No he encontrado el texto completo pero el coronel Olcott en el homenaje póstumo que escribió
hacia Blavatsky, él comentó porciones de este artículo:
« La prensa londinense estaba repleta de
artículos, en su mayoría de carácter desagradable y personal, pero todos
coincidían en el reconocimiento de su grandeza personal. Por ejemplo, la Gaceta de Birmingham del 12 de mayo de 1891
expone el caso de esta manera sentenciosamente:
"Mme. Blavatsky, o era una mujer del
poder más trascendente con una misión casi divina, o era la charlatana más
desvergonzada de su época."
Nosotros,
sus allegados, no dudamos en ubicarla en la primera categoría.
"Si ella fuera una impostora", dice
ese periódico, "y deliberadamente una impostora, entonces ninguna palabra
puede expresar el aborrecimiento con el que debe considerarse su impiedad y
mendacidad. Y si no era una impostora sino 'una mensajera de los Maestros',
entonces el mundo a medida que despierte a la verdad lamentará por siempre que
se negó a recibirla, y que hasta el último momento ridiculizó sus doctrinas y
sospechó de sus motivos.
Ella hizo buenas obras. Predicó la pureza y
la abnegación. Enseñó que la virtud era excelente por el bien de la virtud. Su
filantropía era bien conocida, y sus labores benéficas para los esclavos han
sido reconocidas y apreciadas. Hasta donde puede atestiguar su ejemplo
personal, fue una mujer digna de admiración. Pero en el momento en que se
consideró su religión, y más especialmente los medios tomados para probar su
rectitud y su inspiración divina, la confianza se tambaleó."
Esa
es la gran cuestión:
¿Fue o no fue una
charlatana?
¡Que la posteridad
juzgue entre ella y sus detractores!
"Sin duda" —continúa el mismo
periódico— "estas personas creen sinceramente. No nos gusta llamar a Mme.
Blavatsky intrigante, un fraude y una romancera impía. Preferimos pensar que
ella trabajaba bajo alucinaciones y que en un deseo de hacer un gran bien, ella
fue inducida a engaños, subterfugios y manipulaciones. No es maravilloso que
haya obtenido seguidores, es solo deplorable.
. . .
Solo hay una característica redentora en el
movimiento teosófico, y es que este apunta a que el hombre considere su vida
como preciosa y digna de purificación, y se esfuerce por llevar a la raza
humana a considerarse a sí misma como una comunidad unida en el gran esfuerzo
por aprender su relación entre sí y con su Hacedor."
No
necesitamos discutir sobre términos teológicos, ya que nuestro crítico concede
que perseguimos fines tan nobles como los definidos anteriormente. Solo un
fanático truculento nos negaría esta justicia. »
(The Theosophist, julio de 1891, p.579-580)
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