¿ESTÁN CON NOSOTROS NUESTROS SERES QUERIDOS DESPUÉS QUE MORIMOS?

La respuesta es SI y NO.

Los maestros explicaron que después de morir, la mayoría de los humanos caen en un profundo sueño y se la pasan soñando durante casi todo su viaje post-mortem, hasta que finalmente vuelven a la Tierra para reencarnar en un nuevo cuerpo físico.

Entonces ustedes comprenderán que bajo esas condiciones no puede haber una convivencia directa con los seres que la persona amó, porque la persona se la pasa todo el tiempo durmiendo.

Pero dentro de su sueño, el humano va a poder crear esa convivencia con sus seres queridos, y aunque solo será un sueño, para él esa experiencia será tan real como si la estuviera viviendo en la Tierra.

Ahora bien, el sueño varía dependiendo del lugar en donde los humanos se encuentren. Y a grandes rasgos, existen tres zonas que los humanos van a visitar durante su viaje post-mortem:

• El Mundo divino
• El Kama-Loka y
• El plano astral

1) La primera zona a la que llegan los humanos después de morir es al plano astral, y ahí el maestro Pastor mencionó que los humanos se la pasan soñando con la vida que ellos tenían antes de fallecer.

Entonces dependiendo de si en ese momento ustedes estaban conviviendo con vuestros seres queridos o no, ustedes convivirán con ellos durante vuestro sueño akáshico en el plano astral.

2) Y cuando termina la estancia en el plano astral, las almas ascienden al Kama-Loka, y ahí el maestro Kuthumi precisó que:

·        Las personas que fueron buenas tendrán dulces sueños.

·        Las personas que fueron malas tendrán pesadillas y

·        Las perdonas que fueron muy materialistas simplemente duermen pero sin soñar en algo.

Y tengo entendido (sin asegurarlo) que los sueños en el Kama-Loka están relacionados únicamente con lo que se vivió concretamente en la Tierra. Entonces, en caso que ustedes sueñen ahí con vuestros seres queridos, será de la manera como ustedes los conocieron, o sea con sus cualidades, pero también con sus defectos.

3) Y cuando termina la estancia en el Kama-Loka, las almas ascienden al Mundo divino (el Cielo, el Devachan), y ahí los instructores teosóficos dicen que el humano va a soñar con aquello que lo haga más feliz, ya sea que lo haya verdaderamente experimentado durante su vida en la Tierra, o que solo lo haya añorado.

Por ejemplo una mujer cuyo gran deseo había sido estar casada pero que por diversas circunstancias no pudo cumplir con ese anhelo. Durante su estancia en el Devachan ella va a soñar que está felizmente casada, y a partir de esa base, ella va a crear toda una hermosa historia relacionada con su matrimonio.

Y si vuestra gran felicidad fue convivir con vuestros seres queridos, pues entonces ustedes los van a encontrar durante vuestro sueño devachánico, pero a diferencia del sueño en el Kama-Loka, esta vez ellos no aparecerán con sus cualidades y sus defectos, sino únicamente en la forma más idóneas que a ustedes les hubiera gustado que ellos fueran.

Y es por eso que William Judge escribió;

« A veces alguien me pregunta:

¿Y qué pasa con esos seres que amamos y que dejamos atrás?

¿Los veremos allá en el Devachan?

Y la respuesta es que no nos encontraremos directamente con ellos, pero en nuestra mente nos creamos sus presencias tan llenas, completas y objetivas como lo fueron en la vida terrestre. Y desprovistos de todo lo que entonces juzgamos como imperfección.

Vivimos con ellos y los vemos crecer nobles y buenos en vez de mezquinos o malos. Por ejemplo, la madre que ha dejado atrás a un hijo que amó mucho pero que era un hombre despreciable y borracho, lo encuentra en el Devachan como un hombre sobrio y bueno; y de la misma manera sucede para todos los casos posibles que ustedes se puedan imaginar.

Padres, hijos, esposos y esposas encuentran allí a sus seres queridos perfectos y plenos de sabiduría. Todo esto para beneficio del alma. Y uno puede calificarlo como una mera ilusión si así lo prefiere, pero la ilusión es necesaria para la felicidad, como a menudo acontece en la vida. Y como la mente es la que produce esta ilusión, no es por lo tanto una trampa, sino la propia recompensa que el alma se da con aquello que la hace más feliz. »

(El Océano de la Teosofía, capítulo 13)

LA SINTONIZACIÓN DE LOS SUEÑOS

Y el maestro Kuthumi precisó que en el Devachan, cuando los sueños se asemejan, entonces se conectan entre ellos, ya que él escribió:

« En el Devachan, dos almas que simpaticen entre sí, cada una desarrollará sus propias sensaciones en su sueño devachánico, haciendo participe de la otra en su arrobamiento subjetivo, pero sin embargo, cada una estará disociada de la otra en lo que respecta a la relación mutua propiamente dicha. »

(CM 25, p.198)

Y por lo tanto podemos considerar que dos personas que se quisieron mucho, van a estar en el Cielo cada una dormida por su lado, pero las dos soñando con el mismo sueño en donde se siguen amando.