Amiga de mi alma,
Nadéjinka [mi pequeña Nadine]
No te extrañes que te
escriba en un papel que no es papel de carta. Lo hago porque tengo que hablarte
con mucha seriedad. Desde el mismo día en que recibí tu carta —y que los
poderes celestiales te concedan por ello la felicidad— no dejo de pensar y de
pensar, y por fin he decidido escribirte toda la verdad, tal como es.
Te voy a exponer todo mi
ser interior: mi alma, mi corazón, mi cerebro... y luego pase lo que pase, si
me entiendes, entonces —gracias a Dios— el destino me habrá favorecido; si no
me entiendes, si te enojas, eso me dolerá y me entristecerá.
En el otro mundo, en la
vida futura, donde seguramente nos
encontraremos, todo se aclarará y sabremos quién tiene razón y quién no;
pero mientras tanto como ambas somos sinceras y obedecemos a nuestra conciencia
y no engañamos a nadie por miedo o cobardía. Por mucho que nos engañen nuestros
cálculos, nuestras esperanzas, nuestras creencias; seguimos siendo personas
honestas.
Si fueras la señora Ghan
o ese tonto de Romonof, no habría hablado de estas cosas. Pero tú misma sabes
que eres muy inteligente y que en realidad eres mucho más sabia que yo, porque
tu sabiduría es una emanación sólida de tu propio cerebro y entendimiento;
mientras que la mía es hereditaria.
Pues bien, no soy más que
el reflejo de una luz brillante desconocida.
Sea como fuere, esta luz
se ha ido incorporando poco a poco dentro de mí, se ha filtrado en mí, me ha
atravesado, por así decirlo, y por eso no puedo evitar que todas estas ideas
hayan llegado a mi cerebro, a lo más profundo de mi alma; soy sincera, aunque
tal vez me equivoque.
Este largo prefacio se
debe a que tú y el tío, por su bondad y por su sentimiento de familia, desean
tener dos ejemplares de mi libro Isis Develada.
El primer volumen “Contra la ciencia exacta” sin duda les interesará mucho. Pero
temo por el segundo volumen “Contra la teología y a favor de la verdadera religión”.
Yo sé cuán sinceros y
devotos sois, cuán clara y pura es vuestra fe, y mi única esperanza es que
entendáis que mis libros no están escritos contra la religión, contra Cristo,
sino contra la hipocresía cobarde de los que asesinan, queman, matan en nombre
del Hijo Todopoderoso de Dios — incluso desde el primer momento después de Su
muerte en la Cruz por toda la humanidad, por los pecadores, en particular por
los caídos, por los paganos, por las mujeres caídas y por los que han
abandonado el camino recto — ¡y todo en Su Nombre!
¿Dónde está la verdad? ¿Dónde encontrarla?
Hay tres grandes Iglesias
llamadas cristianas; más en Inglaterra, Alemania y otros países protestantes
hay 232 sectas cristianas, y en América 176. Todas reclaman respeto y quieren
que se reconozca que sus propios dogmas son verdaderos y los de las otras organizaciones
son falsos.
-
“¿Dónde está la verdad? ¿Qué es?”, preguntó Pilatos a Cristo, y eso sucedió
hace 1877 años.
Yo, pobre pecadora, he
pedido y no la he encontrado en ninguna parte. En todas partes se encuentra el
engaño, la falsedad, la ferocidad y la triste herencia de la Biblia judía, que
agobia a los cristianos y con la que la mitad del mundo cristiano ha sofocado
las enseñanzas incluso de Cristo.
Comprendan que en este
caso nuestra ortodoxia no tiene cabida. El libro no la menciona. Me he negado
de una vez por todas a analizarlo, pues quiero conservar al menos un pequeño
rincón de mi corazón, donde no se abra paso la duda, sentimiento que expulso de
mí con todas mis fuerzas.
La población ortodoxa es
sincera; su fe puede ser ciega y poco inteligente, pero esa fe conduce a las
masas al bien. Y aunque nuestros sacerdotes a menudo son borrachos y ladrones (y
a menudo idiotas), su fe es pura y sólo puede conducir al bien.
El Maestro lo admite y
dice que los únicos pueblos del mundo cuya religión no es una especulación son
los ortodoxos. En cuanto a nuestras clases privilegiadas, que se vayan al
diablo. Son los mismos hipócritas en todas partes. No creen ni en Dios ni en el
Diablo, están llenos de ideas nihilistas y materializan todo lo que existe. Pero
no se trata de ellos, sino de religiones universales.
¿Cuál es, después de todo, la esencia de toda
religión?
“Ama a tu prójimo como a ti mismo.”
¿No son éstas las palabras pronunciadas por
Jesús?
¿Pero Él ha dejado un solo dogma, ha enseñado uno
solo de los mil artículos de fe que los Padres de la Iglesia han inventado
después?
Ni uno solo. En la cruz,
oró por sus enemigos; y en su nombre, así como en el nombre de Moloch,
cincuenta o sesenta millones de personas han sido arrojadas al fuego y quemadas.
Habló contra el sábado
judío y lo menospreció deliberadamente, y aquí en la América libre se imponen
multas y prisión por la violación del descanso sabatino, aunque lo han cambiado
por el domingo (el día de la Resurrección). ¿Pero qué se ha hecho?
“Saturno” se ha cambiado
por “Sol”, Dies Solis, día del Sol y
de Júpiter. Al menos entre nosotros los rusos, el domingo nos recuerda el día
de la Resurrección (Voskressénité),
pero con aquellos protestantes y católicos paganos, es sólo el día del Sol, “domingo”.
San Pablo dice que cada uno
elija como le guste: a unos le gusta el sábado, y a otros les gusta el domingo.
San Justiniano Mártir se opone rotundamente a la observancia del domingo,
porque los paganos celebran ese día: el día de Júpiter; y aquí en los Estados
Unidos se encarcela a la gente.
Si creemos en el Nuevo
Testamento, entonces es imposible creer en el Antiguo Testamento, porque Jesús,
el Antiguo Testamento y los libros antiguos están en oposición entre sí.
Su Sermón de la Montaña
(ver el Evangelio según San Marcos) da una enseñanza diametralmente opuesta a
los Diez Mandamientos del Sinaí. En el Monte Sinaí, en los libros de Moisés, se
dice “diente por diente”, etc.
¿No es esto una revuelta contra las antiguas
instituciones de la Sinagoga?
Todas las Iglesias pueden
estar contra mí, la humanidad puede
maldecirme, Dios, el gran Dios
invisible ve por qué me rebelo contra la enseñanza de la Iglesia.
Nunca creeré que la personalidad
absolutamente pura del Cristo fue el hijo del Jehová de los judíos, de ese
malvado y cruel Jehová que expresamente despierta la crueldad en el corazón del
Faraón, y más tarde lo golpea por ello. Ese Jehová que tienta al pueblo judío,
que lo tienta personalmente, y que detrás de las nubes lo golpea con piedras
como un bandido español que se materializa en la hendidura de una roca.
Si el Cristo hubiera
creído en Jehová, no habría sido crucificado. ¿Ha pronunciado alguna vez,
aunque sea una vez, su nombre?
No
Jehová es un simple Dios personal
de los judíos, y ellos nunca habrían admitido que Él pudiera haber sido el Dios
de alguien más que del pueblo elegido. ¡El pueblo elegido es maravilloso!
Jehová es simplemente Baco y se puede demostrar como dos y dos son cuatro. Uno
de los nombres de Baco era Sabbaoth, y Baco también era Dionisos, Dio-Nysos, el
Dios de Niza —es decir, el monte Sinaí—, de modo que los egipcios llamaban al
Sinaí Niziel.
¿Y qué encontramos en la Biblia?
“Y Moisés edificó un
altar en el monte, y lo llamó Jehová-Nizi.” (ver Éxodo de Egipto, Éxodo
XVII-15).
Encontramos que todos los
nombres de Jehová pertenecen a dioses paganos, todos ellos, incluso el último. Salomón
no tiene idea de Jehová, y David ha tomado ese nombre de los fenicios. Yago era
uno de los cuatro dioses de los Kabiri, dioses ocultos que tomaban parte en
todos los misterios.
La antigua nacionalidad
judía no es más que una leyenda ya que no ha habido nación judía hasta el siglo
II a.C.; y todos sus libros son apócrifos.
¿Dónde están los documentos históricos que
prueban que sus libros son originales?
¿Cuál es el primer libro sagrado judío de
importancia?
La Septuaginta, la cual fue
traducida por orden de Ptolomeo por setenta traductores
¿Pero quién menciona eso?
Sólo Josefo, el escritor
que defiende a los judíos con todas sus fuerzas y que es un gran mentiroso.
¿Por qué esta historia de los 70 traductores
nunca se menciona en ningún libro, ni por los escritores griegos, ni en ningún
archivo o documento?
¿Quién mejor que los griegos y los romanos podría
haber dado a conocer las hazañas de Tolomeo?
Si todos los teólogos del
mundo entero se unieran, nunca encontrarían en ningún libro ni en ningún
registro una sola palabra sobre los “judíos como nación”.
¿Quién ha oído hablar de ello alguna vez?
Heródoto, el escritor
viajero e historiador más exacto, cuyas palabras, cuyas indicaciones están hoy
confirmadas por la arqueología, la paleología, la filosofía y todas las
ciencias. Nació en el año 484 a. C. y viajó por Asiria y Babilonia durante la
vida de Ciro. Sólo
medio siglo después de la transformación de Nabucodonosor en toro por el
profeta Daniel, durante siete años aquel rey mugió como un toro. 42’000 judíos
bajo la guía de Zorobabel volvieron a Jerusalén (538 a. C.) después de su exilio
para construir un templo.
Heródoto residió allí
durante algunos años; ahora bien, él que describió tan minuciosamente y a
menudo con fastidiosos detalles (véase Libro VI. 98) el reinado de
Nabucodonosor (584 a. C.) después de que Jerusalén había sido tomada por él,
que escribió sobre Ciro, Darío y Artajerjes, no alude a este destierro de los
judíos, ni a los profetas, ni a ningún judío que lo haya sido jamás. Excepto
unas pocas líneas, donde menciona que los sirios que habitan Palestina, han
aprendido la práctica de la circuncisión de los egipcios, nada más.
¿Es esto posible?
Un acontecimiento como la
metamorfosis de un rey en toro por obra del jefe de los magos (Daniel) ¿no
habría sido al menos descrito por otros historiadores como una leyenda?
¿Cómo se puede conciliar,
si la cronología de la Biblia, establecida por nuestros eruditos y teólogos, es
correcta, que el profeta Ezequiel, que escribió en el año 605 a. C., hable dos
veces de Daniel como de un antiguo sabio, aunque Daniel aún no había nacido?
¿Por qué, si Judá era una
nación donde habían reinado Salomón, David, Saúl y todos ellos, no hay ahora
aquí en el mundo una moneda antigua con una inscripción hebrea, es decir,
monedas hebreas, aunque
si hay una serie de monedas samaritanas?
Los judíos, que odiaban a
los samaritanos, ¿habrían consentido en utilizar las monedas de sus enemigos y
no habrían acuñado su propio dinero?
Se encuentran una y otra
vez monedas de miles de años de antigüedad; se han abierto tumbas de quienes
vivieron antes de Moisés y se ha encontrado algún pequeño indicio que confirma
su existencia. Pero de la antigua nación judía: nada.
Ni tumbas, ni monedas,
nada. Es como si todo se hubiera evaporado y hubiera desaparecido por arte de
magia. Sólo quedan los Libros Sagrados (cuyo Dios fue asesinado por los judíos)
en los que la humanidad debe creer ciegamente.
Pero de acontecimientos
como el éxodo de Egipto de casi tres millones de personas (en comparación con
los setenta que llevó Jacob 150 años antes, es decir, se han multiplicado más
rápido que las pistas falsas, ¡piensen en esto según la ley estadística!)
seguramente se habría encontrado algún rastro de tales acontecimientos en los
monumentos a los muertos, en las tumbas o en algunos escritos antiguos.
Pero no hay nada,
¡silencio sepulcral! ¡En ninguna parte hay una pista, en ninguna parte la más
mínima confirmación!
Y en cuanto a las
Escrituras:
¿Dónde está la confirmación histórica de su
existencia 200 o incluso 150 años antes de Cristo?
El idioma hebreo, que es
el idioma universal, llamado hebreo antiguo, nunca ha existido; es un idioma
sin una sola raíz original; es un idioma compuesto de partes griegas, árabes y
caldeas. Se lo he demostrado al profesor Rawson (de la Universidad de Yale).
Tomen cualquier palabra hebrea y les demostraré que su raíz es árabe, griega o
caldea. Es como el manto de un arlequín.
Todos los nombres bíblicos
están compuestos de palabras extranjeras, y ello indica por qué se han
compuesto así. Es un dialecto árabe-etíope con una mezcla de caldeo; y el
caldeo proviene del sánscrito. Ahora se ha demostrado que Babilonia estuvo
habitada en un tiempo por brahmanes y fue una escuela de sánscrito.
Los acadios son
reconocidos por nuestros asiriólogos, según parece (según Rawlinson) como
provenientes de Armenia y enseñaron a los magos una lengua sacerdotal, es decir
una especie de lengua sagrada; son simplemente los arios de los que también
proviene nuestra lengua eslava.
He aquí un ejemplo
(disculpe la desviación) del Rig Veda:
Dyaurvah pita prithvi mata somo bhrataditih svasa.
(Himno de los Mandalas a
los Maruts. 1, 191-6)
Traducido es:
“El Cielo es tu padre; la Tierra, tu madre; Soma,
tu hermano; Aditi, tu hermana.”
Por eso es ridículo
exigir creer que los manuscritos hebreos son revelaciones antiguas o la Palabra
de Dios.
Dios nunca hubiera
escrito ni dictado nada que diera lugar a que la tierra, creada por Él, la
humanidad, la ciencia, etc., lo acusaran al mismo tiempo de falsedad. Creer absolutamente en las Escrituras judías y
creer al mismo tiempo en el Padre celestial de Jesús es absurdo, es peor aún,
es un sacrilegio.
Si el Padre del Cielo y
de la Tierra, y el Padre de todo el Universo ilimitado hubiera tenido que
escribir, no habría permitido que la humanidad se viera obligada a acusarle de
contradicciones que a menudo carecen de sentido. En realidad, una sociedad de
“revisión” ha señalado 64’900 errores en la Biblia, y cuando estos errores
fueron corregidos, se encontraron otras tantas contradicciones. Todo esto lo
hizo la Masora judía.
Sí, los rabinos más
sabios han perdido la llave de sus libros y no saben cómo corregirlos. Es bien
sabido que los judíos de Tiberíades enmendaban constantemente su Biblia,
alterando palabras y números, tomándolos de los Padres de la Iglesia Cristiana
o acusándolos de la mala costumbre de falsificar los textos y la cronología en
cada discusión, para derrotar al partido contrario. Y así es como han hecho un
lío. Porque no tenemos manuscritos del Antiguo Testamento anteriores al siglo
X.
El Códice Bodleian se considera el más antiguo. ¿Y quién puede
garantizar su exactitud?
Tischendorf ha declarado
en su historia (y ha convencido a toda Europa para que le crea) que ha
encontrado en el Sinaí el llamado Códice
del Sinaí. Y de hecho, otros dos eruditos [uno de los cuales es nuestro
teósofo] que han vivido en Palestina durante varios años y en el Monte Sinaí,
están dispuestos a demostrar que tal Códice ni
siquiera existía en la biblioteca.
Durante dos años han
hecho investigaciones, han visitado todos los lugares ocultos con un monje que
había vivido en el país durante 60 años y que conocía a Tischendorf. Y este
monje ha jurado que desde hace años conocía cada escritura, cada libro, pero
que nunca había oído hablar de él.
Está claro que este monje
será desterrado, y en cuanto a Tischendorf, el gobierno ruso simplemente lo ha
engañado con una mentira. De los 260 manuscritos hebreos, griegos, etc., del
Antiguo y Nuevo Testamento, no hay dos iguales. ¿Y es esto de extrañar?
Los libros de Moisés se
han perdido durante varios siglos. Pero de repente, Ezequiel los encuentra en
el año 600 a. C. El templo de Salomón es destruido y su pueblo expulsado... (II
Reyes XXIII) y de nuevo todos desaparecen.
Esdras los escribe de
memoria (40 libros) en 40 días en el año 425 a. C., y nuevamente se pierden;
Antíoco Epífano los quema todos en el año 150 a. C., y una vez más, por
milagro, se encuentran.
Todo esto no es más que
una leyenda, no hay ningún hecho histórico.
Ahora viene la famosa
Masora.
Jehová se transforma en
Adonis y Adonais con la ayuda de los masoritas, y con la misma facilidad podría
haberse transformado, mediante sus astutos procedimientos, en Iván Petrovich o
en Adonais. Y al mismo tiempo, su Cábala enseña, al igual que Onkelos, el
rabino más famoso de Babilonia, que Jehová no es Dios, sino que es Nemro, una
palabra que significa Logos (la palabra).
Analiza la palabra
Iodhevau y tendrás a Adán y Eva, porque Jehová es el primer Adán (no el
segundo), el jefe de la creación del mundo, no el Adán terrenal, sino el primer
Elohim [bardo] masculino y femenino principal. Fue creado un hombre que es un
Adam Kadmon, fantástico, bisexual, cuyo nombre está compuesto de las letras de
Iod y de las tres letras de Eva.
Jehová, la
personificación de la humanidad pecadora… ¡pero ya basta de estas fábulas
judías!
(Nota: esta
carta fue dirigida a Mademoiselle Nadine Fadeeff, quien murió en Odessa y fue tía de Madame Blavatsky. La traducción francesa de la carta, que estaba en ruso,
fue enviada al Sr. Jinarajadasa por la sobrina nieta de HPB. La traducción al
inglés es de JvI.)
(Theosophist,
octubre de 1931, págs. 32-40)
OBSERVACIÓN
Concuerdo con Blavatsky que hay muchas mentiras sobre las que se basan las
religiones judeo-cristianas. Cuando Blavatsky afirmó esto en el siglo XIX, ella
provocó un gran choque, pero actualmente esta aseveración está mucho más admitida.
Estaría bien que un experto repasase esto porque por ejemplo dice que no hay manuscritos del antiguo testamento anteriores al siglo X y hoy sabemos que los hay del siglo IV antes de cristo. Si yo que no controlo encuentro eso...
ResponderBorrarBuscando en internet aparece que el texto hebreo más antiguo contenido en un manuscrito tiene 3’000 años, pero el rollo de la Tora más antiguo se encuentra en la Universidad de Bolonia y se estima que fue escrito por 1155-1225 d. C.
BorrarTal vez Blavatsky se equivocó, o tal vez ella se refería al rollo conservado en Bolonia. De cualquier forma yo soy muy desconfiado con los manuscritos religiosos sin importar lo antiguos que sean.
Mi consejo es que las religiones las aborden solo desde una visión simbólica (no las tomen literalmente) y conscientes de todas las deformaciones que hay en ellas.
Hola Cid.
BorrarSolo he hecho un movimiento buscando en una IA:
***
¿Existió una nación judía?
Sí, ha habido varias naciones judías a lo largo de la historia. La más antigua fue el Reino de Israel y el Reino de Judá, que existieron en la región que hoy conocemos como Israel y Palestina. Estos reinos se formaron alrededor del siglo XI a.C. y existieron hasta que fueron conquistados por los asirios y babilonios1.
Después de la destrucción del Segundo Templo en Jerusalén en el año 70 d.C., los judíos se dispersaron por todo el mundo en lo que se conoce como la Diáspora2. Durante casi 2000 años, no hubo un estado judío independiente hasta la creación del Estado de Israel en 19482
***
Y también ella dice que los judíos mataron al Dios de los cristianos. Cualquier persona con un mínimo de conocimiento de historia sabe que Judea en esa época era una provincia romana y la crucifixión es una pena de muerte romana no judía. Habían miles de crucifixiones al año. Debido a eso a la orden del gobernador el sanedrín tuvo que obedecer y realizar un juicio pantomima para condenar a Jesús o estaban ellos al día siguiente en las cruces.
Con lo que admiro a Blavatsky dudo de la autenticidad de la carta y si es auténtica me da mucha pena.
Si te refieres a la carta que puse arriba, Blavatsky siempre fue muy crítica hacia las religiones occidentales, y cualquier persona que las analice neutralmente también lo va a estar, pero el problema es que la gente está muy adoctrinada, incluso la propia Blavatsky no fue neutra ya que ella era mucho más benevolente con las religiones orientales, pero que cuando se analizan estas otras religiones también con neutralidad se constata que tienen mucha fallas.
BorrarY si te refieres al texto que tú pusiste, no sé si ella lo escribió, pero me da la impresión que no.
Esto puede ser de utilidad CID. Creo que aquí se fortalece la hipótesis de Blabatsky es un canal serio de arqueología en Inglés
ResponderBorrarRecuerdo haberlo visto hace tiempo
https://youtu.be/7wtBBVnyX3A?si=OzGLtHG0-GgWZyoj