Chaitanya
Mahaprabhu, llamado por sus seguidores “el Avatar Dorado”, fue un santo indio
del siglo XV que fundó el krisnaísmo bengalí, que es una de las ramas del hinduismo
que adora a Krishna; y en este artículo el investigador Alok de Samarkanda hace un análisis más pragmático
sobre el comportamiento errático que tuvo ese gurú.
EL DIOS QUE PADECÍA UNA ENFERMEDAD NEUROLÓGICA
Análisis clínico
Los movimientos religiosos en su afán de
expansión geográfica han tenido siempre la imperiosa necesidad de ostentar un
selecto grupo de santos, mártires, devotos insignes, avatares o voceros
iluminados que promuevan la fe de su organización; y por lo tanto carecen de
todo escrúpulo a la hora de alterar las biografías de sus héroes y de
atribuirles prodigios o de inventar leyendas fantásticas que adulteran la
verdad histórica.
Existen razones clínicas justificadas para
sospechar que Chaitanya Mahaprabhu sufría un grave trastorno neurológico. Sus
cambios radicales en el estado de ánimo (de la hipomanía a la depresión
emocional) y frecuentes episodios convulsivos, nos llevan a pensar en dos
hipótesis: la epilepsia y el desorden bipolar.
En el contexto de las enfermedades del
cerebro, estas dos interpretaciones médicas se destacan frente a otras. Con
relación la epilepsia, se trata de una patología causada por el incremento
anómalo de la actividad eléctrica de las neuronas, es decir, por una tormenta o
descarga bioeléctrica masiva y repentina en algunas zonas del cerebro (o ambos
hemisferios). Las manifestaciones y síntomas del padecimiento dependen de la
localización del foco epiléptico que puede haber durante la crisis. Entre los
más notables, pueden citarse:
1) Alteración psíquica:
delirios o alucinaciones y repentinas vivencias emocionales cargadas de una
desmedida vehemencia (paroxismo frenético).
2) Alteración motora:
espasmos violentos.
3) Alteración facial y
en la coloración de la piel.
4) Alteración sensitiva:
visual, sonora, olfativa y epidérmica.
5) Pensamientos
insólitos de reverberación fantástica o sobrenatural.
6) Perdida de la
conciencia, parcial-transitoria o completa.
Y puesto que las alucinaciones forman parte
de una modalidad epiléptica, es necesario saber que son percepciones sin objeto
(el sujeto ve o escucha cosas que no existen fuera de él). Se trata de
imaginaciones o delirios creados por el cerebro y se experimentan con enorme
fuerza e intensidad.
Las alucinaciones pueden estar o no,
acompañadas de sentimientos extáticos y en general suelen aparecer durante las
crisis del enfermo. Es importante destacar que los antiguos griegos atribuían a
los dioses (interpretación sobrenatural) las visiones, voces y alucinaciones de
los epilépticos, por eso la llamaban la enfermedad sagrada.
En cambio por el contrario la epilepsia era
vista en la Europa medieval cristiana como un fenómeno asociado con entidades
oscuras del inframundo. Cientos de personas inocentes fueron estigmatizadas,
torturadas y linchadas, acusadas de estar poseídas por el demonio. Pero la
ciencia hoy ha pulverizado esa visión oscurantista, y nos muestra que no es
sagrada ni demoníaca.
Respecto al desorden bipolar, la Organización
Mundial de la Salud (OMS), informa que no es un mal de nuestro tiempo ni
exclusiva de un grupo social o racial, ya que la podemos encontrar en todos los
países y regiones del mundo. Por otro lado, historiadores de la medicina e
investigadores, conjeturan que junto a otras patologías nerviosas, siempre han
formado parte de la humanidad.
En nuestros días, numerosos estudios
identifican, en diversos personajes célebres, muchas de sus características:
San Pablo, San Agustín, San Ignacio de Loyola, San Juan de la Cruz, Sta.
Teresa, Miguel Ángel, Juan Ramón Jiménez, Goya, Mozart, Virginia Wolf, etc. La
lista es amplia.
¿Pero
qué es el trastorno bipolar?
Es un desorden químico cerebral, un
desbalance de los neurotrasmisores que produce alteraciones del estado de
ánimo. Tal enfermedad se caracteriza por los episodios maniacos y depresivos
(tanto la euforia como la tristeza son patológicos, exacerbados,
desproporcionados. Los estados maniacos y depresivos se alternan, fluctúan).
En el trastorno bipolar ocurre una alteración
de los mecanismos que regulan los estados de ánimo, pues al estar
descontrolados estos neurosistemas, el enfermo salta de la euforia a la
depresión.
Para que se entienda: el trastorno bipolar es
un desajuste de los mecanismos bioquímicos y eléctricos que regulan la
actividad cerebral. Este desbalance de los neurotransmisores genera ciclos de
fluctuación anímica en donde se alternan los episodios de júbilo patológico y cuadros
depresivos.
En resumen, se trata de una enfermedad del
cerebro, un desorden que afecta a los pensamientos y sentimientos, al
comportamiento y la salud física, pero que no encierra ninguna dimensión
misteriosa.
Testimonios
A continuación transcribo dos párrafos del
“Chaitanya Mahaprabhu, el Avatar Dorado”, de Srila Bhaktivedanta Narayan
Gosvami Maharash:
« Con la ayuda de una
antorcha, Svarup Damodar y los otros devotos se fueron a buscar al Señor, y
después de varias horas, lo encontraron inconsciente en el establo del templo
del Señor Jagannatha. Su cuerpo trascendental estaba completamente
transformado: Sus brazos y piernas se habían introducido dentro de su tronco,
de sus ojos fluían lágrimas y de su boca salía espuma. »
(p.101)
Y más adelante resalta:
« El cuerpo de Sri
Chaitanya Mahaprabhu pasaba por diversas transformaciones: aturdimiento,
temblor, sudor, palidez, llanto y ahogo de la voz. Inmerso en un júbilo
trascendental, Mahaprabhu unas veces reía y otras lloraba, a veces danzaba y a
veces cantaba. A veces se levantaba y corría de un lado a otro, y a veces caía
al suelo y quedaba inconsciente. Los diversos éxtasis daban lugar a estados de
mente contradictorios. La ansiedad, la impotencia, la humildad, la ira y la
impaciencia eran como soldados combatiendo, y la causa era la locura del amor
por Dios. Desde fuera, esos sentimientos tenían el aspecto de un intenso
tormento, como si sufriera los efectos de un veneno. »
(p.103)
Estamos pues, frente a dos interpretaciones
antagónicas del extraño comportamiento de Chaitanya Mahaprabhu:
La primera es la sobrenatural o vaisnava, que
es la considerada para los devotos del “Avatar Dorado” y la causa era la locura
del amor por Dios, “El océano del amor estático por Krishna es muy difícil de
entender incluso para semidioses como el Señor Brahma.” (p.103).
Y la segunda es la neurológica o médica, que
atiende factores de naturaleza biológica.
Los párrafos mencionados anteriormente son
muy reveladores porque encontramos indicadores en la descripción sobre dos
potenciales males de Chaitanya:
1º. Una modalidad de epilepsia, la más
severa, pero tratada hoy en día por la medicina y técnicamente denominada “convulsión
clónica-tónica”, la cual es caracterizada por la pérdida de la conciencia, el desmayo, los
espasmos con sacudidas violentas y rítmicas de las cuatro extremidades,
expulsión de mucha saliva por la boca (entre otros síntomas).
y
2º. Un desorden bipolar con sus diversas
manifestaciones.
Cuestionamientos
Llegados a este punto, es obligado formular
algunas interrogantes. ¿Fue Chaitanya una encarnación de Dios o un
maníaco-depresivo? ¿Padecía un mal psiquiátrico? ¿Tenía estados místicos de
trance o raptos delirantes anómalos? ¿La causa real de su locura era el amor
por Dios o un desorden bioquímico cerebral? ¿Eran síntomas de éxtasis o de su
trastorno bipolar? ¿Tuvo visiones de Krishna o fueron simples alucinaciones?
Si
el desorden bipolar y la epilepsia son tan antiguos como la humanidad, y se han
identificado sus características en personajes tan disímbolos como Juana de
Arco, Santa Teresa de Jesús, Virginia Wolf, Fiódor Dostoievski, San Pablo o
Vincent van Gogh, ¿porqué no aceptarlo en el caso de Chaitanya Mahaprabhu?
Eufemísticamente, los hagiógrafos denominan
sus exaltaciones como “demencia sagrada” para encubrirlas con un halo intocable
de luz sobrenatural. Pero el hecho es que a partir de sus mismos relatos
podemos observar cómo se alternan en su quejumbrosa e histérica vida las faces
depresivas y maníacas: alucinaciones visuales y auditivas, ideación delirante,
crisis vital, recurrentes impulsos suicidas, accesos de tristeza o de gozo
exacerbados.
Finalmente, debemos preguntamos, ¿qué
relación guarda todo esto con su muerte?
Sobre su fallecimiento
¿Sus
estados de profunda tristeza, melancolía y sufrimiento emocional lo llevaron al
suicido?
Una de las versiones acerca de su muerte dice
que Chaitanya había intentado suicidarse en algunas ocasiones, y hacia el final
de su vida lo confinaron para evitar que se dañase ante sus recurrentes desmayos,
ataques y depresiones.
También existe la historia de haber
experimentado una teofanía de la Verdad Absoluta estando frente al mar, y luego
avanzar en sus aguas para dejarse ahogar (siendo milagrosamente rescatado por
un pescador con sus redes).
Es bien conocido que en estado de frenesí, el
Avatar Dorado solía correr gritando el nombre de Krishna. Podemos ver que en
los últimos años, Sri Chaitanya sobrellevó fuertes brotes psicóticos que los
autores vaisnavas reseñan como “divina demencia” o “arrebatos de éxtasis”. Pero
lo cierto es que en la fase de manía, los enfermos suelen tener ideas
delirantes con fuerte contenido espiritual o místico, en donde la persona
siente estar poseída por una fuerza superior.
Ahora bien, mis breves indagaciones no
pretenden ser de ningún modo conclusivas, pero representan un modesto paso fuera
de las trilladas biografías autorizadas (tendenciosas o hechas a modo) por
quienes usufructúan con la imagen de este personaje bengalí.
(www.youtube.com/watch?v=sPB5QzGNog8&t=77s
en los comentarios)
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