(Para
una mejor comprensión, les recomiendo que primero lean el capítulo en donde
resumí la explicación que dan los maestros teosóficos sobre lo que sucede
después de morir link. Para que así ustedes puedan percibir mejor
en qué aspectos difiere la explicación que da Max Heindel.)
Sobre
este tema Max Heindel escribió lo siguiente:
«
ENTRADA EN EL
PURGATORIO
Si
el difunto pudiera dejar tras de sí todos sus deseos, entonces se desprendería muy
pronto de su cuerpo de deseos, quedando rápidamente libre para entrar en el
Mundo Celeste; pero esto no sucede así generalmente. La mayoría de los hombres,
especialmente si mueren en la primavera de su vida, tienen muchos lazos y mucho
interés por la vida en la tierra.
Y
es que al perder su cuerpo físico, no por eso ellos han alterado sus deseos. Y
en realidad, muy a menudo sus deseos son aumentados por un anhelo intensísimo
de volver. Y esto obra sujetándolos más al Mundo de Deseos en una forma poco
agradable, aunque desgraciadamente ellos no lo comprendan así.
Por
otra parte, las personas viejas y decrépitas, y todos los que han sido debilitados
por una larga enfermedad y están cansados de la vida, pasan por el Mundo de
Deseos rápidamente. Y esto se comprenderá mejor con la siguiente ilustración:
una semilla se separa fácilmente del fruto maduro, pues la pulpa no se adhiere
a ella, mientras que en una fruta verde la semilla se aferra con tenacidad a la
carne.
(Esto
que dice Max Heindel no necesariamente es así, ya que puede haber jóvenes que
estén muy desapegados de la vida terrestre, e inversamente personas ancianas
que todavía se encuentren muy aferradas a la vida terrestre, y en particular a sus
posesiones.)
Compréndase
entonces que es muy duro para las personas el verse privadas de su cuerpo por
un accidente, mientras se encuentran en la plenitud de sus fuerzas y salud físicas,
embarcadas bajo muchos aspectos en las actividades de la vida física, ligadas por
los lazos matrimoniales, de familia, de relaciones, de amigos y parientes y en
la realización de negocios y placeres.
(Efectivamente
los accidentes o asesinatos en plena fuerza de la vida generan muchos
trastornos.)
El
suicida, que trató de huir de la vida, únicamente encuentra que está más vivo que
nunca, y en el más lastimoso estado. Puede observar a aquellos a quienes ha perjudicado
quizás por su acto, y lo que es peor de todo, es que tiene un inexpresable sentimiento
de “vacuidad”, de estar “ahuecado” o “vacío”.
La
parte del aura ovoide en la que generalmente está el cuerpo denso, está vacía, y
aunque el cuerpo de deseos ha tomado la forma del cuerpo denso perdido, se
siente como si fuera una cáscara vacía, porque el arquetipo creador del cuerpo
en la Región del Pensamiento Concreto persiste como molde vacío, por decirlo
así, durante tanto tiempo como debió vivir el cuerpo denso.
(En
cambio esto es incorrecto porque el cuerpo sutil del individuo que se suicida,
por lo general sigue lleno de toda esa desesperación que lo llevó a suicidarse,
y es por eso que los teósofos explicaron que el suicidio no te libera del
sufrimiento.)
Cuando
una persona muere de muerte natural, aunque sea en los albores de su vida, la actividad
del arquetipo cesa y el cuerpo de deseos se ajusta por sí mismo como para ocupar
la forma por completo; pero en el caso del suicida, el espantoso sentimiento de
“vacío” permanece hasta que llega el tiempo en el que, por el curso natural de
los acontecimientos, debió ocurrir su muerte.
(El maestro Pastor explicó que no solamente son los suicidas, sino que todas las
personas que mueren antes del tiempo previsto tienen que esperar en el plano
astral hasta que su cuerpo vital terminé de funcionar, y solo después ellas ya pueden
ascender al Mundo de Deseos.)
LA PURIFICACIÓN DE
LOS DESEOS
Mientras
el hombre mantenga deseos relacionados con la vida terrestre, debe permanecer
en su cuerpo de deseos; y como el progreso del individuo requiere que éste pase
por las Regiones Superiores, la existencia en el Mundo de Deseos debe ser forzosamente
purgadora, tendiendo a purificarlo de las cadenas de sus deseos.
Y
el cómo se efectúa ese procedimiento, será bien comprendido tomando algunos
ejemplos definidos. Por ejemplo:
1)
El avaro que ama su oro en la vida terrestre lo sigue amando igual después de
la muerte; pero en primer lugar, no puede adquirir más, porque no tiene cuerpo
denso a su disposición para adquirirlo, y lo que es peor de todo, ya no puede
guardar lo que acumuló durante su vida.
Probablemente
irá y rondará su caja de caudales y observará sus queridos tesoros y sus sacos
de dinero, pero sus herederos aparecerán quizás y con expansiones de alegría
hablarán del “loco avaro” (a quien no ven, pero que son vistos y oídos por este
último), abrirán su caja, y aun cuando el avaro se arroje sobre aquella para protegerla,
ellos echarán mano al dinero, sin imaginarse siquiera que el avaro anda por allí,
y lo gastarán a pesar de los sufrimientos y la imponente rabia del que lo
atesoró.
El
avaro difunto sufrirá intensamente y sus sufrimientos serán tanto más terribles
porque no son completamente mentales, pues el cuerpo denso obstaculiza el
sufrimiento hasta cierto punto.
En
el Mundo de Deseos este sufrimiento tiene amplia expansión y el mísero sufrirá hasta
que aprenda que el oro puede ser una calamidad o un azote. Y en esta forma se
va contentando gradualmente con su suerte y se libera (por último) de su cuerpo
de deseos y puede por fin seguir adelante.
2)
Tomemos otro ejemplo en el caso de un bebedor. Él tiene tanto gusto por los
licores después de su muerte como lo tenía durante su vida, debido a que no es
el cuerpo denso el que le pide la bebida, sino que él se ha vuelto adicto por
el alcohol y no puede estar bien sin su bebida.
Vanamente
protestará de maneras diversas, pero el cuerpo de deseos del bebedor exigirá la
bebida y obligará al cuerpo denso a tomarla, para que así resulte una sensación
de placer, pues aquel producto aumenta la vibración.
Este
cuerpo de deseos subsiste después de la muerte del cuerpo denso; pero el
bebedor que se encuentra en su cuerpo de deseos no tiene ni boca ni estómago
capaces de contener licores físicos.
Puede
(y así lo hace) ir a los bares o cafés donde interpola su cuerpo dentro del de
los bebedores para aprovecharse así un tanto de sus vibraciones por inducción;
pero esto es demasiado débil como para darle satisfacción.
También
puede meterse en un tonel de aguardiente, pero esto tampoco le da resultado porque
en un barril no se producen vapores que sólo se generan en los órganos
digestivos del bebedor. Por lo que hacer esto no tienen el menor efecto sobre
él y se encuentra en parecidas circunstancias a las que se encuentra el hombre
que en un barquichuelo estuviera en medio del océano: “agua, agua por doquier,
pero ni una sola gota para beber”, y en consecuencia, sufre intensamente.
(Esto
es falso porque los maestros explicaron que los olores si ascienden a los
planos superiores de existencia.)
Sin
embargo con el tiempo el bebedor aprende de la inutilidad de desear bebidas que
no puede saborear.
Y
de la misma manera como sucede con muchos de nuestros deseos en la vida
terrestre, todos los deseos en el Mundo de Deseos mueren por falta de oportunidad
para satisfacerlos. Y cuando el bebedor ha sido así purgado en lo que concierne
a esa costumbre, él se encuentra entonces preparado para dejar el estado de “purgatorio”
y ascender al Mundo Celeste.
Vemos,
pues, que no hay tal Deidad vengativa que ha hecho el purgatorio o el infierno
para nosotros, sino que los creadores de estos han sido nuestros propios actos
y malos hábitos.
Y
de acuerdo con la intensidad de nuestros deseos será el tiempo que nosotros tengamos
que sufrir para su purificación.
(Esto no es así ya que en el “el purgatorio”, o sea el Kama-Loka; lo que Max Heindel llama "el Mundo de Deseos", no hay una purificación de nuestras tendencias bajas, sino una separación temporal de nuestra parte mala que hemos creado, para que la parte buena que hemos desarrollado en nosotros pueda ascender al Cielo.
Esta separación se hace de manera inconsciente ya que el alma de la persona se encuentra dormida. Y en su siguiente reencarnación, la persona va a volver a activar su naturaleza oscura para que se tenga que confrontar con ella — ya que eso forma parte de su Karma personal.
Entonces contrario a lo que afirma
Max Heindel, la purificación de nuestras tendencias negativas se efectúa en el mundo físico y no en el mundo de los deseos.)
¿QUÉ PASA CON LAS
PERSONAS MATERIALISTAS?
Las
personas rectas y honestas que no injuriaron a nadie, pero que estaban tan
sumergidas en los negocios que nada pensaron acerca de la vida superior. Para
ellos el Mundo del Deseo es un estado de la más indescriptible monotonía. No
hay ningún “negocio” en ese mundo, ni hay allí, para un hombre de esa clase,
nada que pueda substituirlo. Y pasa un tiempo muy penoso hasta que aprende a
pensar en otras cosas que no sean sus letras de cambio o sus cheques.
El
hombre que ha pensado sobre el problema de la vida y llega a la conclusión de
que “todo acaba con la muerte”, que niega la existencia de las cosas que están
más allá de los sentidos materiales, ese hombre sentirá también esa espantosa
monotonía. Ha esperado la aniquilación de la conciencia, pero en vez de eso se
encuentra con una percepción aumentada de las personas y cosas que están en
torno suyo.
Ese
hombre se ha acostumbrado a negar esas cosas tan vehementemente que muy a
menudo cree que el Mundo del Deseo es una alucinación y se les puede oír
exclamando con la más profunda desesperación: ¿Cuándo acabará esto? ¿Cuándo
acabará esto?
(Esto
es falso ya que todos los humanos comunes se encuentran dormidos debido a que
se necesita ya tener un nivel bastante avanzado de desarrollo para poder
permanecer despierto en el Mundo de Deseos.)
EL KARMA EN EL MUNDO
DE DESEOS
Esta
es la ley que está señalada por la guadaña de la gran segadora, la Muerte; la ley
dice: “aquello que el hombre siembre, eso mismo recogerá”. Esta es la ley de la
Causa y Efecto que regula todas las cosas, restableciendo el equilibrio, aún
donde el menor acto haya producido una perturbación, desequilibrio que todos
los actos producen.
El
resultado puede manifestarse inmediatamente o puede ser demorado durante años o
vidas enteras; pero algún día en alguna parte se hará la justa y equivalente
retribución. Y el estudiante debe notar muy especialmente que el trabajo de la
ley es completamente impersonal. En el universo no existe ni recompensa ni
castigo. Todo es el resultado de la ley invariable.
La
acción de esta ley se dilucidará completamente en el próximo capítulo, donde la
veremos asociada a otra Gran Ley del Cosmos, que también opera en la evolución
del hombre. La ley que estamos considerando ahora es la ley de Consecuencia.
En
el Mundo de Deseos obra purificando o purgando al hombre de sus deseos inferiores,
corrigiendo las debilidades y vicios que obstaculizan su progreso, y haciéndolo
sufrir de la manera más apta para ese propósito.
Por
ejemplo, si ha hecho sufrir a otros o se ha portado injustamente con ellos,
tendrá que sufrir de idéntica manera. Pero debe notarse, sin embargo, que si
una persona ha estado sujetada por sus vicios o ha hecho mal a otros, pero ha
conseguido al fin dominar aquellos o se ha arrepentido y en lo posible deshecho
el mal causado, tal arrepentimiento, reforma y restitución, ya lo ha purificado
de esos vicios y malas acciones. El equilibrio se ha restablecido, y la lección
se ha aprendido durante esa encarnación, por lo tanto no causará sufrimiento
después de la muerte.
(Aquí
Max Heindel sigue distorsionando las cosas porque los maestros explicaron que
la ley del karma hace una pausa momentáneamente cuando la persona muere, para
luego volverla a perseguir cuando la persona vuelve a reencarnar.
Y
esto se debe porque es el Mundo Físico el lugar de acción y de aprendizaje.
Mientras que el Mundo Celeste es el lugar de descanso y asimilación. Y el Mundo
de Deseos es simplemente un puente entre esos dos mundos.)
EL TIEMPO EN EL MUNDO
DE DESEOS
En
el Mundo de Deseos se vive tres veces más rápidamente que en el Mundo
Físico.
Un hombre que haya vivido cincuenta años en el Mundo Físico viviría los mismos sucesos
en el Mundo de Deseos en unos dieciséis años. Esto es, por supuesto, generalmente
hablando.
Hay
personas que permanecen en el Mundo de Deseos mucho más tiempo del que pasaron
en su vida física. Mientras que otras que por el contrario, han abandonado la
vida con muy pocos deseos groseros, pasan por ese Mundo en un período de tiempo
mucho más corto; pero el tiempo indicado es el usual en lo que se refiere al hombre
corriente del día.
(Es
cierto que la duración en el Mundo de Deseos varia para cada persona en función
de varios factores, pero los maestros no especificaron que la duración
correspondiera a un tercio de lo que la persona vivió en la Tierra, por lo que
yo sospecho que eso es un invento de Max Heindel.)
EL REPASO DE LA VIDA EN EL MUNDO
DE DESEOS
Debe
recordarse que conforme el hombre deja el cuerpo denso al morir, su vida pasada
se despliega ante él en imágenes, pero que entonces no siente nada por ellas.
En
cambio durante su estancia en el Mundo de Deseos estas imágenes de vida se
despliegan de nuevo ante él, hacia atrás como antes; pero el hombre ahora tiene
todos los sentimientos que le es posible tener conforme las escenas van pasando
una por una ante él.
Cada
incidente de su pasada vida vuelve a ser vivido de nuevo. Y cuando ha llegado
al punto en que se ha injuriado a alguien, el mismo sufre el dolor que sufrió
la persona injuriada. Vive toda la aflicción y el sufrimiento que causó a los
demás y aprende cuán dura de soportar fue la herida o aflicción que él causó.
(Esto
no es lo que dijeron los maestros. El maestro Kuthumi explicó que durante su
estancia en el Mundo de Deseos, los humanos duermen. Aquellos que fueron buenos
tienen dulces sueños, aquellos que fuero malos tiene pesadillas, y aquellos que
son muy materialistas, simplemente duermen pero sin soñar en algo.)
LAS PERCEPCIONES EN
EL MUNDO DE DESEOS
Hay
otra característica peculiar a esa fase de la existencia post-mortem que está íntimamente
relacionada con el hecho ya mencionado de que la distancia está casi suprimida
en el Mundo de Deseos.
Y
es que cuando un hombre muere, le parece que surge en su cuerpo vital; que
crece inmensamente hasta adquirir proporciones colosales. Y este sentimiento es
debido, no a que el cuerpo crezca realmente, sino a que las facultades perceptivas
reciben tantas impresiones de tantas fuentes que parece que todas están a mano.
Y lo mismo sucede con el cuerpo de deseos.
Al
hombre le parece que está presente ante todos aquellos con los cuales sus
relaciones en la tierra fueron de manera tal que necesitan corrección. Y si ha
injuriado a un hombre en San Francisco y a otro en Nueva York, él sentirá como
si una parte de su ser estuviera en cada una de esas ciudades. Y esto le
produce un sentimiento inexplicable de estar hecho pedazos.
(Esto
lo está inventado Max Heindel porque en realidad las personas están dormidas.)
LA IMPORTANCIA DE NO
LLORAR
CUANDO ALGUIEN ESTÁ
FALLECIENDO
El
estudiante comprenderá ahora la importancia del panorama de la vida pasada durante
la existencia purgatorial, en la que este programa se realiza en sentimientos definidos.
Si
se le dejara tranquilo al hombre que está muriendo, sin perturbarlo, al morir,
la impresión de aquel se realizará en toda su plenitud, clara y profundamente,
en el cuerpo de deseos, lo que haría la vida en el Mundo de Deseos mucho más
vívida y consciente, y la purificación sería más perfecta que sí, debido a los
lamentos por parte de los que lo rodean en su lecho de muerte durante el
período de tres días mencionado, el hombre solo pudiera tener una impresión vaga
de su vida pasada.
El
espíritu que ha grabado en su cuerpo de deseos un recuerdo claro y profundo
comprenderá los errores de su vida pasada mucho más clara y definidamente que
si las imágenes fuesen borrosas, debido a que la atención individual ha sido
distraída por los lamentos y sufrimientos de los que lo rodeaban.
Sus
sentimientos concernientes a las cosas que causan su sufrimiento actual en el Mundo
de Deseos serán mucho más definidos si se graban profundamente por medio de una
impresión panorámica clara y distinta que si la duración de aquel proceso fuera
corta.
Este
sentimiento agudo, preciso, es de un valor inmenso en las vidas futuras. Estampa
sobre el átomo-simiente del cuerpo de deseos una impresión imborrable. Las experiencias
se olvidarán en las vidas futuras, pero el sentimiento subsistirá.
Y
cuando se presenten nuevas oportunidades para repetir los errores de nuestras
vidas pasadas, este sentimiento nos hablará con toda claridad y de manera inequívoca.
Es
“esa voz perenne y constante” que nos quema aunque no sepamos por qué; pero
cuanto más claro y definido haya sido el panorama de nuestras vidas pasadas,
tanto más a menudo, fuerte y clara oiremos esa voz.
Vemos
pues, cuán importante es que permitamos al espíritu agonizante morir con toda
calma y quietud. Porque haciéndolo así le ayudaremos a recoger el más grande beneficio
de la vida que acaba de vivir, al suprimir en el futuro los mismos errores; en
tanto que nuestras lamentaciones egoístas e histéricas pueden privarlo de gran
parte del valor de la vida que acaba de concluir.
(Es
cierto que es recomendable no llorar cuando una persona está muriendo porque eso
dificulta su transición hacia el mundo sutil. Pero es falso que eso afecte sus
recuerdos, porque ese proceso es automatizado y la persona no interviene en
ello.
Y
el átomo-simiente del cuerpo de deseos no existe porque es una mentira inventada
por Charles Leadbeater.)
EL OBJETIVO DEL PURGATORIO
El
objeto del purgatorio es el borrar los malos hábitos haciendo imposible su gratificación.
El individuo sufre exactamente lo que ha hecho sufrir a otros con su deshonestidad,
crueldad, intolerancia o lo que fuere. Y por este sufrimiento aprende a obrar cariñosa,
honesta y benévolamente y con toda paciencia para los demás en el futuro. Y como
consecuencia de este beneficioso estado, el hombre aprende el valor de la
virtud y de la acción justa y recta.
(Como
lo expliqué más arriba, el proceso de aprendizaje se efectúa en el plano
físico, no en el “purgatorio”. El Mundo de Deseos es simplemente el puente que tienen
que atravesar las almas humanas para poder llegar al Mundo Celeste.
Y
el Mundo de Deseos también hace la función de basurero, debido a que como el
Mundo Divino vibra muy elevadamente, ahí no pueden existir las vibraciones
bajas, y es por eso que las personas tienen que dejar su parte mala en el Mundo
de Deseos para poder así entrar en el Mundo Celeste.)
Cuando
el humano renace, él está libre de malos hábitos, o por lo menos, las malas
acciones que cometa son producto de su voluntad libre.
(Esto
es falso, ya que aunque su anterior cuerpo de deseos se desintegra, las características
negativas de la persona quedan registradas en sus skandhas, y por consiguiente
la persona va a tener que volver a lidiar con esas características en su nueva
reencarnación.)
Sin
embrago, la tendencia a repetir el mal de sus vidas pasadas subsiste, porque
debemos aprender a obrar con rectitud, conscientemente y por propia voluntad. Y
ocasionalmente estas tendencias nos tientan, proporcionándonos así
oportunidades de dominarnos a nosotros mismos e inclinarnos hacia la virtud y
la compasión, y oponernos a la crueldad y al vicio.
Pero
para indicarnos la rectitud en el obrar y ayudarnos a resistir los sofismas e
impulsos de la atención, tenemos el sentimiento que resulta de la purificación
de los malos hábitos y la expiación de los malos actos de nuestras vidas
pasadas.
Y
si escuchamos esa voz y nos abstenemos del mal que nos tentaba, la tentación
cesa. Nos liberamos de ella para siempre. Pero si caemos de nuevo,
experimentaremos un sufrimiento aún mucho más agudo que antes, hasta que aprendamos
a vivir la Regla de Oro, porque el destino de los transgresores es muy duro.
Y
aún así no hemos llegado todavía al fin. Hacer el bien a los demás porque
deseamos que ellos nos lo hagan a nosotros es esencialmente egoísta. A su
debido tiempo deberemos aprender a hacer el bien sin mirar cómo nos tratan los
demás; como Cristo dijo, debemos amar a nuestros enemigos.
MÉTODO PARA EVITAR EL PURGATORIO
Hay
un beneficio inestimable en conocer el método y objeto de esta purificación, porque
así nos es posible adelantarnos a ella viviendo nuestro purgatorio aquí y
ahora, día a día, avanzando mucho más a prisa que lo que sería posible de otra
manera.
Se
aconseja un ejercicio en la última parte de esta obra, cuyo objeto es la
purificación como ayuda para el desarrollo de la visión espiritual. Consiste en
meditar sobre los acontecimientos del día al retirarse por la noche.
Contémplese
cada incidente del día en orden inverso, fijándose especialmente en su aspecto
moral, considerando dónde y cuándo se obró con rectitud o erróneamente en cada
caso particular, en pensamiento, palabra y obra. Juzgándonos así cada día,
tratando de corregir los errores y las malas obras, acortaremos materialmente y
quizás hasta suprimiremos la necesidad del purgatorio y podremos pasar
directamente al primer cielo después de la muerte.
(No
se puede evitar el purgatorio porque es como un ascensor: no puedes llegar al
tercer piso sin atravesar el segundo piso. Pero en cambio si es cierto que mientras
más te purifiques durante tu vida terrenal, más rápido pasarás por el Mundo de
Deseos.)
Y
si de esta manera nos sobreponemos a nuestras debilidades, también hacemos un
adelanto material en la escuela de la evolución. Y aunque fracasemos en
corregir nuestras acciones derivaremos, sin embargo, un enorme beneficio en
juzgarnos, generando aspiraciones hacia el bien, las que a su debido tiempo se
traducirán en rectitud de obrar.
Entonces
al examinar los sucesos del día y lamentarnos de lo mal hecho, no debemos olvidar
el aprobar impersonalmente el bien que hayamos hecho y determinarnos a obrar aún
mejor. Y de esta manera fortificamos el bien por la aprobación, así como
debilitamos el mal por la reprobación.
El
arrepentimiento y la reforma son también factores poderosos para acortar la existencia
en el purgatorio, porque la Naturaleza nunca gasta esfuerzos en procesos inútiles.
Cuando comprendemos el error de ciertos hábitos o actos de nuestra vida pasada y
nos determinamos a borrarlos o a deshacer el mal hecho, expurgamos las imágenes
de ellos de nuestra memoria subconsciente y ya no estarán allí para juzgarnos
después de la muerte. Aun cuando no podamos restituir o recompensar el mal
hecho, la sinceridad de nuestro dolor bastará. La Naturaleza no tiene por fin
la revancha. Recompensa puede dársele a nuestra víctima en otra forma.
(Aquí
Max Heindel está mezclando las cosas, porque el arrepentimiento no va a
eliminar el recuerdo que yace en tu subconsciente, el arrepentimiento va a permitir compensar tu karma negativo de una manera positiva.)
Muchos progresos ordinariamente reservados para las vidas
futuras serán hechos por el hombre que se tome el trabajo de examinar y
juzgarse a sí mismo, desalojando los vicios y reformando su carácter. Esta
práctica es muy recomendable. Y es quizás la enseñanza más importante de esta
obra. »
(Todo esto se
encuentra en su libro “El Concepto
rosacruz del Cosmos”, en el capítulo 3)
CONCLUSIÓN
La explicación que da
Max Heindel tiene algunos puntos positivos como señalar la importancia de
buscar purificarnos y mejorarnos durante nuestra vida en la tierra, pero su explicación
sobre lo que sucede en el Mundo de Deseos está muy errónea si la comparamos con
lo que enseñaron realmente los maestros de sabiduría.
cid como puedo bajar entidades a mi plano energetico para mayor vitalidad? el chi kung no me ayuda mucho llevo bastante años creo que es momento de ir por algo mas avanzado pero no tengo acceso a tal informacion
ResponderBorrarYo tampoco tengo acceso a esa información.
Borrardonde la busco los decretos no funcionan cid ,como accedo a los registro akashico?
BorrarNo lo sé
BorrarSeñor CID, no se supone que Max Heindel contempló directamente lo que el expone en el Concepto Rosacruz del Cosmos Y no que los haya tomado de Leadbeater? Cuales son los libros de los maestros teosofos que sí exponen correctamente lo que dice Max Heidel?
ResponderBorrarTodavía no termino de leer toda la obra de Max Heindel, pero hasta ahora solo he constatado que él plagió las mentiras que inventaron Leadbeater y Rudolf Steiner.
Borrar"Y de acuerdo con la intensidad de nuestros deseos será el tiempo que nosotros tengamos que sufrir para su purificación".Si bien es cierto que se recoge lo que se siembra, esta frase no tiene sentido si purgamos nuestros actos en las reencarnaciones posteriores.Creo que el purgatorio no es un lugar de castigo ni de extinción del karma ni de aprendizaje.Es sólo un lugar de transición hacia devachán.Sí creo que a algunas almas menos avanzadas o más apegadas a lo material les costará más desapegarse y quizás puedan influenciar negativamente a los vivos creando asi mas karma todavía.Aunque muchos autores apuntan hacia los elementarios o cascarones que se resisten a su desintegración en kama-loka como responsables de estas malas influencias sobre los vivos.......En fin, no sé, el tema es muy complejo.......
ResponderBorrarTienes razón, lo expliqué mal, pero ya lo corregí para que sea más comprensible. Gracias por habérmelo señalado.
BorrarGracias a ti, Cid. Yo sólo expreso mi humilde opinión con la intención de encontrar algo de luz sobre el tema.Tan sólo intento contrastar las informaciones que me llegan con las experiencias y vivencias propias.Pero, en realidad, no sé nada.....Gracias y saludos!
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