(Esta es la segunda parte del capítulo tres del libro "El Océano de la Teosofía" de William Judge; añadí subtítulos para facilitar su lectura, y en morado añadí mis comentarios. Y para una mejor comprensión les recomiendo que primero lean este otro artículo: ¿Qué son las rondas? link.)
La evolución de los seres en la cadena terrestre
La corriente o masa de Egos que evoluciona en los siete globos de nuestra cadena planetaria es limitada en número, pero la cantidad real es enorme. Pues si bien el universo es ilimitado e infinito, en cualquier porción particular del Cosmos donde la manifestación y la evolución han comenzado, existe un límite en la extensión de la manifestación y en el número de Egos involucrados en ella.
(Considero que el universo no es infinito porque el ángel en el libro "La Respuesta del Ángel" indicó que el universo aunque es inmenso es finito y tiene la forma de una esfera.)
Y todas las Mónadas que ahora evolucionan en nuestra Cadena Terrestre provienen de los siete globos que he descrito.
El libro "Buddhismo Esotérico" denomina a esta masa de Egos una "ola de vida", es decir, la corriente de Mónadas.
Esta ola de vida alcanzó esta masa planetaria, representada para nuestra conciencia por el punto central de nuestra Tierra [el globo D] y comenzó en el Globo A o N°1, llegando como un ejército o un río.
La primera porción comenzó en el Globo A y allí experimentó una larga evolución en cuerpos adecuados a tal estado de sustancia.
Luego pasó al globo B, y así sucesivamente a través de los siete estados superiores de conciencia que se han denominado globos.
Cuando la primera parte partió, otras se unieron y siguieron el mismo rumbo, y todo el ejército procedió con regularidad por la ruta septenaria.
Este viaje continuó durante cuatro vueltas alrededor del conjunto, y entonces llegó toda la corriente o ejército de Egos de la antigua Cadena Lunar, y al completarse, no entró más después de la mitad de la Cuarta Ronda.
(Tal como yo lo entendí, William Judge explicó que la hueste monádica que se desarrolló en la cadena lunar no entró toda al mismo tiempo al globo A de la cadena terrestre, sino que un primer grupo entró primero al globo A y cuando terminó su ciclo de desarrollo en el globo A entonces pasó al globo B; entonces un segundo grupo de chispas divinas entró en el globo A.
Y cuando el grupo de chispas divinas que estaba en el globo B terminó su ciclo de desarrollo en el globo B entonces pasó al globo C, y el grupo que estaba en el globo A pasó al globo B; y un tercer grupo de chispas divinas entró en el globo A.
Y así sucesivamente. Es parecido a una fuente en cascada:
Y así ha sucedió hasta la mitad de la cuarta ronda en donde ya no se van a introducir más chispas divinas en la cadena terrestre.)
El mismo proceso circular de estas clases, llegadas de forma diferente, continúa durante siete rondas completas de los siete centros planetarios de conciencia [los globos], y al finalizar las siete, se habrá alcanzado la mayor perfección posible en el inmenso período empleado, y entonces esta cadena o masa de "globos" morirá a su vez para dar origen a otra serie.
Cada uno de los globos es utilizado por la ley evolutiva para el desarrollo de siete razas, y de los sentidos, facultades y poderes apropiados para ese estado de la substancia que le corresponde: la experiencia de los siete globos es necesaria para un desarrollo perfecto. De ahí las Rondas y las Razas.
(Al final de las siete rondas las chispas divinas más avanzadas se habrán convertido en humanos divinos; y las otras chispas divinas menos avanzadas continuarán su evolución en la siguiente cadena planetaria.)
Las razas
La Ronda es una circunvalación de los siete centros de conciencia planetaria; la Raza es el desarrollo racial en uno de esos siete. Hay siete razas por cada globo, pero el total de cuarenta y nueve razas solo conforma siete grandes razas, el septenario especial de razas en cada globo o centro planetario compone en realidad una raza de siete constituyentes o peculiaridades especiales de función y poder.
Y como ninguna raza completa podría evolucionar en un instante en ningún globo, los procesos lentos y ordenados de la naturaleza, que no admiten saltos, deben proceder por medios apropiados. Por lo tanto, las sub-razas deben evolucionar una tras otra antes de que se forme la raza raíz perfecta, y luego esta genera sus vástagos mientras declina y se prepara para el advenimiento de la siguiente gran raza.
Para ilustrar esto, se enseña claramente que en las Américas se desarrollará la nueva —sexta— raza; y que aquí todas las razas de la tierra están ahora comprometidas en una gran fusión de la que resultará una sub-raza muy desarrollada, después de la cual se desarrollarán otras mediante procesos similares hasta que se complete la nueva.
Entre el fin de cualquier gran raza y el comienzo de otra hay un período de descanso, en lo que respecta al globo, pues entonces la corriente de egos humanos lo abandona para ir a otro globo de la cadena planetaria, para continuar allí con una mayor evolución de poderes y facultades.
Pero cuando la última, la séptima raza ha aparecido y se ha perfeccionado plenamente, entonces se produce una gran disolución, similar a la que describí brevemente como anterior al nacimiento de la cadena terrestre, y entonces el mundo desaparece como algo tangible, y para el oído humano reina el silencio.
Se dice que esta es la raíz de la creencia tan generalizada de que el mundo llegará a su fin, de que habrá un día del juicio final, o de que ha habido diluvios o incendios universales.
La formación de la Tierra
Al abordar la evolución en la Tierra, se afirma que la corriente de Mónadas comienza a procesar la masa de materia en lo que se denomina condiciones elementales, cuando todo es gaseoso o ígneo. Pues la teoría antigua y verdadera sostiene que no es posible la evolución sin la Mónada como agente vivificante. En esta primera etapa no hay ni animal ni vegetal.
(El planeta era primero una forma astral y luego se volvió una bola gaseosa.)
Luego llega la etapa mineral, cuando toda la masa se endurece, quedando las Mónadas aprisionadas en su interior. Entonces, las primeras Mónadas emergen en formas vegetales, que ellas mismas construyen, y aún no aparecen animales.
Posteriormente la primera clase de Mónadas emerge de la vegetal y produce la animal, luego el modelo humano astral y sombrío, y tenemos minerales, vegetales, animales y futuros hombres, pues la segunda clase y las posteriores aún están evolucionando en los reinos inferiores.
Al llegar a la mitad de la Cuarta Ronda, ya no emergen más Mónadas a la etapa humana, y no lo harán hasta que se cree una nueva masa planetaria, reencarnada de la nuestra.
(O sea que surja una nueva cadena planetaria que será la "reencarnación" de la cadena terrestre, así como la cadena terrestre es la "reencarnación" de la cadena lunar.)
Este es a grandes rasgos el proceso completo, pero con muchos detalles omitidos, pues en una de las rondas el hombre aparece ante los animales. Pero este detalle no debe confundirse.
(Los maestros indicaron que el reino humano fue el último en aparecer en la Tierra. Pero William Judge revela que en una ronda fue el primero en aparecer, aunque eso fue astralmente ya que físicamente solo surgió hasta la cuarta ronda.
Y más abajo parece señalar que eso sucedió en la segunda ronda. Pero estén conscientes que el humano de la segunda ronda no se parecía en nada con el humano actual y era una forma astral burda y gigantesca que apenas se estaba formando.)
Resumen
Dicho de otro modo, el plan surge primero en la mente universal, tras lo cual se crea el modelo o base astral. Una vez completado este modelo, se repasa todo el proceso para condensar la materia hasta la mitad de la Cuarta Ronda.
Posteriormente (que es lo que va a suceder en nuestro futuro) toda la masa se espiritualiza con plena consciencia y el conjunto de globos se eleva a un plano superior de desarrollo.
En el proceso de condensación mencionado anteriormente, se produce una alteración con respecto al momento de la aparición del hombre en el planeta.
Pero en cuanto a estos detalles, los maestros solo han dicho: «que en la Segunda Ronda el plan varía, pero la [información de esta] variación no se dará a esta generación».
Por lo tanto, me resulta imposible darla. Pero no hay ninguna vaguedad en cuanto a que siete grandes razas deben evolucionar aquí en este planeta, y que el conjunto de razas debe dar siete vueltas a la serie completa de siete globos.
La reproducción
Los seres humanos no aparecieron aquí inicialmente con dos sexos. Primero no tenían sexo, luego se transformaron en hermafroditas y finalmente se separaron en masculino y femenino. Y esta separación en masculino y femenino para los seres humanos ocurrió hace más de 18'000'000 de años.
Por eso se dice, en estas escuelas antiguas, que nuestra humanidad tiene 18'000'000 de años o algo más.
(Aunque en realidad la humanidad es mucho más antigua, pero primero se desarrolló en el astral antes de surgir en el plano físico, y cuando surgió en el plano físico todavía tardó antes de que se dividiera en dos géneros.)
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