Esta es la primera mitad del undécimo capítulo
del libro “La Doctrina Secreta de los Rosacruces”.
EL PROGRESO DEL ALMA
Un punto muy importante en la
enseñanza Rosacruz es aquel en el que se nos informa que la evolución del
hombre no se limita a este planeta, la tierra, sino que se extiende a una
cadena de siete planetas.
(Esto no lo enseñaron
los Rosacruces, esto estaba un poco revelado en la cábala y posteriormente fue mucho
más detallado por la teosofía.)
Los Rosacruces enseñan que los
procesos evolutivos de este planeta están vinculados y mezclados con los
procesos evolutivos de otros seis planetas; y que la vida en este planeta está
igualmente ligada y mezclada con la vida en los otros seis planetas de nuestra
cadena planetaria.
Los Rosacruces enseñan que estos
siete planetas de nuestra cadena planetaria están estrechamente vinculados y
conectados por sutiles fuerzas etéricas, y que hay una corriente etérica
constante que pasa de uno a otro y fluye siempre a través de todo el circuito.
(La palabra étérica no
es correcta porque las fuerzas que conectan a estos planetas no son étéricas
sino más sutiles.)
Estos planetas conectados constituyen
la cadena de mundos que es la serie de hogares del alma individual, y el
circuito [ronda] del cual recorren todas las almas individuales.
No solo cada alma individual ahora
en la tierra se reencarna varias veces en este planeta, sino que en el
transcurso de las edades progresa al siguiente planeta más alto, al igual que
en las edades pasadas ha progresado desde el siguiente planeta más bajo.
(Esto es incorrecto,
ya que los otros planetas que conforman la cadena terrestre son sutiles y la
Tierra es el planeta más “bajo”, aunque sería más correcto decir el más denso.)
Y este recorrido de la cadena
planetaria, de planeta en planeta, ha sido realizado varias veces por la raza
humana en alguna forma de existencia, y se repetirá varias veces.
Los planetas de esta cadena de
mundos no son idénticos en composición y naturaleza con la tierra; por el
contrario existe una gran diferencia entre los varios planetas a este aspecto.
La tierra no es la más alta en desarrollo en esta cadena, sino que por el
contrario está muy abajo en la escala, aunque hay otros planetas aún más bajos.
El progreso de las almas alrededor
de esta cadena de mundos sin embargo no es simplemente como un círculo en el
que el alma viaja de lo más bajo a lo más alto, sino más bien de acuerdo con el
plan de la espiral, en el que el viaje siempre vuelve al punto de partida, pero
en un plano superior de actividad.
(Esto también es
incorrecto porque en la primeras tres y media rondas, el proceso es involutivo;
y es solo en las siguientes tres y media rondas que el proceso se vuelve
evolutivo.)
Este viaje de las formas de vida de
un mundo a otro ha estado en progreso desde el comienzo del período mundial
actual, y fue realizado por las formas de vida inferiores a medida que subían
por la escalera de caracol de la evolución.
Un escritor sobre este asunto ha
dicho lo siguiente:
« Es
el carácter en espiral del progreso logrado por los impulsos de la vida que se desarrollan
los diversos reinos de la naturaleza, es lo que explica las brechas ahora
observadas en las formas animadas que pueblan la tierra.
A la rosca de un tornillo, que en
realidad es un plano inclinado uniforme, a eso se parece este desarrollo cuando
se examina solo a lo largo de una línea paralela a su eje.
Las mónadas espirituales que rodean
el sistema a nivel animal, pasan a otros mundos cuando hayan cumplido su turno
de encarnación animal aquí. Y cuando regresen de nuevo, estarán listas para la encarnación
humana, por lo que ahora no hay necesidad de que las formas animales se
desarrollen hacia arriba en formas humanas.
(Esto no es del todo
cierto ya que se requiere de varias rondas antes de que las mónadas que se
desarrollan en el reino animal puedan pasar a desarrollarse en el reino
humano.)
Pero si retrocedemos lo suficiente,
llegamos a un período en el que no había ninguna forma humana aún desarrollada
en la tierra. Cuando las mónadas espirituales viajaban en el nivel humano más antiguo
o el más bajo, y comenzaron así a manifestarse.
Su impulso hacia adelante en un
mundo que en ese momento no contenía más que formas animales provocó el
perfeccionamiento de la más elevada de estas formas en la forma requerida: el
tan comentado eslabón perdido.
(Esto es incorrecto ya
que William Judge especificó que el eslabón perdido se desarrolló en el plano
astral y no en el plano físico.)
. . .
El impulso hacia la nueva evolución
de formas superiores está realmente siendo dado por las ráfagas de mónadas
espirituales que rodean el ciclo en un estado adecuado para la habitación de
nuevas formas. Estos impulsos de vida superior revientan la crisálida de la
forma más antigua en el planeta que invaden y arrojan una eflorescencia de algo
superior.
Las formas que se han ido repitiendo
durante milenios comienzan de nuevo a crecer; con relativa rapidez ascienden a
través de las formas intermedias hacia las formas superiores, y luego, a medida
que estas a su vez se multiplican con el vigor y la rapidez de todos los nuevos
crecimientos, suministran cuerpos de carne para las entidades espirituales que
se aproximan a esa etapa o plano de existencia, mientras que para las formas
intermedias ya no hay oferta de inquilinos, por lo que inevitablemente se
extinguen. »
El escritor citado anteriormente
también señala un punto muy importante en el progreso de las formas de vida de
un mundo a otro como sigue:
« La
marea de la vida, la ola de la existencia, el impulso espiritual (llámenlo con
el nombre que os plazca) pasa de planeta en planeta por acometidas, o chorros,
no por un flujo continuo.
Y con el propósito de ilustrar la
idea en cuestión, el proceso puede compararse con el llenado de una serie de
tinas hundidas en la tierra, como a veces se puede ver en las bocas de los manantiales
suaves, los cuales están conectados entre sí por pequeños canales
superficiales.
La corriente de agua a medida que
fluye, se recoge completamente al inicio por el primer agujero o tina A, y es
sólo cuando está bastante lleno por el continuo vertido de agua que eso provoca
que lo que ya contiene se desborde hacia la tina B. Esta a su vez se llena y se
desborda a lo largo del canal que conduce hacia la tina C, y así sucesivamente.
. . .
Es evidente por lo que ya hemos
dicho, y para que se tenga en cuenta el progreso de los organismos en el globo
A, que el reino mineral desarrollará más el reino vegetal en el globo A hasta
que reciba un impulso del exterior, y que la tierra pudo desarrollar al hombre
desde el mono hasta que recibió un impulso del exterior.
(La teosofía explica
que el mono es un descendiente de una creatura que apareció en el pasado
producto de la procreación entre humanos y animales cuando todavía eso se podía
realizar.)
. . .
El pleno desarrollo de la época
mineral en el globo A prepara el camino para el desarrollo vegetal, y tan
pronto como éste comienza, el impulso de la vida mineral se desborda en el
globo B. Luego, cuando el desarrollo vegetal en el globo A se completa, el
animal comienza su desarrollo, y el impulso de la vida vegetal se desborda
hacia el globo B y el impulso mineral pasa al globo C.
Luego, finalmente, llega el impulso
humano al globo A, y es necesario en este punto protegerse contra un concepto
erróneo que pueda surgir. Hay un hecho que debe afirmarse que tiene tal
influencia en el curso de los acontecimientos, y es que cuando se realiza, se
verá que el impulso vital ha pasado varias veces alrededor de toda la cadena de
mundos antes del comienzo del impulso humano en el globo A.
Este hecho es el siguiente: cada
reino de la evolución, vegetal, animal, etc., está dividido en varias capas
espirales. Las mónadas espirituales —o sea los átomos individuales de ese
inmenso impulso vital del que tanto se ha dicho— no completan completamente su
existencia mineral en el globo A, luego la completan en el globo B, y así
sucesivamente. Pasan varias veces alrededor de todo el círculo como minerales,
y luego varias veces como vegetales y varias veces como animales. »
OBSERVACIÓN
El escritor que William Atkinson mencionó es Alfred Sinnett,
quien desafortunadamente no comprendió muy bien las explicaciones que le dio el
maestro Kuthumi, y los extractos son de su libro “Buddhismo Esotérico”. Por lo que esto no es una enseñanza rosacruz,
sino que en realidad es un resumen de lo que William Atkinson leyó de la enseñanza
teosófica, aunque desafortunadamente él tampoco la comprendió muy bien y es por
eso que dice varias cosas erróneas.
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