Sobre este tema Charles
Leadbeater en su libro “La Vida
Interior II” relató lo siguiente:
« Hace
mucho tiempo, en la antigua Atlántida, en la gran ciudad de las Puertas de Oro,
reinaba un poderoso monarca. Cierto día se le presentó un militar que había sido
enviado al frente de una expedición contra una tribu rebelde que se encontraba
situada en las fronteras de aquel vasto imperio.
El
militar volvía victorioso y en recompensa el rey le confirió el rango de
capitán de la guardia del palacio, encargándole del cuidado de la vida de su único
hijo y heredero del trono.
El
novel capitán no tardó mucho tiempo en tener la ocasión de probar su fidelidad
a la confianza que el rey le había depositado en él, porque encontrándose solo
con el príncipe en los jardines de palacio, se arrojó sobre ellos un tropel de
conspiradores con el intento de asesinar al hijo del rey.
El
capitán luchó valerosamente contra los numerosos asaltantes y aunque fue mortalmente
herido, logró resguardar al príncipe del peligro, hasta que llegaron refuerzos
y él y el desmayado príncipe fueron conducidos a presencia del rey, quien, al
enterarse de lo sucedido se volvió hacia el moribundo capitán, exclamando:
- “¿Qué puedo hacer yo
por ti que has dado por mi hijo tu vida?”
Y
el capitán le respondió:
- “Concededme la gracia
de que os sirva a vos y a vuestro hijo por siempre en vidas futuras, puesto
que desde ahora nos liga un lazo de sangre.”
Haciendo
un postre esfuerzo, el capitán bañó el dedo en la sangre que fluía abundantemente
de sus heridas y señaló con ella los pies de su soberano y la frente del
todavía desmayado príncipe. El rey alzó las manos en actitud de bendición y
repuso:
- “Por la sangre
derramada para salvar a mi hijo, te prometo que me servirás hasta el fin.”
Así
se anudó el primer lazo entre tres caudillos de hombres de quienes todos hemos
oído hablar. Porque el poderoso monarca es ahora el Maestro Morya; el príncipe
su hijo, fue después Helena Petrovna Blavatsky; y el capitán de la guardia, fue
ahora Henry Steel Olcott.
Desde
entonces, a través de los siglos y de muchas vicisitudes extrañas, el lazo se
ha mantenido inquebrantable y se ha continuado prestando el servicio, como
sabemos que sucederá en los siglos venideros.
El
coronel Olcott fue después el rey Gashtasp de Persia, que protegió y ayudó a la
fundación de la forma actual del Zoroastrismo.
Y
más tarde fue el rey Asoka que publicó los admirables y famosos edictos que
todavía hoy aparecen grabados en piedras y pilares de la India, para demostrar
cuán verdaderos eran su celo y devoción. Y al final de esa larga y vigorosa
vida, al considerar con tristeza lo mucho que distaban sus hechos de sus
aspiraciones, para alentarlo, su Maestro le mostró dos visiones, una del pasado
y otra del futuro.
La
visión del pasado fue la escena de la Atlántida, cuando se forjó el lazo entre
ellos; y en la visión del futuro aparecía su Maestro como el Manú de la sexta
raza raíz y nuestro Presidente-Fundador como su lugarteniente que servía a sus
órdenes, en la excelsa obra de tan alto cargo. Así Asoka murió contento con la
seguridad de que nunca se rompería el más íntimo de todos los lazos terrenos,
el del Maestro y su muy amado discípulo.
Habiendo
tomado parte principal en la propagación de dos de las mayores religiones del
mundo, el Zoroastrismo y el Buddhismo, era muy apropiado vincularlo
estrechamente con la obra de la Sociedad Teosófica, el gran movimiento que sintetiza
todas las religiones. Y aunque en sí Olcott no fue nunca un instructor
espiritual, siempre fue el organizador práctico que hizo posible la obra del
instructor. »
(Capítulo
“Fiel hasta la muerte”)
OBSERVACIÓN
Dado el profundo
charlatanismo que mostró tener Charles Leadbeater, lo más seguro es que esas
vidas anteriores que él relató que tuvo el coronel Olcott sean simples fantasías
inventadas por su imaginación. Y en realidad no sabemos cuáles han sido las verdaderas vidas pasadas del
coronel Olcott.
En lo personal ya tengo identificadas cinco encarnaciones anteriores. Las ultimas 3 con fotos, obviamente las anteriores con pinturas. Linda experiencia pero son los datos de color iniciales para un posterior conocimiento esoterico. En lo referente a estos autores la unica rescatable es H.B. Pastor aborda algunas cuestiones, pero aplica en un 75% la doctrina impartida.
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