En
el capítulo 3 de su libro “El Mandril de
Madame Blavatsky”, Peter Washington escribió:
« Un crítico identificó más de dos mil citas no
reconocidas en Isis Develada. »
(p.52)
Al escribir esta frase, Peter Washington está
respaldando esa acusación, pero si él hubiera investigado con más seriedad,
entonces él sabría que esa acusación es una calumnia, y para demostrárselos a
continuación les transcribo lo que dijo el erudito Will Thackara sobre este asunto:
« El crítico a quien Peter Washington no quiere
identificar (tal vez intencionalmente dada su falta de credibilidad) fue
William Emmett Coleman quien fue un ardiente espiritista y un adversario de
Blavatsky desde mucho tiempo atrás.
Pero a pesar de su afirmación,
Coleman nunca presentó documentación satisfactoria, y en cambio mostró ser un
hombre muy furbe, ya que para presumir sus credenciales académicas, se incluyó
a sí mismo como miembro de varias sociedades científicas, incluidas la American
Oriental Society, la Royal Asiatic Society y la Pali Text Society.
Sin embargo el historiador Michael
Gomes investigó al respecto y no encontró contribuciones de Coleman en esos
campos. Y Gomes también examinó la crítica de Coleman, y teniendo en cuenta los
errores en la preparación y composición tipográfica del manuscrito, concluyó
que casi todos los ejemplos de citas en Isis Develada se reconocen de
una forma u otra (hay unas 2’400 notas a pie de página).
Además el Dr. Graham Hough, profesor
emérito de inglés en la Universidad de Cambridge, admitió a regañadientes en “La Religión Misteriosa de W.B. Yeats” (1984) que:
- “Cuando Blavatsky
cita a una autoridad identificable, por ejemplo a un filósofo neoplatónico,
generalmente resulta que ella da una representación justa de lo que él
realmente dijo.” (p.36)
Y también hay que tener en cuenta el
testimonio del profesor Hiram Corson de la Universidad de Cornell, quien se
sorprendió por la capacidad que tuvo Blavatsky para citar "largos párrafos
textuales de docenas de libros de los que él está perfectamente seguro de que
no había copias en ese momento en los Estados Unidos, y traduciéndolos
fácilmente a partir de idiomas difíciles de traducir". (Ver Michael Gomes,
“El Amanecer del Movimiento Teosófico”, p.113 y 143-155) »
(Theosophical History, octubre de 1997, p.309-315)
Y
para quienes quieran profundizar más sobre este asunto, les recomiendo que lean
también las explicaciones que dio la investigadora Sylvia Cranston:
E
incluso la propia Blavatsky explicó las razones por las que ella no siempre
pudo poner las referencias de las citas que se encuentran en su obra:
~ * ~
Y este es un ejemplo más que les muestra que Peter Washington no
investigó con seriedad y que solamente él tomó todo lo negativo que dijeron los
detractores de Blavatsky, sin importarle que existan pruebas que demuestran que
esas acusaciones son falsas.
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