Charles
James Ryan fue un miembro de la antigua Sociedad Teosófica de Point Loma y en este
artículo él relata cómo se fue escribiendo La Doctrina Secreta y las diferentes
ediciones que posteriormente se hicieron.
ALGUNAS NOTAS SOBRE LA
DOCTRINA SECRETA
Historia
La obra maestra de Blavatsky, La Doctrina Secreta, ella la comenzó a
elaborar en la India en 1879, pero debido a su ocupación por las actividades
relacionadas con el establecimiento de la Teosofía en ese país, y también por la
redacción y edición de su revista The Theosophist, y la inmensa
correspondencia que tenía, Madame Blavatsky solo pudo escribir muy poco al
respecto durante varios años.
La Doctrina
Secreta tenía la intención de ser una
versión ampliada y mejorada de Isis Develada, ya que el Maestro Kuthumi
en una carta que le envió al señor Sinnett en 1882, precisó que "realmente
esa obra debería ser reescrita por el honor de la familia", debido a que
en Isis Develada todo es "apenas esbozado, nada completado y poco
revelado". (CM 20C,
p.130-1.)
Alrededor de 1884, Blavatsky asumió
la tarea de reescribir Isis Develada y apareció un aviso de página
completa en la revista The Theosophist para febrero de ese año en donde
se decía:
« La Doctrina Secreta,
una nueva versión de Isis Develada con una nueva disposición del asunto,
con grandes adiciones e importantes y copiosas notas y comentarios de H.P.
Blavatsky, Secretaria Corresponsal de la Sociedad Teosófica, asistida por T.
Subba Row Garu, Consejero de la Sociedad Teosófica. »
Sin embargo, Subba Row brindó poca
ayuda y se retiró del proyecto mucho antes de que se publicara el libro.
H.P. Blavatsky escribió algunos
capítulos en la India, lo que constituyó un borrador más o menos preliminar,
pero que posteriormente no fueron incluidos en la publicación final de 1888, pero
que posteriormente, muchos años después de su muerte fueron impresos en The
Theosophist entre los años 1931 y 1933.
Durante su visita a Europa en 1884,
William Judge, su viejo amigo y discípulo de confianza, pasó algunas semanas
con ella en París y en el castillo del Conde de Adhemar, en Enghien, y pudo
ayudarla en la preparación de La Doctrina Secreta, que dijo que era de
gran utilidad para ella. En la revista Lucifer de julio de 1891, Judge
describe elocuentemente sus experiencias con Blavatsky durante su estadía en
Enghien, y dice:
« Fue con un sentimiento de algo de
pesar que dejamos ese encantador lugar donde reinaba la tranquilidad y donde
HPB pudo trabajar en medio de la belleza y la quietud de la naturaleza. Esos
momentos no se puede borrar de la memoria porque allí nuestra amiga y maestra
no se inquietó por la presencia de los curiosos y fue libre de presentarnos a
quienes creíamos en ella, un lado de su naturaleza polifacética que nos
complació, instruyó y elevó a todos. »
Sin embargo, fue muy diferente
cuando Blavatsky regresó a la India a finales de 1884, donde los ataques de los
Coulumb y los misioneros hacían imposible cualquier progreso de ese libro. Y no
fue sino hasta que Blavatsky se instaló en Wurzburg, Alemania, en julio de 1885
que ella pudo concentrarse en La Doctrina Secreta.
La condesa Wachtmeister vivió con Blavatsky
durante varios meses y le brindó los cuidados más devotos, tratando de
protegerla de intrusiones, pero esto no siempre fue posible y el trabajo se
retrasó varias veces.
En su libro “Reminiscencias de H.P.
Blavatsky y La Doctrina Secreta” la condesa da una fascinante narración de las
experiencias que ella tuvo durante ese periodo y describe la forma notable en
que se escribió el libro y la parte activa que los Maestros tomaron al
proporcionar la información contenida.
Muchos "fenómenos"
ocurrieron constantemente como parte del método regular de comunicación que
había entre el Maestro y su chela, y no para la edificación de los inquisitivos
o escépticos, quienes no estaban presentes. !
La condesa Wachtmeister quedó muy impresionada
por la enorme cantidad de citas de libros (muchos de ellos muy difíciles de
encontrar) que Blavatsky puso en sus manuscritos de La Doctrina Secreta,
pero la cantidad de libros que ella podían llevar en sus viajes era muy
limitada.
¿Cómo consiguió esas citaciones?
La condesa escribió:
« Sus manuscritos estaban llenos a
rebosar de referencias, citas y alusiones de una masa de obras raras y
recónditas sobre temas de la más variada índole. De repente ella necesitaba la
verificación de un pasaje de algún libro que sólo se encontraba en el Vaticano,
y luego en otro momento necesitaba de un documento del que sólo el Museo
Británico poseía una copia. Pero a pesar de lo difícil que era obtener esas
citaciones, al poco tiempo ella las obtenía. »
En cuanto a la verificación de estas
citas, la condesa menciona que tuvo que recurrir a los servicios de un amigo
que de manera indirecta logró que se examinara el documento original. Y se
descubrió que la cita escrita por Blavatsky era correcta excepto por dos
palabras que en el original estaban tan borrosas que casi eran ilegibles.
La condesa explicó que Blavatsky
obtenía esas citaciones por medio de la luz astral y al respecto la condesa
comentó:
« Estas visiones suelen presentar la
imagen del original invertida, como se podría ver en un espejo, y aunque las
palabras pueden con algo de práctica leerse fácilmente, es mucho más difícil
evitar errores con las cifras. »
George Mead relata muchos casos
sorprendentes del empleo de la visión astral por parte de Blavatsky para
propósitos similares durante el tiempo que él pasó a su lado como secretario; y
Bertram Keightley corrobora independientemente lo mismo en su relato sobre la
preparación de La Doctrina Secreta en Londres después de que Blavatsky
dejó Wurzburg.
Al respecto él escribió:
« Citas
con referencias completas de libros que nunca estuvieron en casa, citas que verifiqué
que eran correctas después de pasar horas de búsqueda, a veces en el Museo
Británico donde solo se hallaba ese libro raro; y de tales vi y verifiqué
bastantes. Pero también descubrí que las referencias numéricas a menudo Blavatsky
las invirtió, por ejemplo ponía 321 en vez de 123, ilustrando así la inversión
de los objetos cuando se observan a través de la luz astral. »
Durante su larga estancia en
Wurzburg, HPB estuvo encerrada en su apartamento debido a problemas de salud y
no tuvo oportunidad de visitar bibliotecas, ya que la condesa tuvo que hacer
todos sus recados. Ella era muy pobre en ese momento de crisis cuando se
estaban cometiendo algunos de los ataques más violentos hacia su reputación,
pero sabiendo cuánto tenía que hacer y el poco tiempo que le quedaba para
escribir, Blavatsky se negó rotundamente a aceptar una gran salario para escribir
para las revistas rusas.
La condesa Wachtmeister le sugirió
que dedicara una parte del día a ese trabajo ruso, pero ella le respondió:
« ¡No y mil veces no! Porque
para escribir una obra como La Doctrina Secreta debo tener todos mis
pensamientos dirigidos hacia esa dirección. Ya es bastante difícil, incluso
ahora, obstaculizada como estoy con este cuerpo enfermo y agotado, conseguir
todo lo que quiero, cuánto más difícil entonces se volvería si estuviera cambiando
continuamente las corrientes de mi pensamiento en otras direcciones. »
HPB le dijo a la condesa que los
cuatro volúmenes de La Doctrina Secreta "darían al mundo tanta
doctrina esotérica como fuera posible en la etapa actual de la evolución
humana", pero que "no será hasta el próximo siglo cuando los hombres
comenzarán a comprender y discutir el libro de manera inteligente".
Y aunque el efecto, el trabajo de Madame
Blavatsky ya se está volviendo cada vez más evidente en el pensamiento moderno.
Durante el período de Wurzburg, HPB
mantuvo correspondencia con William Judge sobre el progreso de La Doctrina
Secreta. En una carta, fechada el 24 de marzo de 1886, ella le escribió:
« Ojalá pudieras disponer de dos o tres meses y venir a
Ostende en Bélgica, donde estoy emigrando de nuevo. ... Te deseo mucho para el
arreglo de la Doctrina Secreta en los
Estados Unidos. William,
tales informaciones como las que están dando los Maestros alegrarán tu corazón.
¡Oh, cómo quisiera! La cosa se está volviendo enorme, un cúmulo de datos. »
Desafortunadamente William Judge no
pudo salir de los Estados Unidos en ese momento.
En 1887 Blavatsky se mudó a Londres,
donde dos teósofos bien calificados y absolutamente devotos (el Dr. Archibald
Keightley y Bertram Keightley) brindaron una ayuda inestimable en la
preparación y publicación de La Doctrina
Secreta, lo cual fue una tarea tremenda. Y también proporcionaron mucho,
quizás la mayor parte del respaldo financiero necesario. Sin su incansable
energía y auto-sacrificio, el mundo posiblemente habría tenido que esperar
mucho tiempo más para tener acceso a esa gran obra.
Las principales ediciones
La primera edición apareció en 1888
en dos volúmenes, siendo los editores The Theosophical Publishing Company en
Londres; William Judge en Nueva York, y el director de The Theosophist en
la India. Fue impreso por Allen, Scott and Co., Londres.
Las ventas fueron tan grandes que
pronto se solicitó una segunda impresión. Esta ha sido extrañamente llamada la Segunda
Edición, pero en realidad sólo fue una reimpresión del original con las
palabras "Segunda Edición" estampadas en ella.
En 1893, la Sra. Annie Besant con la
ayuda de George Mead quien había sido el antiguo secretario de HPB y era conocido
como un erudito clásico, editaron y sacaron una edición realmente nueva en dos
volúmenes, la cual se conoce como la "Tercera edición revisada",
aunque estrictamente hablando fue la segunda edición.
El texto original fue modificado
considerablemente por estos dos individuos, y en algunos círculos teosóficos se
suscitaron muchas críticas por la enrome cantidad de cambios considerados
innecesarios y en algunos casos incluso injustificables. Sea como fuere, esta
edición no puede considerarse una reproducción literal o totalmente fiel
del original tal como fue escrita por Blavatsky.
En defensa de las numerosas alteraciones
que se efectuaron en la edición de 1893, se ha dicho que Blavatsky estaba tan
ansiosa por la precisión que ella corrigió y agregó a las pruebas paginadas
de la edición original hasta el último minuto a pesar de que costaba cientos de
libras. Sin embargo, estos cambios fueron realizados por la propia autora y
fueron autorizados por ella.
(Nota de Cid: eso fue una mentira
inventada por Annie Besant y George Mead para tratar de justificar todas las
alteraciones que le hicieron a la obra original.)
Esta Tercera Edición de amplia
circulación fue publicada por Theosophical Publishing Society, Londres; The
Path Office, Nueva York; y The Theosophist Office, Adyar, e impreso
por HPB Press, Londres.
En 1895, se publicó como volumen
separado un índice amplio y completo de la "Tercera edición". Como se
había cambiado la paginación de la original, se incluyó una clave para la
conveniencia de quienes tenían la edición original. Los editores fueron The Theosophical
Publishing Society de Londres; The Path Office de Nueva York, The Theosophical
Publishing Society de Benarés; y The Theosophist Office de Adyar.
Hasta 1909 no se produjeron otras
ediciones de los Volúmenes I y II de La Doctrina Secreta, pero en ese
año la Aryan Theosophical Press de Point Loma, California (que desde entonces
se mudó a Covina, California, y ahora es conocida como la Theosophical University
Press) bajo la dirección de Katherine Tingley volvió a reimprimir la edición
original de 1888, pero modificando ciertos detalles:
Efectuó una transliteración
académica de las palabras sánscritas de acuerdo con un estándar aceptado, hizo algunas
correcciones de palabras griegas y latinas incorrectamente escritas y errores
tipográficos obvios, y la sustitución ocasional de corchetes en lugar de
paréntesis para una mayor claridad. No se realizaron cambios en el lenguaje de
H.P. Blavatsky y tampoco se eliminaron pasajes. Y esta es la edición estándar
que aún publica la Theosophical University Press, Covina.
A medida que aumentó la demanda de
las obras de HP Blavatsky, apareció otra edición de La Doctrina Secreta.
Esta fue en 1925 cuando The Theosophy Company de Los Ángeles publicó un facsímil
fotográfico de los dos volúmenes auténticos, encuadernados en un solo volumen.
Esta excelente edición brindó la oportunidad de estudiar la obra de Blavatsky
exactamente como ella la dejó, sin cambios ni correcciones, aunque de esta
manera se perpetúan muchos errores tipográficos.
Y a medida que la demanda ha seguido
aumentando, de vez en cuando se imprimieron nuevas ediciones y nuevas
impresiones, pero no hay razón para enumerarlas aquí.
La Doctrina Secreta se ha traducido a muchos idiomas extranjeros.
(The Theosophical Forum, marzo de 1945)
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