LOS BALLARD Y SU ORGANIZACIÓN “YO SOY” DESCRITOS POR EL PERIODISTA WESTBROOK PEGLER

 
Francis James Westbrook Pegler fue un famoso periodista estadounidense, y él escribió varios artículos muy negativos hacia Guy y Edna Ballard en donde denunciaba los delirios de esa pareja y su culto. Desafortunadamente todavía no he podido encontrar esos textos, pero a continuación les transcribo lo que dijo al respecto el escritor Gerald Bryan.
 
 
Ahora contaremos los acontecimientos que llevaron a la inauguración de un nuevo sistema de asistencia para las clases de los Ballard.
 
Durante cinco años los "Mensajeros acreditados de Saint Germain" habían predicado abiertamente sus doctrinas políticas y religiosas al pueblo estadounidense. Pero de repente, después de un agitado curso de diez días que tuvo lugar en Cleveland en octubre de 1939, todo esto cambió, y a partir de ese momento comenzó su nuevo sistema de celebrar todas las reuniones de manera cerradas en donde solo aquellos que firmarían juramentos de lealtad hacia los "Maestros Ascendidos" y sus tres únicos Mensajeros Acreditados (Guy, Edna y su hijo Donald) serían admitidos.
 
Y una de las razones de este cambio de reuniones abiertas a reuniones cerradas se debió por el hecho de que sus reuniones se estaban volviendo demasiado fanáticas para que el público en general las pudiera tolerar. El decreto furioso y la condena de los "espías" y otros "enemigos" desde la plataforma, la falta de tolerancia y la devoción exagerada provocaban que el recién llegado y poco hechizado sintiera que estas personas estaban completamente adoctrinadas.
 
Los individuos “viciosos del público no regenerado” [o sea los que se mostraban escépticos] tenían que ser tratados de alguna manera, y por lo general los vigilantes (llamados los “Minute Men”) los expulsaban del auditorio.
 
Pero los vigilantes fueron sorprendidos un poco con la guardia baja, ya que permitieron que un periodista llamado Westbrook Pegler, que poseía una pluma particularmente mordaz, entrara en esa reunión.
 
Además, parece que ni "Saint Germain", ni el K-17, ni el gran jefe del "Servicio Secreto Interno" sabían que este columnista de renombre nacional estaba en la audiencia, o de lo contrario seguramente habrían enviado su destructivo "Rayo Azul” hacia él, ¡y ese habría sido el final del asunto!
 
Quizás estaban siendo demasiado concentrados en dirigir su "Rayo Azul" al enemigo en el exterior y descuidaron así la amenaza más cercana en su propia puerta. De todos modos allí estaba el periodista, una especie de toro literario en una tienda de loza de “Maestros Ascendidos”.
 
Y mientras el mordaz Pegler estaba sentado en esa reunión, muy pronto se frotó los ojos y dudaba de sus oídos debido a que lo que estaba escuchando le parecía tremendamente absurdo: Guy Ballard decía a su audiencia que submarinos extranjeros estaban siendo destruidos por las fuerzas de la Flama Azul, bombarderos japoneses derrotados por los Maestros Ascendidos, William Shakespeare agitando su lanza, etc., etc.
 
Por lo que antes de irse, Pegler tuvo que comprar un fajo de libros para confirmar en forma impresa lo que él había escuchado tan desconcertadamente desde su asiento. De modo que armado con los folletos que le aseguraban que su cordura no se había perdido, y que lo que había escuchado si había sido pronunciado y no lo había imaginado, él se sentó y escribió el primero de dos artículos sobre este extraño culto, comenzando así:
 
“Parece imposible que en toda la historia de la raza humana haya producido una reprimenda más humillante a sus afirmaciones de la razón y la dignidad que cierta congregación de unos mil estadounidenses que se han estado reuniendo tardes y noches últimamente en Cleveland para participar en un culto religioso conocido como el Gran YO SOY."
 
Y continuó diciendo en este primer artículo entre otras denuncias mordaces que:
 
"Ese culto era la parodia más repugnante en todo el historial de excentricidad religiosa que ha habido en los Estados Unidos". (United Feature Syndicate, 24 de octubre de 1939).
 
Este y su otro artículo sobre el Movimiento YO SOY apareciendo en varios periódicos de una cadena sindicada y trajeron mucha publicidad desfavorable hacia los “Mensajeros Acreditados” y su extraño culto.
 
 
(Esta es la primera parte del capítulo 32 del libro Dictadura Psíquica en América, y muestra lo perdidos que estaban los seguidores de los Ballard.)
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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