Aquí les voy a ir poniendo la información interesante que vaya encontrando sobre la nigromancia que se practica en las tradiciones africanas.
EN
LA TRADICIÓN OBREAH
Al respecto, el conocedor de magia
africana, Miad Hoyora Korahon, escribió lo siguiente:
« Cuando una persona fue asesinada, si se determina la
venganza por medio de la magia Obeah, lo que se hace es poner al jumbi (al
fantasma) del difunto contra el asesino.
Se trata de una operación que requiere
de la ayuda de un Obeahman (un practicante de la magia Obeah) a quien para ello
se le entrega una parte de la ropa sin lavar del difunto. Y por medio de un
ritual se dice que el Obeahman puede hacer que el fantasma del difunto
atormente, atemorice, enloquezca e incluso mate a la persona que está
"atacando".
Parecería que el Obeahman hace que el
"cascarón" del difunto haga eso, ya sea revitalizándolo con algo de
su propio poder psíquico o fijando un elemental en él para ese propósito.
Y existen otros modos de poner al fantasma
del difunto bajo las órdenes del Obeahman, los cuales se utilizan cuando no se puede
obtener ninguna ropa del difunto. Y también hay otras formas de controlar a un fantasma
sin el uso del oráculo de la ropa sucia, pero con la ayuda de alguna ceremonia
de tipo “esicomántico”, a través de la cual también se hace uso del “cascarón”.
Y a continuación les relato un
ejemplo de esto último:
« En 1870, en un pueblo de la región
se produjo una disputa entre un hombre llamado L y dos hombres llamados D y G.
Y la pelea culminó con los dos hombres buscando la ayuda de un Obeahman para
lastimar a L.
L tenía un caballo que solía montar
a diario para ir a su trabajo, y este animal fue utilizado como el instrumento
para atacar a L.
Una mañana L habiendo afilado su
alfanje (una especie de machete utilizado por todos los negros de las Indias
Occidentales), lo puso en su saco que colgaba sobre su hombro, de tal manera
que la punta sobresaliera detrás de él. Y luego ensilló y montó su caballo,
pero inmediatamente el caballo comenzó a zambullirse y patear, y finalmente se
encabritó y cayó sobre L haciendo que la punta del alfanje atravesara a L por
detrás.
L murió a las pocas horas por los
efectos de esta herida, y expresó durante su agonía su opinión de que algunos
de sus enemigos habían hechizado a su caballo para que lo derribara y lo
matara.
La familia de L incluía a un
Obeahman quien aconsejó que el cuerpo de L fuera puesto en el ataúd, pero sin
ninguno de los preparativos habituales para el entierro y con su ropa tal como
él había muerto. Pero antes de enterrarlo, algunos miembros de la familia incluido
el Obeahma, efectuaron una ceremonia en la que se usó parte de la sangre de L
(más detalles de los cuales no he podido obtener) en presencia del cadáver.
Y pusieron en la mano izquierda del
cadáver (ya que L era zurdo) un cuchillo afilado, y le dijeron que les mostrara
en nueve días quién lo había matado. Y luego se clavó la tapa del ataúd.
Pues bien, nueve días después G
desapareció y D se volvió loco delirando y gritando que L lo perseguía con un
cuchillo en la mano.
Posteriormente D rechazó toda comida
y comenzó morderse con los dientes el brazo izquierdo; desde el bíceps hasta
casi la muñeca, y de una manera tan horrible que su brazo comenzó a infectarse,
y finalmente D murió en una espantosa agonía, llamando todo el tiempo a los
transeúntes para que lo salvaran de L.
Pocos días después de la muerte de
D, el sombrero y algunas ropas de G fueron encontrados en una roca a la orilla
del mar, donde se sospecha que G había ido a bañarse pero se habría
ahogado. »
Un amigo de D me dio estos detalles
y otro hombre me los ha corroborado desde entonces.
Y con respecto al comportamiento del
caballo, se dice que los Obeahmen matan y afectan de diferentes maneras al
ganado y a los caballos al obtener posesión de una parte de su pelaje o un poco
de su orina. Y estas cosas se utilizan para afectar a los animales a través de
sus formas astrales, y el caballo de L puede haber sido afectado de esa manera.
Pero los Obeahmen también utilizan
otros medios para engañar o influenciar a los animales, principalmente siendo
hechizos o mantras, y cuyos usos se mencionarán en un capítulo posterior. »
(Theosophist, marzo de
1891, p.345-347)
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