Sobre este asunto el libro El
Kybalión explicó lo siguiente:
« En primer lugar, encontramos una
manifestación similar del principio del género entre los corpúsculos, iones o
electrones, que constituyen las bases de la materia como la ciencia lo reconoce
actualmente, y que al constituir determinadas combinaciones, forman el átomo,
que anteriormente se consideraba como el punto final e indivisible.
La última
palabra de la ciencia es que el átomo está compuesto por una multitud de
corpúsculos, electrones o iones (diversos nombres de la misma cosa), que giran
unos en torno de otros y vibran con un elevado grado de intensidad. Pero se
postula además que la formación del átomo se debe realmente a que los
corpúsculos negativos se ponen a girar en torno de otros corpúsculos positivos.
Y los
corpúsculos positivos parecen ejercer cierta influencia sobre los negativos, impulsando
a estos a constituir ciertas combinaciones que dan como resultado la “creación”
o “generación” de un átomo. Y esto está perfectamente de acuerdo con las más
antiguas enseñanzas herméticas, que han identificado siempre al principio
masculino del género con lo “positivo” y al principio femenino con lo
“negativo”, como en la electricidad, por ejemplo.
Y se puede
agregar ahora que la mente pública se ha formulado una impresión completamente
errónea sobre las cualidades del llamado “polo negativo” de la materia
electrizada o magnetizada, debido a que los términos positivos y negativos han
sido pésimamente aplicados al considerarlos en un sentido literal.
Pero nada
está más lejos de los hechos reales de los fenómenos eléctricos. El polo
negativo de la batería es realmente el polo en y por el cual se manifiesta la
generación o producción de formas y energías nuevas. Nada hay de negativo en
él. La palabra negativo solo se emplea para diferenciarlo del otro polo.
Y para
evitar ese malentendido, los hombres de ciencia de mayor autoridad están
actualmente empleando la palabra “cátodo” en vez de “negativo”, ya que esa
palabra deriva de una raíz griega que significa: “desciende el recorrido” o
“camino de la generación”, etc.
Entonces del
cátodo emerge el torbellino de electrones o corpúsculos; y de ese mismo polo
surgen esos maravillosos “rayos” que han revolucionado las concepciones
científicas durante la pasada década.
El polo
catódico es la madre de todos los extraños fenómenos que han convertido en obsoletos
a los antiguos libros de texto y que han hecho que teorías que durante mucho
tiempo aceptadas, ahora hayan sido relegadas al montón de los desechos de las
especulaciones científicas.
El cátodo, o
polo negativo, es el principio madre de los fenómenos eléctricos y de las más
sutiles formas de materia que la ciencia conoce actualmente. De manera pues,
que existen poderosas razones que impulsan a rechazar el término “negativo”,
insistiendo en sustituirlo mejor por la palabra “femenino”.
Los hechos nos
conducen hacia esto, sin tener en cuenta para nada la doctrina hermética, y por
consiguiente emplearemos la palabra “femenino” en vez de “negativo” al hablar
de dicho polo de actividad.
Pues bien,
las últimas enseñanzas científicas dicen que los corpúsculos o electrones
creadores son femeninos (la ciencia dice que “están compuestos por electricidad
negativa” y nosotros los hermetistas decimos que están compuestos por energía
femenina).
Un
corpúsculo femenino se destaca, o mejor dicho, deja a un corpúsculo masculino y
comienza una nueva carrera. Activamente busca una unión con un corpúsculo
masculino, animado por el impulso natural a crear nuevas formas de materia o
energía.
Y cierto autor
va aún más lejos y dice que “enseguida busca, por su propia voluntad, una
unión”… y este desprendimiento y unión forman la base de la mayor parte de las
actividades en el mundo químico.
Cuando un
corpúsculo femenino se une a otro corpúsculo masculino, empieza determinado
proceso. Las partículas femeninas vibran más intensamente bajo la influencia de
la energía masculina y giran rápidamente en torno de esta última. Y el
resultado es el nacimiento de un nuevo átomo.
Este nuevo
átomo está compuesto realmente por una unión de electrones masculinos y
femeninos, pero cuando la unión se efectúa el átomo es una cosa separada que
posee ciertas propiedades, pero que ya no manifiesta más la propiedad de la
electricidad cuando esta se encuentra en libertad.
El proceso
del desprendimiento o separación de los electrones femeninos se llama “ionización”.
Y estos electrones o corpúsculos son los obreros más activos en el campo de la
naturaleza, y de sus uniones o combinaciones surgen las diversas
manifestaciones de la luz, el calor, la electricidad, el magnetismo, la
atracción, la repulsión, las afinidades químicas y sus contrarios, así como
otros fenómenos de índole similar. Y todo surge de la operación del principio
de género en el plano de la energía.
El papel del
principio masculino parece ser el de dirigir a cierta energía inherente hacia
el principio femenino, poniendo así en actividad el proceso creador. Pero el
principio femenino es el único que ejecuta siempre el trabajo activo creador en
todos los planos absolutamente.
Sin embargo,
cada principio es incapaz de energía operadora sin la ayuda del otro, y es por
esta razón que todo en el mundo orgánico manifiesta ambos géneros, y siempre
está el principio masculino presente en la forma femenina, y el femenino en la
forma masculina, aunque en algunas de las formas de la vida los dos principios
se combinan en un solo organismo. »
(Capítulo 13)
OBSERVACIONES
Aquí
el autor del Kybalión quiere ponerle género a las partículas diciendo que
existen las partículas femeninas y las partículas masculinas, y cuya unión crea
a los átomos. Pero en realidad la estructura subatómica es mucho más compleja
porque los átomos también están compuestos por los neutrones.
Y
yo le pregunto al autor del Kybalión:
¿Siguiendo su
razonamiento a qué corresponden los neutrones?
¿A partículas asexuales?
¿Entonces los átomos
son orgías donde se juntan partículas femeninas, masculinas y asexuales?
¿Y a qué corresponden
los neutrinos, los bosones, los fotones, los quarks, los gluones y demás
partículas que componen el mundo subatómico?
¿Y a qué corresponden
las partículas que componen la antimateria?
¿Y a qué corresponden
las partículas que componen la materia oscura?
CONCLUSIÓN
Como ustedes mismos
lo pueden constatar, el mundo subatómico es mucho más complejo que simplemente
clasificarlo en “partículas masculinas y femeninas”, por lo que quererlo
asociar con el género es mostrar mucha ignorancia de cómo funcionan las
partículas subatómicas, y tristemente eso es justamente lo que hizo el autor
del Kybalión.
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