Sobre
este tema Alice Bailey escribió el siguiente artículo:
¿QUÉ ES UNA
ESCUELA ESOTÉRICA?
Existen
en la actualidad muchas escuelas supuestamente esotéricas que son relativamente
modernas y que se establecieron durante los últimos sesenta años.
No
me refiero a esa Escuela Esotérica que siempre ha existido y está presente en
todas partes del mundo. No posee un nombre determinado, ni tampoco está
representada por alguna organización exotérica ni tiene directores. Esta única
y verdadera escuela ha llenado siempre la necesidad de esos buscadores que a
través de las épocas han solicitado ser admitidos en los misterios, y lo han
logrado después de cumplir con los requisitos.
Me
refiero en cambio a las innumerables escuelas místicas, metafísicas,
teosóficas, rosacruces y a las órdenes ocultas que existen en todas partes. Tales
organizaciones están compuestas por personas que poseen una devota intención
espiritual, animadas por grandes aspiraciones, reunidas alrededor de un instructor
y de ciertas enseñanzas.
El
instructor imparte su interpretación personal de la enseñanza académica
ocultista y acentúa la necesidad de hollar el sendero y lograr la pureza y formación del carácter, adoptando por
lo general la posición de única y máxima autoridad.
Esta
etapa, en la historia del esoterismo, ha sido un buen trabajo de preparación
porque presentó al público la naturaleza de la doctrina secreta, la enseñanza
esotérica y el gobierno interno del mundo. La realidad de la existencia de los
Maestros de Sabiduría —que trabajan con la Jerarquía planetaria bajo la dirección
de Cristo—ha sido ampliamente difundida, ya sea en términos de la teosofía
ortodoxa y de las conjeturas metafísicas hindúes, o bajo la terminología cristiana.
Ya se ha impartido mucho conocimiento al respecto.
El
complicado proceso de la creación divina y la consiguiente manifestación de
Dios, constituye un gran estimulo para el desenvolvimiento mental, pero con
frecuencia trae muy poca comprensión. Las escuelas esotéricas se ocupan de
desarrollar la comprensión. Han difundido últimamente ciertas reglas elementales
destinadas, primeramente a purificar la naturaleza emocional o de deseos; han
tratado extensamente cuestiones como la diversidad de planos, los fuegos
creadores y la diferenciación de la sustancia, así como también los diversos
septenarios que condicionan la vida, la conciencia y la forma. Pero nada de
esto es enseñanza esotérica.
Han
enseñado devoción a los Maestros, pero presentándolos en forma inadecuada.
Expresan que tales Maestros se interesan especialmente por el instructor del
grupo, y a los amigos personales del instructor con frecuencia se les dice que
el Maestro los ha aceptado en el círculo interno de sus discípulos.
Dentro
de estos grupos se erige, casi sin excepción, un círculo íntimo de adherentes,
devotos del instructor, quienes obedecen ciegamente a él y a los supuestos
mandatos del Maestro, trasmitidos por su intermedio, violando así la ley oculta
de que un Maestro no debe dar órdenes ni esperar obediencia.
Por
lo general los grupos esotéricos son hoy organizaciones herméticas, con
miembros seleccionados; fomentan un malsano sentido de misterio y presentan
únicamente a medias esas verdades, que sirven sólo al propósito de testimoniar
la existencia de lo real.
Por
lo tanto, no existe hasta ahora una verdadera escuela esotérica. Su formación
es todavía una esperanza — esperanza que ha llegado a la etapa en que puede
hacerse la debida preparación para su establecimiento.
Lo
antedicho no constituye en manera alguna una condenación al servicio lealmente
prestado, pero sin inspiración. Los estudiantes deben saber que las escuelas con
las cuales estén familiarizados son de únicamente carácter preparatorio,
adoleciendo de muchas fallas, basadas en la flaqueza o fortaleza de los
instructores que las fundaron; y en consecuencia prepondera el énfasis sobre la
personalidad, la demanda de lealtad y la errónea interpretación y aplicación de
la enseñanza. No obstante ello, han sido jalones útiles para el futuro.
En
verdad, no ha llegado aún el momento para establecer verdaderas escuelas
esotéricas. La humanidad no está preparada. Sin embargo en la actualidad hay
bastantes personas inteligentes que justifican la formación de escuelas más
avanzadas de entrenamiento, las cuales sentarán las bases para las escuelas
futuras, que irán apareciendo de acuerdo con la Ley de Evolución.
Las
escuelas esotéricas no son una excepción en el proceso evolutivo y aparecen siempre
en respuesta a la demanda del género humano y cuando su desarrollo mental lo
requiere. En los próximos setenta años se fundarán las nuevas escuelas. Las
actuales deben empezar a renovarse, abandonar lo no esencial y aislar las
verdades realmente esotéricas, para tener una clara visión del objetivo del
entrenamiento esotérico, lo cual aún no se ha hecho.
Debe
conocerse la disciplina a que se someterá el neófito en el futuro, y también
impartirse las técnicas correctas; todo ello será elevado a un nivel superior
al alcanzado en el presente. La enseñanza tiene que independizarse de su actual
tendencia teológica y pronunciamiento autocráticos. Las numerosas escuelas
ocultistas internas y diversas secciones esotéricas, han sido desgraciadamente
culpables de pronunciamientos dogmáticos.
Más
adelante aparecerán instructores que tendrán una verdadera comprensión de la
naturaleza espiritual de la autoridad, la cual no se basará en pretensiones ni
en el misterio, sino en una vida vivida de acuerdo con los ideales más elevados
y en la presentación de una enseñanza que evocará el respeto y la respuesta
intuitiva del discípulo.
El
instructor del futuro señalará simplemente el camino, lo recorrerá con el
discípulo y destacará las antiguas reglas, pero con una nueva interpretación, y
no (corno sucede con frecuencia) colocándose entre el grupo y la luz, o entre
el aspirante y el Maestro.
Estas
escuelas preparatorias ya están en proceso de formación, y la fundación de la Escuela
Arcana, en 1923, fue parte de este esfuerzo espiritual.
A
principios del próximo siglo surgirá de dichas escuelas la primera verdadera
Escuela de Iniciación. Hasta la fecha, las llamadas escuelas esotéricas se
ocuparon de los aspirantes que están en el sendero de probación o purificación.
Las que ahora se forman, como la Escuela Arcana, se ocupan de entrenar
discípulos y prepararlos para hollar el sendero del discipulado, y en fecha posterior
ponerlos en contacto directo con los Maestros. Las nuevas escuelas que se
establezcan en el próximo siglo admitirán y prepararán discípulos para hollar
el sendero de la iniciación.
Tenemos
así un esfuerzo unificado y gradual del cual son responsables los Maestros. Las
escuelas que ahora están en formación para entrenar discípulos son de carácter
intermedio y tienen por objeto establecer un puente entre las escuelas
esotéricas del pasado y las verdaderas escuelas que aparecerán más adelante, lo
cual podría resumirse así:
Con
éstas estamos muy familiarizados y son las escuelas internas de los numerosos
grupos teosóficos, las órdenes rosacruces y las incontables organizaciones
místicas y metafísicas. Aunque de carácter definidamente esotérico, son útiles
para despertar el interés del público. Proporcionan valiosa información
respecto a los tres mundos de la evolución humana (físico, emocional y mental)
siendo exclusivamente para los neófitos que se hallan en el sendero de
probación. Se ocupan del acercamiento a Dios por medio del corazón y también
del profundo instinto humano, si el hombre puede descubrirlo.
Escuelas Esotéricas del
Presente
Las
escuelas que se establecen ahora poseen un mayor conocimiento esotérico que se está
correlacionando y aplicando. Gran parte es todavía teórico, pero la teoría debe
siempre preceder a la práctica. Dichas escuelas llevarán la enseñanza más allá
del punto alcanzado en las primitivas escuelas, trasladándola de los tres
mundos al reino del alma. Se ocuparán de los valores esotéricos y serán de
naturaleza mental, poniendo el énfasis sobre el conocimiento de Dios y no sobre
la idea de ir a tientas detrás de una divinidad presentida.
Las
mejores escuelas del pasado lograron la integración de la personalidad e
hicieron realidad el dualismo esencial del místico. Las nuevas escuelas
persiguen una fusión más elevada, la de la personalidad integrada y el alma.
Revelan que detrás del dualismo del místico, etapa necesaria, existe la
realidad oculta de la identificación con lo divino.
Estas
escuelas serán verdaderamente esotéricas porque para entonces la humanidad
estará preparada. Evocarán y entrenarán la conciencia superior del discípulo,
enseñándosele a trabajar conscientemente en niveles espirituales y a actuar
como alma en los tres mundos de la evolución humana, por medio de una personalidad
altamente inteligente.
Los
discípulos serán preparados para la iniciación, y los iniciados serán
entrenados para iniciaciones mayores y superiores. Harán hincapié sobre el
correcto manejo de las energías y fuerzas, sobre la sabiduría, como resultado
del conocimiento aplicado, y sobre los planes y trabajos de la Jerarquía.
Desarrollarán la intuición, y producirán una fusión aún más elevada entre el
hombre espiritual y el Ser universal.
A
continuación dividiré en acápites lo que tengo que decir respecto a las escuelas:
·
Algunas
definiciones del esoterismo.
·
Cómo
se forma una Escuela Esotérica.
·
Verdades
fundamentales enseñadas en las nuevas escuelas.
El
estudio de estos temas ayudará a conocer en qué consiste la enseñanza
esotérica, y a trabajar como esoteristas, recibiendo el entrenamiento necesario
y aprendiendo a hollar el camino correctamente.
Los
dirigentes o instructores de las actuales seudo escuelas esotéricas deben
enfrentar la realidad por dura que sea. Si son honestos y sinceros lo harán
gustosamente, se adaptarán a las necesidades de la época, valorarán
correctamente el lugar que ocupan en la escala de la evolución y decidirán
hacia dónde deben dirigir sus esfuerzos.
Nada
puede detener los planes jerárquicos, tal como han sido delineados. Quienes no
pueden enfrentarse a sí mismos, ni realizar un trabajo de verdadero valor,
descubrirán que sus escuelas han caducado — esto ya sucede en todas partes.
Los
que se dan cuenta de la situación y pueden percibir el futuro, avanzan hacia
una acrecentada utilidad, una reconstrucción vital y un servicio más amplio.
I - ALGUNAS
DEFINICIONES DEL ESOTERISMO
Las
palabras “esotérico” y “oculto” significan aquello que está escondido; indican
lo que se halla detrás de las apariencias externas y señalan las causas que
producen apariencias y efectos; se refieren al sutil mundo de energías y
fuerzas, que todas las formas externas velan y ocultan, y a lo que debe
conocerse antes de desarrollar la conciencia iniciática.
En
el pasado se hicieron resaltar las fuerzas subjetivas que no dejan de ser
fuerzas materiales ocultas en el ser humano, y frecuentemente los poderes
psíquicos tales como la clarividencia y la clariaudiencia que el hombre comparte
en común con los animales.
En
las antiguas escuelas se ha acentuado de manera extraordinaria la pureza física
y todo lo concerniente a la purificación de las formas, mediante las cuales el
alma debe manifestarse.
Esta
purificación no es de carácter esotérico ni un indicio de desarrollo esotérico
o espiritual, sino únicamente un paso preliminar muy necesario, pues hasta no
emprender tal purificación es imposible realizar un trabajo más avanzado.
Las
disciplinas físicas son necesarias y útiles y deben aplicarse en todas las
escuelas para principiantes, pues mediante ellas el neófito adquiere hábitos de
pureza y construye el tipo de cuerpo que el discípulo necesita para iniciar el
verdadero trabajo esotérico.
Este
entrenamiento elemental permite al neófito transferir su conciencia del mundo
tangible del vivir cotidiano, a los mundos de las fuerzas más sutiles de su
personalidad. Llega así a darse cuenta de las energías que debe manejar, y
presiente vagamente lo que hay detrás de ellas — el alma en su propio mundo, el
reino de Dios.
Ahora
las nuevas escuelas se ocupan de los valores más esotéricos. Entrenan al
discípulo para trabajar como alma, en los tres mundos, y lo preparan para
actuar como discípulo aceptado, en el grupo de un Maestro.
La
mayoría de las escuelas del pasado han descuidado la etapa de integración de la
personalidad y también el conocimiento de la vida en los tres mundos sobre lo
cual se debe instruir al principiante. En cambio han ofrecido la tentadora
perspectiva de hacer contacto con un Maestro y con Su grupo, antes de ser el
aspirante una personalidad coordinada, calificado como “inteligente”, y de
haber establecido contacto con su alma.
Se
ha hecho y se hace hincapié sobre la devoción, devoción al instructor del
grupo, a sus verdades enunciadas y al Maestro, además de la firme determinación
de merecer el título de “discípulo” para decir algún día “conozco a tal o a
cual Maestro”.
Mientras
tanto no se ha dado al principiante una verdadera idea del discipulado ni de
sus responsabilidades. Las nuevas escuelas en formación imparten a sus
estudiantes ideas muy diferentes y emplean técnicas de entrenamiento muy
distintas.
1.
Una escuela esotérica enseña la relación existente entre el alma, el hombre
espiritual, y la personalidad. Ésta es para el estudiante la principal línea de
acercamiento, constituyendo el contacto con el alma su primer gran esfuerzo.
Llega a conocerse a sí mismo y se esfuerza por actuar conscientemente como alma
y no sólo como personalidad activa.
Aprende
a regular y dirigir su naturaleza inferior mediante el conocimiento técnico de
su constitución, y a hacer fluir la luz, el amor y el poder del alma. Por el
alineamiento, la concentración y la meditación, establece contacto permanente
con su ser espiritual interno y está bien encaminado para convertirse en un útil
servidor de la humanidad.
2.
Una escuela esotérica es la ampliación en el mundo físico externo del grupo
interno o Ashram de un Maestro. El discípulo individual aprende a considerarse
un canal para el alma y una avanzada de la conciencia del Maestro.
Una
verdadera escuela esotérica es además la avanzada de algún grupo subjetivo
espiritual o ashram, condicionado e impresionado por el Maestro, como el
discípulo lo es por su alma. Por lo tanto un grupo de esta naturaleza está en
relación directa con la Jerarquía.
3.
Una verdadera escuela esotérica trabaja en cuatro niveles de servicio y
experiencia. Esto permite al discípulo acercarse a la humanidad y utilizar
todas sus facultades. En las verdaderas escuelas espirituales, aprobadas y
apoyadas por los Maestros se enseña al discípulo a servir a la humanidad y no a
ponerse en contacto con un Maestro, como ocurrió con la mayoría de las escuelas
esotéricas del pasado.
El
contacto con el Maestro depende de la calidad del servicio que el discípulo
presta a sus semejantes. Con frecuencia esto lo pasan por alto los instructores
que acentúan el logro y el perfeccionamiento individuales. Las nuevas escuelas
en formación tratan de entrenar a los hombres para satisfacer las necesidades
del mundo y servir espiritualmente en los cuatro niveles de la actividad
consciente, enumerados a continuación:
1) En el nivel del mundo
externo se enseña al discípulo a vivir normal, práctica, efectiva y
espiritualmente en el mundo de la vida cotidiana. Nunca debe ser extravagante
ni raro.
2) En el nivel del mundo
de significados se enseña al discípulo las causas que originan los hechos y circunstancias
individuales y universales. De esta manera se prepara al aspirante para actuar
como intérprete de los acontecimientos y como portador de luz.
3) En el nivel del alma,
su propio mundo, el discípulo se convierte en un canal para el amor divino,
pues la naturaleza del alma es amor, inspirando y curando al mundo.
4) En el nivel del
ashram o grupo del Maestro, a medida que se le revela gradualmente el Plan jerárquico,
aprende a colaborar con éste adquiriendo el conocimiento que le permitirá
dirigir algunas de las energías que producen los acontecimientos mundiales. Así
lleva a cabo los propósitos del grupo interno al cual está afiliado. Inspirado
por el Maestro y Su grupo de discípulos e iniciados activos, imparte a la
humanidad conocimientos definidos acerca de la Jerarquía.
4.
Una escuela esotérica entrena al discípulo para el trabajo grupal. Le enseña a
abandonar sus planes personales en bien del propósito grupal — que está siempre
dirigido a servir a la humanidad y a la Jerarquía. Sin perder nada de su
identidad individual ni particular, se sumerge en las actividades grupales,
contribuye con su dedicación al Plan, sin que ninguna idea proveniente del
no-yo influya en su forma de pensar.
5.
Una escuela esotérica no se funda en la autoridad de algún instructor ni en las
exigencias de que se le reconozca y obedezca. No se basa en las pretensiones de
personas generalmente mediocres que afirman ser iniciados y que en virtud de
ello hablan con autoridad dogmática. La única autoridad reconocida es la de la
verdad misma percibida intuitivamente y sometida al análisis mental y a la
interpretación del discípulo.
El
discípulo (que trabaja con alguno de los Maestros) inicia una escuela esotérica
sin ejercer ninguna autoridad, excepto la que le otorga una vida vivida lo más
ajustadamente posible a la verdad, además de la medida de la verdad que puede
impartir a su grupo.
La
obediencia que el dirigente del grupo debe inculcar a su grupo de estudiantes
es el reconocimiento de la responsabilidad y lealtad conjuntas a las
intenciones y propósitos grupales y —dados como sugerencias, no como órdenes.
Las
declaraciones o exigencias del instructor del grupo, para que se le reconozca
autoridad y se le preste obediencia y lealtad incondicional, lo señalan como
principiante y simple aspirante, aunque tenga buenas intenciones y
sentimientos, e indica que no es un discípulo a cargo del trabajo de la
Jerarquía.
6.
Un grupo esotérico se preocupa del completo desarrollo del discípulo. La
formación del carácter y la aspiración altruista se consideran ya existentes,
pero no se les da gran importancia a las virtudes comunes, a una vida externa
pura, a la bondad, al buen carácter, ni a la total carencia de auto imposición.
Estas
cualidades son consideradas esencialidades básicas y existentes en cierta
medida, pero su mayor desarrollo es una cuestión personal del discípulo y no del
instructor o del grupo.
Se
le da importancia al desarrollo mental a fin de que el discípulo sea inteligente,
analítico (pero no criticador) y posea un rico y bien organizado equipo mental.
La cabeza y el corazón son considerados de igual importancia y similarmente divinos.
La
Jerarquía trabaja con los estados de conciencia de los hombres de cualquier clase,
raza o nación. Los discípulos aprenden a trabajar en la misma forma, para
llegar oportunamente a ser Maestros de Sabiduría. Esto lo obtienen superando
todas las dificultades y obstáculos mediante el poder de sus propias almas. Así
algún Maestro activo ahora en el mundo, queda libre para realizar un trabajo
diferente y más elevado.
7.
Una escuela esotérica es el medio por el cual la vida del discípulo se enfoca
en el alma; los mundos físico, emocional y mental, no son para él la esfera principal
de sus actividades. Estos mundos son meramente su campo de servicio, y la
personalidad se convierte en aquello por cuyo medio su alma sirve.
Aprende
a trabajar totalmente desde niveles espirituales, y su conciencia está
firmemente centrada en el alma y en el ashram de su Maestro. La escuela esotérica
le enseña cómo lograr establecer contacto con su alma, vivir como alma,
reconocer al Maestro y a trabajar en el grupo de un Maestro.
Aprende
la técnica por la cual puede registrar impresiones del Maestro, responder a la
intención del grupo y así ser cada vez más sensible al Plan, en el cual se han
comprometido colaborar su Maestro y el Ashram.
Aprende
a desempeñar su parto en la tarea de elevar la conciencia de la raza, empleando
consciente y directamente la mente entrenada, la naturaleza emocional
controlada y el cerebro receptivo. Entonces desempeña eficientemente la doble y
difícil función del discípulo: vive como alma en la vida diaria y trabaja
conscientemente en relación con la Jerarquía.
Hay
muchas otras definiciones de lo que es una escuela esotérica, pero he elegido
las más sencillas y las que se han de captar primero si se quiere lograr un
correcto progreso. El discípulo es llevado paso a paso, por el sendero hasta el
momento en que está preparado para esos grandes desenvolvimientos de conciencia
denominados “iniciaciones”. Entonces comienza a hollar conscientemente el
sendero de iniciación, que las escuelas esotéricas harán conocer al público en
el futuro.
La
Escuela Arcana se esfuerza por cumplir con los siete requisitos de las escuelas
esotéricas. No se ocupa, ni jamás se ha ocupado de preparar a los discípulos
para las iniciaciones. Procura que sus estudiantes establezcan los contactos
preliminares y trabajen como verdaderos servidores en el mundo.
Actualmente
no existe ninguna verdadera escuela esotérica que entrene para la iniciación.
Las que pretenden hacerlo engañan al público. Se puede dar entrenamiento acerca
de la vida del discipulado, pero académicamente entendido. El entrenamiento en
la vida del iniciado debe comprobarse individualmente y por medio de contactos
en el mundo del ser espiritual.
II - CÓMO SE
FORMA UNA ESCUELA ESOTÉRICA
Una
escuela esotérica no es creada por algún discípulo que recibió órdenes de su
Maestro. El discípulo que inicia una escuela preparatoria de ocultismo lo hace
por propia voluntad. Es su definida y auto elegida tarea. Sirvió lo mejor que
pudo en el Ashram de un Maestro; conoce las necesidades del mundo; ansía
intensamente servir, y es consciente de que aprende continuamente y de los
métodos por los cuales ha aprendido y progresado en el sendero.
Por
lo tanto, es un trabajador consciente de su deber como discípulo, está en contacto
con su alma y es cada vez más sensible a la impresión del Maestro. Generalmente
no proyecta iniciar una escuela esotérica; en su mente no se configura una
definida y planificada organización; ansía simplemente satisfacer las
necesidades que lo circundan.
Debido
a que está en contacto con su alma y —en el caso de discípulos más avanzados—
con el Maestro y el Ashrama, su vida diaria llega a ser magnética, radiante y
dinámica y, en consecuencia, atrae hacia él a quienes puede ayudar reuniéndolos
a su alrededor.
Se
convierte en el punto central de vida de un organismo viviente, y no en el
dirigente de una organización. Tal es la diferencia entre el trabajo de un
aspirante bien intencionado y la de un discípulo entrenado.
El
mundo está lleno de organizaciones, a cuyo frente hay alguien con móviles generalmente
sanos, pero cuyos métodos y acercamientos hacia quienes trata de servir, son
similares a los del mundo comercial; podrá crear una organización útil, pero no
fundar una escuela esotérica.
El
discípulo se convierte en el centro de un grupo vital y radiante, que crece y
alcanza sus objetivos, porque la vida en el centro se desarrolla de adentro a
fuera. Por la fuerza de su vida logra el éxito, no por un sistema de
propaganda. Raras veces o nunca, tiene éxito comercial.
La
gente responde a la nota emitida y a las verdades que se enseñan, y la
influencia del grupo aumenta constantemente hasta que el discípulo es responsable
de un grupo de aspirantes.
Según
la medida de contacto con su alma, y su respuesta sensible a las sugerencias del
Maestro y a las impresiones del Ashram con el cual está afiliado, así será la
fuerza y utilidad del grupo con el cual trabaja.
Poco
a poco irá reuniendo a su alrededor a quienes pueden ayudarlo en la enseñanza,
según la sabiduría y el discernimiento que demuestre en la elección de sus
colaboradores será el éxito de su servicio.
No
asume autoridad alguna sobre el grupo ni sobre sus colaboradores, excepto la
autoridad que le otorga su mayor conocimiento, sabiduría y luz; esto le hace un
punto inconmovible de poder, contra el cual las interpretaciones insignificantes
y métodos se estrellan y desaparecen.
Enseñan
ciertos principios ocultos inalterables que el grupo aceptará fácilmente y sin controversia,
y precisamente esos principios son los que le llevaron a efectuar ese trabajo.
Si en sus colaboradores observa signos de desarrollo espiritual los coloca en
posiciones de responsabilidad, a medida que se van capacitando. Vive
continuamente como aprendiz y condiscípulo, hollando con ellos el sendero.
La
tónica del verdadero dirigente esotérico es humildad, lo que indica visión y
sentido de proporción, y le enseña que cada paso adelante en la vida espiritual
revela las etapas que aún le quedan por dominar.
La
diferencia entre discípulo entrenado y principiante reside en que este último
posee visión limitada y se inclina a creer que el camino es más fácil de lo que
realmente es; entonces se sobrestima. En cambio, el discípulo tiene una amplia
visión y sabe cuántofalta para convertirla en realidad.
Las
escuelas esotéricas se pueden dividir en diferentes categorías, dependiendo del
grado de evolución del instructor. La comprensión subconsciente al respecto,
lleva al dirigente mediocre a tratar de imponer su trabajo y llamar la atención
sobre sus esfuerzos, mediante ruidosas declaraciones, pretendiendo familiaridad
con el Maestro y, a veces, con toda la Jerarquía, exigiendo así reconocimiento.
Esto
significa ser principiante, pues debe saberse que una verdadera escuela
esotérica es iniciada siempre por un discípulo, y ésta es su tentativa de
servicio y no el campo de expresión de un Maestro.
El
discípulo —no el Maestro— es el único responsable del éxito o fracaso de la
escuela. Los Maestros no son responsables de las escuelas que hoy existen, ni
de las que están en proceso de formación. Tampoco establecen normas ni
solucionan problemas.
En
la medida en que el discípulo dirigente esté en contacto consciente y humilde
con el Maestro y Su Ashram, así afluirá a la escuela el poder del grupo
interno; esto se manifestará como luz y sabiduría espirituales, no como
dirección, mandato u órdenes concretas, ni como responsabilidad transferida del
dirigente al Maestro.
El
discípulo toma sus propias decisiones, entrena a sus colaboradores, anuncia sus
propias normas, interpreta la Sabiduría Eterna de acuerdo con la luz que hay en
él, y supervisa el entrenamiento dado a los estudiantes. Cuanto más avanzado,
menos hablará el discípulo de su Maestro, y señalará más eficazmente el camino
hacia la Jerarquía acentuando también la responsabilidad individual y los
principios básicos ocultos.
Las
escuelas que existen hoy en el mundo pueden dividirse en tres grupos:
1.
Hay un sinnúmero de seudo escuelas esotéricas, iniciadas por aspirantes los
cuales desean ayudar a sus semejantes, impulsados por amor a la enseñanza,
cierta medida de amor a la humanidad y algo de ambición personal.
En
resumidas cuentas, sus métodos son exotéricos; la enseñanza que imparten se funda
en lo que ya se ha dado y conoce; enseñan pocas novedades aunque las disfracen
con distintos grados y misterios.
Emplean
los libros comunes sobre ocultismo o recopilan de otros sus propios libros de
texto extrayendo frecuentemente los detalles espectaculares y sin importancia y
omitiendo lo espiritual y esencial.
Anuncian
sus escuelas por cualquier medio, y con frecuencia hacen resaltar el aspecto
comercial. Exigen obediencia; menosprecian y critican a otras escuelas; enseñan
adhesión exclusiva al dirigente, y lealtad a su interpretación de la verdad;
realizan un trabajo útil entre las masas, familiarizándolas con la existencia
de los Maestros y la doctrina secreta, y brindándoles la oportunidad para el
desarrollo espiritual.
Ocupan
un lugar definido en el plan de la Jerarquía; pero no son escuelas esotéricas,
ni sus dirigentes discípulos, sino aspirantes en el sendero de probación, y no
muy avanzados.
2.
Existen también cierto número de escuelas esotéricas, iniciadas por discípulos,
que están aprendiendo mediante el esfuerzo de ayudar a su grupo, la forma de enseñar
y servir.
Estas
escuelas son pocas comparadas con las del primer grupo, y numéricamente muy
pequeñas, porque el dirigente se ajusta más a las reglas ocultas y se esfuerza
por cumplir con los requisitos espirituales.
Trata
de enseñar humildemente y sin pretensiones; se da cuenta de que está alcanzando
poco a poco el conocimiento del alma y que su contacto con el Maestro no es
frecuente. Comúnmente presenta la verdad en forma académica y teológica, pero
rara vez es personalmente autoritario.
Su
influencia y radiación aún no son muy potentes, pero es cuidadosamente vigilado
por el Maestro, porque constituye un valor positivo en potencia y se confía en
que aprenderá generalmente por sus errores.
Atrae
mucho menos público que el primero y ruidoso grupo, pero da un entrenamiento
más sensato y prepara a los principiantes en los fundamentos de la Sabiduría
Eterna. Su trabajo se halla entre los grupos del pasado y los que hoy se van
formando.
3.
Están apareciendo ya las nuevas escuelas esotéricas iniciadas por discípulos
más avanzados. Lógicamente debe ser así, pues la tarea es más difícil, e
involucra la enunciación de una nota tan clara que hará surgir nítidamente la
diferencia entre lo nuevo y lo antiguo, y se darán ciertas verdades e
interpretaciones nuevas. Esta presentación nueva y más avanzada se funda en
antiguas verdades; pero se interpretarán diferentemente y despertarán antagonismo
en las antiguas escuelas.
Estos
discípulos más avanzados emiten una radiación de mayor potencia; su influencia
y trabajo mundial, mucho más amplios, evocan antagonismo y rechazo en los
grupos del pasado, pero también respuesta de muchos que pertenecen a esos
grupos que han superado los métodos antiguos, han esperado un nuevo
acercamiento a Dios y están preparados para un llamado más espiritual.
Ellos
se convierten en puntos focales de actividad espiritual en los antiguos grupos y
en su medio ambiente, lo cual conduce a:
a)
Que
los grupos del pasado rechacen a quienes respondan a la nueva enseñanza
esotérica, expulsándolos de su grupo.
b)
Que
las nuevas escuelas tomen forma, gracias a este rechazo, en respuesta a la
enseñanza impartida por un discípulo más poderoso y desinteresado.
c)
Que
el público sea consciente del nuevo movimiento, surgiendo así un profundo
interés por las cosas esotéricas relacionadas con la Jerarquía.
Estos
discípulos, a quienes se les confía la difícil tarea de inaugurar las nuevas
escuelas, son conocidos técnicamente como discípulos mundiales. Su influencia
penetra en todas direcciones, quebrantando y perturbando las escuelas del
pasado y liberando a quienes están preparados para las nuevas enseñanzas; crean
nuevas escuelas intermediarias entre las antiguas y las futuras Escuelas de
Iniciación; impresionan la conciencia de los hombres, ampliando el punto de
vista del público en general y presentando a la humanidad nuevos conceptos y
renovadas oportunidades.
Esto
ya está ocurriendo. Los investigadores, por lo tanto, deban aprender a
diferenciar entre el trabajo de un aspirante bien intencionado, que funda una
escuela de esoterismo para principiantes, el trabajo de un discípulo que está
aprendiendo a ser instructor y el de los discípulos mundiales que están derribando
los antiguos métodos e instituyendo nuevos y más adecuados, para la enseñanza
de la verdad oculta. La Escuela Arcana es parte de este último esfuerzo
mundial.
Existen
también ciertas escuelas espúreas, bien conocidas y espectaculares, que atraen
a los curiosos e ignorantes. Afortunadamente ejercen un breve ciclo de
influencia. Causan temporalmente mucho daño, pues deforman la enseñanza y dan
una idea falsa respecto a los Maestros y al sendero, pero su poder de perdurar
es prácticamente nulo.
Los
otros tipos de escuela realizan un buen trabajo y satisfacen la necesidad de
quienes responden a su tónica. Sin embargo, las escuelas antiguas están
desapareciendo, las del segundo grupo se mantendrán activas aún durante largo
tiempo, dando instrucción elemental, entrenando a discípulos en los métodos de
trabajo y en la forma de servir.
El
último y nuevo, tipo de escuela acrecentará su poder y preparará a los
discípulos de la nueva era para las futuras Escuelas de Iniciación.
III - LAS VERDADES
QUE SE ENSEÑAN EN LAS VERDADERAS ESCUELAS ESOTÉRICAS
Debe
observarse que muchas de las verdades impartidas hasta ahora bajo el término
“esotéricas”, no lo han sido, o son totalmente “exotéricas”. Las verdades
esotéricas del pasado son fundamentalmente verdades exotéricas en el presente.
Durante
los últimos cien años, las doctrinas esotéricas y la enseñanza secreta de la
Sabiduría Eterna —dadas al público frecuentemente bajo juramento de guardar
secreto— han llegado a ser de propiedad pública.
Por
ejemplo; la naturaleza del hombre, según se enseñaba en las escuelas de
misterios del pasado, es reconocida, entre otros, con el nombre de psicología
moderna.
Los
misterios del cuerpo etérico, del astral y del mental, son tratados por
nuestras universidades en cursos de psicología que se ocupan de la vitalidad,
la naturaleza emocional y la mentalidad del ser humano.
La
creencia en los Maestros fue un secreto celosamente guardado, pero hoy se habla
de Ellos en las tribunas públicas de nuestras grandes ciudades.
La
práctica de la meditación y sus técnicas eran temas cuidadosamente reservados,
y al público se le decía que su enseñanza era peligrosa; hoy esta idea ha sido
desvirtuada y gran número de personas meditan para lograr el alineamiento,
establecer contacto con el alma y adquirir su conocimiento.
La
verdad también ha estado velada y oculta por un cúmulo de enseñanza secundaria
que ha desviado el interés del investigador y concentrado su atención en los
fenómenos, por la importancia que le atribuyen.
La
postura, el empleo de antiguas fórmulas, palabras y mántram, los ejercicios de
respiración, las insinuaciones misteriosas para elevar el fuego kundalini, el
despertar de los centros y otros aspectos atrayentes del ocultismo secundario,
han llevado a las personas a perder de vista el hecho de que gran parte de lo
dicho, por pertenecer al reino de los fenómenos, se relaciona con el cuerpo
físico, con su correcto ajuste, su vitalización y energetización y, por lo
tanto, con los efectos y no con las causas esenciales de dichos efectos.
Todos
estos resultados fenoménicos serán demostrados sin peligro, normal y
sensatamente, así como automáticamente, cuando el hombre interno, emocional y
mental, esté en armonía con el mundo espiritual y empiece a funcionar como ser
espiritual. Este acercamiento secundario a la verdad ha hecho mucho daño a la
causa del verdadero ocultismo y ha perturbado considerablemente las mejores
mentes en el campo espiritual.
En
las escuelas que están en formación se acentuará el conocimiento del alma, el
conocimiento espiritual, la comprensión de las fuerzas superiores y el
conocimiento directo de la Jerarquía espiritual que rige la vida de nuestro
planeta, y la comprensión (desarrollada progresivamente) de la naturaleza
divina y del Plan que obedeciendo a la voluntad de Dios condiciona cada vez más
los asuntos del mundo.
En
dichas escuelas se estudiarán las leyes que rigen al individuo, a la humanidad
y a los reinos de la naturaleza, y la Ciencia de las Relaciones (a medida que
se va desarrollando en nuestro mundo evolucionante) será de interés práctico
para el discípulo.
Cuando
éste establezca rectas relaciones consigo mismo, con el mundo del ser
espiritual, con el mundo del vivir humano y con todas las formas de vida
divina, automáticamente tendrá lugar el despertar de su propia naturaleza, sus
centros se convertirán en fuentes vitales de poder espiritual y toda su
constitución entrará en actividad rítmica y tendrá la consiguiente utilidad.
Sin
embargo, todo esto ocurrirá en virtud del correcto ajuste con Dios y con el
hombre, su creciente comprensión del propósito divino y su conocimiento de las
diversas técnicas y leyes científicas que condicionan todos los fenómenos,
incluso al hombre.
Quisiera
exponer con claridad que la Escuela Arcana, por ser una de las escuelas
intermedias más nuevas, se ocupa de los fundamentos comunes de la doctrina
secreta, pero sólo como base de la nueva enseñanza que se va desarrollando. Los
ejercicios respiratorios se dan únicamente después de varios años de estudio, sin
hacer resaltar su importancia, porque la respiración correcta —esotéricamente
comprendida— no depende del control de los pulmones ni del aparato
respiratorio, sino de la orientación correcta y del ajuste rítmico de la vida
al orden espiritual y a las circunstancias.
Se
estudia la psicología del hombre interno cuando condiciona los centros del
cuerpo vital; sin embargo, se pone de relieve el aspecto psicológico y no los
centros; éstos funcionarán correctamente cuando el pensamiento sea sano y el
hombre viva con éxito la vida dual del discípulo: rectas relaciones con el
mundo de las almas y la Jerarquía, y rectas relaciones con sus semejantes en la
vida diaria.
Después
de una enseñanza preliminar acerca de las bases generales y de un período de comprobación
del grado de comprensión del estudiante, además de algunas instrucciones
básicas sobre la naturaleza de la meditación, las nuevas escuelas enseñarán las
siguientes materias:
1. La Ciencia de
Impresión
El
estudiante aprende a ser sensible a las “impresiones” que llegan de su propia
alma y, más tarde, del Maestro y del Ashram. Se le enseña a interpretar
correctamente tales impresiones a través de su mente entrenada e iluminada;
aprenderá también a diferenciar entre lo que llega de su propio subconsciente,
lo que registra telepáticamente como procedente del mundo del pensamiento y de
las mentes de otros hombres, y lo que procede del mundo del ser espiritual.
2. La Ciencia de
Unificación
El
estudiante aprende la integración y coordinación, el contacto y la fusión entre
el ama y la personalidad, y posteriormente la relación directa entre el aspecto
espiritual más elevado y su yo personal. Esto lleva progresivamente al
constante desarrollo de la conciencia, preparando al estudiante para aprovechar
la enseñanza que recibirá en las Escuelas de Iniciación. Además, estudia la
naturaleza de la iniciación como expresión de grandes expansiones de conciencia
y resultado de la integración autodirigida.
3. La Naturaleza de
la Jerarquía
El
estudiante aprende que quien emprende el entrenamiento necesario y se
disciplina, puede conocer a la Jerarquía y hacer contacto directo con ella. La
disciplina debe ser auto impuesta y adaptada a la naturaleza y grado de
desarrollo del discípulo individual. Se estudian los distintos grados de la
Jerarquía, el carácter de las iniciaciones y el trabajo de Cristo, como Guía de
la Jerarquía. De esta manera el discípulo tiene un cuadro preciso del grupo
interno que constituye su meta.
4. La Ciencia de la
Meditación
Esta
ciencia y sus técnicas son dominadas gradualmente en sus distintas etapas:
alineamiento, concentración, meditación, contemplación, iluminación e inspiración;
al estudiante se le enseña el correcto empleo de la mente, el control del
pensamiento y la correcta interpretación de los fenómenos espirituales. Aprende
el significado de la iluminación en su siete etapas, y empieza a vivir, con
acrecentada eficacia, la vida inspirada de un Hijo de Dios.
5. Las Leyes del
Mundo Espiritual
El
discípulo estudia estas leyes y las aplica en sí mismo, en los acontecimientos,
en el mundo y en la humanidad, las cuales incluyen, entre muchas otras:
-
La
Ley de Causa y Efecto.
-
La
Ley de Renacimiento.
-
La
Ley de Evolución.
-
La
Ley de la Salud.
Conciernen
a la manifestación del mundo de los valores e impulsos espirituales, a través
del mundo de los fenómenos materiales.
6. El Plan
El
estudiante recibe indicaciones sobre el Plan que custodia la Jerarquía y que
subyace en todos los acontecimientos planetarios, desarrollando el propósito
divino; estudia su actuación en el pasado, que ha llevado a la humanidad a su actual
grado de desarrollo; interpreta los acontecimientos actuales en términos del
Plan de Dios, investigándolos como preludio para el futuro; considera también
profundamente el raso inmediato, invocando así su activa participación. Luego,
cuando sea parte activa y consciente de la Jerarquía, estará familiarizado con
los amplios delineamientos del propósito divino y podrá colaborar
inteligentemente en la tarea inmediata.
7. Energías y Fuerzas
Éstas
constituyen la sustancia misma de la creación y deben ser comprendidas y
oportunamente controladas. El alumno aprende que todo cuanto se manifiesta
sobre el planeta y en él, es sólo un conjunto de fuerzas que producen las
formas, y que todo es movimiento y vivencia.
Empieza
aprendiendo la naturaleza de las fuerzas que hacen de él lo que es, como
hombre; luego aprende a atraer una fuerza o energía de orden superior, la del
alma, para controlar esas fuerzas.
Después
estudia la naturaleza del espíritu, del alma y de la materia, a las cuales
generalmente denomine: vida, conciencia y forma; o vida, cualidad y apariencia.
Así obtiene una vislumbre de la naturaleza de la Trinidad divina y de la
naturaleza eléctrica de todos los fenómenos, incluyendo al ser humano.
8. Psicología
Esotérica
Se
la considera también de gran importancia. Señala el cambio de enfoque de la
presentación material de las antiguas escuelas de esoterismo, con su énfasis
puesto sobre los distintos planos, los procesos de desarrollo material y la
constitución de las formas.
En
las nuevas escuelas se hará resaltar la naturaleza del alma que anima a las
formas, y ese agente creador que actúa con el mundo material y en él. Se
estudiarán los siete tipos principales de personas; se investigarán sus
características, además de su relación con los siete grupos de que está
compuesta la Jerarquía y con los siete grandes rayos o energías, emanaciones
que la Biblia llama “los siete espíritus ante el trono de Dios”. Así se
evidencia la síntesis en toda la manifestación, y puede verse con claridad el
lugar que ocupa la parte dentro del todo.
Existen
muchos estudios subsidiarios que el estudiante debe conocer antes de ingresar
en las futuras escuelas de iniciación; pero lo antedicho dará una idea del
programa general a que se ajustarán las nuevas escuelas. La Escuela Arcana
procura dar una preparación general sobre tales fundamentos básicos, a fin de
que el estudiante pueda aprovechar la riqueza de literatura y enseñanza que
aparecerá en lo que reste del presente siglo.
El
estudiante debe adquirir, ante todo, una idea general de la enseñanza
esotérica, para saber cuál de las numerosas líneas seguirá; debe aprender a
aplicar la enseñanza en forma práctica trasmutando la teoría en práctica y demostrando
para sí la necesidad y posibilidad de llegar a vivir en el mundo de los
significados. Entonces reconocerá la relación, en todos los acontecimientos individuales,
humanos y planetarios, y por qué y cómo tienen lugar dichos acontecimientos.
A
medida que adquiere conocimiento de la psicología esotérica, y domina algunas
de las técnicas de los procesos de meditación, podrá ubicarse en el peldaño que
le corresponde en la escala de la evolución; entonces sabrá cuál es su paso
inmediato, la siguiente meta de desarrollo, lo que tiene que dar como servicio
a la humanidad y a quién podrá ayudar.
Empieza
así a participar conscientemente en la gran escuela de la experiencia
espiritual, donde hallará oportunamente respuesta a sus preguntas y solución a
sus problemas. Descubrirá que los principales requisitos para desarrollar con
éxito el trabajo esotérico son: paciencia, continuo esfuerzo, visión y sano
juicio discriminativo.
Poseyendo
todo esto, más un sentido del buen humor, una mente abierta y sin fanatismos,
el estudiante rápidamente progresará en el “Camino Iluminado”, como se lo
denomine a veces al sendero.
Finalmente
se encontrará ante el portal de la iniciación, sobre el que están inscriptas
las palabras de Cristo: “Pide y se te dará; busca y encontrarás; llama y se te
abrirá.”
Enero de 1944
(Este
texto se encuentra en la Autobiografía Inconclusa)
OBSERVACIONES
Alice
Bailey dijo mucho sobre las escuelas esotéricas, pero se le olvidó decir lo
esencial: y es que una escuela esotérica es una escuela que enseña esoterismo. Y eso ya
es difícil de encontrar porque la mayoría de las escuelas esotéricas fueron fundadas:
-
o
por individuos que no supieron diferenciar a los verdaderos instructores de los
embaucadores,
-
o
por charlatanes (y ese es el caso de Alice Bailey).
Y
por lo tanto la mayoría de las “escuelas esotéricas” en realidad enseñan un
pseudo esoterismo que está lleno de errores y mentiras.
Y
es por eso que yo no les recomiendo ingresar en esas organizaciones porque se
van a llenar la cabeza con más falsedades que verdades.
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