¿DESTINO O LIBRE ALBEDRÍO?




Gerard Croiset fue un psíquico holandés muy destacado, quien diseñó un experimento conocido como “el test de la silla” en el que intentaba describir cómo sería la persona que se sentaría en cierto lugar elegido al azar con motivo de un próximo evento público, sin saber nada acerca de esa persona.


Y en una ocasión, Croiset dijo que la persona que se ubicaría en el asiento señalado sería un hombre de 1.76 metros de alto, quien se peinaba el cabello moreno hacia atrás, tenía un diente dorado en su mandíbula inferior, una cicatriz en el dedo pulgar de un pie, trabajaba en la ciencia y la industria, y a veces se manchaba el delantal del laboratorio con un químico verdoso.

Dos semanas más tarde, el encuentro tuvo lugar en Denver, Colorado (EEUU), y la persona que ocupó la locación referida era un hombre que se ajustaba a la descripción de Croiset en todo aspecto salvo en uno: en lugar de tener 1.75 metros de altura, tenía 1 cm más de medida. (1)

(Aunque para algunos les podrá sorprender mucho que la predicción de Croiset haya correspondido con la realidad, desde un punto de vista esotérico, eso no tiene nada de extraordinario, ya que si el experimento fue real y no manipulado, eso significaría que el señor Croiset tiene más despierta la facultad oculta de la premonición, lo que le permite ver sucesos que se van a producir en el futuro.)

Croiset llevó a cabo el “experimento de la silla” durante 25 años con un notable éxito y tal experimento plantea la pregunta de:


¿Cuán libres somos realmente?


Existen tres posiciones básicas que podemos adoptar sobre la cuestión del libre albedrío:

a)   considerar que tenemos total libertad,
b)   considerar que no tenemos nada de libre albedrío, o
c)   considerar que disponemos en cierta medida del libre albedrío.


¿Somos totalmente libres?

La idea de que tenemos un absoluto libre albedrío es claramente exagerada debido a que hay obvias restricciones en nuestra libertad, ya que por ejemplo no somos libres de poder hacer cosas en las que estamos físicamente incapacitados. Por ejemplo: no podemos vivir bajo el agua como lo hacen los peces, o volar en el aire como lo hacen las aves, o cambiar el pasado, etc.

Y además de esas limitaciones físicas, también hay impedimentos psicológicos en nuestra libertad y algunos ejemplos de ello son: el condicionamiento mental que nos creamos, así como los numerosos hábitos e instintos que tenemos, y todo ello juega un gran papel al determinar nuestras acciones.


El determinismo duro

Es por ello que algunos investigadores piensan que todas esas restricciones son tan poderosas que no tenemos control sobre ellas y por lo tanto en realidad no tenemos libre albedrío. Y esta posición extrema se le conoce como “fatalismo”, “predeterminismo” o “determinismo duro”.

Y los que piensan así dicen que no podemos escoger entre alternativas para hacer algo (excepto lo que elegimos hacer en la práctica) ya que todo lo que hacemos está predestinado y nuestro sentimiento de ser libres es sólo una ilusión.

El fatalismo es imposible de verificar porque también es imposible de refutar, debido a que un fatalista argumentaría que cualquier cosa que dijéramos o hiciéramos para intentar desacreditar el fatalismo ¡eso también se encuentra determinado por el destino!


El determinismo moderado

Y ciertamente es imposible negar que a veces perdemos control de nosotros mismos y sucumbimos a impulsos irresistibles, y que a veces somos compelidos por motivos y deseos de los cuales incluso no estábamos conscientes. Pero muchos de nosotros sentimos que realmente elegimos libremente nuestras propias decisiones (al menos en ciertas ocasiones) y que por ejemplo podemos resistir a algunos de nuestros impulsos si realmente focalizamos nuestra consciencia en ellos.

Y esta idea de que nuestras acciones están determinadas parcialmente por fuerzas que están más allá de nuestro control (y en parte por nuestro libre albedrío) se le llama a veces “determinismo moderado”.


La explicación científica

El libre albedrío implica que nuestras mentes autoconscientes pueden ejercer control sobre nuestro cerebro y nuestro comportamiento. Y los experimentos han demostrado que justo antes de llevar a cabo un acto voluntario, se activan ciertas regiones del cerebro, pero

¿Qué es lo que hace que se activen?

De acuerdo a la teoría científica ortodoxa de la mente, los estados mentales son idénticos a los estados cerebrales (es decir que la mente es el cerebro) pero esto significaría que:

-      o una parte de nuestro cerebro, activa otra parte del cerebro (con lo cual se estimula otra zona, etc.)
-      o que una región particular del cerebro se activa espontáneamente sin ninguna causa.

Y es difícil entender cómo ambas alternativas podrían dar una base para la existencia de un “yo” consciente que disponga del libre albedrío, y es por ello que esta teoría ortodoxa de la mente tiene sus oponentes siendo uno de ellos: Sir John Eccles, quien es un distinguido neuro-científico y ganador del Premio Nobel y el cual rechaza la visión oficial calificándola de: “una superstición sostenida por materialistas dogmáticos”.

Eccles denomina “interaccionismo dual” a la teoría alternativa que él propone y afirma que en realidad los humanos tenemos una mente no física que actúa en nuestro cerebro material y determina nuestras acciones al hacer que se activen ciertas células cerebrales. (2)

Y el biólogo Rupert Sheldrake va aún más lejos, ya que en su teoría considera que nuestra constitución está formada por varios niveles no materiales:
  • Nuestros cuerpos físicos están organizados por campos morfo-genéticos, 
  • Nuestros hábitos por campos conducto-mórficos, y 
  • Nuestros pensamientos por campos mental-mórficos,
Y sugiere que nuestro yo consciente puede estar incluso un nivel más arriba, el cual interactúa con los campos más bajos (y a través de ellos) con el cerebro físico y el cuerpo. (3)

Y esta idea de que somos seres multinivel tiene eco en las tradiciones místicas y religiosas del mundo. Por ejemplo, el cristianismo místico habla del cuerpo, alma y espíritu. El Vedanta hindú enseña que existen cinco koshas (o capas de consciencia). Y la Teosofía habla de siete principios”. Claro que la cantidad de niveles que queramos distinguir es de importancia secundaria. El punto crucial a considerar aquí es que no somos nuestros cuerpos físicos, sino que poseemos un cuerpo físico, que es nuestro vehículo o instrumento mediante el cual nosotros (el yo interno) adquiere experiencia en el mundo terrestre.



En realidad tenemos dos tipos de voluntad

Una voluntad pasiva (o automática) asociada con nuestros hábitos e instintos, y una voluntad activa que es nuestro libre albedrío.

Muchas de nuestras funciones corporales (tales como la respiración, el latido cardíaco, la digestión, el crecimiento y otras) normalmente son controladas inconscientemente por nuestro sistema nervioso autónomo, o sea en otras palabras por nuestra voluntad pasiva, la cual también juega un rol importante en la determinación de nuestras acciones, en especial cuando actuamos instintivamente y sin pensar.

Pero por otra parte, nuestro libre albedrío nos permite llevar a cabo acciones intencionales y deliberadas y esta es una forma de autodeterminación autoconsciente que conlleva por ende responsabilidad moral.

Claramente, nuestras elecciones y decisiones están muy influenciadas por los patrones habituales de pensamiento, sentimiento y comportamiento que vienen del pasado. Y desde el momento en que nacemos, comenzamos a mostrar ciertos rasgos distintivos de carácter, los cuales se desarrollan o modifican en el curso de nuestras vidas a medida que reaccionamos a las circunstancias e interactuamos con la gente a nuestro alrededor (de forma pasiva e instintiva por una parte, y activa y conscientemente también por otra parte).

Pero,

¿De dónde viene nuestro carácter básico?

Hay tres posibles respuestas a esta pregunta:

1)  Los materialistas dicen que nuestro carácter básico está determinado por los genes que heredamos de nuestros padres, y que esos genes a su vez se activan en nuestros cuerpos. Y cuando se les pregunta a estos materialistas:

¿Por qué nos tocaron los padres que tenemos y qué es lo que determina que haya genes activos y recesivos?

Ellos responden: "es el azar".

Pero invocar el azar no soluciona nada, porque implica que no hay explicación y que las cosas sólo pasan por pura casualidad. Por lo tanto las teorías que reducen las maravillas de la vida y la mente a simples interacciones físico-químicas azarosas son muy inadecuadas e insatisfactorias.


2)  Una segunda posibilidad es que haya una Inteligencia Superior que crea una nueva alma humana para cada niño recién nacido. Y si Dios nos da nuestras características y decide las circunstancias de nuestro nacimiento, Él también tendría una gran responsabilidad por todos los sucesos de nuestras vidas. Lo que equivaldría a decir que la gente sufre porque esa es la voluntad de Dios. Y un ser capaz de tal crueldad e injusticia sería más parecido a un demonio insensible que a un Ser Divino.

Y una versión extrema de esta posición se puede encontrar en la Confesión Presbiteriana de Fe, que declara:

-      Por decreto de Dios, por la manifestación de Su Gloria, algunos hombres y ángeles son predestinados a la vida eterna y otros son condenados a la muerte eterna.” (4)

¡Lo que francamente es una doctrina muy poco inspiradora!


3)  Y una tercera posibilidad (y la más razonable) es la reencarnación. Y de acuerdo a esta postura, nuestras almas renacen en la Tierra una y otra vez, y en cada vida cosechamos lo que sembramos en vidas previas, y plantamos las “semillas” que cosecharemos en vidas futuras.

Por lo tanto los eventos no se producen nada más por “azar”, sino que también hay toda una red de causas y efectos (Karma) en donde las consecuencias de todos nuestros pensamientos, obras y actos recaen en nosotros mismos, ya sea en esta vida o en una futura.

Y cuando un alma vuelve a encarnarse, ella es dirigida por afinidad hacia los padres que pueden proveerle de un cuerpo y el medioambiente que se ajuste mejor a las tendencias que ella ya posee. Y así en lugar de heredar las características de nuestra personalidad directamente de nuestros padres, en realidad las estamos heredamos mediante ellos y por consecuencia de nuestro propio pasado.

(Y esto es lo que enseña la teosofía y el esoterismo en general.)

Las innumerables causas que hemos puesto en movimiento en vidas pasadas nos empujan inexorablemente hacia un futuro determinado, lo que limita nuestra libertad actual. Y eso explica por qué mucho de lo que hacemos es bastante predecible, y por qué a veces es posible tener visiones del futuro como en el  experimento de la silla”.

Se estima que entre un 10 a 15% de la población ha tenido una o más experiencias psíquicas. Y cerca del 60% de ellas ocurren durante los sueños, 30% se manifiesta como intuiciones o presentimientos, y el resto son alucinaciones o apariciones.

Más de la mitad de todas las experiencias psíquicas son precognitivas (es decir que transmiten información sobre un evento que aún no ha tenido lugar). Y una encuesta hecha sobre ese tipo de experiencias determinó que en cerca de dos tercios de los casos no hubo ningún intento para prevenir el suceso, ya sea porque la experiencia se olvidó, o porque el sujeto temió el ridículo en caso que la premonición resultara falsa, o por alguna otra razón.

En el 70% de los casos en que se hizo un esfuerzo para evitar lo que había sido pronosticado, la intervención resultó ser al menos parcialmente exitosa, y en los otros casos mostró ser infructuosa. Esto usualmente porque la información transmitida en la experiencia no era suficiente para permitir que se tomaran las medidas adecuadas. Y en algunos casos, las personas que trataron de intervenir, al final sintieron que su intervención contribuyó para que el evento que querían evitar sucediera. (5)

Algunos ejemplos

1) La siguiente historia (la cual probablemente es ficticia) cuenta acerca del poeta trágico griego Esquilo, quien luego de descubrir en las profeas de los astros que él moriría por un objeto que caería sobre su cabeza, huyó al desierto con la intención de permanecer ahí hasta que hubiera pasado el fatal momento.

Ubicándose en un amplio espacio abierto con nada más que el cielo azul sobre él, Esquilo se sentía razonablemente seguro. Sin embargo, un gran águila volaba llevando una tortuga en su pico, y confundiendo la calvicie del poeta con una roca, dejó caer el animal en él para romper la caparazón, matando de esa forma a Esquilo y cumpliéndose la predicción.

2) Otra historia trágica, pero verdadera, concierne a la actriz francesa Irene Muza, que una vez tomaba parte de un experimento en el que ella era hipnotizaba y se le preguntaba si podía ver su futuro. Y ella dijo:

-      Mi carrera será corta y no me atrevo a decir cómo será mi final, pero ¡será terrible!”

Los experimentadores estaban desconcertados y decidieron no contarle a la actriz lo que había sucedido. En lugar de eso, le efectuaron una sugestión post-hipnótica para que olvidara todo lo que había dicho. Pero pocos meses más tarde su peluquero accidentalmente esparció gasolina blanca en un horno encendido, causando que el cabello de la actriz y su ropa se quemaran. Y en cuestión de segundos ella estaba cubierta en llamas y murió en el hospital unas pocas horas después. (6)

3) También existen 19 casos documentados de personas que tuvieron premoniciones sobre el hundimiento del Titanic en su viaje inaugural de 1912. Y esas 19 personas incluían varios pasajeros, algunos de los cuales prestaron atención a sus premoniciones y sobrevivieron, mientras que otros las ignoraron y perecieron.


(Bromeo :)



La determinación del futuro

Si consideramos que el karma existe, entonces será lógico que el pasado de cada individuo genere ciertos futuros más probables que otros. Y sobre este tema, el físico David Bohm una vez comentó:

« Cuando la gente tiene sueños certeros de accidentes y los evita porque no tomó el avión o el barco, eso significa que no era el futuro real lo que ellos percibieron, sino que era simplemente algo que en el presente estaba involucrado y que por lo tanto se trasladaba hacia la elaboración de ese futuro.  Y de hecho, el futuro que vieron difería del real porque ellos lo alteraron.  Entonces pienso que si estos fenómenos existen, es porque hay una anticipación del futuro a partir de los eventos implicados en el presente, o como solían decir los ancestros: los sucesos venideros proyectan sus sombras en el presente. » (7)

Hay que precisar que por “los eventos implicados en el presente” Bohm no se refiere únicamente a los eventos físicos, sino también a un nivel más profundo y no manifestado de la realidad, la cual en algunos sentidos corresponde a lo que en la tradición teosófica se le conoce como “el plano astral” o “la luz astral” y que consiste en una sustancia energética sutil difuminada a través del espacio.

Los Maestros transhimaláyicos explican que es en la luz astral donde se preserva el registro de todos los eventos pasados y también es ahí en donde se gestan los sucesos futuros. Y es por eso que Helena Blavatsky dijo que el nacimiento y destino de cada niño están “ya trazados en la luz astral, pero no de manera fatalista, sino sólo porque el futuro, como el pasado, están siempre vivos en el presente”. (8)

(El esoterismo explica que cuando los humanos perciben eventos que van a suceder en el futuro, ellos están percibiendo las imágenes que se generan previamente en la luz astral antes de que esos eventos se manifiesten en el mundo físico, y mientras que todavía no se hayan materializados esos eventos, estos pueden modificarse si se generan nuevas energías que los alteren.)

Podemos pensar en el futuro como en algo fluido que se encuentra en proceso de cristalización, y mientras más cercano se encuentre, más se solidifica. Y los hechos más determinantes del mundo probablemente se estén cristalizando con mayor anticipación, junto con las vivencias más importantes en nuestras vidas, tales como matrimonios, accidentes graves o la muerte.

La Teosofía enseña que cuando morimos, tenemos una visión panorámica en la que todos los eventos de nuestra vida pasada “desfilan” ante nosotros, y nos vemos a nosotros mismos tal como somos “sin los adornos de la adulación o el autoengaño”, y entendemos la justicia perfecta de todo lo que nos ha pasado.

Y cuando el periodo de descanso post-mortem se termina y es tiempo de retornar a la vida en la Tierra, el alma reencarnante tiene otra visión, pero esta vez de la nueva vida que va a experimentar (y las causas que la han llevado hacia ella) pero solamente se nos da el panorama general y nosotros somos libres de completarla en los detalles.

(E incluso de transformarla, ya que las nuevas acciones que efectuemos en esta nueva vida van a influir en el panorama general que ya se encuentra predeterminado –pero no fijado– por nuestras acciones pasadas. Entonces nuevas acciones positivas pueden modificar un destino que ya se encontraba previamente determinado como negativo.)

Y así de esta manera, todas las innumerables y pequeñas elecciones que hemos hecho vida tras vida, se combinan para crear una corriente kármica particular, la cual nos lleva en una cierta dirección. Y este es nuestro destino, pero deben de comprender que es un destino creado por nosotros mismos, formado por nuestros deseos y forjado por nuestra voluntad. Y es por eso que se dice que somos los arquitectos de nuestro destino, ya que no existe tal cosa como el destino en el sentido de que nuestras vidas son gobernadas por fuerzas externas con las que no hemos tenido parte alguna en su origen.

Cada vez que pensamos, hablamos o actuamos, estamos generando causas de felicidad o infelicidad futuras para nosotros mismos. Cada pensamiento o acto mezquino o egoísta retarda nuestra evolución, y cada pensamiento noble o acto altruista nos permite avanzar.

Si cedemos a cada impulso o deseo que se cruza en nuestra mente (y no importa en qué medida) entonces no estamos demostrando libertad, sino esclavitud. Y puede ser un ejercicio útil hacer una retrospección y observar nuestras reacciones en diferentes situaciones y preguntarnos honestamente qué parte de nosotros estaba realmente controlando nuestros actos: la parte pensante o la parte reactiva.

Sin embargo, los hábitos son fuertes y no se pueden eliminar de un día para otro, por lo que la modificación de nuestro comportamiento debe de ser un proceso gradual. Y básicamente a nosotros nos corresponde elegir entre controlar nuestra naturaleza inferior e irla transformando en algo más elevado, o permitir que seamos controlados por ella.

La autoconsciencia significa literalmente “consciencia de nuestro propio yo” como opuesto al “no-yo” es decir al mundo exterior (incluyendo los otros “yoes” de las demás personas). Y en el estado actual de nuestro desarrollo, la gente tiende a creer que estamos completamente separados y somos distintos los unos de los otros. Y esta separatividad es la que da origen al egoísmo y es la causa raíz de muchos de los problemas mundiales porque conduce nuestro libre albedrío hacia el egoísmo y la ignorancia. Pero los Maestros explican que la separatividad es una ilusión y que energéticamente estamos unidos.

Realmente somos como vórtices o remolinos en un río, y cada uno de esos vórtices es único pero inseparable del flujo general de la naturaleza. Y tal y como los átomos físicos pasan constantemente de cuerpo en cuerpo, también nuestros pensamientos e ideas pasan de mente en mente, tejiéndonos a todos en un conjunto interdependiente, ya que somos esencialmente una Humanidad.

Por lo tanto se concluye que debiéramos intentar usar nuestra libertad para vivir en armonía con la naturaleza y de una forma que también beneficie a los demás. Y mientras más cultivemos nuestra voluntad espiritual, así como nuestras cualidades más nobles y altruistas, más nos convertiremos en maestros de nuestro destino.

Y el siguiente poema de Ella Wheeler Wilcox (9) describe muy bien el funcionamiento del karma y nuestra responsabilidad de configurar nuestras propias vidas y nuestro destino.


La Ley

El sol puede estar cubierto de nubes y aún así
continuará su curso hasta que termine el ciclo.
Y cuando los sistemas se confundan en el caos,
nuevamente el Constructor rediseñará un nuevo mundo.

Y de la misma manera tu camino puede estar nublado y tu meta incierta,
pero continúa porque la órbita es fija para tu alma.
Y aunque pueda conducir a la oscuridad de la noche,
la antorcha del Constructor dará una nueva luz.

Fuiste y serás, recuerda esto mientras seas.
Tu espíritu ha viajado mucho y muy lejos.
Viene de la Fuente a la que retorna,
y la chispa que se encendió, brilla eternamente.

Dormía en la piedra, se movió en las olas,
vagó por el bosque, se levantó de la tumba,
se vistió con extraños ropajes por largos eones,
y ahora reaparece como tu propia alma.

De cuerpo en cuerpo tu espíritu se forja.
Busca una nueva forma cuando la vieja se haya ido,
y la cobertura que encuentra es el tejido que hilaste
en el telar de la mente con la fibra del pensamiento.

Como el rocío cae de lo alto, descendiendo con la lluvia,
tus pensamientos van a la deriva y se mezclan con el destino.
No puedes escapar de ellos por pequeños o grandes,
malos o nobles que sean, ya que modelan tu destino.

En alguna parte, en algún planeta, alguna vez y de algún modo,
tu vida reflejará todos los pensamientos de tu presente.
Porque la ley es infalible y ninguna sangre puede expiarla,
y la vida que construyes debes vivirla solo.

De ciclo en ciclo, a través del tiempo y el espacio,
tus vidas y sus anhelos conservarán sus pasos.
Y todas tus dudas y todos tus deseos,
deberán venir a tus mandatos, como la llama a la vela.

Eres tu propio demonio y eres tu propio Dios.
Tú labraste los caminos en los que has transitado,
y nadie puede salvarte del error o del pecado,
hasta que prestes atención al espíritu interior.

Inclínate a esa voz y terminará todo el tumulto.
Así tu vida es la del Uno Infinito,
y en la carrera apresurada estás consciente del intervalo,
con amor por el propósito y por la causa.





REFERENCIAS

  1. Michael Talbot, The Holographic Universe, HarperPerennial, 1991, p. 207. 
  2. Ver John Eccles on mind and brain, http://davidpratt.info/eccles.htm. 
  3. Ver Rupert Sheldrake: a theosophical appraisal, http://davidpratt.info/sheld.htm. 
  4. Citado en H.P. Blavatsky, La Clave de la Teosofía, TUP, 1972 (1889), p. 213. 
  5. Richard S. Broughton, Parapsychology: The Controversial Science, Ballantine Books, 1991, pp. 18-21. 
  6. The Holographic Universe, p. 210. 
  7. Citado en The Holographic Universe, p. 212. 
  8. La Doctrina Secreta, TUP, 1977 (1888), 1:105. 
  9. Citado en A.J. Fisichella, Metaphysics: The Science of Life, Llewellyn, 1986, p. 124; http://www.ellawheelerwilcox.org/pindex.htm.




OBSERVACIÓN

Este texto es la traducción del artículo en inglés que publicó el investigador David Pratt (link) y le agradezco mucho a Nicolás por haberlo traducido, ya que me permite darles un resumen de las diversas teorías que hay sobre ese asunto. Y para más información sobre el tema de la libertad y el destino, les recomiendo que también lean:

 - ¿Está el destino predestinado?



ZODIACO OCCIDENTAL O ZODIACO ORIENTAL ¿CUÁL ES MEJOR?


Nicolás (quien es un estimado colaborador) me compartió este análisis que hizo sobre el zodiaco, el cual con su permiso se los comparto por lo interesante que es:


Por cerca de cuatro años investigué en varias fuentes (incluida la Teosofía) sobre el tema astrológico, y llegué a la conclusión de que muy probablemente sea el zodíaco hindú o sideral el más verdadero, en contraposición al occidental.

Mis razones para concluir eso son:

1) Se sabe astronómicamente que cada 2’160 años, el equinoccio vernal (o sea la intersección de la eclíptica solar con el ecuador celeste) se “corre” un signo zodiacal hacia atrás, determinando así las “eras astrológicas”.

Por lo tanto, el dato de que el signo de Aries comienza todos los 21 de marzo es obsoleto, porque el ciclo de ese signo, según la Teosofía terminó en el año 263 antes de Cristo.

Lo anterior lo comprobé usando un programa llamado “Stellarium”, el cual se puede descargar gratuitamente, e ingresando los datos correspondientes (tomando como referencia lo que señala Helena Blavatsky en los “Collected Writings” y citado en “The Theosophical Glossary” de que la era ariana comenzó en torno al año 2410 AC) obtenemos las fechas siguientes:

  • Del 26 de abril de 4583 AC al 10 de abril de 2423 AC fue la Era de Tauro (2'160 años). 
  • Del 10 de abril de 2423 AC al 21 de marzo de 263 AC fue la Era de Aries (2'160 años). 
  • Del 21 de marzo de 263 AC al 20 de marzo de 1897 DC fue la Era de Piscis (2'160 años). 
  • Del 20/21 de marzo de 1897 DC al 19 de marzo de 4058 DC es la actual Era de Acuario (2'160 años y en realidad el Sol se ubica casi en el límite sideral entre Acuario y Piscis). 
  • Del 19 de marzo de 4058 DC al 20 de marzo de 6218 DC será la Era de Capricornio. 
  • Del 20 de marzo de 6218 DC al 20 de marzo de 8378 DC será la Era de Sagitario. 
  • Del 20 de marzo de 8378 DC al 19 de marzo de 10538 DC será la Era de Escorpión
  • Y así sucesivamente.


2) Las fechas que el zodíaco occidental (o tropical) plantea para los 12 signos, si tomamos en cuenta la retrogradación del equinoccio vernal, están totalmente desfasadas y no concuerdan con las constelaciones.

En cambio el zodíaco hindú propone dividir la franja celeste a partir de los 180° opuestos a la estrella Spica (de la constelación de Virgo) que caerían en la “colita” constelacional de Piscis.

Y este dato se corresponde también con lo que ha señalado Blavatsky en “La Doctrina Secreta” (tomo I, págs. 711-714) sobre que el primer punto del zodíaco hindú, cerca del año 2200 AC estaba a 35° detrás del equinoccio (cerca de la estrella Spica). Por lo que ese punto se situaba en el quinto o sexto grado de Libra y en el año 3102 AC, la luna estaba a 54° respecto del equinoccio.

Y para demostrárselos, les pongo abajo las capturas en pantalla tomadas con el Stellarium que lo corroboran y esto me permite mencionarles que cada vez me gusta más la Teosofía y su aproximación científica :D

Coincidencia aproximada del equinoccio vernal y primer punto zodiacal lunar hindú, en el año 23'500 AC, o sea 20'400 años antes de la Kali-Yuga.



Primer punto zodiaco lunar hindú, en febrero del año 3102 AC.



Primer punto zodiaco lunar hindú, en el año 2200 AC o 1985 años antes de Tolomeo.




Luna quinto grado Libra, el 16-02-3102 AC (según Blavatsky en la Doctrina Secreta I, p.710) y preciso que la captura de pantalla de la carta astral fue realizada con el programa “ZET 9 Lite” el cual también es gratuito y se descarga desde el sitio homónimo.


Lo que no está claro es si Blavatsky se refería a los 27 Nakshatras (o casas lunares del hinduismo) o a los 180° hacia Aries. Sin embargo, la posición geográfica del cálculo astronómico no es tan relevante, pues la franja zodiacal se ve en todo el mundo (salvo en los polos).

Adjunto también imágenes explicativas del astrólogo Robin Armstrong (1975) para apreciar los cortes de 30° entre las constelaciones y un mejor entendimiento del “quinto grado de Libra”...con el que me craneé casi una semana tratando de asimilarlo.



Límites tropicales y siderales de los signos zodiacales




3) Y por último tengo serias dudas sobre las verdaderas características de los signos zodiacales según la visión occidental.

Ya que hasta donde pude apreciar, se limitan solamente a describir los aspectos de los regentes en los elementos fuego, aire, tierra y agua, a modo de “gradación” (o de lo más básico a lo más evolucionado).

Pero se sabe por la obra del erudito hindú Subba Row que los signos zodiacales tienen un significado mucho más profundo y que tristemente este significado se soslaya en la versión occidental, salvo algunos casos como Aries, Escorpio o Virgo, pero en el caso de Acuario, por ejemplo, casi todos sus rasgos se corresponden al regente equivocado: Urano (que es el “rompeestructuras”, el “vanguardista”, el “atraído por la ciencia y la técnica”, bla, bla, bla...).




EN CONCLUSIÓN

Creo que sería más conveniente por ahora, y para hacer una lectura zodiacal correcta, considerar las fechas solares dadas por el hinduismo y la “cruz zodiacal”. Lo que significa que en realidad una persona no tiene un sólo signo dominante (por la posición del Sol en el nacimiento), sino otros tres que se complementan al anterior (un signo de aire, otro de agua, otro de fuego y otro de tierra), a saber por los opuestos:

  • Aries-Libra-Cáncer-Capricornio, 
  • Sagitario-Géminis-Piscis-Virgo, y 
  • Tauro-Escorpio-Leo-Acuario.

Y también eso de que hay “planetas exaltados”, “en caída” y “en detrimento” según el signo también me parece cuestionable y sumamente confuso, pues:

¿Cómo le explicas objetivamente a una persona cuando tiene Luna en Aries?

¿O el Sol en Cáncer?

¿O Júpiter en Capricornio?

¡O Marte en Piscis!

(Este último ¡qué horror!)

Es decir,

¿Cómo se garantiza una lectura correcta cuando los siete planetas regentes se cambian de lugar en la carta astral?


Y como anécdota final, me di cuenta del embrollo cuando abordé el Tarot de Papús, buscando una correlación entre los Arcanos Menores, los signos zodiacales y el Árbol Sefirótico.

Por lo tanto qué pena para los muchos masones o cabalistas que todavía tienen el 21 de marzo fijo para todo ya que:

¡Se atrasaron más de 2000 años!






OBSERVACIÓN

Lo más interesante sobre el análisis que les puse arriba, es la corroboración que hace Blavatsky en su libro “La Doctrina Secreta” sobre las posiciones planetarias, lo cual se encuentra en el capítulo 17 titulado “El Zodiaco y su antigüedad” (tomo 1, págs. 647-667).

Casi todo lo demás sobre el zodíaco hindú está disponible en internet, y hay astrólogos que me sirvieron de guía, entre ellos la mexicana Laura Martínez y el astrólogo francés decimonónico Ely Star (y su libro “Les Mystères de l'Horoscope” es citado por Blavatsky en “La Doctrina Secreta” pero desafortunadamente no he podido encontrar ese libro ni en la web ni en tiendas).

Y de este último personaje (y es un dato que también estoy investigando), Helena Blavatsky afirma que sobre la influencia que ejerce el signo zodiacal de nacimiento, éste correspondería al que se encuentra en el cenit de la eclíptica (90º sobre el horizonte) al momento de nacer. Y aunque es una información “tentadora” todavía necesito verificarla.

Y para que tengan una mayor comprensión del zodiaco hindú, a continuación les traduzco un extracto del libro “Introducción a la Astrología Esotérica” (Introduction to Esoteric Astrology) de los astrólogos indios Bepin y Madhuri Behari, en donde hacen un resumen de las características ocultas de los doce signos, y pienso que les ayudará a comprender mejor por qué considero que el zodíaco sideral es más apropiado que el zodiaco occidental.

Pero antes debo de precisarles que, justamente por el carácter esotérico de los signos zodiacales, no se dan todos los rasgos de cada uno de ellos, pero sí se otorgan conceptos claves para ayudar a su comprensión. Y hay también muchas diferencias con la visión occidental, por lo que tal vez esté decepcionando a algunos seguidores de la astrología occidental. Pero como dice el dicho:

-      más vale la verdad que duele a la ilusión que ciega.”

Y algo más que quiero precisar es que a lo largo de su libro (y para mi gran sorpresa) los autores mencionan varias veces a Helena Blavatsky y a Subba Row, así como sus obras, especialmente “La Doctrina Secreta” y los Collected Writings”.

Desafortunadamente no se especifica la fecha en que se publicó el libro, ni la edición, solamente la editorial y el lugar. Y dicho documento está disponible vía internet en formato PDF (sólo que no recuerdo el link, pero pueden usar el buscador para llegar a la página).





EL ASPECTO ESOTÉRICO DE LOS SIGNOS ZODIACALES


 "Introduction to Esoteric Astrology", Bepin y Madhuri Behari, Sagar Publications, New Delhi, capítulo 6, págs. 33-37, 250.

Los doce signos del zodíaco forman la base primordial de la astrología. Y tanto la naturaleza esotérica del zodíaco, como el carácter oculto de la astrología, eran bien conocidos por los antiguos sabios hindúes. Sin embargo (y contrario a los occidentales) ellos no tenían en muy alta estima la astrología predictiva, porque su principal interés en esta ciencia era descubrir las pistas para desentrañar los misterios ocultos de la cosmogénesis y el rol de los seres humanos en ella.

Y fue por esta razón que la astrología estaba incluida en el Vedanga (que es un texto de los Vedas) y cuyo conocimiento era considerado esencial para adquirir la Sabiduría Superior (Para-Vidya).

Por lo tanto y bajo estas circunstancias, no se puede concluir que los diferentes signos del zodíaco eran producto de la imaginación romántica de alguien y basada en ciertos grupos de estrellas, sino que más bien eran la encarnación de profundas enseñanzas ocultas que estaban veladas para el profano.

Y si emprendemos el estudio del significado más profundo del zodíaco, debemos empezar asumiendo que estas estrellas (que representan el círculo o el campo de nuestra manifestación) ellas han sido divididas en varios grupos para indicar los canales de la Energía Divina diferenciada.


En nuestros tiempos, ha habido varios pensadores y científicos que han comenzado a aceptar que los signos astrológicos tienen significados más esenciales. Por ejemplo, el profesor Carl G. Jung en su libro “Psychology and Alchemy” ha demostrado varias representaciones pictóricas de antiguos manuscritos en los que se han empleado los signos zodiacales con profundas implicaciones.

Por ejemplo:

  • El estudio de los doce signos como periferia externa del Sidpe Korlo o Rueda del Mundo, la cual representa el curso de la existencia humana en sus varias formas como la conciben los budistas. 
  • La representación de la correspondencia entre el zodíaco y el ser humano en el manuscrito de Paul Durriens en el siglo XV.
  • O  la esquematización del zodíaco y los planetas que rodean al individuo en el estado de Nigredo (el punto más bajo en la involución del alma humana).

Y todos ellos sugieren la necesidad de aproximarse a la tarea de estudiar los alcances del zodíaco con gran esmero.

No es necesario enumerar y listar previamente los signos astrológicos, pero podríamos recordar que la nomenclatura del zodíaco occidental y el oriental no necesariamente es idéntica. Ya que en cualquier parte del Oriente, cuando nos referimos a algún símbolo del horóscopo, queremos indicar la constelación de ese signo. Mientras que en Occidente existe la tradición de considerar el primer punto del equinoccio vernal como el “primer punto de Aries”, cuya posición no necesariamente coincide siempre con aquélla de la constelación conocida como "Aries".

Esta diferencia ha llevado a serias confusiones en muchas personas, lo cual también da lugar a la famosa controversia relacionada con el fastidioso “problema del Ayanamsa” (o el inicio exacto del zodíaco hindú).


Ahora abordemos el resumen del análisis oculto del zodíaco

(Nota del traductor: los títulos de cada apartado no forman parte de la obra original, pues se adoptaron en la transcripción para una lectura fluida.)


ARIES

Palabra clave: Energía Divina Latente

Hay varios símbolos que pueden clasificarse de muchas maneras. Entre los doce signos hay tres animales: la Cabra, el León y el Toro, siendo la Cabra (o Aries) el primer signo zodiacal.

En las civilizaciones prístinas, a la Cabra se le asignó un estatus divino. Por ejemplo, en Persia y Sumeria, la Cabra daba fortaleza a los enfermos. En Egipto simbolizaba el poder de la procreación y la fecundidad. En la isla de Elefantina, el dios cabeza de cabra llamado Khnum era considerado el guardián de la fuente del Nilo. Y para los astrólogos sería interesante saber que el dios Khnum estaba íntimamente conectado con el dios sol Amón-Ra de los egipcios.

Y Alejandro Magno, que se consideraba hijo de Amón-Ra, mandó acuñar monedas en las que estaba representado con los cuernos de la cabra. Además, uno de los nombres sánscritos para designar la cabra es “aja” que significa: “aquél que no tiene nacimiento”, lo que quiere decir que este signo simboliza a Swayambhu-Narayan, el Absoluto Auto-existente, (conocido en el oriente y en el esoterismo como Parabrahman).

Considerado de esta forma, Aries sugiere el origen, la Fuente de todas las fuerzas de vida, o simbólicamente la fuente del Nilo.



TAURO

Palabra clave: manifestación de la Energía Divina

El segundo signo del zodíaco es Tauro, el Toro. En el panteísmo hindú, el Señor Shiva, también conocido como Mahadeva o el Gran Dios, tiene al toro como su vehículo. Y es por eso que en cada templo saivita, uno debe de mostrar respeto a Nandi (que es el toro del Señor Shiva) antes de entrar en el templo.

La veneración del toro que se originó en los tiempos muy antiguos del Egipto predinástico también es evidente en la forma de toros colosales pintados en la caverna de Lascaux (Francia). Y varios nombres de provincias, e incluso los estándares de varias dinastías egipcias también indican la veneración profundamente enraizada hacia estos animales.

Entre los egipcios, el toro era venerado por su poder de procreación, mientras que la función del “hombre-toro sumerio” era principalmente proteger los rebaños. Y si exploramos más profundamente en el ámbito de los símbolos, vemos que este signo zodiacal representa a la Energía Divina que hace de la manifestación una posibilidad, ya que el Señor Shiva es el más elevado de los dioses manifestados y en Su Tandava Nritya, las vibraciones rítmicas del Logos sostienen al mundo en muchas formas, y también se le asocia con la Música Divina, la Ilusión Cósmica o Ideación, y la naturaleza de Swayambhu-Manu. Todo esto está simbolizado por Tauro.



GÉMINIS

Palabra clave: energía del autoconocimiento

En las antiguas escrituras de la India se ha mencionado que Swayambhu-Manu tiene dos hijos: Brahma-Vaj y Vaj-Viraj, (quienes representan los principios masculinos y femeninos desde que la Creación fue posible).

Tenemos entonces que Géminis representa estas dos Energías Creativas diferenciadas que producen el mundo. La dualidad o la polarización entre las formas positiva y negativa de energía, comúnmente conocidas como Purusha y Prakriti, y es también lo que se denomina el “comienzo cósmico” o este aspecto inicial de la Manifestación.

Se dice que Géminis es el primer Andrógino, el Ardhanareesvara o el Adam-Kadmon bisexual del Árbol Sefirótico.



CÁNCER

Palabra clave: flujo dirigido de la Energía Divina

Si se sigue el desarrollo de esta evolución, vemos que los signos gradualmente se complican más, pues el proceso de la manifestación es producir la diversidad a partir del Uno Absoluto.

En uno de sus artículos, el erudito Subba Row, famoso vedantista de finales del siglo XIX, mencionó algunas de las características esotéricas de los diferentes signos zodiacales. Y sostuvo que Cáncer representa “el Pranava manifestado en cuatro entidades separadas correspondientes a los cuatro mantras”.

E indicó además que los cuatro estados de conciencia, tales como los cuatro estados de Brahma llamados Vaisvanara, Hiranyagarbha, Prajna e Isvara están representados por Brahma, Vishnu, Maheshvara y Sadasiva.



LEO

Palabra clave: iniciación a los Misterios Divinos

Leo es el más oculto de todos los signos, y es por eso que en la literatura alquímica, se ha sugerido que un cierto estadio de desarrollo humano, la conciencia, se representa por el “león que devora al Sol”.

Generalmente no se explica el significado de este símbolo, pero se puede obtener una pista de otras fuentes, ya que el Sol también representa a Atma (el Alma divina) y cuando el alma encarna, ella asume otra forma, y por lo tanto se puede decir que es “ocultada” o “devorada” por la “vestidura de Jivatma”.

Y a un nivel más elevado, se dice que el Logos durante el curso de la manifestación, asume la vestimenta de la Mónada (o del alma individualizada). Y este proceso podría representarse por el León, “el animal en el ser humano” engullendo, ocultando y obscureciendo al Padre Divino: el Sol.

Por lo tanto es en este estado en que nace el alma humana en su cobertura física.



VIRGO

Palabras claves: continuación evolutiva y energía sexual

Virgo estaba en ascensión cuando nació Jesucristo.* Esotéricamente, este signo es la despensa de todas las facultades creativas y es por eso que representa a Parvati (la consorte del Señor Shiva) que es considerada la Madre del Mundo y quien es también la Energía Primordial (Shakti) o sea la raíz de toda manifestación.

De acuerdo a ciertas escuelas filosóficas, Virgo representa a las seis fuerzas primarias en la naturaleza, que se llaman: Parashakti, Jrana Shakti, Iccha Shakti, Kriya Shakti, Kundalini Shakti y Matraka Shakti.

(* En el libro se hace especial énfasis en el significado de los signos zodiacales según su elevación por el Este al momento del nacimiento del individuo. [N. del T.])



LIBRA

Palabra clave: involución más profunda en la materialidad

Libra es el balance, la ponderación, la armonía y equilibrio en la naturaleza. Isaac Newton subrayó la existencia simultánea de fuerzas centrífugas y centrípetas en el Cosmos. Y como consecuencia de estas fuerzas opuestas, el Cosmos tiene una existencia.



ESCORPIO

Palabras claves: serpiente del Fuego Electrizante y manifestación de la energía sexual

Escorpión es un signo muy místico, porque es el estado de germinación de las energías primarias, el trampolín del desarrollo espiritual.

En el antiguo Egipto, los escorpiones eran considerados como compañeros de la diosa Isis. Además, la enigmática diosa de la muerte Selkhet que desde las montañas del oeste toma al sol en sus brazos, es representada con cabeza de mujer pero con brazos similares a los de un escorpión, y en el comienzo del Reino Nuevo, ella se concebía completamente como un alacrán.

Se sabe muy poco sobre el significado de este signo, pero se puede decir que representa el estado en que cambia la inercia de la involución y da paso a la formación de un “Nuevo Reino” lo que implica un estado nuevo de conciencia. Y es así como fluyen en este signo las fuerzas que despiertan la disconformidad divina en el aspirante.



SAGITARIO

Palabra clave: transformación de la materialidad en Energía Divina

Sagitario es el centauro, y el caballo humano bajo este signo dispara una flecha hacia el misterio insondable. Este símbolo es el puente entre lo divino y lo humano, la zona crepuscular de las regiones celestiales y terrestres. Durante el proceso de la Creación, los Prajapatis (o sea las Divinas Inteligencias que llevan a cabo el Plan de Dios) despliegan estas fuerzas que transforman a la materia en Espíritu. Y este signo por ende, representa a esos nueve Prajapatis, y es por eso que Sagitario es la novena constelación zodiacal.



CAPRICORNIO

Palabra clave: las pruebas del neófito

El capricornio (o Makara) es también representado por el Unicornio. Y bajo esta forma hablamos de un animal extinto, pero tiene una significación especial en los mitos del mundo antiguo. E incluso la palabra sánscrita Makara denota el pentágono, el cual simboliza el Microcosmos.

Por lo que se dice que Capricornio grafica simultáneamente tanto al Microcosmos (el cuerpo humano) como al Macrocosmos (el mundo de los objetos de percepción externa). Y es bajo la influencia de este signo zodiacal que comienza a establecerse la unidad entre el hombre interno y el Hombre Cósmico externo.


ACUARIO

Palabra clave: renunciación

El onceavo signo zodiacal grafica la forma del cántaro del que “fluyen las aguas primordiales”. El jarro corresponde a Upadhi, que es el vehículo de la conciencia, y el agua corresponde a Mool Prakriti, que es la Sustancia Primordial de la cual todo se fabrica.

Y es en este estado de conciencia donde la actividad de la conciencia no está limitada por la forma de Upadhi, o el organismo de vida a través de la cual usualmente la conciencia se expresa. Por lo que en un sentido, este signo refleja la liberación última, la cual es posible cuando se completa el ciclo de evolución.



PISCIS

Palabras claves: ascensión a las alturas divinas en donde el aspirante se convierte en un Iniciado y luego en un Adepto

Finalmente, los Peces aluden a ese nivel de conciencia donde Jivatma ha emergido a partir de Atma (aunque el primero aún conserva su identidad). Y aquí, el Hijo Pródigo ha retornado a su Padre Divino.