Sobre
lo que sucede cuando el humano entra en el Kama-Loka, que es la zona intermedia
entre el Cielo y la Tierra, y que corresponde aproximadamente a lo que los
cristianos llaman “el Purgatorio”, William Judge explicó lo siguiente:
(Nota:
añadí entre paréntesis comentarios míos para hacer más explicita la explicación
que dio William Judge.)
« Consideremos ahora los estados del
hombre después de la muerte y antes del nuevo nacimiento en la Tierra, y
habiendo ya examinado de una manera
general todo el campo de la evolución de las cosas y de los seres. Esto de
inmediato suscita las siguientes preguntas:
¿Existe en realidad
un cielo y un infierno, y qué son éstos?
¿Son lugares o estados
de conciencia?
¿Hay alguna zona del
espacio en donde se les pueda localizar y a los cual nosotros vamos, así como
de donde también venimos?
Para
responder debemos también volver al tema del cuarto principio de la
constitución del hombre, o sea al principio de los deseos y de las pasiones,
que en el idioma sánscrito se denomina Kama.
Tomando
en consideración lo que se dijo acerca de ese principio y también la enseñanza
con respecto al cuerpo astral y a la Luz Astral, entonces nos será más fácil
comprender lo que se enseña acerca de estos dos estados; el ante-mortem y el
post-mortem.
En
orden cronológico después de la defunción del cuerpo, primero nos dirigimos al Kama-Loka o la esfera del deseo. Y
posteriormente el ser humano asciende al estado de Devachan.
Y
después de haber discutido sobre el Kama-Loka, nos será más fácil indagar sobre
el Devachan.
¿QUÉ SUCEDE AL
MOMENTO DE FALLECER?
El
hálito abandona el cuerpo y decimos que el hombre ha muerto, pero esto es sólo
el comienzo de su viaje post-mortem, porque la existencia del hombre prosigue
su curso en otros planos.
Cuando
el cuerpo ya se encuentra rígido y
los ojos cerrados, todas las fuerzas del cuerpo y de la mente se activan a
través del cerebro, y por una serie de imágenes, toda la vida que se tuvo en la
Tierra queda indeleblemente grabada en el hombre interno, y no solamente en una
forma general, sino también hasta en los más mínimos y fugaces detalles.
En
ese momento, aunque todos los indicios conducen al médico a asegurar que la persona
ya está muerta, y aunque a primera vista y para todo fin práctico ya lo está,
el Ego, o sea el ser interno, sigue actuando intensamente en el cerebro y hasta
que no haya terminado con ese trabajo, la persona todavía no ha fallecido en
realidad.
Y
cuando esta labor solemne se ha realizado, el cuerpo astral se desprende del
cuerpo físico, y cuando posteriormente la energía vital se ha separado, los cuatro
principios restantes pronto se encuentran dentro del estado llamado Kama-Loka.
La
separación natural de los principios, ocasionada por la muerte física, termina
dividiendo al hombre en tres partes:
Primero:
El cuerpo físico que con todos sus elementos es abandonado para su completa
disgregación en el plano físico, en donde todo lo que lo compone con el tiempo
se dispersa entre las diferentes divisiones físicas de la naturaleza.
Segundo:
El kama-rupa que se compone por la parte negativa mental de la persona y de las
pasiones y de los deseos, y el cual también comienza a disgregarse sobre el
plano kámico.
Tercero:
El hombre verdadero, la triada superior Atma-Buddhi-Manas, imperecedera, pero
que ahora se encuentra fuera de las condiciones terrestres, y por consiguiente carente
de un cuerpo físico. Esta comienza a funcionar en el Devachan sólo como una
mente revestida con una vestidura muy etérea, la cual se volverá a quitar
cuando le llegue la hora del retorno hacia la Tierra.
Observación:
los instructores teósofos no hablaron de planos de existencia, sino de lokas, y
para trasladar su explicación a los planos, hay que hacer todo un trabajo de
interpretación. Por lo tanto consideren lo siguiente:
Los
seres humanos están compuestos por siete principios que son:
Y
esos principios interactúan en tres zonas de existencia que son:
- El Mundo divino (el Devachan) que está compuesto por los planos atmico, budhico y mental.
- El Mundo terrestre que está compuesto por el plano físico y su contraparte sutil (compuesta por los planos astral y energético).
- Y en medio está el plano kámico (el Kama-Loka o el Astral) que sirve de puente entre esos dos mundos.
La
triada superior permanece en el Mundo divino, y cuando el cuerpo físico muere,
lo que queda del cuaternario inferior es:
-
el mental inferior
-
el cuerpo del deseo
-
el cuerpo energético y
-
el cuerpo astral
- el
cuerpo físico -
El
cuaternario permanece en la parte sutil de la Tierra (o sea en el plano astral)
hasta que el cuerpo energético termina su ciclo y también fallece, provocando
con ello que se desintegre rápidamente el cuerpo astral.
Entonces
lo que queda del cuaternario inferior es:
·
el
mental inferior y
·
el
cuerpo del deseo
Este
asciende al plano kámico, y ahí la persona se va a dividir en dos. Su parte buena
va ascender al Mundo divino para reintegrarse con su triada superior (atma,
bhuddi y el mental superior). Mientras que su parte mala se va a quedar en el plano kámico
como un desecho astral, el cual se va a ir desintegrando progresivamente.
¿QUÉ ES EL KAMA-LOKA?
El
Kama-Loka, o la sede de los deseos, es la región sutil que penetra y circunda a
la Tierra. Como sitio, Kama-Loka se encuentra en, sobre, y alrededor de la Tierra
[nada más que en otra “dimensión”) y su extensión alcanza a una distancia
definida sobre la Tierra, pero las leyes ordinarias que prevalecen en el plano
físico no rigen allí, y las entidades que residen allí, no están sujetas a las
mismas condiciones que nosotros con respecto al espacio y al tiempo.
Como
un estado o condición, es un estado metafísico. Y se le ha llamado el mundo del
deseo porque se relaciona con el cuarto principio, y por lo tanto en esa zona
la fuerza predominante es la del deseo pero exento y separado de la
inteligencia.
Kama-Loka
es una esfera intermedia entre la vida terrestre
y la celeste. Y sin duda alguna, éste es el origen de la doctrina
cristiana del purgatorio, en donde el alma sufre su penitencia por los
pecados cometidos y de los cuales puede ser redimida por medio de plegarias y
otras ceremonias u ofrendas.
Pero
el hecho real detrás de esta creencia es
que el alma puede ser retenida en el Kama-Loka por la enorme fuerza de algún
deseo aún no satisfecho y no puede liberarse de la vestidura kámica, hasta que ese
deseo haya sido satisfecho por alguien sobre la tierra o por el alma misma.
Pero
en cambio si la persona era de pensamientos puros y elevados y de nobles
aspiraciones, entonces la separación de los principios que se efectúa en esa
esfera se completa con rapidez, permitiendo de esta manera que el alma humana
entre rápidamente al Cielo.
Esta
zona sutil todavía es influenciada por las bajas vibraciones de la humanidad, y
ahí las fuerzas funcionan sin ser dirigidas por el alma o la conciencia.
Kama-Loka es, por decirlo
así, el foso de escorias
de la gran caldera de la vida, donde
la naturaleza provee los medios para la eliminación de los elementos que no
tienen cabida en el Devachan, y por esa razón debe haber diversos niveles o
grados en Kama-Loka, cada uno de los cuales era conocido por los antepasados.
En
el idioma sánscrito, se les ha dado a estos grados el nombre de Lokas, o
localidades en el sentido metafísico. La vida humana es muy variada en lo que
toca al carácter y a otras potencialidades,
y por cada una de estas características se provee el lugar apropiado después de
la muerte, convirtiéndose de esta manera Kama-Loka en una esfera infinitamente
variada.
Durante
la vida, algunas de las diferencias que
existen entre los hombres son modificadas y otras inhibidas por una semejanza
de cuerpo y rasgos hereditarios; pero en Kama-Loka todas las pasiones y todos
los deseos escondidos son
desencadenados a consecuencia de la ausencia del cuerpo físico, y por esta
razón ese estado es mucho más
diversificado que el mundo físico.
Por
consiguiente no sólo es necesario considerar las variedades y diferencias
naturales, sino también las ocasionadas por la manera de morir, acerca de lo
cual se hará referencia más adelante.
Todas
estas divisiones no son sino el resultado natural de los pensamientos de la
vida, y de los últimos pensamientos de las personas al momento de morir.
El
proveer una descripción de todos estos
niveles sobrepasa los límites de esta obra, ya
que serían necesarios varios tomos para describirlos, y además, pocos lo
comprenderían.
EL CUERPO DEL DESEO
Al
tratar sobre el tema de Kama-Loka nos vemos obligados a tratar también acerca
del cuarto principio en la clasificación de la constitución septenaria del
hombre, y esto crea un conflicto con las ideas modernas y la educación acerca
de los deseos y las pasiones.
Generalmente
se supone que los deseos y las pasiones son tendencias inherentes en el
individuo. Pero en este sistema filosófico, las pasiones y los deseos no son
inherentes simplemente al individuo, ni tampoco son causados por el cuerpo
mismo.
Mientras
el hombre reside en la Tierra, los deseos y las pasiones —o sea el principio de
Kama— no tienen vida separada del cuerpo astral y del hombre interno, estando,
por decirlo así, esparcidos a través de su ser. Pero al unirse esas tendencias
en fusión con el cuerpo astral después de la muerte y posteriormente formar una
entidad con su propio término de vida aunque sin el alma, surgen entonces
algunas cuestiones muy importantes.
Durante
la vida terrenal, los deseos y las pasiones son guiados por la mente y por el
alma, pero después de la muerte funcionan sin la dirección de su anterior amo y
maestro. Mientras vivimos, somos responsables de ellos y de sus efectos, pero
cuando hemos abandonado esta vida seguimos siendo responsables de ellos, aún
cuando ya nos hayamos separado de nuestro principio kámico en el Kama-Loka.
Seguimos
siendo responsable de nuestro principio kámico mientras este exista como la
entidad antes descrita (kama-rupa) y
continúe funcionando y produciendo efectos sobre los otros seres pero ya sin nuestra
guía directa y control.
En
esto se reconoce la continuación de nuestra responsabilidad. Esas pasiones y
deseos que hemos generado forman parte de las Skandhas (los registros de
nuestro ser) que son bien conocidas en la filosofía oriental y las cuales son
los agregados que constituyen al hombre.
El
cuerpo físico incluye un grupo de Skandhas, el cuerpo astral incluye a otro
grupo de Skandhas, y así con cada principio del ser humano, tiene su grupo de
Skandhas que registra todas sus características.
Y
en el cuarto principio Kama se encuentran las Skandhas más relevantes en lo que
concierne a la reencarnación, porque son las que controlan los renacimientos y
conducen a todas las variedades de vida y circunstancias de cada renacimiento.
Estas
Skandhas están siendo producidas cada día de acuerdo con la ley de que cada
pensamiento se combina instantáneamente con una de las fuerzas elementales de
la naturaleza, convirtiéndose hasta cierto punto en una entidad que perdurará
tanto como haya sido la intensidad del pensamiento al momento de salir del
cerebro, y todas estas entidades quedan irremisiblemente conectadas con el ser
que las creó.
No
hay ningún medio de escape; lo único que podemos hacer es generar pensamientos
de buena índole, porque ni aún los más elevados Maestros están exentos de esta
Ley, sólo que ellos "pueblan su corriente en el espacio" con
poderosas entidades capaces únicamente del bien.
Y
el kama-rupa, o sea este conjunto de
deseos y pensamientos sigue existiendo en el Kama-Loka hasta su desintegración
total, y entonces el remanente consiste en la esencia de esas Skandhas,
conectados desde luego con el ser que los generó.
La
eliminación de estas Skandhas es tan imposible como borrar el universo. Por lo
tanto, se dice que permanecen latentes e inactivos hasta que el ser o Ego
emerge del estado del Devachan y entonces, instantáneamente y de acuerdo con la
ley de la atracción, las Skandhas son atraídas hacia su ser, quien con tales
Skandhas, como gérmenes o base, elabora para la nueva encarnación una nueva
serie de características.
Kama-Loka,
por lo tanto, se distingue del plano terrestre por la existencia allí de masas
de pasiones y deseos sin control ni guía; pero al mismo tiempo la vida
terrestre es también una especie de Kama-Loka, puesto que se encuentra
gobernada mayormente por el principio de Kama.
Y
continuará siéndolo así hasta una fecha remota en el curso de la evolución en
que los humanos habrán desarrollado los principios quinto y sexto de su
naturaleza (o sea el discernimiento y la espiritualidad), desplazando así el
principio de Kama hacia su propia esfera de acción, y liberando de esta manera
la vida terrenal de su influencia.
Kama-rupa
es simplemente un cascarón sin alma y sin conciencia así como también es incapaz
de actuar, a no ser que sea vivificado por fuerzas externas (como sucede con
las sesiones espiritistas).
Y
cuando el kama-rupa se despierta tiene lo que aparenta ser una conciencia
animal o automática producida enteramente a la muy reciente asociación con el
Ego, porque de acuerdo con los principios presentados en otro capítulo, cada
uno de los principios que forman parte del hombre posee una memoria capaz de
durar por un período de tiempo proporcional al ímpetu que se le dio.
Y
en el caso de una persona muy materialista y crasa o egoísta, el ímpetu
predomina por más largo tiempo, y por consiguiente en ese caso, la conciencia
automática parecerá más definida y desconcertante para quien, sin conocimiento
de la materia, especule con la necromancia.
La
parte puramente “astral” de este cascarón contiene y lleva los anales de todo
lo que ocurrió en presencia de la persona cuando esta vivía, porque una de las
propiedades de la substancia astral es la de absorber las escenas e imágenes y
las impresiones de todos los pensamientos, y retenerlos y proyectarlos por
reflejo cuando las condiciones se lo permiten.
(Nota:
la palabra astral se emplea aquí para designar la zona intermedia entre el
Cielo y la Tierra, y por consiguiente imaginen el Astral como una casa de dos
pisos: el piso de abajo es el plano astral y el piso de arriba es el plano
kámico.)
Entonces
este cascarón astral arrojado por todo ser humano a su fallecimiento (el kama-rupa), sería una amenaza para
todos los hombres si no fuera porque
en todos los casos, con una sola excepción que se mencionará más adelante, carece de los principios dirigentes.
Pero
en la mayoría de los casos encontrándose el cascarón desprovisto de esos
principios dirigentes, éste flota de un lugar a otro, sin ninguna voluntad
propia sino gobernado enteramente por atracciones en los campos astrales y magnéticos.
El
hombre real, el Ego, a quien algunas personas dan el nombre de espíritu, puede comunicarse algunas
veces con nosotros inmediatamente después de la muerte y sólo por unos breves
instantes, pero, pasados estos momentos, el alma no tiene más que hacer con la
vida terrestre, hasta el momento de su subsiguiente reencarnación.
Lo que en realidad puede influir, y en realidad influye la
mayor parte del tiempo a los sensitivos y a los médiums desde la esfera astral,
son los cascarones anteriormente descritos, sin alma y sin conciencia, a menos
que se les despierte.
Pero
estos cascarones astrales no son bajo ningún concepto los espíritus de nuestros
difuntos. Ellos son ropajes y envolturas desechados por el hombre interno; son
la parte burda y maligna de su personalidad, considerados por los antiguos pueblos
como demonios —nuestros demonios personales— por ser esencialmente constituidos por toda
nuestra naturaleza baja.
En
realidad sería sorprendente, si este cascarón, después de haber sido por tantos
años el vehículo del hombre verdadero, o Ego sobre la tierra, no retuviera una
memoria y conciencia automáticas, ya que como podemos observar en los estudios
de biología, al decapitar el cuerpo de una rana o de una gallina, por un cierto
tiempo ese cuerpo puede actuar y moverse con una vida e inteligencia aparentes.
Entonces,
¿Por qué no va a ser
posible, para la forma astral, aún más sutil y delicada, poder actuar y moverse
como lo hacía su antiguo dueño?
(Y
de hecho, mientras más mala haya sido la persona, más su kama-rupa va a guardar
la mayor parte de su personalidad.)
LA REVITALIZACIÓN DEL
KAMA-RUPA O ELEMENTARIO
Existen
en la esfera de Kama-Loka, como por cierto, también en todas las diferentes
lokas del globo y del sistema solar, los elementales o fuerzas de la
naturaleza. Estas entidades son innumerables y sus subdivisiones son casi
infinitas, siendo en cierto sentido, como los nervios de la naturaleza.
Cada
clase de elementales tiene su propia función o trabajo, lo mismo que lo tiene
cada elemento o cada cosa en la naturaleza. Y así como el fuego quema y el agua
apaga el fuego de acuerdo con la propia ley natural, de la misma manera los elementales actúan y funcionan
bajo ley, pero como los elementales del Kama-Loka se encuentran en un grado de
evolución más elevado que los elementales del fuego y del agua de nuestro ambiente
físico, la acción de esos elementales parece ser guiada por la mente.
Algunos
de ellos tienen una especial relación con las actividades mentales y con el
funcionamiento de los órganos astrales, sin importar que estos órganos estén unidos
o no, a un cuerpo físico.
Cuando
un médium forma el canal, y también en el caso de otro tipo de coordinaciones
naturales, estos elementales establecen una conexión artificial con el cascarón
astral de una persona difunta, y con la ayuda del fluido nervioso del médium y de
otras personas que lo rodean (el círculo espiritista) el cascarón se galvaniza y
adquiere una vida artificial.
A
través del médium se establece una conexión con las fuerzas físicas y psíquicas
de todos los que están presentes. Y las viejas impresiones e imágenes latentes
en el cascarón astral transfieren sus imágenes a la mente del médium, las
viejas pasiones se encienden y se enardecen de nuevo.
Numerosos
mensajes y relatos son obtenidos por medio de este proceso, pero ninguno de
esos mensajes es original; ni uno solo proviene del espíritu del alma humana, la
cual ya se encuentra en el Devachan.
Y
por lo extraño de esos mensajes y a consecuencia de la ignorancia de las
personas que a menudo se involucran en esas prácticas espiritistas, esta
experiencia es tomada erróneamente como la obra del espíritu fallecido, pero en
realidad todo ello proviene de esta interacción con el cascarón y los
involucrados en la sesión espiritista, cuando no es simplemente de fragmentos
recogidos de la Luz Astral, obteniendo imágenes de lo que ya ha ocurrido en el
pasado.
Y
también están los casos en donde el “espíritu” que se comunica es un ser con una
inteligencia que es total e intensamente maligna (o sea algún mago negro desencarnado)
y al cual todo médium está expuesto, y lo cual explica por qué tantos de esos
médiums han sucumbido al mal, como ellos mismos lo han confesado.
Una
breve clasificación de estos cascarones que visitan a las sesiones espiritistas
e influyen a los médiums se da a continuación.
1)
Los cascarones de las personas recientemente fallecidas, cuya sepultura se
encuentra a una distancia no muy lejana. Los cascarones de esta clase serán
completamente coherentes con la vida y los pensamientos de sus dueños
anteriores.
Una
persona no materialista, buena y espiritualizada, genera un cascarón que
rápidamente se desintegra. En cambio el cascarón de una persona tosca, mala,
egoísta y materialista será pesado, consistente y tardará mucho en desagregarse;
y así sucesivamente con todas las variedades.
2)
Los cascarones de las personas que hayan fallecido a una distancia lejana del
lugar en donde el médium se encuentra. El transcurso del tiempo que ha pasado
les permite a tales cascarones escaparse de la cercanía de sus viejos cuerpos, pero
al mismo tiempo eso les acarrea un mayor proceso de desintegración, lo cual
corresponde a la putrefacción del cadáver que se percibe en el plano físico.
Estos
cascarones son vagos, indefinidos e incoherentes; responden brevemente al
estímulo psíquico, y son fácilmente barridos y arremolinados por cualquier
corriente magnética. Ellos son galvanizados por un instante por las corrientes
astrales del médium y de las personas que toman parte en la sesión espiritista,
pero pronto vuelven a callarse.
(Lo
que yo he leído es que mientras más se va desintegrando el cascarón, más su
conversación se vuelve incoherente hasta solo pronunciar unas pocas palabras
sin sentido.)
3)
Los restos o reliquias ya muy desechos que difícilmente se les puede clasificar
como cascarones. No hay vocablos en nuestro idioma para describirlos, aunque
tales restos son todavía realidades en esa esfera. Y se puede considerar que
estos restos nebulosos son meramente el molde o la impresión dejada en la materia
astral de lo que fue una vez un cascarón coherente, pero que ya por largo
tiempo se encuentra disgregado.
Por
lo tanto, casi no ameritan esa designación de cascarones. Y tales restos
nebulosos, cuando son vitalizados, ellos reciben una vida imaginaria de los
pensamientos, deseos, esperanzas e imaginaciones de los médiums y de los que
asisten a la reunión espiritista.
4)
Y el último tipo de cascarones son entidades bien definidas y coherentes. Ellos
son humanos desencarnados pero despojados del vínculo espiritual, dirigiéndose
ahora hacia abajo, al peor de todos los estados, el Avitchi, en donde la
aniquilación de la personalidad es la conclusión.
Estas
entidades son conocidas como magos negros que habiendo centralizado su
conciencia en el principio de Kama, conservan todo su intelecto en el
Kama-Loka, y habiéndose divorciado del Espíritu, ellos son en realidad los
únicos seres malditos que conocemos.
Durante
las vidas poseyeron cuerpos humanos, y llegaron a su horrendo estado a
consecuencia de persistentes vidas de maldad
por la maldad misma. Algunos de estos seres ya
condenados a convertirse en la clase de entidades que hemos descrito, se
encuentran entre nosotros sobre la tierra hoy en día.
Estas
entidades no son cascarones ordinarios, porque ellos han centralizado toda su
fuerza en Kama, y han expelido toda chispa de pensamiento virtuoso o aspiración
elevada, y poseen una maestría completa de la esfera astral.
Yo los he clasificado dentro de la categoría de cascarones, porque son tales en el sentido de que
los otros cascarones están condenados al mismo fin, pero sólo de una manera
mecánica. Mientras que estas entidades malignas pueden subsistir y en realidad
subsisten por muchos siglos, gratificando su maldad y lujuria por mediación de todo
ser sensitivo a quien ellos puedan manipular, cuando los malos pensamientos les
abren las puertas.
Estas
entidades presiden en casi todas las sesiones espiritistas, haciéndose pasar
por personajes ilustres y haciéndose cargo del manejo de la sesión a fin de
retener el control y continuar así el interés del médium, proporcionándole los
servicios apropiados para la satisfacción de sus propios deseos egoístas.
Verdaderamente,
junto con los suicidas, los que son condenados a la sentencia de muerte, los
borrachos y los glotones, estos magos negros que habitan el mundo astral tienen
monopolizado el campo de la mediumnidad y son capaces de invadir el ambiente de
cualquier médium por bueno que este sea. Y la puerta una vez abierta permanece
abierta para todos.
Esta
clase de cascarones ha perdido el Manas superior, pero en la lucha, no sólo
después de la muerte sino también durante la vida, la parte inferior de Manas,
que debió haber sido elevada a la perfección divina, fue arrancada de la
influencia benéfica del alma espiritual (Buddhi) y da ahora en adelante esta entidad es un ser
desalmado, o sea una inteligencia carente de Espíritu, pero que es capaz de hacer
sufrir, como ella misma sufrirá cuando le llegue su hora final.
GENTE QUE MUERE ANTES
DE LO PREVISTO
En
la esfera de Kama-Loka, los suicidas y los que repentinamente son despojados de
la vida natural a causa de algún accidente o de homicidio, ya sea legal o
ilegal, pasan allí un período casi igual a lo que hubiera sido el resto de su
vida en la Tierra a no ser por ese violento desenlace.
(En
realidad lo pasan en el plano astral, nada más que los teósofos iníciales
juntaban el plano astral y el plano kámico dentro del Kama-Loka.)
Estos
seres no están verdaderamente muertos, ya que para producirse una muerte
normal, debe de encontrarse presente un cierto factor que no está aún
reconocido por la ciencia médica. Y esto es que los principios que constituyen
el ser, tienen su propio período de cohesión, y a cuya conclusión natural éstos
se separan unos de los otros en virtud de sus propias leyes.
Y
esto implica el gran tema de las fuerzas coherentes que mantienen unidos los
diferentes principios del ser humano, tema que requeriría de un libro por
separado para ser explicado. Por lo que aquí debo limitarme a aseverar que esta
ley de cohesión prevalece en medio de los principios humanos, aunque el cuerpo
físico haya sido eliminado.
Y
por consiguiente, si la muerte no ha sido provocada por el envejecimiento
natural, entonces los citados principios no pueden ser separados, ya que la
destrucción normal de la fuerza cohesiva no puede ser efectuada por medio de
procesos mecánicos con la sola excepción del cuerpo físico.
Y
por lo tanto un suicida, o persona que muere a consecuencia de un accidente o
es asesinada a manos de un hombre o por mandatos de las leyes humanas, no ha
llegado a la conclusión natural de la cohesión entre sus elementos
constituyentes, y es precipitado hacia el Kama- Loka (plano astral) simplemente
en un estado de muerte parcial.
Allí
los principios sobrevivientes tienen que permanecer hasta que la conclusión del
período previsto y natural de la vida se haya completado, bien sea ese período
un mes o sesenta años.
Sin
embargo, los diversos niveles del Astral proporcionan los medios para todas las
variedades de cascarones recién mencionados. Algunos de ellos se pasan todo el período
en un gran sufrimiento, otros en una especie de sueño ilusorio, cada uno de
acuerdo con su responsabilidad moral.
Pero
los criminales ejecutados son generalmente arrancados de esa vida llenos de
odio y de deseos de venganza, afectados por un castigo cuya justicia no pueden
admitir.
Es
en el Astral donde esos criminales están siempre reviviendo su crimen, su
juicio, su ejecución y su venganza. Así que cuando logran ponerse en contacto
con un ser viviente sensitivo, bien sea éste un médium o no, ellos procuran
inyectar pensamientos homicidas y de crímenes en el cerebro de ese individuo, y
a menudo tienen éxito en tales tentativas, incitando a esas personas a cometer
esos actos horripilantes.
~ *
~
Después
de un cierto tiempo en Kama-Loka, el humano cae dentro de un estado de
inconsciencia, el cual antecede a la transición hacia su próximo estado, el
cual se efectúa en la esfera del Devachan. Y este proceso es similar al del
nacimiento a la vida, que tiene como preludio un período tenebroso de un pesado
sueño. El ser asciende entonces a la gloria del Mundo divino. »
(Este
texto se encuentra en su libro “El Océano de la Teosofía”, capítulo 12)
ANEXO
Para
complementar el tema, añado dos preguntas que le hicieron a William Judge sobre
el Kama-Loka y las contestaciones que él dio.
1ra
pregunta:
¿Se reconocen los amigos
terrenales durante su paso por el Kama-Loka?
Respuesta:
Kama-Loka es un estado, no un lugar, por lo tanto no hay un
"recorrido" a través de él. Y sin duda, en algunos casos, si dos
seres están en el estado de Kama-Loka al mismo tiempo, y por razones similares,
y con las mismas corrientes magnéticas, y con la conciencia despierta, pueden
reconocerse entre sí.
Pero
como Kama-Loka es el estado en el que el alma se está liberando de su cuerpo de
las pasiones y deseos, y por consiguiente no puede preocuparse fácilmente de
ningún otro proceso que no sea ese; y es por eso que en el sentido de la
pregunta efectuada, no hay reconocimiento.
En
el Kama-Loka, todos sus viejos pensamientos toman forma y atormentan al alma si
en la vida ha sido malvada, o simplemente temporalmente la detienen, si lo
contrario ha sido el caso.
(Ecos
del Oriente II, p.305)
2da
pregunta:
¿Son
la mayoría de las personas, aquellos que no son ni muy malvados ni muy
espirituales, conscientes en el Kama-Loka de que están muertos? He leído el libro “Los sueños de los muertos” de Edward Stanton, y aunque no puedo
aceptar todo lo que él dice, la información obtenida de otras fuentes ha sido
demasiado escasa para permitirme discernir con precisión entre lo que es
verdadero y lo que es falso en ese libro.
Respuesta:
Así como los médicos saben que cada cuerpo humano tiene sus propias
idiosincrasias físicas, que son bien conocidas por sus efectos y relaciones con
la medicina, y por lo tanto los humanos tienen diferentes reacciones a un mismo
tratamiento. De la misma manera sucede también con las reacciones que
experimentan los humanos después de fallecer.
Y
con esto quiero decir que no existe una regla definitiva que se aplique
invariablemente a todos los seres humanos después de la muerte. Y en
consecuencia, hay muchos tipos diferentes de estados en el Kama-Loka (el mundo
Astral). Algunas personas son conscientes de que dejaron la tierra, otras no lo
son; algunos pueden ver a los que han dejado atrás, otros no; etc.
El
libro del Sr. Stanton es excelente en muchos aspectos, pero no puede ser
exhaustivo. Lo que él describe es sin lugar a dudas lo que le sucede a algunas
personas en el Kama-Loka, pero de ninguna manera describe todos los casos o
hechos posibles de ese estado.
Pero
una cosa puede afirmarse de manera certera, y es que el humano en el Kama-Loka
ve lo que pertenece al estado en el que él se encuentra, ya que todo es una
cuestión del estado de conciencia.
(Ecos
del Oriente II, p.333)
Saludos Cid,
ResponderBorrarEducativo al 100%. Lo he leído como 3 veces je je je.
Recibe un abrazo en Luz,
Entonces ser materialista es aceptable, si después que muera voy a estar durmiendo pero sin soñar no lo veo nada mal...
ResponderBorrarCid no se habla de la cantidad de años que tarda esa transicion de la muerte del cuerpo fisico hasta que se asciende al devachan?
ResponderBorrarEn otros artículos los instructores teosoficos y el maestro Pastor indicaron que la persona se mantiene en el astral hasta que termine lo que habría sido su ciclo normal de vida en la Tierra.
BorrarO sea que si murió a los 60 pero tenía destinado vivir hasta los 90, la persona permanece 30 años en el astral.
Y el maestro kuthumi señaló que la permanencia en el Kama-Loka "varía y es proporcional al vigor de la persona".
Desde mi infancia leo todo el blog y me ha servido demasiado.
ResponderBorrar