Por Gerald B. Bryan
En la época de los caballos y los carruajes, antes de que
los métodos más modernos de enseñar a los niños estuvieran de moda, el
pasatiempo favorito de algunos padres para lograr que sus revoltosos hijos
obedecieran era asustarlos haciéndoles creer que el "monstruo" los
atraparía si no tenían cuidado.
Nadie podía decir quién era ni dónde estaba el fantasma,
y eso hacía que el tema fuera aún más oscuro y misterioso. Sin embargo todo era
muy real para los niños a quienes enviaban a dormir en habitaciones con poca
luz, donde una lámpara vieja o una vela de sebo proyectaban sombras extrañas y
misteriosas en las paredes.
Ahora bien, en un sentido muy real, la psicología de los Ballard
ha explotado esos miedos primitivos de la raza humana, miedos que surgieron en la
infancia y que la gente civilizada da por sentado que han superado hace mucho
tiempo. Perpetrar esas historias espeluznantes sobre gente inteligente y adulta
en una era de luz incandescente parece el colmo del absurdo y la irrealidad,
pero esa es exactamente la psicología que subyace detrás del control de los Ballard
sobre sus seguidores y muestra hasta qué punto la credulidad y los miedos
infantiles siguen siendo factores que gobiernan la vida de la gente de hoy.
En el sistema de los Ballard, el fantasma se disfraza
bajo muchas apariencias diferentes. A veces parece tener un carácter elevado,
incluso un Maestro Ascendido que a pesar de su amor profesado por sus amados
hijos, los asustará para que le obedezcan incondicionalmente y abyectamente.
En otras ocasiones, el fantasma de los Ballard es realmente
malo: es una entidad astral negativa, o peor aún un mago negro que lanzará un
hechizo sobre su víctima o tomará posesión de su cuerpo si no tiene cuidado.
Entre estos dos tipos de fantasmas, el estudiante del culto
YO SOY está atrapado y se le obliga a obedecer lo que dictan los Ballard.
Es este dominio psicológico de amos invisibles y
fantasmas imaginarios sobre las mentes de las personas supersticiosas, lo que
mantiene a tantos fieles al culto YO SOY. Y como el caballo de Troya de los
espartanos, estas ideas han sido colocadas dentro de las puertas de la
ciudadela de la mente, y cuando la razón duerme, salen a hacer su mal.
Mientras los Ballard puedan mantener a sus estudiantes
psicologizados creyendo que el Maestro Ascendido Saint Germain es un gran “Ser
Cósmico” y no un ser inventado, sin duda podrán mantener su extraña dictadura.
Pero una vez que sus estudiantes comiencen a perder la fe en su jerarquía
invisible de “Maestros Ascendidos”, verán a los Ballard como realmente son, y
expulsarán al caballo de Troya y a todos sus hacedores de líos de la alta
ciudadela de la mente.
Es este peligro psicológico el que permea tan grandemente
el movimiento YO SOY. Sus líderes tratan de todas las maneras posibles de
evitar que los estudiantes piensen por sí mismos. Tratan constantemente de
impedir que la gente lea cualquier cosa que intente decir la verdad acerca de
su movimiento. Inyectan en las mentes de sus estudiantes pensamientos de
terribles consecuencias que resultarían si se atreviesen a criticar o
cuestionar la más mínima cosa concerniente a esta instrucción de los “Maestros
Ascendidos”.
Cuando el autor publicó su primer folleto analítico sobre
los absurdos de este movimiento en 1936, titulado: “Mis experiencias con el
culto YO SOY del señor Guy Ballard”, la ira colectiva de los Ballard no tuvo
fin e instaron a sus seguidores a quemar todas las copias que pudieran
conseguir, pero sin leerlas primero.
Algunos de los más fanáticos llevaron a cabo estas
instrucciones al pie de la letra. Corrieron a las librerías y compraron estos folletos;
y luego para demostrar su fidelidad a los Ballard y a los “Maestros Ascendidos”
que los aprobaban, redujeron la colección a cenizas. Organizaron fiestas de
quema con las ceremonias adecuadas, quemaron estos “terribles libros” con el
fanatismo de un rito de quema de brujas, que recordaba una época anterior de
intolerancia y superstición.
Sin embargo, por desgracia para mí (el autor) estas
fiestas de quema no continuaron porque estudiantes más cuerdos les
dijeron que este tipo de cosas serían demasiado caras para continuar, y que
mientras las imprentas siguieran funcionando, estos folletos seguirían apareciendo.
Así que las hogueras se interrumpieron por falta de
combustible y para ahorrar dinero, y la presencia de estos documentos que tanto
miedo había traído a los líderes del culto YO SOY tuvo que ser aceptada de la
misma manera que los estudiantes aceptan la existencia de entidades astrales y
magos negros. Sin embargo, como buenos guerreros, todavía luchan contra tales seres.
Como era de esperar, “Saint Germain” se indignaba
especialmente ante cualquier forma de crítica, en particular cuando él era el
objeto y no el emisor de la misma, y desarrolló un complejo de persecución bien
definido, imaginando que ciertas organizaciones lo espiaban a él o a su
trabajo.
“Toda fuente”, dice el iracundo Saint Germain, “ya sea Unity, la Ciencia
Cristiana o lo que sea, que intente deshonrar esta Obra o la condene o
critique, fracasará completamente y sus iglesias estarán vacías.” (p.55, AMD)
Algunos meses después, el Maestro Alto de Venus de
cabello largo retomó la lucha de Saint Germain contra las organizaciones, pero
como la memoria de este Maestro venusiano es tan corta como la de los mortales
terrestres, olvidó cuál de sus numerosos hermanos Maestros Ascendidos hizo la
predicción anterior, y declaró erróneamente:
“El Gran Director Divino [!] dijo hace muchos meses atrás que si los
Científicos Cristianos no dejaban de oponerse a esta obra, vaciarían sus
iglesias; si el mundo ortodoxo no la detuviera, vaciarían sus iglesias. Pues bien,
queridos míos, si les dijera esta noche cuántas iglesias ya han sido vaciadas y
cerradas, se asombrarían.” (p.25, octubre de 1938, V.)
Esperamos que la información dada por el Gran Maestro de
Venus sobre el “vaciado de las iglesias” sea tan errónea como su memoria.
Para beneficio de aquellos que no están informados sobre
la manera en que los numerosos Maestros Ascendidos y Seres Cósmicos se ponen en
contacto con nuestro plano terrestre, diremos que todo se hace a través de las
cuerdas vocales de su Mensajero superior.
Guy Ballard aparece en la plataforma e informa a la audiencia
que el “Dios Himalaya” o algún otro gran “Maestro Ascendido” tendrá ese día el
dictado. Luego, con la mayor facilidad posible, Ballard repite el discurso que
se le transmite, él dice ver “letras vivientes de Luz”, mientras los benditos
en la audiencia hacen todo lo posible por ver a este gran “Maestro” y sus
letras flameantes.
Algunos, de manera natural e inevitable, se hipnotizan a
sí mismos para hacer esto bastante bien. El hecho, fácilmente observable, de
que todos estos numerosos “Dioses”, “Maestros” e incluso “Diosas” digan las
mismas cosas, utilicen la misma fraseología, jerga e idioma, no parece revelar
la falsedad a estas almas confiadas, o sea que Guy Ballard y sus cómplices
inventan sus supuestas canalizaciones.
Con mucha frecuencia Guy Ballard es un poco olvidadizo e
inconscientemente en medio de su canalización a veces saca su reloj para ver
cuánto tiempo más le queda por hablar al “Maestro Ascendido”, olvidando por
completo que el gran y omnisciente Ser que se supone que está hablando debería
saber qué hora es.
Un día, mientras el gran “Maestro Cósmico Rayo de Luz”
pronunciaba el discurso, se sorprendió a sí mismo sacando su reloj, y el gran
Ser se disculpó sin convicción por su distracción diciendo:
“Al ver al Mensajero mirar su reloj, doy por sentado que todavía está
reconociendo el tiempo y el espacio. Tal vez en este caso sea completamente
justificable.” (p.19, octubre de 1939, V.).
Con todo lo cual nos inclinamos a estar de acuerdo.
Aunque esto puede resultar divertido o repugnante para el
incrédulo en semejante disparate, para el pobre estudiante de los Ballard es un
asunto muy serio. Estos estudiantes temen el terrible poder que supuestamente
ejercen los “Mensajeros Acreditados” y sus “Maestros”.
Muchos temen hablar con antiguos miembros del culto YO
SOY que alguna vez fueron sus amigos más queridos. A estos se los condena al
ostracismo y se los considera maliciosos porque han tenido el coraje de
retirarse de esa organización.
Acobardados e incluso aterrorizados, algunos temen
retirarse a pesar de que tienen más que una sospecha de que no todo es oro lo
que reluce en este movimiento de la “Luz de Dios que Nunca Falla”.
Los despidos
Al principio de la obra, Saint Germain, a través de los
Ballard, nombró a ocho “Mensajeros” que debían recibir órdenes de los tres y
únicos Mensajeros “Acreditados” (o sea Guy, su esposa Edna y su hijo Donald).
Seis de los ocho, por diversos y variados delitos menores, fueron despedidos o
se retiraron voluntariamente del movimiento.
Cuando alguno de estos mensajeros u otro miembro
destacado iba a ser despedido, Saint Germain solía ser llamado para que
oficiara en esa función, una pequeña diversión que sin duda él aceptaba con su
habitual gracia.
En 1937, uno de los ocho mensajeros originales había
incurrido en el desagrado divino y debía ser despedido. A su debido tiempo,
recibió una de las características “cartas de Saint Germain” escritas en la
pequeña máquina de escribir de Edna Ballard.
La esposa de este hombre, que también figuraba entre los
ocho originales, no era culpable de ningún delito contra el orden sagrado, pero
aun así fue despedida al mismo tiempo porque era su esposa. Una especie de
criminalidad indirecta, por así decirlo.
Se reproduce en parte la carta supuestamente de Saint
Germain, la cual fue enviada desde un hotel de Filadelfia, donde se alojaban
los Ballard, y estaba firmada a máquina de escribir como “SAINT GERMAIN”. La
ortografía, la puntuación, etc., son de su autor.
« 18 de mayo de 1937
11 a. m.
Señor _____, Señora _____
Debido a vuestra continua difusión de falsedades
perversas respecto de Mi Obra y los Magníficos Dictados de Discursos de muchos
de los Maestros Ascendidos, Me obligáis a retirar vuestra Mensajería que os di
para representarme a Mí y a Mi Obra.
Es desafortunado que la Sra._____ [la esposa de este
hombre] deba ser incluida en esto, ya que su Luz es brillante y su corazón es
recto; pero al estar asociada contigo, me veo obligada a retirarle también el
carácter de Mensajera.
Si pudierais daros cuenta de vuestro gran error en esta
actitud hacia Mi Obra, podríais invocar la Ley del Perdón y evitar así las
condiciones que debéis encontrar en vuestra próxima encarnación...
Has creado una entidad de odio vicioso que seguramente te
está destruyendo... Ya no me representarás ni tendrás el privilegio de vender
los libros... Esto lo has traído sobre ti mismo...
Que tu Poderosa Presencia YO SOY te libere del trágico
peligro en el que estás.
SAINT GERMAIN »
Este documento con sus amenazas de “peligro trágico” y
“entidades destructoras”, incluso hasta la “próxima encarnación” de este pobre
hombre, habría sido más convincente si hubiera sido escrito con la “hermosa
letra” del propio Saint Germain (p.73, UM) y hubiera sido sellado con el gran
sello del retiro secreto de Saint Germain en las montañas de Wyoming. Pero no,
evidentemente salió fresco y caliente, y no demasiado preciso, de la máquina de
escribir de la señora Ballard en su habitación de hotel.
(Libro Dictadura Psíquica en América, capítulo 6)
OBSERVACIÓN
Mis numerosos años de investigación me han llevado a concluir que muy
probablemente muchas de las revelaciones que hace el esoterismo como por
ejemplo: la existencia de los maestros, los magos negros, las entidades
sutiles, etc., si son reales, pero los Ballard tergiversaron esas revelaciones
para inventar un montón de falsedades que les sirvieron para manipular a sus
seguidores.
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