LA TERCERA PUBLICIDAD DE AMORC

 
 
Esta parece ser la tercera publicidad que apareció en los  periódicos para promocionar la reciente organización AMORC que Harvey Spencer Lewis había fundado en febrero de 1915 en Nueva York. Este artículo fue publicado en el diario The World el 2 de julio de 1916, y el texto dice lo siguiente:
 
 
 
VISITANDO EL TEMPLO MÍSTICO DONDE EL IMPERATOR LEWIS
(ANTES DE P.S. 16) LABORA COMO ALQUIMISTA
 
Por Charles Welton
 
Para  la convocatoria de junio del supremo Consejo de la Antigua y Mística Orden Rosae Crucis [AMORC] celebrada en la parte trasera de la vivienda del N°70 Oeste de la Calle 87, la cual está habilitada como templo, H. Spencer Lewis, Imperator de la Orden, realizó la ceremonia mística de transmutación.
 
Colocó quince ingredientes en un crisol, los revolvió con los dedos y al cabo de dieciocho minutos sacó un trozo de metal amarillo. Todos los presentes quedaron profundamente impresionados creyendo que había sacado una pieza de oro.
 
Sorprenderá a algunos de los niños que estaban en la clase de graduación del director John Burke en P.S. 16 hace una docena de años más o menos saber que "el gordo" Lewis, como algunos de ellos solían llamarlo, ahora es un gran experto en el negocio del Ocultismo y un Gran Maestro General e Imperator.
 
Y esto también le puede sorprender a algunas de las personas que hace diez años trabajaron con Lewis en la Organización de Investigación Psíquica y lo ayudaron a atrapar fantasmas y experimentar con el hipnotismo y la telepatía.
 
Pero no hay vuelta atrás de las palabras, Lewis está en la línea mística para la posteridad. Dice que no quiere ganar dinero y que no tiene nada que vender.
 
Hay extraños tejemanejes en el inmueble de AMORC llenos de misticismo y el penetrante aroma de las especias orientales. Los estudiantes de ocultismo, vestidos con las túnicas de la Orden rosacruciana están tan ocupados como una alarma tratando de obtener resultados en la ciencia, la electricidad y otras cosas, siguiendo donde sea que los símbolos de los antiguos los dirijan.
 
Lewis es una persona de baja estatura, con una cabeza grande y redonda, una cara grande y redonda, un cuerpo grande y redondo, y brazos y piernas muy fuertes. Tiene treinta y tres años y habla con normalidad. Su oficina está en el salón delantero. Él y Thor Kiimalehto, secretario general, se sientan espalda con espalda en escritorios con tapa corrediza, Kiimalehto es impresor de oficio, Lewis solía acudir a él para trabajos ocasionales y de esa manera se conocieron.
 
Llamé al templo el miércoles. El Sr. Roth, que es estudiante de jeroglíficos, y el Sr. Callahan, quien una vez exploró conmigo una tumba egipcia, me acompañaron. Se nos extendieron dos manos alegres.
 
-         "¿Sería tan amable, Sr. Lewis de decirnos cómo hace el truco de alquimia mediante el cual transmuta las cosas en oro?", le pregunté.
 
-         "El truco es genuino", respondió el Imperator. “Ahora, para empezar, recuerda que podemos estar locos o ser insectos, pero no pretendemos que nos crezcan alas en los hombros. En la noche de nuestra convocatoria, a la que asistieron el Portador de la Antorcha y la Virgen Vestal, los otros doce oficiales y otros de la orden avanzada en número de treinta y siete, yo pronuncié un discurso diciendo que por primera vez en América demostraría el proceso secreto de la transmutación.
 
Durante cientos de años los Hermanos Mayores de nuestra Orden en Egipto trabajaron en sus crisoles y lucharon con los problemas de la alquimia en un intento de aplicar las leyes fundamentales de nuestra filosofía y ciencia. Por fin lograron la transmutación en el plano material. Siendo los integrantes del Cuarto Grado los más avanzados, sentí el llamado a hacer la manifestación por primera vez en este país.
 
Había ordenado a cada uno de los quince miembros que trajeran un ingrediente determinado, y puedo decir que estos ingredientes eran los que se pueden encontrar en cualquier cocina, por ejemplo: saleratus [bicarbonato de sodio], jengibre, etc., pero estos no estaban entre ellos. La sal era una. Una rosa en plena floración era otra, aunque no recogerías una rosa en una cocina.
 
Luego teníamos una botella llena de agua destilada y un cubo de zinc. Como accesorios, nos proporcionaron un crisol, fuego y un par de pinzas, todo el equipo necesario para efectuar la transmutación.
 
Bueno, cuando todo estuvo listo pedí a los quince hermanos y hermanas que pasaran al frente con sus ofrendas. Nadie sabía lo que tenían los demás. Los diversos ingredientes se juntaron en el crisol con el trozo de zinc que había sido probado con ácido nítrico y cuidadosamente pesado.
 
Esto lo agité con los dedos durante varios minutos y podría agregar que me quemé los dedos en el proceso. En el momento adecuado dejé de remover y con un par de tenazas tomé del crisol un poco de metal amarillo, el metal transmutado que pasó la prueba del ácido y resultó ser un poco más pesado que el zinc. Todos los presentes lo vieron. Podría agregar que no hay dinero en hacer oro de esa manera. Obtienes solo un poco por todos tus dolores".
 
-         "¿Era verdadero oro?", le pregunté.
 
-         "El oro transmutado de otros metales", dijo Lewis, haciendo una declaración en lugar de una respuesta, "es el oro más puro. Ahora sobre la Orden rossacruz se estableció en la dinastía de Thutmosis III quien fue el esposo de Isis. El obelisco de Central Park, uno de los dos erigidos en Egipto por Thutmosis III, y destinado a estar algún día en el país donde el águila despliega sus alas, lleva el sello de la orden así como muchos otros auténticos símbolos rosaecrucianos."
 
Le dije a Lewis que si bien yo no estaba familiarizado con todos los símbolos y jeroglíficos del obelisco, su palabra de que estaba allí era suficiente para mí.
 
-         "Cuando fui a Toulouse, Francia, en 1909 para obtener el permiso para fundar la Orden rossacruz en este país, se me informó que no sería hasta 1915, así que esperé, estudié y me preparé para el trabajo, y el 1ro de abril de 1915, se redactó y firmó la Carta constitutiva, y la Orden tomó su lugar en el país donde el águila despliega sus alas".
 
A sugerencia mía se nos permitió entrar al templo propiamente dicho, que es la tercera habitación en el piso del salón. La habitación estaba fuertemente cubierta por cortinas. El crisol se encuentra frente al escritorio del Imperator. Una bombilla eléctrica está dentro del recipiente, y cuando se enciende la corriente se muestran luces de varios colores. El crisol tiene una bandeja circular alrededor de su borde. Esto estaba lleno de lo que parecían hojas secas en polvo.
 
Kiimalehto entró en un armario y al regresar con una botella vertió parte de su contenido y le acercó una cerilla. Inmediatamente el templo se llenó de un olor como una combinación de pimienta de cayena, mirra, mejorana dulce, terebinto y otras cosas.
 
El humo espeso se elevó y se extendió sobre nuestras cabezas y se formó en una nube delgada que flotó hasta el techo y disipó parte de la oscuridad.
 
Entonces se reveló la presencia de una figura muy alta y erguida, ataviada desde el cuello hasta los talones con una prenda roja brillante y rematada con un turbante. Estaba de pie junto a la ventana con cortinas frente al escritorio de un electricista.
 
-         “¿Puedo preguntarte qué estás haciendo?” inquirí, y la figura se volvió y me miró a través de unos grandes anteojos redondos.
 
-         "Soy estudiante", respondió, "y estoy ocupado con la radio".
 
Le pregunté su nombre y me dijo que era Harry Koenig, un electricista teatral. Solía ​​trabajar en el Teatro Cohan y también en el Winter Garden, pero ahora no tenía trabajo.
 
Mientras me decía estas cosas se oía el leve clic del instrumento.
 
-         "Aquí no hacemos ningún envío", dijo Koenig, "pero cortamos y recogemos noticias. Es bastante aburrido hoy".
 
Mientras Roth y Callahan respiraban los vapores del incienso quemado en el otro extremo de la habitación, deslicé los receptores inalámbricos sobre mis oídos. Koenig tenía razón. Fue un día aburrido.
 
El instrumento no se ajustó correctamente por lo que el estudiante Koenig giró un tornillo de mano en un arreglo de teclado, lo que para mis oídos inexpertos sonó como un chico de la Escuela Superior de Comercio comunicando un resultado de béisbol a un amigo en un entrenamiento manual, hizo clic en el cable.
 
Koenig no fue el único estudiante en su tarea. Hay un promedio de una docena de hombres y mujeres en el trabajo. No es absolutamente necesario que todos usen túnicas pero la mayoría lo hace. Los diferentes grados tienen túnicas diferentes, algunas rojas y otras azules o blancas.
 
El laboratorio químico está justo detrás del templo, en lo que solía ser la despensa del mayordomo antes de que se mudara el Imperator. Los departamentos de vibración y filosofía están en otra parte del edificio.
 
Volviendo a ese trozo de metal amarillo que el Imperator dijo que había transmutado, se puede decir con autoridad que todas las sugerencias de que podría enviarse al laboratorio de la Universidad de Columbia para su examen o su experimento será rechazado. El metal se mantendrá en el Templo de la Calle Ochenta y Siete como una joya preciada de la Orden.
 
El Imperator no volverá a dar una demostración de transmutación. Siguiendo la costumbre establecida desde hace mucho tiempo, los quince miembros que le entregaron la materia prima deben mantener sus partes individuales del secreto. Nadie conoce la combinación, pero colectivamente son dueños de la fórmula. En caso de fallecimiento del Imperator, los quince pueden reunirse tres años después y repetir la ceremonia.
 
Probablemente la próxima función de verdadera importancia en el templo será el bautizo del pequeño Earle Cromwell Lewis. La fecha de esta ceremonia no ha sido fijada, pero la Gran Logia estará presente. Earle Cromwell es el menor de los tres hijos del Imperator.
 
 
 
 
 

 
 
DIBUJOS
 
Abajo les pongo un agrandamiento de los dibujos que acompañan el artículo.
 
 
El texto dice: "El olor de hierbas aromáticas surgió del crisol cuando Thor Kiimalehto lo encendió con un fósforo".
 
 
 
 
El texto dice: "Harry Koenig, quien había trabajado como electricista en el Teatro Cohan, ahora escuchando su radio como estudiante de AMORC".
 
 
 
 
 
 
 

 
OBSERVACIONES
 
En esta entrevista Spencer Lewis sigue repitiendo la falsa historia que él inventó de los Rosacruces, sigue poniendo a sus estudiantes hacer actividades inútiles, y además pretende haber transmutado esos ingredientes en oro por medio de un procedimiento oculto alquímico. Pero dado el enorme charlatanismo que mostró tener Lewis, lo más seguro es que esa proeza solo haya sido otra mentira inventada por ese individuo.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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