A continuación les pongo los testimonios de varias personas:
VER EL
PASADO
Los eventos que se producen
quedan registrados en la luz astral y es por eso que se puede ver el pasado de
manera clarividente.
Testimonio de Alexander
Fullerton
Alexander
Fullerton fue un importante teósofo estadounidense, y sobre este asunto él
escribió lo siguiente:
« Como nunca tuve
ningún deseo de ver fenómenos (aunque si creía plenamente en sus capacidades
ocultas) nunca surgió de mi parte ninguna sugerencia para tal cosa. Sin embargo
en dos ocasiones, ambas con un propósito benigno, ella hizo evidente su
percepción oculta.
Una era una
referencia verbal, remota pero significativa, a un asunto conocido por nadie
más que yo. En ese momento yo estaba tan asombrado que no dije nada, y el tema
nunca se volvió a abrir, una reticencia que ahora lamento ya que una discusión
sin restricciones podría haber resultado en un gran beneficio para mí.
El otro
fenómeno ocurrió en una tierna y hermosa carta en la que ella me advertía
contra los errores de juicio y citaba una frase que había usado al escribirle a
un amigo estadounidense. Y como para asegurarse de que ella hablaba con
conocimiento oculto, ella agregó que yo había utilizado esa frase el mismo día
en que ocurrió un incidente sumamente trivial como consecuencia de que me
agaché para recoger un artículo que se había caído al suelo.
Ahora bien, las
fechas demostraron que esta frase no pudo habérsele repetido a ella a tiempo
para la carta que ella me envió, y de hecho desde entonces me he cerciorado de
que nunca se la repitió a nadie. El incidente al que ella hace referencia era
demasiado insignificante para que cualquier persona lo transmitiera a través
del Atlántico, y los pocos que sabían del incidente no conocían la frase.
Por lo tanto
ambos hechos, así como la fecha concurrente, ella debió de haberlos percibido a
través de la Luz Astral. »
(HPB:
en memoria de Helena Petrovna Blavatsky, p.73-74)
LEER
LIBROS
Blavatsky citó en sus
dos grandes obras muchos textos de libros que ella no podía leer físicamente, pero ella
explicó que si pudo leerlos por medio de la luz astral.
Isis Develada
Testimonio de Isabelle Mitchell
Isabelle Olcott Mitchell fue la hermana del coronel Olcott, y
sobre este tema ella comentó:
« Durante
nueve meses [entre 1876 y 1878] ocupé un apartamento en el mismo edificio que Madame
Blavatsky (la "Lamasería" situada en Nueva York) y por el contacto
diario y la asociación estoy quizás bastante capacitada para expresar mi
opinión sobre esta mujer.
Los
logros intelectuales de Madame Blavatsky se encontraban más allá y por encima de
cualquier ser humano común, por ejemplo durante ese tiempo ella estuvo
escribiendo su obra Isis Develada, y
ella citaba y registraba material de libros que no estaban disponibles en Nueva
York, y también ella citó de otros libros que ella no poseía pero que
posteriormente se descubrió que esos libros si contenían el texto citado en la
página, el capítulo, o el versículo mencionado. »
(Word, enero de 1905, p.182-187)
Testimonio de Henry
Olcott
El coronel Olcott ayudó a Blavatsky en la elaboración de Isis Develada, y sobre este asunto él
comentó:
« Ayudé a HPB en la
primera de sus maravillosas obras, Isis
Develada, y vi escritas o editadas todas las páginas del manuscrito y cada
galera de las hojas de prueba. La producción de ese libro con sus innumerables
citas y su extraña erudición, fue lo suficientemente milagrosa como para
convencerme de una vez por todas de que ella poseía dones psíquicos del más
alto nivel. »
(The Theosophist, julio de 1891, p.573-580)
« Ella me mencionó que estaba escribiendo sobre temas
que jamás había estudiado, y que hacía citas de libros que jamás en su vida
había leído. Y que el profesor Corson para comprobar su exactitud, verificó
esas citas en las obras clásicas de la biblioteca de la Universidad y el
profesor las encontró exactas.
. . .
Viendo las numerosas citas de Isis Desvelada, podría creerse que ella
lo escribió en un rincón del British Museum, o de la Astor Library de Nueva
York, pero lo cierto es que nuestra biblioteca no contenía más que un centenar
de volúmenes de referencias. Y de tiempo en tiempo, los señores Sotheran,
Marble, o cualquier otro amigo, le traían un libro, y al terminarlo pidió
algunos prestados al señor Bouton.
Ella hizo gran uso de algunas obras
como de: The Gnostics de King, The Rosicrucians de Jennings, The Sod y The Spirit History of Man de Dunlop, The Hindu Pantheon de Moor, los furiosos ataques des Mousseaux
contra la magia, el magnetismo, el ocultismo, etc., a los que trataba de
diabólicos; las diversas obras de Eliphas Levi, los 27 volúmenes de Jacolliot,
las obras de Max Muller, de Huxley, de Tyndall, de Heriberto Spencer y otras de
autores más o menos célebres, pero que no excedían de un centenar de volúmenes.
Entonces, ¿Qué biblioteca frecuentó
y qué libros pudo haber consultado? »
(Las Hojas de un
Viejo Diario I, capítulo 13)
La Doctrina Secreta
En
su segunda gran obra, varias personas atestiguaron el mismo fenómeno.
Testimonio de Wilhelm Schleiden
El Doctor Wilhelm
Hübbe-Schleiden fue un prominente académico alemán que comentó lo siguiente:
« Cuando visité a Madame Blavatsky en octubre de 1885,
ella acababa de comenzar a escribirla, y cuando la volví a visitar en enero de
1886, ella ya había terminado una docena de capítulos.
Y algo que me impresionó mucho es
que ella casi no tenía libros, ni media docena, y tuve que conseguirle una
Biblia en inglés, ya sea para citar un texto correctamente o para controlar la
exactitud de una cita.
Por lo que en muchos aspectos su
trabajo ella lo llevó a cabo de manera muy similar a como el Coronel Olcott lo
describió en su biografía Viejas Hojas de
un Diario en donde él menciona que Blavatsky para elabora su anterior libro
Isis Desvelada, ella parecía tomar
muchos apuntes de libros invisibles. Y yo también la vi escribir frases como si
las estuviera copiando de un libro que se encontrara en frente de ella, aunque
cuando me asomaba no veía nada. »
(Reminiscencias de HPB
y la DS, p.110-114)
Testimonio de Archibald
Keightley
Posteriormente Archibald Keightley, quien era un teósofo inglés, fue a
visitarla y atestiguó lo mismo:
« Por
diversas razones yo fui a Ostende para visitarla, y allí la encontré viviendo
con la condesa Wachtmeister, trabajando duro en su obra y escribiendo desde las
seis de la mañana hasta las seis de la tarde, y solo omitiendo intervalos muy
cortos para las comidas.
.
. .
Lo
que más me impactó en la parte que pude leer durante mi corta estadía fue la
enorme cantidad de citas de varios autores. Y eso me impresionó mucho porque no
había ninguna biblioteca en ese lugar para consultar esos libros, y pude ver claramente
que los libros que tenía Blavatsky apenas llegaban a treinta y de los cuales
varios eran diccionarios y varias obras contaban dos o más volúmenes. »
(Reminiscencias de HPB y la DS, p.96-100)
Luego en 1887 Blavatsky se fue a vivir a Inglaterra, y ella le
reveló la técnica oculta que empleaba para poder citar esos libros:
« Muchas de las citas que ella usó tuvieron que
verificarse, y aquí nos hubiéramos perdido si no fuera porque una noche
Blavatsky nos precisó que ella utilizaba la Luz Astral para obtener esas citas,
y a veces se le olvidaba que debía invertir las cifras, por ejemplo: la página
123 la escribía 321 y así sucesivamente.
Y con esto en mente, la verificación
fue más fácil ya que al principio me quedé perplejo al examinar todas las ediciones
en el Museo Británico para encontrar en varios casos que las citas no se
encontraban en la página mencionada, pero con la inversión de los números el
asunto se arregló y las citas se encontraron en los lugares señalados. »
(Reminiscencias de HPB y la DS, p.96-100)
Testimonio de Bertram
Keightley
Esto también lo atestiguó Bertram Keightley, quien era un
teósofo inglés y tío de Archibald Keightley:
« Sobre los fenómenos paranormales relacionados con La Doctrina Secreta tengo poco que
decir, pero si me acuerdo de numerosas citas que aparecían completas de libros
que nunca estuvieron en la casa. Citas que posteriormente verifiqué su
autenticidad después de horas de búsqueda en el Museo Británico, a veces con
dificultad para encontrar un libro raro.
Y al verificar las citas, encontré
ocasionalmente el curioso hecho de que las referencias numéricas se encontraban
invertidas, por ejemplo Blavatsky había escrito ‘p.321’ en vez de ‘p.123’, que
ilustra la inversión de los objetos cuando se ve por medio de la luz astral. »
(Reminiscencias de HPB y la DS, p.89-95)
Anécdota
Las citas que más
impresionan son las que Blavatsky puso de manuscritos que se encuentran en los
archivos del Vaticano, porque esos documentos no existen en otras partes, y
está más que atestiguado que ella no pudo checar esos manuscritos físicamente.
VER EL
FUTURO
Con la luz astral se
puede también ver el futuro debido a que los acontecimientos antes de que se
produzcan en el plano físico, primero comienzan a percibirse en el plano
astral.
Testimonio de José Xifré
José Xifré fue un
importante impulsor de la teosofía en España y él relata que en una ocasión en
que él fue a visitar a Blavatsky a Londres, ella le salvó la vida:
« Él pensaba tomar el tren para regresar
a España cuando Blavatsky le exclamó:
- “Usted no va a viajar
hoy”.
El señor Xifré
replicó que debía hacerlo, a lo que Blavatsky insistió que no debía hacerlo, y
él le respondió:
- “Pero debo ir, es
absolutamente necesario para mi partir, no puedo postergar mi viaje”.
A
lo que Blavatsky le contestó:
- “Usted no debe ir,
debe quedarse esta noche en Londres”.
Ella se lo ordenó y él a
regañadientes obedeció, pero a la mañana siguiente los periódicos informaron
que el tren que el señor Xifré iba a tomar había sufrido un terrible
descarrilamiento. »
(Theosophist,
septiembre de 1911, p.897)
Testimonio de Bertram Keightley
Bertram Keightley fue uno de los
principales alumnos de Blavatsky en Londres y sobre el don de premonición que
tenía Blavatsky, él mencionó lo siguiente:
« Cuando
conocí a Blavatsky por primera vez, yo me encontraba en la bifurcación de dos
caminos de vida que eran muy diferentes; repetidamente le pedí guía y dirección
pero ella sabía muy bien que cualquier palabra que ella pronunciara sería seguida
con alegría y entusiasmo por parte de mí, por lo que no pude extraerle ni una
sola pista aunque ella estaba al tanto de todos los detalles de mi indecisión.
Comprendiendo
finalmente que yo no tenía derecho a imponer a otro la responsabilidad de mi
propia vida (esa fue la primera lección que ella me enseñó) decidí seguir el
camino que el deber hacia los demás me parecía señalar. Todo estaba arreglado,
todos los preparativos estaban hechos, los baúles y las cajas listos para
partir y entrar en una nueva línea de mi vida.
Yo
estaba en el acto de despedirme de ella a medianoche pero ella me detuvo con
las siguientes palabras:
-
"Si
haces tal o cual cosa (es decir si sigo el curso que yo había decidido) las
consecuencias serán así" (es decir desastrosas para mí y para los demás).
Así
es que por la mañana yo había tomado la decisión de actuar de acuerdo con su
advertencia, por lo que cambié todo el tenor de mi proyecto y me quedé en mi
posición actual.
Mirando
hacia atrás a los años que han pasado desde que ella pronunció esas pocas
palabras, veo claramente que si no hubiera escuchado su voz entonces su
advertencia se habría cumplido con la certeza del destino, y aunque desde
entonces mi deuda de gratitud con su mano guiadora y salvadora ha crecido como
una avalancha de montaña, aún recuerdo esos minutos como quizás los más
decisivos de mi vida. »
(HPB: en memoria de Helena Petrovna Blavatsky, p.90-93)
Testimonio de James Pryse
James Morgan Pryse también fue uno de los
alumnos personales de Blavatsky y sobre esta facultad que tenía Blavatsky, él
comentó lo siguiente:
« Un
día, durante el almuerzo, la Sra. Besant se enojó porque le habían entregado
algunos artículos de papelería en una puerta lateral en vez de hacerlo por la
puerta trasera, así que culpó al Sr. Mead.
Yo
le expliqué que fui yo quien había encargado ese material de oficina para el
Sr. Mead y que por lo tanto yo tenía la culpa de que lo entregaran por la
puerta equivocada, pero que no sabía que eso supondría una diferencia.
La
señora Besant volvió a ser agradable de inmediato y todo volvió a estar sereno,
pero esa tarde se me pasó por la cabeza que como sucesora de HPB, la señora
Besant era demasiado inmadura para que se le confiara la dirección de la Sociedad
Teosófica.
Cuando
me desperté a la mañana siguiente y me senté preparándome para salir de la
cama, vi una página escrita frente a mí. Reconocí la escritura de
HPB y supuse que ella pretendía reprenderme por dudar de la aptitud de la
señora Besant para convertirse en su sucesora; así que me negué a leer esa
carta.
Ante
eso, ella envió una poderosa corriente eléctrica por mi columna vertebral para
obligarme a leer la escritura. Pero como me negué obstinadamente a leerla, me
habló en voz alta y me dijo que yo estaba equivocado en mi estimación de la
Sra. Besant, quien era su “alumna personal” y quien haría grandes cosas para la
Sociedad Teosófica.
Mantuve
mi opinión original, pero no dije nada. Inmediatamente después de vestirme fui
a la oficina del Sr. Mead, y poco después HPB entró desde una habitación
contigua. Después de saludarnos, me dijo:
- "Bueno,
Pryse, ¿has tenido más visiones últimamente?"
Mi
cuero cabelludo todavía me dolía por la corriente eléctrica que ella había
enviado por mi columna vertebral, pero ignoré su referencia encubierta a la
pequeña discusión que habíamos tenido esa mañana y le respondí:
-
"Oh, sí, como siempre".
Luego
me preguntó por qué no había estado en el salón durante varias tardes, pero
cuando comencé a explicarle que yo había estado trabajando de noche siguiendo
las instrucciones, ella extendió los brazos y miró fijamente hacia el vacío. Su
rostro adoptó una expresión de horror y lanzó un grito medio reprimido y gritó:
-
“¡No! ¡No!"
Ella
estaba teniendo una visión, y como yo me encontraba de pie junto a ella también
la vi, no visualmente sino como una serie de vívidas imágenes mentales. Esa
visión presagió el destino de la Sociedad Teosófica después de su muerte: el
desmembramiento de la organización, los actos deplorables de sus equivocados
miembros y la falsedad y la falsificación y la locura de las diversas
facciones.
Cuando
terminó la visión, ella dejó caer los brazos y me miró para ver si yo también la
había visto. Mi mirada se encontró con la de ella y ella supo por la expresión
de mi rostro que yo también había percibido la desgarradora visión.
Sin
decir una palabra se volteó y con la cabeza inclinada se tambaleó de regreso hacia
su habitación.
(The Canadian Theosophist, 15 de marzo de 1935, p.1-5)
Gracias amigo por tu profuso y silente trabajo. Grandes cambios se estan vivenciando en estos tiempos. Valoro los aportes principalmente añejos y de años anteriores. Que madame haga crecer las plantas me parece intrascendente. O lo que Olcott y demas hicieron hace 100 Años... Reitero tu gran aporte ya esta hecho. Un gran abrazo y saludos desde el Cono Sur.
ResponderBorrarSi demuestro cuáles instructores son genuinos y cuáles son embusteros, también indico cuáles enseñanzas vale la pena estudiar y cuáles no.
BorrarY estos artículos son más sencillos de elaborar, mientras que los artículos que a ti te gustan son pesadísimos de elaborar, pero nadie me ayuda, solo exigen.