En este artículo, un
miembro occidental de la Sociedad Teosófica que vivió en esa región, comparte
la información que le dieron los nativos sobre el tipo de brujería que se
practicaba en esa zona durante el siglo XIX.
CHAMANISMO
Y BRUJERÍA EN LAS TRIBUS KOLARIÁN
Habiendo
vivido durante algunos años entre los Mimdas y los Hos de Singbhoom, y Chutia
Nagpur, mi atención fue a veces atraída por costumbres que difieren en cierta
manera de los buenos hábitos occidentales, pero que tienen una evidente
afinidad con las costumbres relativas a los Curumberos Nîlghiri que mencionó la
Sra. Morgan en su artículo.
No
quiero decir que las prácticas que estoy a punto de relatar se limitan
únicamente a las tribus de los Kolarian, pues estoy consciente de que tanto los
Uranos (una tribu Dravidiana) como las otras castas hindúes que viven lado a
lado con los Kols, cuentan entre ellos con muchos magos renombrados.
Por
lo poco que he llegado a conocer de estas raras costumbres, he sabido que entre
los Mimdas y los Hos, algunos de sus practicantes más famosos son cristianos
convertidos. La misma gente dice, que estas prácticas son típicas de su raza y
no las aprendieron de los invasores hindúes, pero me inclino a pensar que al
menos algunos de los trabajos si tienen un fuerte sabor a magia negra tántrica,
aunque practicada por gente que a menudo es completamente ignorante de
cualquier idioma hindú.
Los
diferentes tipos de espíritus
Estos
comentarios deben complementarse con un pequeño esbozo de las ideas del culto
Kol. Ellos no tienen nada que yo haya visto u oído en forma de imagen, pero
hace sus ofrendas periódicas a varios espíritus elementales, y atribuyen un
genio a cada piedra o árbol del campo, al que no consideran absolutamente
maligno, pero que si no es debidamente “alimentado” o aplacado, puede serlo.
El
Singbonga (literalmente, sol o espíritu de luz) es el jefe; y Buru Bonga (espíritu
de las montañas), e Ikhir Bonga (espíritu de las profundidades) le siguen en
rango. Detrás de éstos viene Darha, del que cada familia tiene el suyo, pudiendo
considerarse también de luz, como Lares y Penates. Pero cada trilla, harina y
molino de aceite tiene su propio espíritu que debe ser alimentado, o de otro
modo algo malo resultará.
Su
fiesta grande (el Karam) se hace en honor de Singbonga y sus discípulos .Las
palabras de apertura del discurso del sacerdote en dicha ocasión indica
textualmente que ellos consideran a Singbonga, el creador de hombres y cosas.
Dicen:
Munure Singbonga manokoa luekidkoa
(al principio Singbonga creó a los hombres).
Cada
aldea tiene su Sarna o bosquecillo sagrado, donde el sacerdote heredero de vez
en cuando hace sacrificios para que las cosas sean prósperas; pero esto sólo
tiene que ver con los espíritus realmente relacionados con la aldea, los tres
grandes espíritus mencionados de consideración general, sólo son alimentados a
intervalos de tres o más años, siempre en un camino público u otro lugar
público, y cada diez años un ser humano (como algunos dicen), se sacrifica para
mantener a toda la comunidad de espíritus en buena forma.
Los
diferentes tipos de brujos
El
Pahan, o sacerdote de la aldea, es un servidor permanente de los espíritus, y
el naja, el deona y el bhagat son personas que se supone que de alguna manera
tienen cierta influencia o mando sobre ellos.
El naja
El
primero y el grado más bajo de estos brujos es llamado naja (que puede
traducirse como un simple practicante de brujería) y frecuentemente es una mujer.
Ellos
son acusados, como los Curumberos Mulú, de exigir a la gente cantidades de
grano o préstamos de dinero, etc., y cuando se les niegan estas exigencias se
marchan con una amenaza diciendo por ejemplo: “por ahora tienes mucho ganado y
granos, pero ya veremos cuántos quedan después de un mes o dos”.
Entonces,
quizá el ganado de la persona embrujada contrae alguna enfermedad, o algunos de
ellos mueren, o alguna persona de su familia enferma o sufre algún daño de
manera inexplicable.
El deona
Hasta
que al fin, la afligida victima completamente asustada, toma un poco de arroz crudo
y va con un deona o mati (como se le llama en diferentes lenguas vernáculas de
la provincia) y que es el grado inmediatamente superior en conocimiento al
naja, prometiéndole una recompensa si le favorece en su petición de ayuda; y si
el deona acepta dicha petición, entonces los procedimientos son como sigue:
El
deona toma el aceite que se le trajo, enciende una pequeña lámpara y se sienta
a su lado con el arroz en un surpa (cedazo) en sus manos. Después de mirar
intensamente la llama de la lámpara durante algunos minutos, comienza a entonar
una especie de canto de invocación en que nombra a todos los espíritus, y al
nombrar a cada espíritu arroja unos granos de arroz dentro de la lámpara.
Cuando
la llama, ante cualquier nombre en particular, da un salto y envía señales
luminosas a lo alto, es indicación de que ese espíritu está involucrado en el
embrujo. Entonces el deona toma una porción pequeña de arroz envuelta en una
hoja del árbol de sal (Shorea robusta) y se dirige a un nido nuevo de hormigas
blancas que esté más cerca, cortando la parte superior y dejando el pequeño
envoltorio introduciéndolo a medias en el hoyo del hormiguero.
Luego
de retirarse, regresa aproximadamente en una hora para comprobar si se ha
consumido el arroz, y según la rapidez con que las hormigas lo hayan tomado
predice el sacrificio que aplacará al espíritu. Este sacrificio varía desde un
ave hasta un búfalo, pero cualquier cosa que pueda incluir, lo principal es que
se derrame sangre. Debe notarse sin embargo que el mati jamás confiesa qué naja
fue el que provocó la malignidad del espíritu.
Pero
la parte más importante y lucrativa del negocio de un deona está en arrojar a
los malos espíritus, cuya operación es diversamente conocida como ashab y
langhan. La señal de que hay una posesión, generalmente es cierta enajenación
mental acompañada (en los peores casos) por una combinación de temblores y
movimientos de los miembros, o una inexplicable hinchazón del cuerpo.
Cualquiera
que sean los síntomas la forma de curarse parece ser muy similar. Cuando se
manifiestan tales síntomas, se trae a casa al deona y en presencia del enfermo
y de sus amigos, una vez que se le ha proporcionado un poco de arroz en un
surpa, un poco de aceite y un poco de bermellón, el deona saca de entre sus pertenencias
un poco de azufre en polvo y un tubo de fierro de aproximadamente 10 centímetros
de largo y dos tikli.
(Tikli
es un pedazo redondo de papel que se pegan entre las cejas las mujeres de la provincia
como adorno.)
Antes
de que el procedimiento comience, todas las cosas ya mencionadas se espolvorean
con bermellón, una cantidad pequeña del cual también se mezcla en el arroz. Se
colocan dentro del tubo tres o cuatro granos de arroz y un tikli, se enciende
un fuego y entonces al lado del hombre enfermo, el deona empieza su canto
arrojando granos de arroz al decir cada nombre, y cuando la llama destella, se
arroja un poco de azufre en polvo en el fuego y otro poco sobre el enfermo que
acto seguido se convulsiona, se agita por completo y delira, mientras el canto
del deona se va haciendo cada vez con más volumen de voz.
De
repente las convulsiones y el canto cesan, y el deona quita un poco de azufre
del cuerpo del hombre y lo coloca dentro del tubo sellándolo entonces con el
segundo tikli. En seguida el deona y uno de los amigos del enfermo salen de la
choza, llevándose el tubo de fierro y el arroz, dando por hecho que el espíritu
se encuentra ahora fuera del hombre y encerrado en el tubo de fierro.
Ellos
atraviesan rápidamente el campo alejándose algunos kilómetros de la choza hasta
que llegan a la orilla de algún estanque o río, algún lugar que saben que es
frecuentado por gente con el propósito de bañarse, etc. Ahí, después de una
larga ceremonia, el tubo es enterrado y ahí se deja. Esto se hace con la buena
intención de que el espíritu transfiera su atención hacia la infortunada
persona que lo llegue a tocar mientras se baña.
Me
dijeron que en estos casos generalmente el espíritu elige a una persona joven y
saludable. Y si el deona piensa que el espíritu no quedó satisfecho con su
nuevo receptáculo, va adonde haya un día de mercado y allí (después de una
ceremonia) se mezcla con la muchedumbre, toma un grano de arroz rojo, lo arroja
súbitamente con su dedo índice apoyado en su pulgar, de tal manera que sin
llamar la atención caiga encima de alguien o sobre su ropa. Esto se repite
varias veces hasta asegurarse de que se hizo infaliblemente.
Entonces
el deona hace saber que su trabajo está hecho, y generalmente se cierra el
trato con la mejor cena que los amigos del enfermo pueden darse el lujo de
preparar.
Se
dice que la persona a quien el espíritu se traspasó por cualquiera de estos dos
métodos no resulta afectada durante semanas o incluso meses. Pero algún día,
mientras está en su trabajo, se pone de pie de repente, da dos o tres vueltas
sobre sus talones y cae más o menos convulsionado. Y a partir de ese momento
comenzará a tener los mismos problemas como el anterior ex-posesionado los
tuvo.
El bhagat
Habiendo
relatado así lo referente al deona, ahora seguiremos con el bhagat, llamado por
los hindúes sokha y sivnath. Éste es el grado más alto de todos y como dije
antes, el ‘ilm (conocimiento) de los grados deona y bhagat sólo se aprende
volviéndose un alumnoregular de algún practicante, pero tengo entendido que la
iniciación final es adelantada por una razonable anhelo de libertad por parte
del discípulo.
Durante
la iniciación del sokha ciertas ceremonias se realizan durante la noche con la
ayuda de un cadáver humano. Ésta es una de las cosas que me han llevado pensar
que esta parte tiene alguna relación, al menos en lo referente a estas
prácticas, con la magia negra tántrica.
El
bhagat realiza dos funciones distintas:
1) Un tipo de
adivinación llamada bhao (se dice igual en Hindi), y
2) Un tipo de chamanismo
llamado darasta en hindi, y bharotan en horokaji, al cual sin embargo sólo se
acude en muy graves ocasiones como por ejemplo: cuando varias familias piensan
que fueron embrujadas al mismo tiempo y por el mismo naja.
La
bhao se practica como sigue:
La
persona que tiene alguna pregunta qué hacer, confecciona un plato pequeño con
una hoja del árbol de sal y pone en él arroz un poco crudo y unas cuantas pice
(o paise, que es la moneda acuñada por los ingleses en la india), luego va con
el bhagat y pone ante él la hoja y su contenido haciendo su pregunta al mismo
tiempo.
El
bhagat le indica que salga a recoger dos flores de golaichi (que es una
variedad de Posinia), los practicantes generalmente tienen un árbol de golaichi
cerca de su vivienda y después de que la persona le trae las flores, el bhagat
se sienta con el arroz cerca del que hizo la pregunta y luego de un poco de
circunspección selecciona una de las flores, la sostiene del tallo entre su
dedo pulgar y los demás dedos a unos 30 centímetros de sus ojos, le da vueltas
con la mano izquierda, y deja caer en su interior, de vez en cuando, con su
mano derecha, uno o dos granos de arroz (éste es el proceso por que el bhagat
se magnetiza a sí mismo).
Durante
algunos minutos cierra sus ojos y comienza a hablar, generalmente sobre cosas
que no tienen nada que ver con la pregunta, pero luego de unos minutos de
repente grita una respuesta a esa pregunta, y sin decir más se retira.
Y
el quien hizo la pregunta da, como puede, algún significado a la respuesta que
recibió, la cual (así lo creo yo) siempre es ambigua.
Al
bharotan como ya lo mencione antes, sólo se acude cuando tiene que indagarse
sobre algún asunto de gran importancia; el bhagat tiene una tarifa alta para
una sesión de espiritismo de estas características.
Imaginemos
que tres o cuatro familias en una aldea se consideran embrujadas por un naja, y
que deciden recurrir a un bhagat para averiguar cuál bruja fue. Con estas consideraciones
se fija una fecha y se procuran dos delegados de cada una de las cinco aldeas
vecinas para que acompañen a las personas afligidas a la casa del bhagat,
llevando con ellos una dali u ofrenda, que consiste en verduras y que al llegar
se presentan formalmente ante el bhagat.
Dos
delegados se apostan en cada uno de los cuatro puntos cardinales y otros dos se
acomodan junto con las personas afligidas a la derecha del bhagat, quien ocupa
el centro del apartamento además de cuatro o cinco discípulos, dejando a su
izquierda un espacio libre.
Entonces
uno de los discípulos trae una pequeña olla de barro llena de carbón de leña
encendida que se coloca frente al bhagat junto a un montón de virutas de madera
de mango y una bola hecha por una mezcla de dhunia (resina de Shorea robusta),
gur (melaza) y ghee (mantequilla clarificada), y quizá otros ingredientes.
El
único atuendo del bhagat consiste en un ligero lenguti (tela alrededor de la cintura),
un collar de cuentas de madera grandes como usan generalmente los faquires, y
varias guirnaldas de flores del golaichi alrededor de su cuello.
Su
pelo es extraordinariamente largo y enmarañado. A su lado está su personal,
firmes sobre la tierra. Un discípulo está de pie soplando sobre el fuego con
una esterilla de bambú en su mano, otro se ocupa del montón de viruta y un
tercero con la bola de mezcla, uno o dos más se sientan detrás del bhagat con
tambores y otros instrumentos musicales en sus manos.
Estando
todo listo, se pide a los afligidos declaren qué los agravia. Estos lo hacen y
piden al bhagat que llame ante él al naja que alborotó a los espíritus para que
los dañara y así pueda castigarlo. Entonces el bhagat da una señal a sus
discípulos, los que están detrás hacen un gran escándalo con sus instrumentos,
el fuego se alimenta con virutas y de vez en cuando se le añade una porción de
la mezcla llenando el lugar con un denso humo grisáceo-azul; el cual se abanica
cuidadosamente en dirección al bhagat, y cuando ya está bien envuelto en el
humo, cierra sus ojos y balanceando su cuerpo en silencio, empieza a entonar un
canto en voz baja.
El
canto gradualmente se hace más audible y el vaivén de su cuerpo más pronunciado,
hasta que trabaja en un estado de completo frenesí. Entonces, con su cuerpo
temblando de verdad y su cabeza girando rápidamente de lado a lado, canta con
voz fuerte y señala que cierto naja (a quien nombra) pidió dinero a esas
personas y le fue negado, y es por eso que alborotó a ciertos espíritus (a quienes
también nombra) para que les hiciera daño, y también relata como los espíritus mataron
los bueyes de tal y tal persona, las ovejas de algunos más, y cómo causaron que
el hijo de otro cayera enfermo.
Entonces
el bhagat comienza a llamar al naja para que venga a responder por sus
acciones, y al hacer esto se pone de pie; se tambalea, cae al suelo quedándose
quieto con excepción de algún gemido ocasional y murmurando: “Lo
veo! ¡Ya viene!”.
Este
estado puede durar una hora o más hasta que el bhagat se sienta y anuncia que
el naja ya llegó; y al decirlo, un hombre, aparentemente enojado y borracho,
entra de prisa y cae con su cabeza hacia el bhagat quejándose y haciendo una
especie de resoplido casi como si estuviera ahogándose.
En
esta persona, quienes fueron embrujados reconocen a menudo a algún vecino y a
veces incluso a algún familiar, pero no importa quién sea, porque se reunieron
para castigarlo. Entonces el bhagat le habla y le exige que confiese, al tiempo
que lo amenaza. El individuo confiesa de manera algo torpe, y en su confesión
relata lo que el bhagat había dicho durante su frenesí.
Luego,
el naja se retira corriendo hacia afuera de la choza tan rápido como entró, y enseguida
los delegados tienen una reunión en la que generalmente el naja es sentenciado
a una multa (a menudo lo bastante grande como para dejarlo en la ruina) y
expulsarlo de su aldea.
Antes
de las leyes británicas, los najas que eran declarados culpables raramente
escapaban con vida, y durante el tiempo del motín cuando no hubo ingleses, el
Singbhoom Hos saldó de esta manera a un gran número de viejas cuentas. Para
efectos de investigación recomiendo ver “Estadística
Contable de Bengala”, vol. xvii. pág. 52.
En
conclusión
Solamente
tengo que agregar que esta información me fue proporcionada por las personas
que estuvieron realmente involucradas en estos sucesos, y entre las cuales se
encontraba un hombre que es de mi pueblo, quién se declaró culpable y fue
expulsado de la aldea, perdiendo todos su bienes muebles, y que una de sus
víctimas, familiar suyo, estaba sentada junto a mí mientras yo tomaba notas y
que corresponde a lo que escribí arriba
(The Theosophist, diciembre de 1883)
Hola Cid, tengo una duda etica con el uso de la brujeria. Es valida como defensa personal? Pongo el caso de la realidad de LatinoAmerica, en el pais donde vivo la delincuencia ha llegado a niveles insospechados, al punto de que hay personas que literalmente tienen de vecinos a homicidas, traficantes, mafiosos, asesinos en serie, etc, y considerando la indiosincrasia del latino, claramente acudir a la justicia puede resultar mal, inclusive fatal, mucho menos es posible el entablar una conversacion civilizada con esos seres (porque ni merecen a mi opinion que se los traten de seres humanos, mucho menos de animales); es entonces en este contexto que uno se plantea si es valido el uso de estas practicas para deshacerse de ellos?
ResponderBorrarAñado tambien, que en la isla de Chiloe, en Chile, un lugar con remarcada reputacion de ser una isla de brujas, en varias entrevistas a practicantes de brujeria, justificaron su uso, por ejemplo, contra los españoles, ya que estos pueblos no poseian el nivel armamentistico de españa, pero si el (supuesto) conocimiento de la hechizeria, que usaron para hacer frente a dichas invasiones (si funcionaron o no, supuestamente si, no tengo idea y no se menciona en los textos de historia). Entonces, es valido este uso tambien? Como afecta al Karma?
El maestro Kuthumi explicó que en asuntos kármicos el motivo es lo más importante, y por consiguiente hay una gran diferencia entre por ejemplo: matar por accidente, que matar con premeditación, que matar por defensa propia, etc. El acto es el mismo, pero las consecuencias son muy diferentes.
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