Sobre este asunto
William Judge explicó lo siguiente:
El
Desatir es una serie de obras de los
diferentes profetas persas, uno de los cuales fue Zoroastro. Este vivió en el período de Khusro Parvez,
y fue contemporáneo del emperador Revaclio y murió sólo nueve años antes del
fin de la antigua monarquía persa.
El
señor William Jones fue el primero en llamar la atención a los eruditos
europeos sobre el Desatir
que está dividido
en los libros de diferentes
profetas, y en este artículo hemos
elegido extractos del Profeta Abad:
« En
el nombre de Lareng! Mezdam (El Señor Dios) separó a los seres humanos de los
animales por medio del alma, que es
una substancia libre e independiente, incorpórea e inmaterial, indivisible y
sin posición, mediante la cual se alcanza
la gloria de los ángeles.
Por
medio de su conocimiento unió el alma al cuerpo elemental. Si una persona hace
el bien en un cuerpo elemental, posee
un conocimiento útil y obra en manera justa, es un Hirstap; y si no daña a los
animales indefensos, entonces cuando
deje el cuerpo inferior lo introduciré a la habitación de los ángeles, de modo
que me podrá ver con los ángeles más próximos.
Toda
persona deseosa de volver al mundo inferior y que es un benefactor, recibirá
según su conocimiento, conversación y
acciones, algo como un Rey, primer Ministro, un oficio elevado o riqueza, hasta
que encuentre la recompensa adecuada a sus acciones.
El
dolor y el sufrimiento experimentado por las personas durante el período
próspero dependen de sus palabras o actos en un cuerpo anterior,
a causa de los cuales el Más Justo ahora los castiga.
¡En
el nombre de Lareng! Cualquier individuo que perturbe, Él lo hará sufrir
primero en la forma humana, pues la
enfermedad, los sufrimientos de los niños mientras están en el vientre materno
y después de haber salido de éste, el
suicidio, ser víctimas de animales feroces, la muerte y vivir en la pobreza
desde el nacimiento hasta la muerte, son retribuciones por las acciones pasadas y lo inverso acontece en el caso de la
bondad.
Si
alguien intencionalmente mata a un animal indefenso y el soberano invisible o
terreno no le proporciona su retribución en la misma vida, el castigo
lo esperará en su próxima venida. »
Según
ciertos versículos, los que hacen el mal están condenados a
los cuerpos de los vegetales,
mientras que las personas muy malas están condenadas a las formas minerales,
declarando que permanecerán en esa condición:
« Hasta
que sus pecados sean purificados, se liberarán de tal sufrimiento y se unirán
nuevamente al cuerpo humano, y mientras lo usan, encararán su retribución según sus acciones. »
Y según la doctrina del Desatir, la ley retributiva del karma castiga
también a los animales:
« Si
un animal feroz mata a otro indefenso, debemos considerar tal acto como una
venganza contra la víctima; en cuanto
los animales feroces existen para infligir tal castigo. Matar a los animales
feroces es laudable, pues en una existencia anterior ellos derramaron la sangre
de los inocentes. El que castiga con tal acto está bendecido.
El
león, el tigre, el leopardo, la pantera, el lobo y todos los animales feroces,
inclusive las aves, los cuadrúpedos y los reptiles, en un tiempo
poseían autoridad y cada una de sus víctimas había sido un ayudante o un cómplice que hizo el mal,
apoyando, asistiendo o siguiendo las órdenes de aquella clase exaltada y habiendo
infligido dolor a los animales inofensivos; ahora sus maestros los castigan.
Al
final estos personajes importantes
siendo encerrados en las formas de animales feroces, mueren sufriendo y heridos
según sus maldades, y si aún
permanece alguna otra culpa, ellos regresan una segunda vez, sufriendo el castigo
junto con sus cómplices. »
(Path, octubre
de 1891)
OBSERVACIONES
Vemos que la
civilización persa adoptó de los antiguos sabios hindúes, el concepto del
karma, nada más que también adoptaron las ideas incorrectas ya que los maestros
explicaron que por muy malos que sean los hombres, estos no retroceden a los
reinos inferiores (animal, vegetal, mineral), y que los animales no generan
karma debido a que ellos no son responsables de sus acciones.
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