EL PROBLEMA DEL SEXO EXAMINADO POR LA TEOSOFÍA

 

(Este artículo fue escrito por George Cardinal LeGros [1905-1988] quien fue un teósofo y astrólogo bastante conocido en el ámbito teosófico estadounidense por sus escritos, revistas y cursos por correspondencia.)

 

 

 

 

LA DOCTRINA SECRETA DE BLAVATSKY SOBRE EL PROBLEMA DEL SEXO

 

 

Introducción

 

El escritor espera sinceramente que nada de este artículo le parezca al lector como algo “bueno” o “moralizador”, ni que el escritor aparezca como un arlequín "más santo que tú". Pero el hecho es que vivimos en la época de mayor permisividad sexual desde la caída de Roma, y solo los teósofos o aquellos familiarizados con las enseñanzas ocultas orientales saben que el sexo es una fuerza mayor que las bombas nucleares ya que representa en todo destino humano un destino final: desafío que involucra la inmortalidad o la aniquilación.

 

Aunque el camino del discípulo avanzado y la castidad que exige están a varias vidas de distancia para la mayoría de los lectores, el presente artículo es un buen momento para considerar lo que HP Blavatsky (la Mensajera de los Maestros transhimaláyicos) tiene que decir sobre este asunto.

 

No tenemos otro tribunal de apelación. Uno puede esperar poca ayuda de médicos, psiquiatras, psicólogos, consejeros matrimoniales, sacerdotes, predicadores y educadores, porque por supuesto (con un número de felices excepciones) todos ellos están nublados con la visión de la liberación sexual que motiva a que abandonemos todas las restricciones sexuales y nos "liberemos de las represiones malsanas" de nuestros antepasados puritanos.

 

Una refrescante excepción entre los médicos es el Dr. Val Davajan, jefe de la sección de biología reproductiva del Centro Médico de la Universidad del Sur de California. Él dice: "No importa lo que digan los sexólogos, la ‘Nueva Moral’ es inmoral."

 

Uno de los últimos resultados de la Nueva Moralidad fue revelado por una encuesta de Gallup sobre las actitudes de los estudiantes la cual fue encargada por el Colegio Cristiano de Oklahoma. Se encontró que a medida que los estudiantes pasan de un año a otro tienden cada vez más a aprobar fumar, beber, probar la marihuana, aceptar el aborto y el sexo prematrimonial. Entre los estudiantes de primer año el 30% identificó su filosofía política como de centro izquierda o de extrema izquierda. Pero para el último año el número había aumentado al 53%.

 

 

 

 

 

El sexo es una etapa transitoria

 

Lo anterior es un cuadro exotérico. Lo esotérico es otra cosa y no podemos hacer nada mejor que comenzar con algún material altamente esclarecedor del Dr. G. de Purucker. En su libro Fundamentos de la Filosofía Esotérica, él escribió:

 

« El sexo no es más que una fase pasajera en la evolución de la humanidad y estrictamente hablando no es normal para la humanidad en el Globo D de nuestra cadena planetaria. Este método de procreación en realidad fue copiado de las bestias que se separaron antes que el hombre.

. . .

De hecho, el karma atlante y atlanto-lemuriano ha pesado tanto sobre nosotros, la quinta raza-raíz, que en realidad estamos retrasados y en la fecha actual no tenemos el punto medio que la quinta raza-raíz alcanzó esa etapa con respecto a la evolución del cuerpo físico que de otra manera deberíamos de haber alcanzado.

 

Sin embargo tal como está la enseñanza nos dice que al final de quinta raza-raíz los humanos dejarán de tener sexos opuestos, y que a mediados de la sexta raza-raíz los hombres y las mujeres como sexos separados no lo serán más. La raza humana en ese entonces consistirá en seres que fisiológicamente no son ni hombres ni mujeres.

. . .

Los humanos de ese período (la sexta raza-raíz) engendrarán hijos mediante la meditación y la voluntad. Y durante la séptima raza-raíz (la última en venir a este globo durante esta cuarta ronda) los humanos producirán su especie de la misma manera general, pero mediante la voluntad y la meditación conscientemente ejercitadas pero aún más impersonalmente que como lo hará la sexta raza-raíz.

 

Entonces el punto principal es darse cuenta de que este estado fisiológico actual del sexo es una fase evolutiva pasajera y que cada abuso, cada uso indebido, sin importar de qué tipo o lo que el mundo pueda pensar al respecto, es una reacción contraria a la ley evolutiva... y que si bien es cierto que el presente método es el que la naturaleza ha desarrollado en la actualidad, como se dijo antes, no es realmente el método que la humanidad primordial podría haber seguido.

 

La naturaleza ha tomado esa línea, por así decirlo, bajo protesta, a través de las malas acciones involucradas en nuestro karma pasado, como la única forma en que las almas pueden encontrar la encarnación en el presente. »

(p.342-6)

 

 

 

 

 

La mayor maldición

 

Encontramos confirmación de las opiniones del Dr. de Purucker en La Doctrina Secreta:

 

“A partir de la posesión del principio doble en uno, que es la condición andrógina, se hizo la separación del principio dual, presentando dos opuestos cuyo destino ha sido desde entonces buscar la reunión en la condición única original.

 

La maldición fue la siguiente: que la naturaleza, impulsando la búsqueda, evadió el resultado deseado por la producción de un nuevo ser, distinto de esa reunión o unidad deseada, por lo que el anhelo natural de recuperar ese estado perdido es y sigue siendo engañado. Y es por este proceso tentador de una maldición continua que la naturaleza vive.” (II, 216)

 

 

En una nota a pie de página en esa misma página, HP Blavatsky agrega:

 

"Por la cual vive la naturaleza (humana), ni siquiera el animal, sino la naturaleza descarriada, sensual y viciosa, que el hombre, no la naturaleza, creó."

 

 

Esta es una metafísica abstrusa, pero establece que la reproducción sexual de la humanidad no estaba en el plan original de la Naturaleza. En La Doctrina Secreta leemos:

 

"Como se ha demostrado en el presente volumen (Antropogénesis), es el animal mudo el que primero inició la reproducción sexual, habiendo sido el primero en separarse en machos y hembras. Tampoco fue la intención de la Naturaleza que el humano siguiera el ejemplo de las bestias, como es demostrado por la procreación comparativamente indolora por parte de los animales, y en cambio el terrible sufrimiento y peligro del mismo en las mujeres." (II, 262)

 

“[El sexo] ha degradado al hombre a un ser indefenso y escrofuloso que se ha convertido en el heredero más rico del mundo de enfermedades constitucionales y hereditarias, el más consciente e inteligentemente bestial de todos los animales.” (II, 411)

 

 

 

La ambición es la primera maldición, dice el libro Luz en el Sendero (ver la primera regla) pero el sexo es la mayor, dice La Doctrina Secreta:

 

"El fuego recibido [o sea la energía sexual] se ha convertido en la mayor maldición: el elemento animal, y la conciencia de su posesión, ha cambiado el instinto periódico en animalidad y sensualidad crónicas. Es lo que se cierne sobre la humanidad como un pesado manto fúnebre.” (II, 412)

 

 

La profanación deliberada del sexo en la Atlántida condujo al culto del cuerpo físico (las estatuas de la Isla de Pascua dan fe de ello), y finalmente al principio del sexo en sí mismo.

 

Luego siguió la brujería fálica, con la mitad de la cuarta raza-raíz (la atlante) cayendo en prácticas de magia negra cuyas reminiscencias sobreviven todavía hoy en día en el vudú africano, el lamaísmo dugpa tibetano, el tantrika hindú y varias ramas corruptas del "Nuevo Pensamiento" de la metafísica occidental.

 

 

La Doctrina Secreta añade:

 

"A menudo se hace la pregunta, ¿por qué el celibato y la castidad deberían ser una regla sine qua non y una condición del chela [discípulo] regular, y para el desarrollo de los poderes psíquicos y ocultos?

 

La respuesta está contenida en el comentario: durante la vida humana, el mayor impedimento para el camino del desarrollo espiritual, y especialmente para la adquisición de los poderes es la actividad de nuestros sentidos fisiológicos. La acción sexual está estrechamente relacionada por interacción con la médula espinal y la materia gris del cerebro; es inútil dar ninguna explicación más larga." (II, 295-6)

 

 

NOTA IMPORTANTE. En este punto el escritor desea enfáticamente afirmar que el propósito de este artículo NO es despotricar contra el matrimonio y el amor humano ni sugerir que nadie tome la túnica blanca del ascetismo. Su finalidad es únicamente educativa e informativa. Se cree que al conocer la verdad esotérica sobre el sexo y el futuro de la humanidad, uno estará mejor capacitado para lidiar con los desafiantes problemas de las relaciones humanas en nuestra experiencia inmediata.

 

 

 

 

 

La "caída de los ángeles"

 

La historia de la humanidad en su forma presente como sexos separados se remonta a unos dieciocho millones de años a mediados de la tercera raza-raíz en Lemuria, cuando el elemento mente comenzó a funcionar.

 

Hasta entonces el hombre era "un bhuta (una forma o sombra) vacío, sin sentido", él era el producto de dos corrientes de evolución: la monádica o espiritual, y la física o material. Pero con la entrada de Manas (el mental) se agregó una tercera corriente de evolución que confirió autoconciencia y por consiguiente un sentido de responsabilidad moral.

 

Las primeras sub-razas de la tercera raza-raíz evolucionaron por instinto creativo asexuado en una "raza intermedia" en la que los Dhyani Chohanes superiores encarnaron en el momento de la separación de los sexos. Éstos eran los Hijos de la Voluntad y el Yoga, que representaban la plena encarnación del principio Mente (DS II, p.275).

 

Una segunda clase de Ego no encarnó completamente de inmediato, sino que optó por esperar, proyectando sólo "una chispa". Son estos quienes "constituyen la humanidad promedio que tiene que adquirir su intelectualidad durante la presente evolución manvantárica". (DS II, 167)

 

El "Pecado de los Sin Mente" resultó cuando ciertos machos de la humanidad "separada" (antes de que Manas despertara y también antes de que se estableciera la esterilidad entre los reinos humano y animal) tuvieron relaciones sexuales con bestias hembras. Y así, inconscientemente, tuvo lugar el primer mal uso de la energía sexual. (DS II, 185).

 

"El pecado de las Razas sin cerebro o 'sin mente', que no tenían 'chispa' y eran irresponsables, recayó sobre aquellos que no cumplieron con su deber kármico".

 

Entonces, viendo este vergonzoso resultado kármico, los Hijos de la Sabiduría dotaron a todos los hombres de Manas "para que no sucediera algo peor".

 

Una tercera clase de Egos difirió la encarnación hasta la cuarta raza-raíz o atlante, en la cual se incurrió en el peor karma sexual porque los Atlantes renovaron el Pecado de los Sin Mente, pero los Atlantes lo hicieron con conocimiento y responsabilidad moral.

 

Se afirma que en este caso fue "el ser Espiritual el que pecó, siendo el elemento Espíritu todavía el principio 'Maestro' en el hombre, en aquellos días. Así es en esos días que el karma más pesado de la quinta raza-raíz fue generado por nuestras Mónadas". (DS II, 302)

 

La declaración más significativa de todas a este respecto se encuentra en la página 228 de la Doctrina Secreta II:

 

"En cuanto a aquellos 'Hijos de la Sabiduría' que habían 'diferido' su encarnación hasta la cuarta raza-raíz, que ya estaba contaminada (fisiológicamente) con el pecado y la impureza, produjeron una terrible causa cuyo resultado kármico pesa sobre los humanos hasta el día de hoy. Se produjo en ellos mismos y se convirtieron en los portadores de esa semilla de iniquidad durante los eones venideros, porque los cuerpos que tenían que informar se habían contaminado a causa de su propia procrastinación. Esta fue la 'Caída de los Ángeles', debido a su rebelión contra la Ley Kármica. La 'caída del hombre' no fue una caída, porque él era irresponsable".

 

 

 

 

 

El discipulado

 

El Maestro de Blavatsky dijo:

 

"¡Contempla la verdad ante ti! Una vida limpia, una mente abierta, un corazón puro, un intelecto entusiasta, una percepción espiritual descubierta, una fraternidad para con el condiscípulo, una disposición para dar y recibir consejos e instrucción, un sentido leal de deber hacia la Causa, una obediencia voluntaria a los mandatos de la VERDAD, una vez que hemos depositado nuestra confianza y creemos que el Maestro está en posesión de ella; una valiente resistencia a la injusticia personal, una valiente declaración de principios, una valerosa defensa de la aquellos que son atacados injustamente, y una mirada constante al ideal de progreso y perfección humana que describe la ciencia secreta (Gupta Vidya) – estos son los peldaños dorados por los cuales el estudiante puede subir al Templo de la Sabiduría Divina. Di esto a aquellos que se han ofrecido como voluntarios para que les enseñes."

 

 

La Teosofía enseña que somos peregrinos espirituales aprisionados por la necesidad Kósmica y Kármica en cuerpos de carne sometidos por instintos y deseos animales.

 

Los seres espirituales que somos esencialmente aspiran hacia los mundos de los dioses de los que venimos, mientras que al mismo tiempo la "llamada de lo salvaje" nos atraería de regreso a las junglas humeantes de la condición animal.

 

Es la vieja historia del dios y la bestia, uno de los cuales finalmente debe absorber nuestro ser. Lo que nos lleva al tema del discipulado. Un chela es un hombre o una mujer que anticipa la crisis atrayéndola prematuramente sobre sí mismo. Significa una terrible batalla en el corazón y la mente entre las dos fuerzas o polaridades. Muy pocos están listos para ser chela, pero cuando uno lo está, nada en la tierra puede detenerlo.

 

 

En la revista The Theosophist de julio de 1883, HP Blavatsky escribió:

 

"Aquel que se compromete a intentar el discipulado, por ese mismo acto despierta y azota hasta la desesperación cada pasión dormida de su naturaleza animal. Porque este es el comienzo de una lucha por el dominio en la que nunca se debe dar ni tomar cuartel. . . . en esta batalla moral, si el chela tiene una sola imperfección escondida – haga lo que haga, esta imperfección será sacada a la luz... Ahora está en una atmósfera de ilusiones – maya. El vicio pone su cara más seductora, y la las pasiones tentadoras tratan de atraer al aspirante inexperto hacia las profundidades de la degradación psíquica.

 

Si el candidato tiene el anhelo latente por el dinero, o engaños políticos, o escepticismo materialista, o ostentación vanidosa, o dice mentiras, o muestra crueldad, o desea gratificación sensual de cualquier tipo, es casi seguro que el germen brotará; y así será también por el otro lado en cuanto a las nobles cualidades de la naturaleza humana. El verdadero hombre sale a la luz.

 

¿No es entonces el colmo de la locura que alguien abandone el camino suave de la vida común para escalar los riscos de discipulado sin un sentimiento razonable de certeza que tiene lo correcto en él?

 

Bien dice la Biblia: 'El que piensa que está firme, mire que no caiga'. (1 Corintios 10:12.) – ¡Una prueba que los aspirantes a chelas deberían considerar antes de lanzarse de cabeza hacia la refriega!"

 

 

 

 

 

El matrimonio

 

Cuando despertamos a la autoconciencia mental y pudimos reconocer nuestra divinidad esencial, estaba en el plan de la Naturaleza que continuaríamos en un estado andrógino. Con la Mente, una facultad divina, activa dentro de nosotros, merecíamos vivir libres de la animalidad y la bestialidad.

 

Pero algo salió mal y hubo que revisar el plan de la Naturaleza. Así que aquí estamos: seres divinos atrapados en cuerpos de animales que con demasiada frecuencia confundimos con nosotros mismos, con consecuencias desgarradoras.

 

Cuando se le preguntó al Dr. G. de Purucker:

 

¿Los teósofos aprueban el matrimonio?

 

Entre otras cosas él respondió:

 

“Los teósofos ciertamente aprueban el matrimonio, decididamente. El único problema es que tantos matrimonios son simples farsas. El matrimonio en sí mismo es hermoso. El principio es santo, y si se lleva a cabo el verdadero matrimonio, la vida es santificada para esos dos corazones humanos". (Preguntas que todos nos hacemos, p.137)

 

 

Cuando se le preguntó a HP Blavatsky si un hombre debe casarse o permanecer célibe, ella respondió:

 

"Depende de la clase de hombre al que te refieras. Si te refieres a alguien que tiene la intención de vivir en el mundo, alguien que, aunque es un teósofo bueno y ferviente, y un gran trabajador por nuestra causa, pero todavía tiene lazos y deseos que lo atan al mundo, quien no siente que ha acabado para siempre con lo que los hombres llaman vida social, y que no desea una cosa y una sola cosa: que es conocer la verdad y poder ayudar a los demás; entonces para tal persona digo que no hay razón para que no se case, si le gusta correr los riesgos de esa lotería donde hay tantos más huecos que premios.

 

Ciertamente no podéis creernos tan absurdos y fanáticos como para predicar contra el matrimonio en general. Por el contrario, salvo en algunos casos excepcionales de ocultismo práctico, el matrimonio es el único remedio contra la inmoralidad." (La Clave de la Teosofía, p.262)

 

 

Y está la historia de un joven que acudió a Sócrates con la pregunta de si debía casarse o no, a lo que el sabio filósofo le respondió:

 

"No importa mucho, de una forma u otra, hagas lo que hagas, te arrepentirás."

 

 

(Este artículo se publicó originalmente en el boletín Messiah de LeGros, alrededor de 1987.)