En
su libro “La Conexión entre Max Heindel y
Rudolf Steiner”, el investigador
Charles Weber demuestra como Max Heindel le plagió, pero de manera
verdaderamente exorbitante a Rudolf Steiner.
Ya
que simplemente en el primer libro que publicó Max Heindel: “El Concepto Rosacruz del Cosmos”,
Charles Weber señaló más de 145 plagios. Y en los siguientes libros que
escribió Max Heindel, Weber enlistó otros 77 plagios más.
Y
Charles Weber precisó que él no transcribió todos los plagios que existen porque
sino su estudio se habría vuelto muy largo, y es por eso que él escribió:
« Esta recopilación no es completa porque tal labor
implicaría un libro muchas veces más grande que el actual. Además, a efectos
prácticos, y con algunas excepciones, he omitido la recopilación de pasajes más
largos, pero les aseguro que estos son numerosos. Y de hecho, lo que Rudolf Steiner
a menudo se refiere en un párrafo o en una página, Max Heindel lo retoma y lo expone
en varias conferencias o libros. »
(p.43)
(p.43)
(El
libro de Charles Weber lo pueden descargar en inglés aquí. Y la enumeración y
comparación de los textos en donde él demuestra que hubo plagio se encuentran
de la página 43 a 91.)
Y
a parte de todos los plagios que enumera Charles Weber, yo todavía he
encontrado más plagios, como por ejemplo:
·
Max
Heindel le copió la constitución decuple del hombre que inventó Rudolf Steiner.
·
Max
Heindel le copió los nombres que utilizó Rudolf Steiner para designar la constitución
séptuple del hombre.
·
Max
Heindel le copió los nombres que inventó Rudolf Steiner para designar los
diferentes periodos evolutivos de la Tierra.
·
Max
Heindel le copió la explicación que inventó Rudolf Steiner sobre la duración
para volver a reencarnar.
·
Etc.
Así
es que después de descubrir esto, ahora ustedes pueden comprender mejor por qué
Max Heindel le dedicó su primer libro a Rudolf Steiner, ya que efectivamente
él puso en su libro mucho (pero mucho) de lo que había enseñado previamente
Rudolf Steiner.
Sin
embargo en la posterior edición de su libro “El Concepto Rosacruz del Cosmos”, Max Heindel eliminó esa
dedicatoria, argumentando que cuando él fue a Alemania, Rudolf Steiner estuvo
casi todo el tiempo ausente y que en realidad él había obtenido esa información
que él había puesto en sus libros, de la misma Orden Rosacruz que había
instruido a Rudolf Steiner, y es por eso que existía esa semejanza.
Pero
aunque él había podido comprobar que lo que enseñaba Rudolf Steiner se
encontraba en concordancia con lo que enseñaban los Maestros Rosacruces,
lastimosamente Rudolf Steiner había fracasado como discípulo, y es por eso que los
Maestros Rosacruces lo habían elegido a él (a Max Heindel) para que él fuera
quien transmitiera al mundo el conocimiento Rosacruz.
Pero
para infortunio de Max Heindel, la documentación histórica demuestra que su aseveración
es una vil mentira.
Porque
para comenzar su “enseñanza rosacruz” no tiene nada de rosacruz, sino que es
una copia de la pseudo-teosofía que inventó Charles Leadbeater (como lo estoy
demostrando actualmente en el blog).
Más
un montón de plagios que Max Heindel le copió a Rudolf Steiner (como lo
demostró en su libro el investigador Charles Weber).
Y
el propio Rudolf Steiner comentó que cuando Max Heindel estuvo en Alemania, él
asistió a todas las conferencias que pudo. Tomó
prestadas todas las notas que habían apuntado sus alumnos. Y lo que la gente no
estuvo dispuesta a darle, él lo extrajo a través de la intermediación de la
persona que lo había invitado (la Dr. Von Brandis).
Y yo pienso que esto ha de ser
cierto porque cuando uno profundiza sobre este asunto, uno queda realmente
asombrado por todos los datos que Max Heindel le plagió a Rudolf Steiner, ya
que no solamente le copió frases, conceptos e ideas, sino también tablas,
diagramas, y hasta los poemas y textos de escritores alemanes antiguos que
Rudolf Steiner utilizó para ilustrar su enseñanza.
~ *
~
Y esto demuestra la
poca honestidad que tenía Max Heindel ya que en vez de ser sincero y mencionar
a los instructores sobre las cuales él se basó para elaborar su enseñanza, Max
Heindel prefirió inventar esa falsa historia de ser “el mensajero de los
rosacruces” para así atribuirse a él únicamente todo el prestigio de su obra.
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