José Xifré fue un
importante miembro de la Sociedad Teosófica española y un alumno directo de
Blavatsky.
Y
en el primer encuentro que él tuvo con ella, él dijo que:
« La mirada de sus ojos penetró y
destruyó la personalidad que yo había tenido hasta ese momento, y mis ideas,
tendencias y prejuicios más o menos anidados desaparecieron.
No
trataré de explicar este hecho aparentemente desconcertante, pero éste, así
como todos los demás, están basados en la gran ley del karma.
Le
debo a ella todo lo que sé, y al conocerla logré tanto la tranquilidad como el
equilibrio moral. »
(Lucifer, agosto de 1891, p.456)
Y
en otra ocasión él afirmó que Blavatsky le había salvado la vida dos veces, y
una fue cuando él partía de Londres al continente.
Ella
le dijo:
- “Usted no va a viajar
hoy”.
Xifré
replicó que debía hacerlo, a lo que Blavatsky insistió que no debía hacerlo, y
él le respondió:
- “Pero debo ir, es
absolutamente necesario para mi partir, no puedo postergar mi viaje”.
A
lo que Blavatsky le contestó:
- “Usted no debe ir,
debe quedarse esta noche en Londres”.
Ella
se lo ordenó y él obedeció a regañadientes, pero a la mañana siguiente los
periódicos informaron que el tren que el señor Xifré iba a tomar había sufrido
un terrible descarrilamiento.
(Theosophist, septiembre de 1911, p.897)
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