(El siguiente artículo fue escrito por Alsibar quien ha
investigado mucho a los guías espirituales, y pueden leer el texto original en
portugués en este
link.)
¿Has
oído hablar de Babaji? Si no, entonces te invito a que conozcas la historia de
este extraordinario yogui. Si ya lo conoces, entonces conoce más detalles de su
vida y reflexiona con nosotros sobre los principales acontecimientos que
rodearon a este verdadero avatar del nuevo milenio.
Babaji
no es un nombre. Es un título como el de Cristo y Buda. Etimológicamente baba significa “padre” y ji es un sufijo de respeto y reverencia.
Por ejemplo, Krishnamurti era llamado cariñosamente Krishnaji por sus amigos
indios. Babaji asimismo es un título cariñoso y reverencial, pero es probable
que este gurú haya utilizado muchos nombres y formas diferentes, en diferentes
épocas y en diferentes regiones.
Babaji
fue el gurú de Lahiri Mahasaya, maestro de Paramahansa Yogananda, autor del
best seller “Autobiografía de un Yogui”.
Nadie lo conocía, salvo unos pocos devotos privilegiados. Le correspondió a
Yogananda dar a conocer al mundo la existencia de este extraordinario ser, cuya
edad, sabiduría y poder son incalculables.
A
pesar de su edad indeterminada, a menudo se presenta como un joven apuesto con
cabello largo de color bronce. Otros autores afirman que una vez fue un ser
humano mortal como nosotros, que nació en el año 200 d.C. en la India, habiendo
alcanzado el estado de plena inmortalidad después de largos años de práctica
yóguica. Pero lo extraño es que nunca se había oído hablar de Babaji antes de
Yogananda.
El
hecho es que después del éxito de su libro, aparecieron varios informes de
supuestas visiones y apariciones de Babaji.
La
fama y la extraordinaria presencia de Babaji que surgieron a partir de entonces
causaron tal revuelo en el mundo que incluso llegó a existir un Babaji
“fabricado”. Sus fotos y vídeos “zumban” en internet con sólo escribir su
nombre. Sin embargo, se sabe que no es el mismo Babaji que mencionó Yogananda.
Este
joven ya era conocido en la región de Haidakhan como Wilson Baba, hijo de madre
india y padre inglés. Debido a su increíble apariencia con las descripciones
del gran yogui inmortal, era fácil confundirlo con Babaji, algo que él
personalmente nunca afirmó, pero tampoco lo negó.
Con
el tiempo creció y poco a poco fue engordando, distanciándose así de la imagen
del gran Babaji descrito por sus verdaderos discípulos. Sus últimas apariciones
en vídeo muestran a un hombre abatido, que parece triste en medio de
reverencias y rituales de adoración. No parecía ni sereno ni feliz. Murió
joven, a la edad de 28 años, en 1984 (la causa de su muerte no fue revelada).
Pero
sobre el verdadero Babaji sabemos muy poco. Nunca sabremos si las personas que
dicen haberlo visto realmente lo vieron. Además que hay muchos “gurús” que se hacen
llamar encarnaciones de Babaji. Obviamente hay mucha explotación comercial en
torno a este nombre. El verdadero Babaji pasó siglos, o incluso milenios, sin
mostrarse al mundo.
¿Entonces por qué
aparecería ahora en Internet, a través de organizaciones religiosas poco
fiables?
La
imagen de un “avatar de estrella del pop” no coincide con el yogui solitario y
humilde que Yogananda nos presentó en su libro.
Todo
lo que sabemos sobre Babaji no nos lo contó él mismo, sino que nos llegó a
través de relatos de sus propios discípulos. Yogananda nos ofrece testimonios
de tercera, segunda y primera mano.
Están
los contados por Lahiri Mahasaya y sus discípulos directos. Luego, los contados
por su maestro Sri Yukteswar, quien fue bendecido con un encuentro con el
mahavatar en un Kumb Mela (Festival Religioso). Y finalmente, Yogananda, quien
describe su memorable encuentro con el gurú inmortal.
Cualquier
cosa más allá de esto es discutible y no se puede afirmar si es verdadero o
falso. Por lo tanto, está dentro del ámbito de las posibilidades y no de la Verdad.
El testimonio de Yogananda y sus predecesores es digno de nuestra confianza y
gratitud.
Dentro
del ámbito de las posibilidades, algunos autores afirman que Babaji inició a
importantes santos, sabios e iluminados, entre ellos: “Shankaracharya, el gran
reformador del hinduismo del siglo IX d.C., y Kabir, el santo del siglo XV amado
por hindúes y musulmanes.
En
el siglo XIX, Madame Blavatsky, la fundadora de la Sociedad Teosófica, lo
identificó como “Matreiya”, el Buda viviente, o el “Maestro del Mundo para la
era venidera”*, habiendo sido uno de los maestros que iniciaron a Krishnamurti
y probablemente lo acompañaron durante toda su misión en la Tierra.
Esto
no es sorprendente, ya que el propio Krishnamurti se refiere en su diario a la
presencia constante del “otro”, “una presencia”, “el bendito” quien fue sentido
no sólo por él, sino también por otras personas.
(Nota
de Cid: es falso que Blavatsky haya dicho eso, fue el embustero Charle s
Leadbeater quien inventó un personaje ficticio al que llamó “El Señor Cristo
Maitreya, el Instructor del Mundo” y pretendió que Krishnamurti sería su mesías,
pero no he encontrado que lo haya asociado con Babaji.)
Si
estas afirmaciones son ciertas, Babaji sería responsable de los mayores
acontecimientos en el campo de la espiritualidad, contribuyendo decisivamente a
la elevación de la conciencia espiritual de la humanidad.
Pero
yendo más allá del ámbito de lo posible, es un hecho que Babaji inició un
movimiento espiritual en el mundo moderno que no tiene precedentes. Su vida, su
ejemplo, su historia y la de sus cuatro discípulos yoguis (Lahiri Mahasaya,
Sri, Yukteswar y Yogananda), promovieron un gran resurgimiento espiritual en
todo el mundo.
Es
difícil encontrar un buscador o espiritualista que no conozca a Yogananda o
Babaji. Aquí en Brasil, el gran espiritualista y escritor Huberto Rohden fue un
discípulo indirecto de Yogananda. Incluso los Beatles rindieron homenaje a
Babaji y sus discípulos directos, incluyéndolos en la portada de su famoso
álbum Sgt Peppers.
El
libro “Autobiografía de un Yogui” ha
sido leído por miles, millones de personas y quien lo lee siente encenderse la
llama de la búsqueda de la evolución espiritual. Es difícil no querer prestarlo
o regalarlo a algún amigo o familiar, así llegó a mi conocimiento y al de
muchos otros.
Pero
vale la pena mencionar que Babaji no es propiedad de nadie. Así como los
cristianos no son “dueños” de Cristo, tampoco Buda es propiedad de los
budistas. Así es el mensaje de Babaji.
Aunque
hay muchas personas que quieren aprovecharse o explotar a los incautos
utilizando el nombre sagrado de Babaji, pero sabemos que él permanece por
encima de esa mezquindad.
Algunas
organizaciones y movimientos afirman ser las únicas autoridades sobre la
legitimidad de sus enseñanzas. De esta manera crean un falso misterio, un hermetismo
insensato y medieval.
Babaji
autorizó dar iniciaciones en Yoga a todos aquellos que estuvieran sinceramente
interesados en el camino espiritual. Sin embargo, sabemos que estas
iniciaciones se han convertido en objetos valiosos en el mercado espiritual,
donde mandan quienes más tienen.
Pero
“no hay nada oculto que no haya de ser revelado”, como dijo Cristo. Entonces ¿Por
qué este estúpido hermetismo?
Las
enseñanzas de todos los maestros nunca estuvieron reservadas para unos pocos
elegidos. De lo contrario, estaríamos impidiendo que todos tengan acceso
igualitario al Reino de los Cielos, al Nirvana o a Moksha (Liberación).
No
hay ningún secreto. Todos aquellos que pagaron para “conocer” el “verdadero
yoga de Babaji” son unánimes: es el mismo mensaje del Bhagavad Gita, Sankara,
Buda, Cristo y otros. En esencia es exactamente lo mismo. Entonces ¿por qué
tanto misterio?
No
seamos tontos. Babaji está más allá de todas las organizaciones y movimientos
religiosos y, por encima de todas estas “peleas” infantiles.
¿Quién es realmente Babaji?
¿Qué dijo y qué hizo?
No
tenemos forma de saberlo. Pienso que nadie está autorizado a convertirse en
portavoz del Infinito, excepto los grandes, los iluminados, que él mismo
escogió y cuyos nombres se citan cientos de veces aquí.
Él
puede estar junto con otros avatares, ocupándose de cuestiones cósmicas sobre
el destino del Universo, puede estar -humilde y anónimamente- sirviendo a los
hambrientos y necesitados como lo hizo cuando Sri. Yukteswar lo conoció en un
Kumb Mela en India. Puedes estar ayudando a los afligidos. Puede estar
influyendo y controlando acontecimientos de gran magnitud. Puede inspirar a
escritores y buscadores de todo el mundo. Puede estar en nuestros corazones, en
la naturaleza, en un perro al que pateamos por desprecio y arrogancia.
Entonces
¿qué nos queda por hacer?
Nos
queda ahondar en la sabiduría. Cuanto más profundo sea nuestro
autoconocimiento, mayores serán nuestras posibilidades de estar en sintonía, y
no sólo con Babaji, sino con Cristo, Buda, etc.
Allí,
en la región de lo inmensurable, más allá de todas las palabras, descripciones,
pensamientos y deseos, podremos vislumbrar a los avatares, seres que son la
divinidad misma encarnada.
Krishnamurti,
poco antes de morir, dijo: “Si vives las enseñanzas puedes tocar esa inmensa,
vasta e infinita energía”.
Sri
Yukteswar, con motivo de su resurrección, dijo que la meditación profunda es la
puerta para contactar con los planos superiores - el Causal Superior - donde
flotan las grandes almas liberadas (AY-463).
Muchas
personas ya han sentido o percibido la bendita presencia de los maestros, tanto
en la meditación como en la oración profunda y verdadera (Unidad de
Frecuencia). Estas manifestaciones son íntimas y personales y no deben
divulgarse ni utilizarse con fines de autopromoción personal, excepto cuando
sirvan a una guía superior.
_ _ _ _
Babaji
no es “sólo otro dios”, es un avatar, como Jesús, Gautama y otros. Son nuestros
hermanos que amorosamente bajan al mundo, en un esfuerzo hercúleo para a través
de sus enseñanzas y ejemplo, mostrarnos la luz de la VERDAD y el camino de la
LIBERACIÓN, para que un día podamos despertar nuestra propia naturaleza divina,
y así realizar lo que Cristo afirma en la Biblia:
“¡USTEDES SON DIOSES!
“¡TODOS USTEDES SON HIJOS DEL TODO PODEROSO!”
(Juan 10:34; Salmos
82:6)
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