En
su libro “Memoria Cósmica”, Rudolf
Steiner escribió lo siguiente:
« Los
atlantes podían controlar lo que uno llama “la fuerza de la vida”.
Los
hombres hoy extraen la energía calorífica del carbón y la transforman en la
fuerza para poder mover los medios de locomoción. Pues bien, los atlantes de la
misma manera sabían poner la energía germinal de los organismos al servicio de
su tecnología.
Y
uno puede formarse una idea de cómo ellos procedían:
Piensen
en un grano de semilla. En este grano una energía está inactiva. Esta energía
hace que el tallo brote del grano, y la naturaleza puede despertar esta energía
que reposa en la semilla.
El
hombre moderno no puede hacer esto a voluntad, el hombre debe enterrar la
semilla en la tierra y dejar el despertamiento a las fuerzas de naturaleza. Pero
en cambio el atlante podría hacer algo más. Él sabía como uno puede cambiar la
energía de un montón de granos en el poder técnico, así como el hombre moderno
puede cambiar la energía calorífica de un montón de carbón en tal poder.
Por
lo tanto las plantas fueron cultivadas en el período Atlante no solamente para
el uso de productos alimenticios sino también para utilizar las energías
inactivas que hay en ellas para el comercio y la industria.
Y
así como nosotros tenemos los mecanismos para transformar la energía inactiva
del carbón en la energía del movimiento en nuestras locomotoras, también los
atlantes tenían los mecanismos para obtener de las semillas quemadas de las
plantas, la fuerza de vida que era transformada en energía técnicamente
utilizable.
Los vehículos de los atlantes, que flotaban a poca distancia sobre el
suelo, viajaban a una altura más baja que la de las cadenas montañosas del
período atlante, y contaban con mecanismos de dirección por los cuales podían
elevarse por encima de estas cadenas montañosas. »
(Capítulo
3: “Nuestros antepasados atlantes”)
MI OPINIÓN AL
RESPECTO
Si
bien el Maestro Pastor mencionó acerca de los atlantes que ellos disponían de
conocimiento que les permitía lograr la levitación, la manera como lo expresa
Rudolf Steiner me muestra que su relato es producto de su imaginación.
Porque
para comenzar el Maestro Pastor explicó que los atlantes dominaban la energía
solar, y por consiguiente ellos no necesitaban de otras fuentes de energía.
Pero
sobretodo el mecanismo que expone aquí Rudolf Steiner para obtener la “fuerza
de la vida” quemando a las semillas es falsa, debido a que él hace un simple
paralelismo con la quema del carbón, pero eso solo produce energía calorífica.
Y
contrario a lo que afirma Rudolf Steiner, la semilla NO tiene dentro de ella la
energía para poderse transformar en una planta.
Lo
que tiene la semilla dentro de ella es el código genético, pero para que esa
semilla se pueda transformar en planta, esa semilla necesita de la energía
exterior que le aporta la naturaleza: a través del sol, a través del agua, a
través de la tierra, etc.
Y
por consiguiente no es factible utilizar las semillas como fuente de energía, a
parte de utilizarlas como material de combustión, lo cual es un método muy poco
redituable.
Y este es un ejemplo
más de cómo Rudolf Steiner inventaba cosas sin saber realmente de lo que
hablaba y sin tener conocimientos ni científicos ni esotéricos al respecto.
¡Hola! es interesante lo que planteas. Pero hay un pequeño detalle, la traducción es medio rara en la parte donde dice lo de la quema de semillas. Podría ser que quemaban las semillas o fuese como que quemaban las semillas, haciendo una analogía a la quema de carbón.
ResponderBorrarPor otra parte es una cita sin tener en cuanta toda la obra de Steiner. De esta forma se pierde que la el fruto (semilla) guarda en si la "energía" del sol. Entonces podemos decir que lo que dicen Pastor y Steiner es lo mismo desde diferente puntos de vista.
Se puede hablar del código genético, pero si solo se piensa que la semilla guarda eso se cae en el materialismo... ¡saludos!
Josué
Hablando con sitchinismo podríamos decir:
ResponderBorrar"Los hijos de Elohim vinieron a las hijas de Adam y les engendraron hijos; éstos son los héroes de antaño, varones de renombre (anshei hashem, "hombres (de)l nombre")". (Génesis 6.4)
"edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre (shem), por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra". (Génesis 11.4)
Los híbridos de terrestre y Annunaki se aposentaron en una isla tropical o más o menos (la Atlántida), porque las tierras habitadas estaban sufriendo la última Glaciación o por lo menos sus efectos. Cuando se les acabaron los recursos llevaron a cabo la guerra de saqueo por el Mediterráneo que menciona Platón.
Luego vino el Diluvio, el final de la Glaciación "abrupto e inexplicado" que cita la Geología, un çunami mundial seguido de 40 días de lluvia, aumentó el nivel de los mares y Atlantis (o Poseidonis) quedó arrasada y en su mayor parte, por lo menos, bajo el agua.
Estos "semidioses" eran los "varones de renombre" ("hombres del nombre").
Los humanos postdiluviales quisieron "hacerse un nombre" por si eran esparcidos por la faz de la tierra. ¿Qué tiene que ver querer ser famosos por si se esparcen? ¿Y para qué querían una torre que llegase al cielo?
La historia de la Creación y del Diluvio fue escrita por los pueblos mesopotámicos mucho antes que en la Biblia.
"Nombre" en hebreo es "shem"; "hashem", "el nombre".
"Nombre" en akadio es "sham"; "shamu", "el nombre". En arameo shəma.
En los relatos sumerios la aeronaves de los annunaki se denominan "mu".
En la traducción akadia se denominan "shamu"; "sha": que (en hebreo "she"). O sea "la cosa que es un (o se llama) mu".
Los hebreos recibieron los relatos originalmente sumerios durante su cautivierio en Babilonia, y tal vez interpretaron "shamu" (aeronave) como "nombre".
"Varones de renombre": gente con aeronaves, que vivían en la Atlántida.
"Edifiquemos una torre que llegue al cielo y hagámonos un nombre por si somos esparcidos por la faz de la tierra": edifiquemos una torre de lanzamiento y fabriquemos una aeronave por si somos esparcidos por la faz de la tierra.
En una de las versiones babilónicas del relato de Babel, es el annunaki Marduk el que incita a los humanos a construir la torre. (Según Sitchin.)
Por el mismo período se calculan el hundimiento de la Atlántida (hace 9500 años), el final abrupto e inexplicado de la última Glaciación (13.000 años), la extinción masiva de especies en ambas Américas (10.000 años), la fractura del nostrático ("justo antes del fin de la última glaciación").
Es Sudamérica es notable la acumulación de huesos o fósiles de fauna extinta contra las barrancas del río Luján, en Argentina, como si oleadas de agua los hubiese empujado allí. Pero según los científicos, ¡se debe a depredadores que llevaban sus presas a comérselas en el mismo lugar!
Y los mamuts congelados con comida sin digerir en sus estómagos. Ahogados por oleadas que pronto se congelaron.
Siguiendo con el sitchinismo (o sea, no todo literalmente de Sitchin): el planeta Nibiru con su gravedad sacó de madre el hielo de la Antártida, que por la presión contra el suelo de su acumulación creaba calor que formó una capa de hielo pastoso, la ingente masa de hielo cayó al mar formando un çunami mundial, la falta de ese hielo aumentó la temperatura del hemisferio sur, mientras en el norte seguía el frío, y sabido es que una masa de aire cálido al encontrarse con otra de aire frío crea una tormenta. Pues así se originó el Diluvio.