RENÉ GUÉNON TERGIVERSÓ LA RELACIÓN QUE TUVIERON BLAVATSKY Y FRANZ HARTMANN


 
El Doctor Franz Hartmann fue un esoterista alemán que viajó a la India porque él se encontraba muy interesado por la teosofía. Y en ese país él estuvo viviendo y trabajando durante dieciséis meses en la sede central de la Sociedad Teosófica ubicada en Adyar, Madrás.
 
En Adyar el Dr. Hartmann conoció a Blavatsky, y sobre la relación de amistad y laboral que él y ella tuvieron, René Guénon escribió lo siguiente en su libro “Teosofismo”:
 
 
« El doctor Franz Hartmann desempeñó un papel importante en la Sociedad Teosófica cuando su sede fue trasladada a la India, y con quien Mme. Blavatsky, por lo demás, no parece haber estado siempre en las mejores relaciones, como lo veremos con motivo del asunto de la Sociedad de Investigaciones Psíquicas. »
(Capítulo 3)
 
 
 
« Dijimos precedentemente que la fundadora [Blavatsky] se hallaba enferma al momento de emprender su nuevo viaje [de India a Europa]; ella aprovechó esta circunstancia para llevar consigo al Dr. Hartmann, a quien deseaba alejar de Adyar, puesto que su desempeño era equívoco; hasta lo acusó claramente de haber hecho un doble juego proporcionando armas a los adversarios de ella. »
(Capítulo 5)
 
 
 
« Hablamos anteriormente sobre las desavenencias que mediaron entre Mme. Blavatsky y el Dr. Franz Hartmann. »
(Capítulo 22)
 
 
 
 
 
OBSERVACIONES
 
Vemos que René Guénon en su libro indica que la relación entre Franz Hartmann y Blavatsky fue hostil, lo cual durante un tiempo es cierto ya que Franz Hartmann estuvo afectado por las vibraciones oscuras a las que él fue influido durante su estancia en Adyar, debido a que el propio Hartmann relata haberse encontrado con un mago negro (ver link).
 
Pero en cambio lo que René Guénon no dice es que ya encontrándose en Europa (y lejos de esas vibraciones oscuras), el Dr. Hartmann recapacitó y se volvió un gran aliado y defensor de Blavatsky por el resto de su vida, como lo demuestran los artículos que él escribió acerca de ella:
 
 
 
 
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Y esta es una muestra más de la falta de imparcialidad con la que René Guenon escribió su libro, ya que él solo se enfocó en relatar los aspectos negativos hacia Blavatsky, y omitió todos los aspectos positivos.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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