(El siguiente artículo fue escrito por Alsibar quien ha estudiado mucho a los guías espirituales, y el texto original en portugués lo pueden leer en este link.)
Hay crisis que son decisivas en nuestras vidas. Ciertas situaciones son tan dolorosas que dejan profundas cicatrices en la psique y el cuerpo, como enfermedades físicas y psicológicas, trastornos y desequilibrios emocionales que pueden derivar en tragedias.
Lo peor es que ciertas situaciones parecen repetirse una y otra vez. El escenario, los actores, el director, el vestuario, la época cambian, pero el guion es esencialmente el mismo.
¿Quién no ha tenido alguna vez una sensación de déjà vu o de estar atrapado en un bucle temporal?
La pregunta es: ¿cómo podemos liberarnos de estas ensoñaciones repetitivas?
Reconocer tu propia parte de culpa en la cadena de crisis es el comienzo de la liberación. Escapar por medio de la religión, las drogas, los deportes, el sexo, las fiestas o cualquier otro escape superficial no impide que el fantasma de la crisis nos siga como una sombra siniestra y ominosa.
Es importante comprender que los cambios superficiales no eliminan las raíces del problema. Y solo erradicándolas podemos evitar este círculo vicioso. Pero ¿dónde están estas raíces? ¿Cómo podemos erradicarlas de una vez por todas?
El primer paso es aceptar que las causas están en nosotros mismos. Pero admitirlo es muy difícil. Es necesaria una búsqueda incesante, sincera y valiente de la verdad. No la "Verdad Universal", abstracta y distante, sino la verdad sobre uno mismo.
Debemos examinarnos y asumir la responsabilidad de la configuración del "ahora". Debemos tener la valentía de admitir que todo lo malo que sucede es en gran medida resultado de nuestras propias acciones y fracasos. El sufrimiento simboliza el momento de rescate y redirección.
Tras este "mea culpa", debemos saber cómo erradicar de una vez por todas las causas seguido inconscientes del sufrimiento. Esto no puede lograrse mediante una acción directa y deliberada del ego, sino que deberá haber una acción que sea su antídoto.
Esta "acción" surge con la percepción de la verdad sobre el hecho, sin idealizaciones. Las idealisaciones son lo que deseamos o imaginamos. Lo real es lo que realmente somos.
Si imaginamos que somos "seres perfectos", budas, dioses o seres iluminados, nunca los alcanzaremos. Los iluminados no alcanzaron el despertar imaginando puntos de luz. Ellos ven la Verdad de la vida directamente.
Pero ¿cuál es tu verdad en tu estado actual de consciencia?
Una de ellas es que cuando el ego se identifica con algo superior a sí mismo, el resultado es frustración y dolor.
Esta partícula divina puede existir en algún lugar dentro y fuera de nosotros. Puede existir como potencial. Pero así como un huevo no es un polluelo y una semilla no es un árbol, sino solo posibilidades, de igual manera la esencia divina existe actualmente solo como potencialen en los seres humanos.
Y los potenciales internos no se actualizan mediante idealizaciones, sino solo mediante la percepción de la VERDAD.
Debemos afrontar lo que realmente somos, mientras que lo que somos en potencia debe olvidarse, porque de lo contrario no se actualizará.
El "ideal" es una ilusión y por lo tanto no libera. Ver lo que realmente somos es lo que nos libera.
Pero ¿qué somos realmente?
Después de todo, no somos más que un conjunto de deseos contradictorios, fragmentos de egos, pensamientos condicionados, basura del pasado, recuerdos esclavizantes, miedo, esperanza, ilusiones, sueños, proyecciones, conflicto y dolor.
En realidad, somos una montaña de basura acumulada durante milenios. Quizás haya un valioso tesoro bajo esos escombros, pero aún no lo sabemos. Si existe, estará en estado latente.
Así como el lodo no deja de ser agua pura que ha brotado de la fuente, también lo somos los seres humanos en su esencia. Pero para encontrar esta fuente de agua pura, el sujeto debe pasar por un proceso de purificación. Y solo entonces se convertirá en lo que es esencialmente.
En otras palabras, hasta que no nos enfrentemos a nuestra propia verdad interior, seguiremos siendo engañados por las ilusiones de la MATRIX, y de ahí la importancia fundamental del autoconocimiento.
Desafortunadamente pocas personas saben cómo emprender el viaje interior. Incluso quienes se consideran muy sabios y espirituales se equivocan.
Muchos no comprenden algo simple: el pensador no puede analizarse a sí mismo. ¿Cómo podría? ¿Una ilusión analizando otra ilusión?
El autoanálisis es un proceso dual y por esa misma razón no libera. Solo es útil al principio. Es un comienzo, un punto de partida. Luego debe abandonarse como un cohete que abandona su carga para volverse ligero y avanzar a la siguiente etapa de la propulsión.
Los pseudo-gurús enseñan muchos errores y equivocaciones, como por ejemplo: la búsqueda de la autoconciencia, la práctica del ahora, el esfuerzo por recordarse a uno mismo, el llamado "estado de presencia".
Todo eso son importantes como procesos iniciales e intermedios, pero pueden convertirse en impedimentos si no se abandonan a tiempo.
La razón es muy simple: cuando hay esfuerzo, deseo o idealización, se crea el tiempo, el "devenir", que es la raíz misma del sufrimiento.
El esfuerzo y el deseo nunca liberarán a nadie de la prisión del tiempo, porque son las causas mismas de todo ese caos.
¿Cómo puede uno liberarse de este movimiento contradictorio?
Hay que reconocer la verdad de que el ego no puede liberarse a sí mismo. Que la no dualidad no se puede alcanzar por medios duales. Y que el autoconocimiento no se alcanza en la dualidad sujeto-objeto, sino que ocurre en la no dualidad.
Esta es una paradoja difícil de comprender. Intentaré explicarla de otra manera: el ego no puede autoanalizarse. Es como usar fuego para apagar un incendio. O usar agua para secar la ropa.
El despertar es la comprensión de la inexistencia de la dualidad observador y cosa observada, sujeto y objeto. Por lo tanto no hay un "yo" que analice nada, ni nada que analizar. Tampoco hay una meta que alcanzar.
Lo que realmente existe es algo indescriptible, y por consiguiente las palabras como: autoconciencia, autoobservación, autoconocimiento, atención, etc., solo tienen sentido en situaciones muy peculiares y específicas.
No son el detonante del Despertar de la Conciencia. Esto sucede porque el ser humano actual es predominantemente el ego. Percibe el mundo como una extensión de sí mismo. Así el ego lo distorsiona todo, lo destruye y lo corrompe todo.
Este ego es como una poderosa droga que nos impide despertar a la Verdad de quienes somos. La verdad es lo que eres ahora, no lo que serás en el futuro.
Evitar las idealizaciones y proyecciones sobre uno mismo es el comienzo del verdadero autoconocimiento.
Observarse a uno mismo, percibir y observar las propias reacciones, actitudes, pensamientos, etc., representa solo el comienzo, la etapa inicial del viaje espiritual. Es el nivel más básico del autoconocimiento.
Pero ¿qué sucede después?
Estas prácticas tienen su tiempo y sus límites, y si no se abandonan en el momento oportuno, el sujeto no se lanzará a lo Desconocido.
Por eso buscar la autoconciencia de forma permanente y continua se asemeja al viaje sin sentido de Don Quijote. Después de todo, el deseo y la expectativa crean un nuevo problema.
Así es que olvídate de esas prácticas que todos repiten como loros. Deja que las cosas "surjan" de forma natural, por sí solas.
En el momento oportuno algo muy fuerte y valioso surgirá en tu interior. Ya sea a través de una intuición o de una comprensión repentina o de la indicación de alguien.
No necesitas perseguir ni buscar nada. Simplemente mantente abierto a la comprensión, siempre haciendo tu parte, muriendo a ti mismo, al ayer, a las opiniones, a las creencias y experiencias del pasado, siempre renovándote.
Si lo prefieres, reserva algunos momentos del día para estar tranquilo, solo, relajado y en paz. Pero esto no puede convertirse en un esfuerzo ni en un ideal. Ocurre o no ocurre. O está ahí o no está.
Si no está ahí, levántate y ve a hacer otra cosa. Repito: el esfuerzo por alcanzar un ideal, incluso si es simplemente observar o tomar conciencia, crea y mantiene al hacedor, al observador, al sujeto del tiempo, el devenir, el tiempo psicológico. Y entonces tendrás un nuevo problema que resolver.
La verdadera meditación solo surge si el meditador/observador está completamente ausente.
Cuando no hay nada que lograr, nada que transformar, ni nadie que logre nada, entonces has despertado del sueño de la separación.
Este estado no es mórbido ni pasivo. Contiene mucha energía, vida pulsante y abundante.
Krishnamurti dijo que la meditación es un movimiento hacia lo Desconocido.
Cuando uno se da cuenta de que nada se puede hacer, ya que "el observador es lo observado", comienza un nuevo capítulo que no tiene nada que ver con el antiguo movimiento de la mente. Un movimiento que el pensamiento no puede comprender, controlar, dirigir ni manipular.
En ese "estado" surge una energía totalmente nueva que las palabras y los pensamientos son incapaces de definir. Y solo en ese estado de completa ausencia de ti mismo como "observador" te liberarás verdaderamente de las ilusiones de la Matriz; hasta entonces, solo has soñado con ser libre.
¡La Matrix está dentro y fuera de ti!
Lo que indica que has despertado no es lo que piensas, haces o crees, sino la paz, la felicidad, la dicha, el amor, la compasión y la sensación de finalmente liberarte de ti mismo.
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