Por Gerald B. Bryan
Guy Ballard en sus libros reveló las
supuestas conexiones que él tenía con el servicio secreto. Dijo que mientras
vivía en el Rancho Diamante de Rayborn en Wyoming en el otoño de 1931, llegó un
agente secreto llamado Gaylord, quien le presentó sus credenciales y le contó
su "contacto personal con algunos de los círculos diplomáticos y oficiales
superiores de Washington". (p.166, MP)
Y este agente secreto también le
reveló que:
-
“Saint
Germain se ocupa de ciertas actividades en Washington en la actualidad, y es su
petición que los tres lleguemos allí el 2 de
octubre, y él se encontrará con nosotros a nuestra llegada. Dice que es posible
utilizar tu servicio de ciertas formas. Recuerda siempre que nuestro lema
eterno y nuestra regla de conducta son: saber,
atreverse, hacer y estar en silencio”.
Luego Guy Ballard continuó relatando
más detalles sobre sus experiencias en el servicio secreto. Él, Rayborn y el
agente secreto comenzaron su viaje a Washington, durante el cual recibieron información
importante sobre "dos de los representantes comunistas", y uno de
ellos era una mujer quien sin duda es "una de las más inteligentes y más
peligrosas personas de Europa". (p.178, MP)
Y es por eso que Gaylord le dijo a
Ballard:
-
“Ponte la armadura ya que al manejar a esta mujer, cuando llegue
el momento, tendrás que usar todos tus poderes de diplomacia. Tienes una parte
más importante que cumplir de lo que te imaginas. No entraremos en acción aquí
demasiado pronto."
Y en esta peligrosa y secreta
misión, Ballard, entreteniendo a su público con una emocionante historia del
servicio secreto, finalmente llega a Washington. Sin embargo en su absorción se
olvida por completo de seguir con su historia de la interesante mujer que era
"una de las personas más inteligentes, peligrosas y notorias de
Europa", pero continúa su historia con otras hazañas:
-
“El
tercer día después de nuestra llegada,
Rayborn, Gaylord y yo, acompañados por Saint Germain y ciertos miembros del
Servicio Secreto, fuimos a la cita de un grupo importante de aquellos que
estaban dispuestos a canalizar la Fuerza Siniestra. Y en esa reunión estuvieron
presentes los siete principales líderes de América.
Entramos
sobre ellos, Saint Germain cargando la atmósfera con una fuerza eléctrica que
los mantuvo inmóviles, y entonces sus armas desenfundadas cayeron al suelo y
sus brazos colgaron inmóviles a los lados. Los miembros del Servicio Secreto
dieron un paso al frente y los detuvieron y así permanecerán hasta que sirvan a
'LA LUZ'.” (p.212-213, MP).
Pero el "Servicio Secreto
Interno" de K-17, al parecer, no siempre funciona en tan perfecta
conjunción con la CIA y el FBI, y como ejemplo citamos el logro de Saint
Germain quien por sí solo y sin la ayuda del servicio secreto externo,
descubrió un diabólico complot extranjero contra los Estados Unidos.
Fue en San Francisco el 5 de febrero
de 1938 donde reveló el asombroso servicio que prestó a su país de adopción que
son los Estados Unidos:
-
“Se
intentó una acción concentrada en Oriente y
en Europa para unir ciertas fuerzas aéreas para traer destrucción a nuestra
querida América. Cinco veces intercepté a sus mensajeros, y en el último me vi
obligado a devolverle su propia crueldad, lo que destruyó su cuerpo físico."
Entonces Saint Germain,
completamente excitado, envió un mensaje a los autores de este ataque,
diciendo:
-
“Si
intentan realizar más actividades
destructivas de ese tipo y ponen en marcha esos aviones hacia los Estados
Unidos, ¡destruiré a todos y a las personas que están en ellos! ¡Si es
necesario destruiré todo vuestro ejército! Y si creen que no puedo hacerlo,
¡pónganme a prueba!” (p.3, marzo de 1938, V.)
Eso fue ciertamente lo
suficientemente inquisitivo para alertar a cualquier enemigo extranjero, pero
parece que se tomaron la advertencia de Saint Germain demasiado a la ligera porque
aunque no pusieron en marcha aviones contra América, ¡si enviaron tres
submarinos!
Al menos eso fue lo que Saint
Germain dijo a través de Guy Ballard, y ahora debemos dejar que el propio jefe
del SSI cuente lo que sucedió, porque por alguna razón no especificada “Saint
Germain” no participó en la destrucción que sigue.
Fue en Chicago en la tarde del 3 de
septiembre de 1939 que este Jefe del SSI conocido como K-17 apareció de repente
en el escenario de la Civic Opera House, y aunque K-17 afirma que la mayor
parte del tiempo está en su "cuerpo tangible", parece que nadie más
lo vio ni escuchó excepto Guy Ballard, por lo que tendremos que creerle a él.
-
“Amados Hijos de la Luz”, dijo el Jefe K-17, “Hoy vengo en una
misión muy urgente. Tres submarinos se dirigen al Canal de Panamá, así que les
pido que hagan la invocación y les garantizo que dentro de una hora ya no
existirán. (aplausos)"
Y durante una hora y veinticinco
minutos los YO SOY reunidos en el gran teatro de la ópera de Chicago decretaron
y decretaron, y cantaron una canción o dos, y luego, exactamente a las 4:10
p.m. (25 minutos tarde) K-17 regresó para dar su informe:
-
“Amados
Hijos de la Luz”, anunció, “tenemos gratitud hacia vosotros por proporcionarnos
lo que necesitábamos para brindar este servicio a la humanidad. ¡Tres de los
cinco submarinos secretos restantes no son más! (aplausos)
Este
plan para destruir el Canal de Panamá había sido premeditado y bien
estructurado, pero ellos no consideraron que éramos lo suficientemente reales
como para destruir esas naves destructivas y la gente que había en ellas. Uno
de esos submarinos estaba a sesenta millas del Canal de Panamá, así que tuvimos
que actuar muy rápido. (aplausos)
Hace
mucho tiempo, cuando aparecieron los libros, se les informó que existía el
Servicio Secreto Interior, el cual en muchos aspectos es más poderoso que el
servicio secreto exterior, y cuando actúa el Servicio Secreto Interior, por
regla general los individuos a los que nos confrontamos desaparecen de la
tierra.
No
les diré en qué forma ni cuánto tiempo se tardó en consumirlos, pero no mucho.
¡Trescientos sesenta y cuatro espías extranjeros no actuarán más en contra de
nuestra amada América! (aplausos)” (p.30-31, octubre de 1939, V.)
Hasta donde hemos podido descubrir,
ni la CIA ni el Departamento de Guerra no han extendido ningún reconocimiento o
agradecimiento por los meritorios servicios del SSI y el “YO SOY” por salvar el
Canal de Panamá.
Así que creemos que el asunto debe
definitivamente ser examinado por el Gobierno Federal y deben tomarse las
medidas adecuadas para recompensar a tan nobles aliados que son los Maestros
Ascendidos y su servicio secreto para destruir los submarinos de nuestros
enemigos (estoy siendo sarcástico).
(Esta es la segunda parte del capítulo
30 del libro Dictadura Psíquica en América,
y muestra el inmenso charlatanismo de Guy Ballard.)
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