Cuando
le preguntaron:
Si la vida terrestre
es tan importante, y lo es ya que es la base de nuestro crecimiento anímico,
siendo este último el resultado de las experiencias que aquí obtenemos. Pero entonces,
¿por qué nuestra vida terrestre es tan corta en comparación con nuestra vida celeste,
la cual en la enseñanza rosacruz se afirma que se aproxima a un millar de años
entre dos vidas terrestres?
Max
Heindel respondió:
« Todo lo que hay en este mundo y que
halla sido hecho por la mano del hombre, es pensamiento cristalizado: las
sillas sobre las que nos sentamos, las casas en las que vivimos, los teléfonos,
los buques, las locomotoras, etc. Todos fueron una vez pensamientos en la mente
humana.
Y
si no hubiera sido por ese pensamiento, la cosa no habría aparecido jamás. Y de
manera parecida, los árboles, las flores, las montañas y los mares, son los pensamientos
cristalizados de las fuerzas de la Naturaleza.
El
hombre, cuando deja este cuerpo al morir y entra en el Segundo Cielo, se
identifica con esas fuerzas de la Naturaleza; entonces trabaja bajo la dirección
de las jerarquías creadoras, construyéndose para sí mismo el ambiente que le
será necesario para su próximo paso de desarrollo.
Allá
en ese cielo, él construye con la substancia mental, los arquetipos de la
tierra y del mar; obra sobre la flora y la fauna, crea todo lo que va a ser su ambiente
en la vida terrestre, con formas mentales. Y en la misma proporción en que
cambie las condiciones en la Tierra, aparecerán éstas nuevas formas cuando el
hombre renazca en el mundo físico.
Pero
hacer cosas de materia mental es muy diferente que hacerlas de materia
concreta. Actualmente somos pensadores muy pobres, y por lo tanto se necesita
un gran período de tiempo para que hagamos esas formas mentales en el segundo
cielo.
Entonces,
también, debemos esperar un tiempo considerable antes de que esas formas
mentales se hayan cristalizado convirtiéndose en un ambiente físico real, al
que vamos a ir. Y por consiguiente, es necesario que estemos en el Mundo Celeste
mucho más tiempo que el que estamos en la vida terrestre.
Pero
cuando hayamos aprendido a pensar correctamente podremos crear cosas ya
directamente aquí, en el Mundo Físico, en mucho menos tiempo que el que ahora tardamos
en formarlas laboriosamente en el Mundo Celeste. Y entonces ya no será
necesario estar fuera de la vida terrestre por tanto tiempo como ahora. »
(Filosofía
rosacruz en preguntas y respuestas I, pregunta 4)
OBSERVACIONES
En
la respuesta que da Max Heindel, él dice muchas mentiras porque para comenzar
el maestro Kuthumi precisó que los humanos tardan en promedio 1500 años para
volver a reencarnar, y no 1000 años como lo afirma Max Heindel.
Y
el maestro también precisó que prácticamente todos los humanos caen en un
profundo sueño y se la pasan soñando cuando ascienden al Cielo, o sea que para
nada los humanos están trabajando en construir las nuevas formas de la
creación como lo asegura Max Heindel.
Y
el maestro Kuthumi también añadió que uno de los factores importantes que
determina el tiempo que vamos a pasar en el Cielo antes de volver a reencarnar,
es la cantidad de impulsos psíquicos que hayamos
generado durante nuestra vida en la Tierra.
Y esos impulsos psíquicos se generan
a través de todas las experiencias que hayamos tenido. O sea de todos los
conocimientos que hayamos acumulado, de todo el desarrollo que hayamos
alcanzado, de toda las tomas de conciencia que hayamos integrado, etc.
Y esta es una de las razones por las
que es tan larga la estancia en el Cielo, porque como William Judge muy bien lo
explicó:
« En
la vida terrestre solo podemos manifestar en un grado muy fragmentado los
pensamientos que tenemos a cada momento; y aún podemos menos agotar las
energías psíquicas engendradas por esos pensamientos, así como por las
aspiraciones y deseos de cada día.
Pero esta energía engendrada de esta
manera no se pierde, sino que se almacena en nuestro interior. Sin embargo el cerebro,
el cuerpo físico y el cuerpo astral no permiten el pleno desarrollo de esta energía.
Y por consiguiente, esta energía se mantiene latente hasta que llega la hora de
la muerte.
Entonces esta energía surge debido
al debilitamiento de las ataduras y se manifiesta en un estado de expansión,
uso y desarrollo cuando la persona se encuentra en el Cielo.
Tal como se ha dicho, el Ego permanece
en el Cielo un tiempo proporcional a los impulsos generados durante la vida. Y
por lo tanto aquel que en vida no haya generado muchos impulsos psíquicos, solo
tendrá una pequeña cantidad en su naturaleza esencial para mantenerse en el
Cielo antes de volver a reencarnar.
Y la razón por la que la estancia en
el Cielo es tan larga en comparación con la vida en la Tierra, se debe justamente
porque la vida en la Tierra siempre está cargada de muchos pensamientos, y la
desproporción entre los actos efectuados y los pensamientos que le pertenecen íntimamente
a ese acto es enorme.
Y de ahí que sea muy basta la
duración en el Cielo, porque toda la energía psíquica producida por esos
pensamientos que no pudieron encontrar más que una pequeña fracción de expresión
durante la vida terrestre, toda esa energía debe de agotarse y no puede hacerlo
en ningún otro lugar más que en el Cielo. »
(El Océano de la Teosofía, cap. 13,
y Ecos del Oriente II, p.296)
CONCLUSIÓN
Y este es un ejemplo
más de cómo seguido Max Heindel respondía en función de su imaginación y no en
base a un verdadero conocimiento esotérico.
jajaaj ooohhhh y quien es el maestro Kuthumi???.... no sera al reves? porque tengo que aceptar lo que dice el maestro Kuthumi??? porque no debo creer que max heindel dice lo que le transmitieron "los maestros de la orden rosacruz?...porque simplemente no coincide con lo que dice el maestro Kuthumi??....quien corno es e el maestro Kuthumi?
ResponderBorrarKuthumi fue uno de los maestros transhimaláyicos que estuvo detrás del resurgimiento del conocimiento teosófico en el siglo XIX. Y cuando sabes que Max Heindel plagió la versión toda tergiversada que elaboró Leadbeater de esa enseñanza teosófica, pues deduces que es mejor irse con la enseñanza original y no con la versión enmarañada.
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