SAMAEL LE PLAGIÓ A OUSPENSKY




Para elaborar su libro conocido como “Si hay Infierno, Diablo y Karma”, y más particularmente el Capítulo III titulado “Los Siete Cosmos”, Samael tomó varios textos del libro “Fragmentos de una Enseñanza Desconocida” del esoterista ruso Peter Demianovich Ouspensky, y a continuación les pongo varios ejemplos de ello:


OUSPENSKY
SAMAEL
Capítulo IX
El Rayo de la Creación
Capítulo III
Los Siete Cosmos

La doctrina de los cosmos considera siete cosmos:

El primero es el Protocosmos que es el “primer cosmos”.
El segundo es el Ayocosmos que es el santo cosmos o Megalocosmos, el “gran cosmos”.
El tercero es el Macrocosmos que es el “cosmos vasto”.
El cuarto es el Deuterocosmos que es el “segundo cosmos”.
El quinto es el Mesocosmos que es el “cosmos intermedio”.
El sexto es el Tritocosmos que es el “tercer Cosmos”.
El séptimo es el Microcosmos que es el “pequeño cosmos”.


Quiero que ustedes sepan que existen Siete Cosmos, a saber:

1º- PROTOCOSMOS.
2º- AYOCOSMOS.
3º- MACROCOSMOS.
4º- DEUTEROCOSMOS.
5º- MESOCOSMOS.
6º- MICROCOSMOS.
7º- TRITOCOSMOS.


Sólo los átomos del Absoluto son realmente indivisibles. El átomo del plano siguiente, es decir del mundo 3, está hecho de 3 átomos del Absoluto.


Obviamente, en el Cosmos de 3 Leyes, la dicha es incomparable, porque la materialidad es menor. En esa región cualquier átomo posee dentro de su naturaleza interior, tan sólo 3 átomos del Absoluto.


El átomo del mundo 6 está hecho de 6 átomos del Absoluto fusionados conjuntamente de alguna manera, formando un solo átomo. Sus movimientos también son de una lentitud correspondiente.


¡Qué distinto es el Tercer Cosmos! Allá la materialidad aumenta, porque cualquiera de sus átomos posee en su interior, 6 átomos del Absoluto.


El átomo del mundo siguiente está hecho de 12 partículas primordiales.


Penetremos en el Cuarto Cosmos. Allí encontramos más densa la materia, debido al hecho concreto de que cualquiera de sus átomos posee, en sí mismo, 12 átomos del Absoluto.


Y los de los mundos siguientes, de 24, de 48, y de 96.

El átomo del mundo 96 es de un tamaño enorme en comparación con el átomo del mundo 1; sus movimientos también son de una lentitud correspondiente, y la materia constituid a por tales átomos es más densa.


Concretemos un poco más. Si examinamos cuidadosamente el planeta Tierra, veremos que cualquiera de sus átomos, posee en su naturaleza íntima 24 átomos del Absoluto.

Especificando cuidadosamente, estudiemos en detalle cualquier átomo del organismo humano y percibiremos dentro de él, mediante la Divina Clarividencia, 48 átomos del Absoluto.

Bajemos un poco más y entremos en el Reino de la más cruda materialidad, en los Mundos Infiernos, bajo la corteza del planeta en que vivimos y descubriremos que en la Primera Zona Infra-dimensional, la densidad ha aumentado espantosamente, porque cualquier átomo inhumano posee dentro de su naturaleza íntima, 96 átomos del Absoluto.


Al Absoluto se le designa con el número 1, ya que en el Absoluto las tres fuerzas constituyen un todo.

En cuanto a los pequeños círculos, los designaremos con el número 3, ya que, en un mundo del segundo orden, las tres fuerzas están ya divididas.


El Primer Orden de mundos es infinitamente Divinal, inefable. No existe en él ningún principio mecánico; está gobernado por la Única Ley.

El Segundo Orden, está incuestionablemente controlado por las 3 Fuerzas Primarias que regulan y dirigen toda Creación Cósmica.


Por consecuencia, las fuerzas que actúan en los mundos del tercer orden serán seis. En el diagrama, al círculo del tercer orden, se le designa con el número 6 (3 más 3).


El Tercer Orden de mundos, nuestra Galaxia, cualquier Galaxia del espacio sagrado, es indubitable que está controlada por 6 Leyes


En los mundos del cuarto orden, actúan las tres fuerzas del mundo del segundo orden, las seis fuerzas del mundo del tercer orden, y tres fuerzas de su propio orden, o sea doce fuerzas en conjunto. Tomemos uno de estos mundos y designémoslo con el número 12 (3 más 6, más 3).

Estos mundos sujetos a un mayor número de leyes están todavía más alejados de la voluntad única del Absoluto, y son aún más mecánicos.


El Cuarto Orden de mundos, nuestro Sistema Solar, o cualquier Sistema Solar del infinito espacio, siempre está controlado por 12 Leyes.

Vean ustedes lo que es un Sistema Solar. Es claro que en él, ya las 6 Leyes se han dividido nuevamente para convertirse en 12, aumentando la mecanicidad, el automatismo, la complicación, etc., etc.


Los mundos creados dentro de estos mundos estarán gobernados por 24 fuerzas (3 más 6, más 12, más 3).




El Quinto Orden, nuestra Tierra, o cualquier Planeta similar al nuestro, girando alrededor de cualquier Sol, se halla absolutamente controlado por 24 leyes.




A su vez, los mundos creados dentro de estos nuevos mundos estarán gobernados por 48 fuerzas.


El Sexto Orden cósmico, cualquier Organismo Humano, se encuentra definitivamente controlado por 48 Leyes y esto lo vemos totalmente comprobado en la célula germinal humana constituida como es ya sabido por 48 cromosomas.


Los mundos creados dentro de los mundos 48 estarán gobernados por 96 fuerzas (3 más 6, más 12, más 24, más 48, más 3). Los mundos del orden siguiente, si es que hay más, estarán gobernados por 192 fuerzas, y así sucesivamente.


Es ostensible que el Primer Círculo Dantesco está siempre bajo el control de 96 Leyes, empero en el Segundo se duplica esta cantidad, dando 192 Leyes; en el Tercero se triplica, en el Cuarto se cuadruplica, en tal forma que se puede multiplicar la cantidad de 96 x 2, x 3, x 4, x 5, x 6, x 7, x 8 y x 9.

Así pues, en el Noveno Círculo, multiplicando las 96 x 9, nos darán 864 Leyes.

(Aquí vemos como Sam cuando no está copiando se equivoca. Si la sucesión se continúa duplicando la anterior, entonces los multiplicadores deben ser potencias de 2; x 2, x 4, x 8, etc. El noveno círculo contendrá entonces 96 x 2 Exp 9 = 49152 leyes!)


Cuanto menos leyes hay en un mundo dado, más cerca estará éste de la voluntad del Absoluto; mientras más leyes hay en un mundo dado, tanto mayor es su mecanicidad , tanto más lejos está de la voluntad del Absoluto.


Es indispensable comprender que "a mayor número de leyes, mayor grado de mecanicidad y dolor; a menor número de leyes, menor grado de mecanicidad y dolor".
(…)
ya existe fuera de toda duda una mecanicidad que en cierto sentido la hace independiente de la Voluntad del Absoluto.


Sobre la tierra, estamos muy alejados de la  voluntad del Absoluto; estamos separados de
ella por 48 órdenes de leyes mecánicas.

Si pudiésemos liberarnos de la mitad de estas leyes, nos encontraríamos sujetos a solamente 24 órdenes de leyes, es decir, a las leyes del mundo planetario y estaríamos un escalón más cerca del Absoluto y de su Voluntad.

Luego, si pudiésemos liberarnos de la mitad de estas leyes, nos encontraríamos sujetos a las leyes del sol (doce leyes) y, por consiguiente, estaríamos aún un escalón más cerca del Absoluto.

Y si pudiésemos, una vez más, liberarnos de la mitad de estas leyes, estaríamos entonces sujetos a las leyes del mundo estelar y entonces estaríamos separados solamente por un escalón de la voluntad inmediata del Absoluto.




Ostensiblemente, debemos luchar en forma incansable por libertarnos de las 48, 24, 12, 6 y 3 Leyes para regresar realmente al Sagrado Sol Absoluto de nuestro sistema.








Esta teoría está basada en lo que enseñó Gurdjieff, y pese a que las pruebas demuestran que Samael plagió completamente esta teoría, copiándola del libro escrito por Ouspensky (y quien fue un discípulo de Gurdjieff).

Samael todavía tiene la hipocresía de pretender corregir esta teoría en base a su propio conocimiento, ya que cuando uno de sus seguidores le preguntó:

Venerable Maestro, según he podido darme cuenta, el Maestro G. coloca al mundo de las 96 Leyes en la Luna; en cambio usted afirma que esa región se encuentra bajo la epidermis del organismo planetario en que vivimos. ¿Podría explicarme la razón de esta divergencia de conceptos?


Samael le respondió:


« Honorable señor, me apresuro a dar respuesta a su pregunta. Ciertamente el Maestro G, piensa que el "Rayo de la Creación" termina en la Luna, pero yo afirmo en forma enfática que éste concluye en los Mundos Sumergidos, en el Infierno.
(…)
No sé como el Maestro G. se equivocó en sus cálculos porque cualquier Luna del infinito espacio es siempre un cadáver. Desafortunadamente, el Maestro G. creyó firmemente que en nuestro sistema, la Luna era un mundo nuevo que surgía del caos, que nacía»



Pero incluso esa corrección también Samael se la plagió a Ouspensky, ya que para elaborarla, Samael se basó en lo que escribió Ouspensky, como a continuación se los demuestro:

OUSPENSKY
SAMAEL
Fragmentos de una Enseñanza Desconocida
Si hay Infierno, Diablo y Karma

Las almas que van a la luna, poseyendo quizás una cierta cantidad de conciencia y de memoria, se encuentran sometidas allá a 96 leyes, en condiciones de vida mineral, o en otros términos en tales condiciones que ya no hay salvación posible para ellas fuera de una evolución general en ciclos de tiempo inconmensurablemente largos.

La luna está “en la extremidad”, en el fin del mundo; “las tinieblas de afuera, el lloro y el crujir de dientes” de la doctrina cristiana.”



La Esfera Sumergida de la Luna está gobernada exclusivamente por 96 Leyes.

Es claro que terminado el ciclo de vidas sucesivas, si no hemos logrado la Auto-Realización Intima del Ser, giramos con la Rueda del Arcángel Haritón descendiendo dentro del Reino Mineral Sumergido.

Desgraciadamente, el tiempo pasa con rapidez que aterra, se acaba el ciclo de existencias humanas, y por último, convencidos los devotos de que van por el Camino Recto, ingresan en la Morada horrible de Plutón, donde "solamente se escucha el llanto y el crujir de dientes".







Y este es un ejemplo más de los numerosos plagios que efectuó Samael Aun Weor.












No hay comentarios.:

Publicar un comentario