Sobre
este asunto, Max Heindel en su libro “Los
Misterios Rosacruces” escribió lo siguiente:
« Antes de entrar en una explicación de
las enseñanzas de los rosacruces, bueno será que digamos unas palabras acerca
de ellos y del puesto que ocupan en la evolución de la humanidad.
En
el siglo XIII apareció en la Europa Central un gran maestro espiritual cuyo
nombre simbólico fue Christian Rosenkreutz, quien fundó la misteriosa Orden
Rosacruz, con relación a la cual tantas suposiciones se han hecho sin que gran
cosa haya llegado al mundo en general, puesto que es la escuela de Misterios
del Oeste y se abre únicamente para aquellos que alcanzaron el estado de
desenvolvimiento espiritual necesario para ser iniciados en sus secretos
relativos a la Ciencia de la Vida y del Ser.
En
toda Orden de Misterios existen igualmente siete hermanos que a veces aparecen
en el mundo para realizar allí el trabajo que sea necesario para hacer
progresar a aquellos a quienes sirven, pero cinco hermanos no son nunca vistos
fuera del templo.
(No
sé si esto sea verdadero o falso, pero dado la gran charlatanería que mostró tener
Max Heindel, es probable que solo sea un invento suyo.)
Ellos
enseñan y trabajan con aquellos que han pasado por cierto estados de
desenvolvimiento espiritual y que pueden dirigirse al Templo en sus cuerpos
espirituales, hecho que se enseña en la primera iniciación, y que suele tener
lugar en el exterior del Templo, por no ser conveniente para todos visitarlo
físicamente. Pero ni aún después de haber cruzados los nueve grados de esta o
de otra Escuela de Misterios se es todavía un rosacruz.
Los
rosacruces son Hierofantes de los misterios menores, y aún más allá de ellos
hay todavía escuelas donde se enseñan misterios mayores.
Todos
aquellos que han dejado atrás los misterios menores y son ya alumnos de los
misterios mayores, se llaman Adeptos; pero ni ellos, aún así han alcanzado la
privilegiada situación de los Doce Hermanos de la Rosa Cruz o de los
Hierofantes de cualquier escuela de misterios menores, así como no han obtenido
la posición y el conocimiento de los catedráticos de la Universidad los
universitarios que acaba de ser graduado en ella.
Uno
de los capítulos siguientes versará sobre la iniciación, pero debemos apuntar
aquí que la puerta de una genuina Escuela de Misterios no se abre con llave de
oro, sino que se abre únicamente como una recompensa a los servicios meritorios
hechos a la humanidad, y todo aquel que se anuncia a sí mismo como un rosacruz
o se encarga de instruir para lograrlo por una cuota monetaria, se tilda de
charlatán por cualquiera de estos dos actos.
(También
ese instructor sería un charlatán si su supuesta enseñanza “rosacruz” resulta
ser un bodrio de mentiras inventadas por otros embusteros, como fue el caso de
Max Heindel.)
En
los siglos transcurridos desde que fue formada la Orden Rosacruz, sus miembros
han trabajado secreta y calladamente, esforzándose en moldear el pensamiento de
la Europa Occidental mediante las obras de Paracelso, Boehme, Bacon,
Shakespeare, Fludd y otros.
Cotidianamente,
a la medianoche, cuando las actividades físicas del día están en su más bajo
reflujo y los impulsos espirituales en su flujo superior, los Rosacruces envían
desde su Templo vibraciones que agitan y conmueven el alma para contrarrestar
el materialismo y para impulsar el desarrollo de las fuerzas del alma. Y a sus
actividades debemos la espiritualización gradual de nuestra mínima ciencia
materialista. »
(Capítulo
1)
Y
esto último Max Heindel lo volvió a repetir en su libro “El Concepto Rosacruz del Cosmos”:
« Durante las últimas centurias los
Hermanos Rosacruces han trabajado por la humanidad en secreto; cada noche, a
media noche, hay un servicio en el Templo, en el que los Hermanos Mayores,
asistidos por los hermanos legos que pueden dejar su trabajo en el mundo (pues
muchos de ellos residen en lugares en los que aún es de día cuando es
medianoche en el lugar donde está situado el Templo de la Rosa Cruz), atraen de
todas partes del Mundo Occidental los pensamientos de sensualidad, avaricia,
egoísmo y materialismo.
Entonces
tratan de transmutarlos en puro amor, benevolencia, altruismo y aspiraciones
espirituales, enviándolos de nuevo al mundo para el mejoramiento y vigorización
del bien.
Y
si no fuera por este potente manantial de vibraciones espirituales, entonces el
materialismo ya habría consumido todo esfuerzo espiritual, porque nunca ha
habido edad más negra, desde el punto de vista espiritual, que los últimos
trescientos años de materialismo. »
(Capítulo
19)
Pero
esto que afirma Max Heindel es incorrecto porque Blavatsky precisó que el
último miembro de la genuina Orden Rosacruz fue Cagliostro quien falleció en
1795.
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Y este es un ejemplo
más de como Max Heindel inventaba cosas para impresionar a sus lectores.
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