EL INFORME HODGSON EXAMINADO POR EL PERIÓDICO BOSTON COURIER


 
 
Richard Hodson fue un miembro de la Sociedad para la Investigación Psíquica de Londres (SPR) quien escribió un informe muy negativo contra Blavatsky en donde la acusó de ser una embustera que había inventado la existencia de los Mahatmas.
 
Y después de haber leído ese informe, el periódico Boston Courier publicó el siguiente artículo en su edición del 18 de julio de 1886, dando su opinión:
 

 
 
El texto dice:
 
 
 
 
LA TEOSOFÍA Y LA SOCIEDAD PSÍQUICA
 
La Sociedad de Investigación Psíquica de Londres quizás no haya colmado las esperanzas de ninguno de sus amigos en sus descubrimientos, sus investigaciones y sus manifiestos. Pero no ha cometido un error más atroz que su informe sobre la Teosofía.
 
No tenemos ningún deseo especial de entrar en una defensa de la Teosofía (conocida también como buddhismo esotérico) ya que en primer lugar, es muy capaz de valerse por sí misma, y en cualquier caso, el tipo de ataques que se hacen son generalmente tan poco inteligentes y tan prejuiciosos que no merecen alguna atención.
 
Si bien, puede agregarse que no es nuestro objetivo convertirnos en su defensor ya que la mayoría de las supuestas exposiciones no son más que demostraciones más o menos lamentables de la ignorancia, la frivolidad o la malicia de los escritores, y como tal puede dejarse a la obra la confusión de sus autores.
 
Sin embargo, el informe de la Sociedad Psíquica como proviene con autoridad de un organismo que incluye a muchos hombres de amplia reputación, es probable que reciba más atención y sea acreditado con más peso del que realmente le corresponde.
 
Ya se ha demostrado en un documento publicado por el Sr. Sinnett, sobre cuán débil base descansaba la evidencia del informe, y es de interés a este respecto leer la siguiente protesta que ha sido enviada desde la región india de Negapatam [actualmente se llama Nagapattinam] firmada por casi setenta personas de prestigio, ninguna de las cuales está relacionada de ninguna manera con la Sociedad Teosófica:
 
“Nosotros, los abajo firmantes, estamos muy sorprendidos de leer el informe de la Sociedad para la Investigación Psíquica sobre la Teosofía, porque la existencia de los Mahatmas o Sadhus no fue inventada por Madame Blavatsky ni por ningún otro individuo.
 
Nuestros antepasados, que vivieron y se fueron mucho antes del nacimiento de Madame Blavatsky y los Coulomb, creían plenamente en la existencia de los Mahatmas y sus poderes psíquicos, e incluso tuvieron entrevistas personales con ellos. Hay personas en la India, incluso en la actualidad, que no tienen conexión con la Sociedad Teosófica y sin embargo tienen entrevistas con tales Seres Superiores.
 
Hay muchas razones para probar estos hechos bien establecidos, pero no tenemos tiempo y sería inútil entrar en detalles. Que el Sr. Hodgson y el Comité, si son serios, hagan investigaciones profundas sobre el asunto y descubran que sus conclusiones no solo fueron apresuradas sino también completamente infundadas.
 
El informe del Sr. Hodgson y la conclusión del Comité sobre el mismo no pueden afectar en lo más mínimo nuestra creencia en la existencia de los Mahatmas, sino que solo demostrará su ignorancia más grosera sobre la historia oculta de los hindúes.”
 
 
La verdad es que el Sr. Hodgson, enviado por la sociedad de Londres a la India para investigar a Madame Blavatsky, estaba tan completamente incapacitado para ese trabajo que se le había confiado que fue víctima de los errores más atroces.
 
Estableció, para crédito de los poderes inventivos de Madame Blavatsky, teorías y afirmaciones que pueden encontrarse incluso en muchas obras inglesas sobre las religiones indias publicadas en Londres hace un siglo o más; y la sociedad difícilmente puede estar dispuesta a atribuir a Madame Blavatsky un período de vida tan prolongado como para suponer que ella instigó la escritura de libros tan antiguos.
 
El informe probó demasiado y a primera vista que es absurdo. La cuestión por supuesto no es aquí sobre la realidad de los Sadhus, sino sobre el origen de la creencia en ellos, y nada más fácil que probar que esta fe ha prevalecido en la India desde tiempos inmemoriales.
 
Por supuesto, en lo que respecta a la verdad o el absurdo de la Teosofía, lo que sea o no Madame Blavatsky o cualquier otra persona no tiene la menor importancia. Un sistema ético se sostiene o cae por sus propios méritos, juzgado por los hechos de la vida humana y lo que el hombre ha podido descubrir del universo.
 
Nunca ha habido una religión o una filosofía que no haya contado entre sus defensores declarados, y por lo general entre los más destacados, hombres de carácter sin valor, que la convirtieron simplemente en un medio para sus propios fines viles.
 
Si la Teosofía se derrumba, no será porque se demuestre que Madame Blavatsky u otro miembro importante de esa organización no valen nada; e igualmente, si se mantiene, no será porque el carácter de estos o de cualquiera de sus adherentes esté por encima de toda sospecha y reproche.
 
Puede agregarse aquí que aquellos que están más profundamente interesados en la Teosofía se preocupan poco por el ocultismo que en la mente popular está tan íntimamente relacionado con esa enseñanza.
 
La Teosofía es en esencia un sistema de filosofía ética, y el ocultismo que se ha utilizado –quizás desafortunadamente– para llamar la atención sobre ella no debe confundirse con la Teosofía más de lo que se supondría que la campana de una iglesia representa las doctrinas que convoca a la gente al escuchar las predicaciones de su pastor.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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