HOMENAJE PÓSTUMO DE CATHERINE PASSINGHAM HACIA BLAVATSKY


Catherine Amy Passingham fue la presidenta de la rama de Inglaterra de la Sociedad Teosófica, y cuando Blavatsky murió ella escribió el siguiente artículo en homenaje a HPB.
 
 
 
UN HOMENAJE DESDE OCCIDENTE
 
Verdaderamente el carácter de HPB tenía muchos aspectos, y muchos de esos aspectos han sido descritos hábilmente por varios amigos y seguidores que nos han dado sus impresiones acerca de ella; pero ninguno de ellos la ha representado como invariablemente se me apareció a mí, a saber, la esencia misma del sentimiento afectuoso.
 
Soy muy consciente de que esta no es la opinión que se toma comúnmente, pero todos deben hablar de ella como la encontraron, y mi experiencia desde que la vi por primera vez en una reunión de la Sociedad para la Investigación Psíquica, en las habitaciones del Sr. Oscar de Browning en Cambridge (creo) en 1884, hasta mi última entrevista con ella hace unos dos años atrás, ha sido uno de los afectos más invariables.
 
Ella siempre me recibió con un abrazo y palabras de cariño, nunca se separó de mí sin expresar amablemente sus deseos por mi bienestar. Si hubiera sido mi propia madre, ella no podría haber sido más amable. Ella pudo haber tenido un lado áspero en su naturaleza, pero yo siempre tuve el beneficio de su lado más suave, un lado por el que siempre la recordaré con la más profunda gratitud y afecto.
 
 
 
Ocurrió un pequeño incidente mientras ella estaba en Maycot, que puede ser interesante de contar.
 
Una noche la encontraron gravemente enferma; en ese entonces yo me estaba quedando en Londres con la Sra. Duncan quien tiene fuertes poderes de curación magnética por lo que ella fue a ver a HPB y le proporcionó algo de alivio, pero cuando regresó por la noche dijo que pensaba que HPB estaba muy enferma, y como Blavatsky no tenía ninguna mujer con ella más que su doncella, partí temprano a la mañana siguiente para verla y la encontré sentada en su escritorio escribiendo, lo mejor posible de salud (a pesar que ella había estado casi en un estado de colapso la noche anterior).
 
Yo había ido preparada para quedarme y cuidarla, pero al ver que no me necesitaba para ese propósito, no pensaba quedarme mucho tiempo para no interrumpir su trabajo. Sin embargo ella no parecía dispuesta a que me fuera, así que me quedé hablando hasta las doce de la noche.
 
Justo detrás de su silla colgaba en la pared un reloj de cuco que como es costumbre empezó a sonar antes de dar las campanadas. Yo miré hacia ese reloj y HPB dijo:
 
-        “Oh, es sólo ese cuco loco.”
 
El cuco había sonado cinco veces cuando HPB dijo con cierta impaciencia y mirándolo a medias: "Oh, cállate", y el cuco ya no emitió ningún otro sonido. HPB hizo un breve "Hmm", como si dijera "tu ruido se detuvo", y ella prosiguió hablando conmigo en voz baja.
 
Todo parecía tan natural que no le di importancia hasta que llegué a la casa de la Sra. Duncan, cuando en el almuerzo alguien dijo a propósito de mi día anterior con Madame Blavatsky:
 
-        “¿Y no vio ningún fenómeno?”
 
Yo dije:
 
-        “No, por supuesto que no.”
 
Cuando de repente me acordé de los sucedido y pensé en mi interior: “Por qué dije eso ya que sí vi algo”, y luego les conté lo que había sucedido.
 
 
Por supuesto un escéptico lleno de teoría de engaños por parte de HPB diría:
 
Oh, lo que pasa es que los relojes de cuco siempre se estropean; ella sabía que solo sonaba cinco veces cuando daban las doce y astutamente esperó el momento adecuado para decir 'cállate'.
 
Pero yo lo sé mejor, y ni siquiera creo que ella lo haya hecho con el objetivo de mostrarme una muestra de sus poderes; simplemente le molestó que el ruido interrumpiera nuestra conversación y por eso lo detuvo, tal como deberíamos ordenarle a un niño ruidoso que se calle o que abandone la habitación.
 
 
Algunos años después relaté este incidente ante HPB en Lansdowne Road, y ella asintió con la cabeza cuando le pregunté si no era cierto que ella detuvo el reloj por medios ocultos, y ella contestó:
 
-        "Por supuesto."
 
Nunca le di la menor importancia a los fenómenos por sí mismos, y nunca le pedí a HPB ni siquiera la más mínima evidencia de su poder.
 
Mi recuerdo personal de ella será siempre el de la amiga más amable, afectuosa y reverenciada.
 
 
(Este artículo fue publicado en la revista Lucifer de agosto de 1891, p.457-458)
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

2 comentarios:

  1. Cid, vengo con 1 consulta (o tal vez alguien más quiera responderme);
    Es ¿posible rezar a mi "Triada Superior"? ¿Y sí es así como debo proceder?
    Saludos

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