucho más a un americano
como guía que a un “grasiento tibetano”.
Pero no necesitas temblar por mí, ya
que cada vez que me presentaré astral o físicamente, no olvidaré de vestirme
con seda china de lo más fina y crear una atmósfera de sándalo o de rosas de
cachemira para que te sientas cómodo con mi presencia. »
(CM4, p.15 y CM5,
p.18)
CONCLUSIÓN
Y este es un ejemplo más de cómo el comportamiento de Vicente Beltrán
Anglada en varios aspectos es opuesto al comportamiento que tienen los
Maestros.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario