Peter
Washington es el autor del libro “El
Mandril de Madame Blavatsky”, y sobre este asunto él escribió lo siguiente:
« La
situación empeoró a causa de la confusión que había con respecto a los objetivos
e identidad de la Sociedad Teosófica. Desde su fundación, la Sociedad se había
fijado tres propósitos básicos, definidos en 1896 como:
1. La formación de la
hermandad humana universal sin distinción de raza, credo, sexo, casta o color.
2. El impulso del
estudio de la religión comparada, la filosofía y la ciencia.
3. Y la investigación de
las leyes inexplicadas de la naturaleza y de los poderes latentes del hombre.
Estos
propósitos son menos simples y compatibles entre sí de lo que parecen. Hay que
plantearse, por ejemplo, el significado exacto del primero. ¿Hasta qué punto se
trata de un programa político o hasta qué punto es meramente una declaración de
tolerancia universal? Y esa tolerancia, ¿es tan universal como parece?
Es
difícil imaginar, por ejemplo, que alguien pertenezca a la Sociedad si no cree en
algún poder divino.
Incluso
la redacción del segundo propósito es ambigua. ¿Significa religión comparada,
filosofía comparada y ciencia comparada? ¿O filosofía, ciencia y religión
comparadas?
El
tercer propósito encama el impulso fundacional de la Sociedad, pero su vaga
formulación da pie a que se produzcan las mayores imposturas.
Finalmente
la proclamación de los tres da a entender que la Sociedad es objetiva y no
partidista. Y eso, por supuesto, es absurdo. No puede haber objetividad en el
estudio de los fenómenos ocultistas cuando los lleva a cabo una sociedad que ya
ha decidido que existen y que se limita a situarlos y explicarlos.
Pero
si los tres propósitos son ambiguos por separado, aún lo son más si se toman
conjuntamente. El resultado ideal del trabajo teosófico es, presumiblemente,
descubrir los poderes latentes en el hombre mediante el estudio ocultista de la
ciencia, la filosofía y la religión, método preferido para la armonía e
igualdad sociales que prefigura y, quizá, la armonía divina. Pero los tres
propósitos no son necesariamente compatibles. Ni siquiera son comparables, porque
el primero es prescriptivo, mientras que el segundo y el tercero son
supuestamente neutrales y “científicos”. Lo que realmente reflejan no son las
necesidades y leyes universales, sino los prejuicios políticos de una burguesía
bienintencionada.
Al principio,
en la falta de coherencia administrativa y doctrinal de la Sociedad Teosófica estuvo
precisamente su fuerza: mientras más amplios eran sus objetivos y más vaga su
formulación, mayor era el número de afiliados. Pero como hemos visto, fue precisamente
su crecimiento lo que condujo inevitablemente al conflicto. »
(Capítulo 4)
Aquí
Peter Washington está diciendo varias mentiras.
Para
comenzar él pretende que la Sociedad Teosófica al inicio tenía objetivos imprecisos. Pero
eso es falso ya que la Sociedad Teosófica desde el inicio tuvo tres objetivos muy
bien definidos como lo demuestra la Circular de Nueva York que se publicó en
1878:
« Los objetivos de la Sociedad Teosófica son:
Especialmente ayudar a la
institución de una Fraternidad de la Humanidad, en donde todos los humanos
buenos de toda raza lleguen a reconocerse unos a otros como efectos iguales (en
este planeta) de una Causa Increada, Universal, Infinita y Sempiterna.
Diseminar un conocimiento de las
sublimes enseñanzas de ese sistema esotérico puro del periodo arcaico, que está
reflejado en los más antiguos Vedas, y en la filosofía de Gautama Buddha,
Zoroastro y Confucio. Hacer que se conozcan entre las naciones Occidentales los
hechos largamente suprimidos acerca de las filosofías religiosas Orientales, su
ética, cronología, esoterismo y simbolismo.
Adquirir
un conocimiento íntimo de la ley natural y especialmente de sus manifestaciones
ocultas. El teósofo debe por lo tanto estudiar para prepararse a desarrollar
sus poderes latentes, e informarse a sí mismo con respecto a las leyes del
magnetismo, la electricidad y toda otra forma de fuerza, ya sea de los universos
visibles o invisibles. »
(CW I, p.375-378)
Posteriormente
Blavatsky en su obra “La Clave de la
Teosofía” (1889) los formuló de una manera más concisa:
« Los
objetivos de la
Sociedad Teosófica son tres y siempre lo han sido desde el principio, y estos
son:
1. Formar el núcleo de una Hermandad Universal de la Humanidad
sin distinción de raza, color o credo”.
2. Promover el estudio de las escrituras arias y de otras
escrituras, de las religiones y ciencias del mundo, y vindicar la importancia
de la antigua literatura asiática, a saber, de las filosofías Brahmánica,
Buddhista y Zoroastriana.
3. Investigar los misterios ocultos de la naturaleza bajo todos
los aspectos posibles y en especial los poderes psíquicos y espirituales
latentes en el hombre.
»
(p39)
Y Peter Washington también se equivocó cuando
él afirma que los propósitos de 1896 eran los del inicio de la Sociedad
Teosófica, porque si los comparamos, ustedes notarán que hubo cambios:
En
los objetivos iníciales se busca crear una Hermandad que dé el ejemplo al resto
del mundo de que la Fraternidad entre personas a pesar de sus diferencias si es
posible, mientras que en los objetivos de 1896 se busca crear La Hermandad, lo
cual es algo muy utópico en la actualidad.
En
los objetivos iníciales se busca estudiar las enseñanzas modernas y sobre todo
las antiguas (y particularmente las orientales) desde su faceta ocultista,
mientras que en los objetivos de 1896 se reduce la idea original a un mero
estudio comparativo de religiones y ciencias.
Y el tercer objetivo es el único que
no fue modificado.
Y seguramente los lectores se han de
preguntar:
¿Por qué fueron alterados los objetivos iníciales?
Y la respuesta es porque la Sociedad
Teosófica de Adyar, al haberse separado de Blavatsky y de William Judge, se fue
cada vez desvirtuando más y más, hasta caer en el delirio de la pronta llegada
del Señor Maitreya; y es por eso que también sus dirigentes fueron modificaron
los objetivos iníciales. Pero
en cambio las otras Sociedades Teosóficas han permanecido fieles a los
objetivos originales.
Y
ese es otro error que comete Peter Washington, debido a que él aborda este
asunto como si se tratara de una única institución teosófica cuando en realidad
hay varias.
Y
también él está equivocado cuando dice que:
“Al principio,
en la falta de coherencia administrativa y doctrinal de la Sociedad Teosófica estuvo
precisamente su fuerza, ya que mientras más amplios eran sus objetivos y más vaga
su formulación, mayor era el número de afiliados.”
Pero
eso es falso porque lo que sucedió fue justamente lo contrario, ya que en sus
inicios la Sociedad Teosófica tuvo pocos miembros debido a que poca gente
estaba entusiasmada con los objetivos que esa organización promulgaba. Pero en
cambio posteriormente cuando la Sociedad Teosófica de Adyar anunció que
Krishnamurti sería el nuevo Mesías, la curiosidad atrajo a mucha más gente,
pero no porque los objetivos fueran vagos sino porque el sensacionalismo de ese
anuncio cautivó a muchas más personas; y la prueba es que después de que Krishnamurti renunció, el número de miembros se redujo enormemente.
En
cuanto a la disertación que Peter Washington hace sobre los objetivos
teosóficos, considero que es pura palabrería para tratar de desprestigiarlos.
~ * ~
Y este es un ejemplo
más que les muestra lo mediocre que es la investigación de Peter Washington, la
cual es muy incompleta, está llena de errores y dice muchas falsedades.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario