LAS EXPERIENCIAS QUE TUVO VIOLET TWEEDALE CON BLAVATSKY



Violet Tweedale fue una poeta escocesa que se interesó por el espiritismo y la teosofía, y en sus recuerdos ella relató varias experiencias que ella tuvo con Blavatsky, las cuales a continuación se las transcribo:

« Alguien me mencionó que cierta Madame Blavatsky acababa de llegar a Londres, trayendo consigo una nueva religión, lo que inmediatamente despertó en mí la curiosidad y es por eso que me puse en camino para contactarla.

Nunca olvidaré esa primera entrevista con una mujer que había sido muy calumniada, y a quien rápidamente llegué a conocer íntimamente y a amar mucho. Ella estaba sentada en un gran sillón, con una mesa a su lado sobre la cual descansaba tabaco y papel para hacer cigarrillos, y mientras ella hablaba, sus exquisitos dedos cónicos automáticamente elaboraban los cigarrillos que continuamente fumaba.

Ella estaba vestida con una túnica negra suelta, y en su cabello gris y rizado, llevaba un chal negro. Su rostro era puro kalmuk (pueblo ruso mongol) y una red de arrugas finas lo cubrían por completo. Sus ojos, grandes y de color verde pálido, dominaban el semblante, esos ojos maravillosos en su misticismo deslumbrante y soñador.




La enseñanza que aportó Blavatsky

Le pedí que me explicara acerca de esa nueva religión que traía, y ella respondió que la suya era la más antigua que había existido y que constituía la creencia de más de quinientos millones de almas.

Le pregunté cómo era que los hechos prodigiosos que esa nueva religión mencionaba aún no se hubieran abordado en la cristiandad, y su respuesta fue debido a que nunca hubo una interferencia con el pensamiento cristiano, ya que aunque el cristianismo ha sido juez de todos, en cambio no ha sido juzgado por nadie.

Sin embargo, el surgimiento de Japón fue un factor importante que con el tiempo abrió una nueva era hacia la comprensión del Oriente por parte del Occidente, y entonces el significado destellaría sobre las iglesias de las palabras: "Ni en esta montaña ni en Jerusalén".

Le expliqué mis dificultades, que ella procedió a resolver exponiendo las doctrinas de la reencarnación y el karma. Estas saltaron instantáneamente a mi razón y en ellas encontré al Dios justo a quien había estado buscando. Y desde ese día hasta este momento, nunca he tenido motivos para desviarme de esas creencias, y cuanto más envejezco y más leo y más experiencia reúno, más me confirmo que estas enseñanzas orientales son las que proporcionan la mejor explicación racional de esta vida, y la única esperanza natural en el mundo por venir.

He compartido esas creencias con muchas otras personas que descubrí que también estaban en la búsqueda al igual que yo, y ningún buscador serio de la verdad he visto que las haya rechazado alguna vez, y los he visto analizar, aceptar y compartir estas doctrinas con más personas, formando así enormes ramificaciones que se perdieron de mi vista con el paso del tiempo debido a su propia magnitud.


En esos primeros días había poca literatura disponible para el estudiante, pero el círculo de cerebros inteligentes que rodeó rápidamente a Madame Blavatsky se puso a trabajar con voluntad bajo su guía, y ahora después de un lapso de treinta años, hay una enorme literatura muy solicitada, y el pequeño círculo que se reunió alrededor de "la anciana" se ha convertido en miles.

¿Cuál fue el secreto del éxito instantáneo de Helena Blavatsky?

No tengo dudas de que este se encuentra en su poder de dar a los occidentales, las respuestas orientales sobre esos problemas que la Iglesia no ha podido.

A su manera, Blavatsky era una verdadera misionera. "Prosigan por el bien de todas las personas, por compasión hacia el mundo y para el bienestar de los ángeles y de los mortales", fue la orden dada por el Señor Buda a sus discípulos, y también Cristo, siguiendo el ideal universal, quinientos años después ordenó algo parecido, ya que él le dijo a sus apóstoles: "Id por todo el mundo y predicad el evangelio de toda la creación".


Comencé a estudiar esas doctrinas que en ese entonces eran muy nuevas para mí, y también profundicé en su aspecto más esotérico, lo cual no es una tarea fácil, pero si de un gran interés absorbente, ya que hasta entonces no me había dado cuenta completamente de que en ninguna vida humana se podía transitar todo ese largo camino que lleva hacia la divino, y en ningún alma recién nacida se podían desarrollar ya todas esas posibilidades superiores de las que solo yo podía captar una fugaz visión al respecto.

Y “la Doctrina Secreta” escrita por Blavatsky demostró ser una mina de riqueza para ello, al grado que leí los volúmenes siete veces en siete claves diferentes. Y también los trabajos de A.P. Sinnett, libros de texto en ese entonces, y ahora actualizados mediante la expansión del conocimiento, fueron extremadamente útiles. Y para los estudiantes avanzados les recomiendo: "El crecimiento del alma".

Transcurrió un tiempo muy corto antes de que se suministrara alimento mental para prácticamente todas las ramas del misticismo y el desarrollo oculto, y los estudiantes acudieron a la sede de todas partes del mundo.


Es interesante recordar las dos villas contiguas en Avenue Road y St. John's Wood, donde solíamos congregarnos para estudiar y escuchar conferencias hace treinta años, y también mirar ahora los majestuosos edificios en Tavistock Square. Estos fueron diseñados por el gran arquitecto Lutyens, cuya esposa, Lady Emily, es una ardiente teósofa.

Y me alegro de haber vivido para ver que estas doctrinas se arraigan firmemente en Occidente y crecen de manera tan sorprendente que en todas las ciudades ahora son estudiadas por un gran número de personas; e incluso en los casos en donde finalmente no se han adoptado, aún así se reconoce que son la única conclusión lógica para aquellos que desean poseer una creencia más racional sobre la existencia.

Me alegra poder mirar con amor y profunda gratitud a Helena Blavatsky, la mujer que trajo al Occidente, la antigua sabiduría del Oriente, y no tengo dudas de que ella está capacitada para ver la poderosa estructura planteada en sus pequeños comienzos, y sin duda se ha encontrado en "el otro lado" con hombres y mujeres cuya deuda con ella es tan grande como la mía.



Blavatsky comenzó haciendo explotar la teoría de que todos los humanos nacen en la Tierra siendo iguales. Y si esta vida fuera todo lo que recibimos, entonces ese concepto debería ser, en nombre de la justicia, una verdad absoluta, y todos los humanos deberían tener las mismas capacidades, y un individuo debería ser tan bueno como el otro.

Pero si cada alma nacida hoy es una creación nueva, y que al final de su vida desaparecerá del mundo terrestre para luego perdurar eternamente en el cielo o en el infierno como lo pretende el cristianismo, entonces ¿por qué algunas almas están más desarrolladas que las otras?

Algunas personas nacen con una tendencia clara hacia el vicio o hacia el crimen, mientras que otros humanos nacen con una tendencia hacia la virtud y la honestidad. Algunos individuos nacen como genios, mientras que otros nacen siendo idiotas.

¿Cómo puede el creador construir almas tan disparejas?

En cambio la reencarnación implica el desarrollo del alma, y ​​por consiguiente explica mucho más coherentemente esta diversidad que vemos entre los diferentes humanos, ya que el proceso de la evolución juega un papel muy importante, y es a través de la evolución que la humanos están escalando cada vez más hacia la perfección.

-      "Las almas, aunque iguales en su esencia, tienen diferentes grados de desarrollo en su individualidad."

Muchos de nosotros conocemos a personas que aunque ya son bastantes mayores en años, aún así todavía son muy inmaduras en sus actos, y esto se debe porque esas personas todavía son almas jóvenes que han tenido poco desarrollo en sus vidas que ya han tenido en la Tierra.

E inversamente, conocemos a jóvenes e incluso a niños que muestran una sorprendente madurez, y esto se debe porque ellos ya han alcanzado un mayor desarrollo a través de sus reencarnaciones.

Blavatsky me enseñó por lo tanto a considerar a los humano como seres en evolución, y en los cuales los nacimientos y las muertes son incidentes recurrentes. El nacimiento y la muerte simplemente son solo una página en el libro de la vida.

Y ella también me enseñó que no podemos evadir el destino inexorable. Con lo que hice en mi pasado, yo construí mi presente, y ahora con lo que estoy haciendo en mi presente, yo estoy construyendo mi futuro. Y en la medida en que nosotros aprendamos a sobrepasar nuestro pasado y transformemos nuestra actual ignorancia en conocimiento, en ese grado nos volveremos libres.




Los fenómenos que producía  Blavatsky

A menudo escuché que llamaban a Blavatsky ser una impostora, y estoy obligada a decir que su comportamiento pícaro a menudo dio motivos para esa descripción. Por ejemplo ella era muy intolerante con las numerosas damas elegantes del West End que llegaban en bandadas a visitarla, exigiendo ver fantasmas, maestros, elementales, y todo tipo de fenómenos paranormales, como si se tratara de un espectáculo.

Madame Blavatsky nació con poderes sobrenaturales, pero también sus maravillosos dedos estaban hechos para los trucos de los malabaristas, y la he visto usarlos a menudo con ese propósito, y recuerdo bien mi asombro en las ocasiones en que ella exhibió sus poderes ocultos, tanto los espurios como los genuinos.


Por ejemplo, una tarde, yo estaba sentada a solas con ella, cuando la Señora Jessica Lady Sykes, la difunta duquesa de Montrose y otra señora que no mencionaré su nombre porque todavía está viva, solicitaron ser recibidas de inmediato por Madame Blavatsky. Ellas explicaron que habían oído hablar de su nueva religión y de sus maravillosos poderes ocultos, y deseaban que se les permitiera ver una pequeña exhibición de lo que Blavatsky podía hacer.

Madame Blavatsky no se levantó de su silla, y ​​mientras conversaba, ella enrolló cigarrillos también para sus visitantes y las invitó a fumar. Y después de escucharlas, concluyó que a esas damas no les interesaba la enseñanza, sino que solamente estaban interesadas ​​en ver los fenómenos paranormales.

La duquesa le preguntó a Blavatsky si alguna vez dio consejos para ganar en las carreras de caballos o números de la suerte para ganar en los casinos. Y Blavatsky le respondió no poseer un tal conocimiento, pero como en esa ocasión ella estaba de buen humor, si estaba dispuesta a permitirles un momento de diversión, así que les comentó:

-      “¿Sugeriría una de las damas algo que le gustaría hacer?”


Lady Sykes sacó un paquete de tarjetas de su bolsillo y se las tendió a Madame Blavatsky, quien sacudió la cabeza diciendo:

-      "Primero retire las tarjetas marcadas, mi Lady".

Lady Sykes se rió y respondió:

-      "¿Cuáles son?"

Y Madame Blavatsky se las indicó sin dudarlo un segundo y esto encantó a las damas. Parecía un buen comienzo. Luego una de ellas sugirió:

-      "Haga mover esa canasta de tabaco que tiene a su lado sin tocarla."


Al momento siguiente, la canasta había desaparecido. No sé a dónde se fue, solo sé que desapareció y que las damas la buscaron por todas partes, incluso debajo de las amplias faldas de Madame Blavatsky, y que de repente reapareció en su mesa habitual.

Siguió un poco más de malabarismo y algo de psicometría, que fue excelente, y luego las damas se marcharon, aparentemente muy satisfechas con el entretenimiento.

Cuando estuve una vez más a solas con Madame Blavatsky, ella se volteó hacia mí con una sonrisa irónica y me dijo:

-      "¿Quieres que arroje perlas a los cerdos?"

Le pregunté si todo lo que había hecho había sido puro engaño, y ella me respondió sin ruborizarse:

-      "No todo, pero si la mayor parte, pero ahora te daré algo especial y real a ti."


Por un momento ella permaneció en silencio, cubriéndose los ojos con la mano, y luego un sonido me llamó la atención. Y solo puedo describir que lo que escuché era como música de hadas, exquisitamente original y delicada. Parecía proceder de algún lugar justo entre el piso y el techo, y se movía a diferentes rincones de la habitación. Había una inocencia cristalina en la música que sugería el baile de niños alegres divirtiéndose.

-      "Ahora te daré la música de la vida", dijo Madame Blavatsky.

Y por un segundo o dos se produjo un silencio de trance. El crepúsculo entraba sigilosamente en la habitación, y parecía traer consigo un hormigueo expectante. Entonces me pareció que algo entró desde afuera y trajo consigo condiciones completamente nuevas, algo increíble, inimaginable y más allá de los límites de la razón.

Alguien cantaba y una melodía distante se acercaba sigilosamente, pero sabía que nunca la melodía había sido distante, sino que solo se estaba volviendo cada vez más fuerte.

Y de repente sentí miedo porque el aire a mi alrededor estaba sonando con vibraciones de música extraña y sobrenaturales, aparentemente tanto a mi alrededor como por encima y detrás de mí. No tenía paradero, no se podía ubicar, y mientras escuchaba, todo mi cuerpo temblaba de euforia, pero también una sensación de temor ante lo desconocido.

Había un ritmo en la música, pero era diferente a todo lo que yo había escuchado antes. Sonaba como una pastoral y contenía una llamada a la que respondía salvajemente todo mi ser.

¿Quién era el misterioso músico que tocaba y cuál era su instrumento?

Me daba la impresión que podía haber sido un flautista que jugaba con una melodía atrayente, un lujoso abandono que era una encarnación de la naturaleza, ya que su melodía de repente me atrapó hacia las verdes colinas sicilianas, donde los sonidos de los seres invisibles resuenan en las laderas de las montañas, como la flauta de Pan que una vez resonó a través de las escarpadas gargantas y valles morados del Hellas y Tracia.

Y aunque la música era fascinante y llena de la vibración de la vida, también traía consigo una emoción de temor. Su dulzura era empalagosa, su ternura era sensual. Y un suave aroma comenzó a sentirse en la habitación, olía a tomillo silvestre, a hierbas de asfódelo y a muscarina. Y el aroma me envolvió como un vapor oloroso.

Los sonidos comenzaron a tomar forma y gradualmente se moldearon en palabras. Sabía que estaba siendo cortejada con sutileza, y una fuerza invisible me instaba a volar fuera de mi cuerpo y unirme a la Saturnalia Regna.

El jugador hablaba un idioma que entendí, ya que era mi verdadera lengua nativa la que hablaba en el zumbido salvaje, y no pude dejar de escuchar sus encantamientos y el éxtasis de su alegría. Mi alma parecía tensarse con la correa.

¿Debía dejarme ir?

Como un poderoso opiáceo, el encanto me envolvió, pero desde mi interior una pequeña voz insistente susurró:

-      "¡Precaución! ¿A dónde te llevará? Suponiendo que rindas tu voluntad, ¿volvería a recuperarla después?"


Ahora mi cerebro estaba invadido por una sensación de debilidad y pánico. La música de repente parecía repleta de pecaminosidad y de conquista insolente. Ella revelaba los secretos que el mito de la naturaleza a menudo murmura a quienes viven en medio de los grandes silencios, de esos temibles misterios del espíritu que aún lo impresionan a uno con tanta gloria y asombro.

Y con una violenta reacción de miedo, me levanté de repente, y mientras lo hacía, toda la escena desapareció del alcance de mis sentidos. Mi conciencia volvió una vez más a la habitación de Blavatsky, con el cielo ya encontrándose en el crepúsculo y el ronco rugido lejano de Londres entrando por la ventana abierta.

Miré a Madame Blavatsky, y ella se encontraba acurrucada en un profundo sueño hundida en su sillón. Ella había flotado con la música en un mar de olvido terrenal y entre sus dedos sostenía una pequeña cruz rusa.

Sabía que ella me había devuelto de regreso al mundo, el cual todavía me reclamaba, y salí silenciosamente de la casa hacia las calles de Londres.




Encuentro con un adepto

En otra ocasión, cuando estaba charlando a solas con Madame Blavatsky, de repente ella interrumpió nuestra conversación y comenzó a hablar en otro idioma que supuse que era indostaní.

Ella parecía dirigirse a alguien más, y yo al mirar por encima de mi hombro, vi que ya no estábamos solas. Un hombre estaba parado en medio de la habitación y yo estaba seguro de que él no había entrado ni por la puerta, ni por la ventana o la chimenea, y cuando lo miré con asombro, noté que él hombre le hablaba a Madame Blavatsky le respondía en el mismo idioma con el que ella se había dirigido a él.

Me levanté de inmediato para dejarla, y cuando le dije adiós para despedirme, ella me susurró:

   -   "No menciones de esto a nadie".

El hombre no parecía darse cuenta de mi presencia; No me hizo caso cuando salí de la habitación. Él era de color oscuro y de aspecto muy triste, y su vestimenta era una larga capa negra y un suave sombrero negro, que no se quitó y le cubría bien los ojos.

Esa noche descubrí que ninguno de los miembros estaba al tanto de su llegada, y no lo volví a ver más. »

(Esto se encuentra en el capítulo 4 de su libro “Fantasmas que he visto y otras experiencias psíquicas que he tenido”, p.51-61)










11 comentarios:

  1. cid en terminos en dificultad esoterica materializar un pañuelo o cartas como mencionas en algunas historias es mas arduo que ganar un billete de loteria? si pudieras explicar el porque te estaria muy agradecido

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    1. Para ganar en la lotería no necesitas tener desarrollados tus poderes. En cambio para materializar objetos, ahí si se requiere a fuerza que tengas ya muy desarrollados tus poderes.

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  3. entonces blavatsky si fumaba

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    1. Sí. Fumaba mucho. Imagino que era una época que no estaba tan masificado y denostado como hoy, no existían evidencias del daño a la salud. Ellos lo veían parecido a quemar incienso. Seguro que era tabaco sin aditivos.
      A mí me resulta repugnante el tabaco pero a HPB se le perdonan unos pocos defectos.

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  4. sid, hoy por hoy, hay pocas personas publicas que pretenden ser místicos, qué opinas de sadghuru? casualmente, al parecer nacio según los años que nacen los iniciados (1975)

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    1. A Sadghuru lo conozco muy poco, por lo que no te puedo dar una opinión sobre él, y el último cuarto de siglo no es cuando pueden nacer los iniciados, sino que es el periodo en donde se les permite a los miembros de la jerarquía planetaria difundir una nueva enseñanza.

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    2. Sadhguru Jaggi Vasudev nació en 1975 amigo. Aunque no pertenezco a su movimiento de Isha Yoga, a menudo veo sus clases por YouTube. Son muy buenas. Ayudan a ordenar la mente.

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    3. En realidad creo que no hay mucho esoterismo en lo que enseña Sadhguru, si bien sus enseñanzas son realmente muy profundas. Enseña antiguas prácticas védicas adaptadas al mundo contemporáneo en la línea del Shaivismo del Sur de la India.

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  5. la radacion sutil de polonio en los cigarros habra aumentado los poderes de Blavatsky

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    1. No creo porque entonces eso también se percibiría con los demás fumadores.

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